Doctrinas Fundamentales de la Filosofía Clásica y Patrística
ARISTÓTELES
Realidad y Conocimiento en Aristóteles
Aristóteles criticaba las ideas de Platón y defendía el realismo. Su metafísica sostenía que la única realidad existente estaba en los individuos particulares.
Aristóteles planteó una distinción fundamental:
- Sustancia: Existe por sí misma.
- Accidentes: Atributos de las sustancias; no existen por sí mismos.
Al analizar los diversos sentidos que le damos a la palabra «ser», veremos las distintas formas de existencia que puede haber. La más importante es la categoría de sustancia, seguida por lugar o cantidad.
Hilemorfismo y las Cuatro Causas
Aristóteles creía que la auténtica realidad eran los individuos particulares, pero también admitía que estos poseen una esencia. Su teoría se denomina hilemorfismo, que postula que toda sustancia está compuesta por:
- Materia: Aquello de lo que está hecho algo.
- Forma: La manera en que esa materia está organizada (la esencia).
Para aclarar lo que son verdaderamente las cosas, Aristóteles identificó cuatro principios llamados causas:
- Causa Material: La materia, aquello de lo que están hechos los individuos.
- Causa Formal: La estructura que tiene el individuo.
- Causa Eficiente: El agente o aquello que ha creado al individuo.
- Causa Final: El objetivo y función que tiene el individuo.
Aristóteles defiende que todo lo que existe responde a una causa final, que es satisfacer un deseo. Los seres naturales responden con causas finales para lograr sus objetivos propios; de ahí el nombre teleológica, ya que todo tiene una finalidad.
El Cambio y el Movimiento
Mientras Parménides pensaba que el cambio era una apariencia, y Heráclito consideraba que la esencia de la realidad estaba en el cambio, para Aristóteles, el cambio era algo muy real, ya que las transformaciones no pueden ser solo ilusiones.
- Ser en Potencia: Cuando puede transformarse en algo distinto y no ha alcanzado su desarrollo completo.
- Ser en Acto: Aquel que ha alcanzado todo lo que puede ser.
Aristóteles distinguió dos tipos de cambio:
- Cambio Sustancial: Se produce cuando los individuos surgen o desaparecen.
- Cambio Accidental: Sucede cuando solo se transforman los accidentes (cualidades o tamaño).
Aristóteles defendía que, para pasar de potencia a acto, debía haber otro tercero que impulsase ese cambio.
El Ser Humano según Aristóteles
Para Aristóteles, el ser humano es el animal con logos, puesto que esa es la característica esencial que nos distingue de todos los demás seres vivos. El dominio de la palabra nos convierte en seres morales, capaces de apreciar lo bueno y lo justo, lo que hace posible nuestra convivencia.
De acuerdo con su teoría hilemórfica, el ser humano está constituido de materia y forma:
- Materia: El cuerpo.
- Forma: El alma.
El ser humano está hecho de una sustancia, ya que el alma y el cuerpo están unidos en una unión sustancial. La materia estaba asociada con la potencia y la forma con el acto. El alma corresponde a cómo nuestro cuerpo está estructurado y permite que estemos vivos; está relacionada con nuestra actividad vital e intelectual.
Aristóteles dividió el alma en tres partes, señalando que no todos los seres vivos son iguales:
- Función Vegetativa: Permite a todos los seres vivos nutrirse, crecer y reproducirse.
- Función Sensitiva: Hace posible que animales y personas perciban el mundo y interactúen con él.
- Función Racional: Exclusiva del ser humano, nos permite hablar y razonar.
Política Aristotélica
Para Aristóteles, el ser humano es social por naturaleza. Defendía que vivir en sociedad es parte de nuestra condición humana, pues no somos autosuficientes.
Aristóteles dividió las formas de gobierno en dos grandes grupos según su objetivo:
Regímenes que Buscan el Bien Común (Justos)
- Monarquía: Gobierna una persona.
- Aristocracia: Gobierna un grupo de personas.
- Democracia: El poder está en manos del pueblo.
Regímenes que Buscan el Bien Particular (Injustos)
- Tiranía: Se beneficia al tirano que gobierna.
- Oligarquía: Se sirve a un grupo de personas.
- Demagogia: Se ejerce el poder para beneficiarse a uno mismo.
Para Aristóteles, en definitiva, no había ningún sistema político ideal; cualquier régimen podría ser justo si atendía al bien común.
Ética Aristotélica
Aristóteles defendía que el ser humano aspiraba a ser feliz (eudaimonia). Por ello, la ética aristotélica era eudemonista. Aspirar a la felicidad implica una vida más plena que el simple hecho de comer, dormir y beber. Para ser felices, se necesita un mínimo bienestar social y se debe escoger y actuar de forma correcta.
Decía que había dos tipos de virtudes:
- Virtud Ética: Asociada a cómo nos comportamos con los demás. Es un hábito selectivo que modela nuestro carácter y nos ayuda a elegir un punto medio y no un extremo.
- Virtud Dianoética: Relacionada con la manera en que usamos nuestra realidad teórica.
Dentro de las virtudes éticas, destacó la más importante: la justicia, definida como dar a cada uno lo que le corresponde. Distinguió dos tipos de justicia:
- Justicia Conmutativa: Exige una equivalencia entre lo que se da y se recibe.
- Justicia Distributiva: Da más el que más tiene y recibe más el que más lo merece.
En las virtudes dianoéticas destaca la sabiduría, la intuición intelectual, la creencia y el arte. Nombró otra dianoética llamada prudencia, que era lo que nos ayudaba a actuar correctamente.
PLATÓN
Realidad y Conocimiento en Platón
Platón rechaza el relativismo. Defendía que existían dos ámbitos de la realidad:
- Mundo Sensible: El de las cosas, compuesto por lo que percibimos a través de los sentidos.
- Mundo Inteligible: El de las esencias, formado por realidades inmateriales captadas por la razón. Estas eran universales, perfectas, eternas e inmutables.
La metafísica de Platón es dualista. Su teoría de las ideas es una doctrina ontológica que describe las realidades existentes.
Relación entre Ideas y Cosas
Para relacionar las ideas y las cosas, Platón usó la teoría de la participación, que decía que las ideas eran modelos eternos e inmutables de las cosas. Las cosas tratan de imitar la idea y parecerse a ella. Para Platón, el mundo inteligible era superior al sensible, auténtico y verdadero.
Platón decía que existía una jerarquía de ideas, siendo el Bien la idea más importante.
Grados del Conocimiento
Al existir dos mundos, Platón defendía que existían dos formas de conocer:
- Doxa (Opinión): Conocimiento de las cosas sensibles.
- Episteme (Ciencia): Conocimiento de las ideas.
Platón llamó ascensión dialéctica al proceso de pasar de la Doxa al Episteme. En la Alegoría de la Línea (Libro VI de la República), Platón describe los distintos grados de conocimiento:
- Imaginación (eikasia)
- Creencia (pistis)
- Pensamiento (dianoia)
- Ideas (noesis)
Para Platón, el conocimiento se basaba en la reminiscencia. Por ello, cuando conocemos algo nuevo se dice que nos resulta familiar, ya que en otra vida ya lo conocíamos.
El Ser Humano Platónico
Platón decía que el ser humano estaba compuesto por dos partes: el cuerpo (material y cambiante) y el alma (inmaterial). La antropología de Platón es dualista.
Para Platón, el cuerpo, llamado sema, era una prisión en la que el alma vivía encerrada. Debemos cultivar nuestra parte racional y no permitir que el cuerpo nos arrastre, llevando una vida ascética. El alma es superior al cuerpo, ya que el cuerpo se descompone y el alma no perece; por ello, el alma es inmortal, lo cual se relaciona con la teoría de la reminiscencia.
Platón defendía la teoría de la reencarnación, donde el alma pasa por un ciclo hasta que se limpia de lo material y alcanza el mundo de las ideas.
Partes del Alma
Platón defendió que el alma tenía tres partes:
- Racional: Ubicada en la cabeza, relacionada con el pensamiento.
- Irascible: Ubicada en el pecho, sede de las pasiones y pensamientos nobles.
- Apetitiva: Ubicada en el vientre, sede de los deseos y apetitos corporales.
Si predominaba la parte racional, la persona tenía interés en aprender; si predominaba la irascible, se caracterizaba por el arrojo y el honor; si era la apetitiva, se dejaba arrastrar por pensamientos innobles e intereses materiales.
Ética Platónica
Platón creía que los valores morales eran universales y objetivos, rechazando el relativismo y siendo partidario del intelectualismo moral socrático: nadie hace el mal por ser malo, sino por ignorancia. Una vez comprendido el bien (ubicado en el mundo de las ideas), el comportamiento será bueno.
Las personas que pueden acceder al bien son aquellas con el alma racional. Platón defendía que la virtud dependía del alma:
- Alma Racional: Su virtud es la sabiduría (cultivar la inteligencia).
- Alma Irascible: Su virtud es la valentía.
- Alma Apetitiva: Su virtud es la templanza.
La virtud suprema era la justicia, que se alcanzaba cuando la razón controlaba las pasiones y deseos. Platón explica esta teoría en el diálogo Fedro, comparando el alma humana con un carro guiado por un auriga (razón) y tirado por dos caballos alados (irascible y apetitiva).
Política Platónica
En La República, Platón analizó los sistemas políticos y concluyó que los mejores eran la monarquía (gobernada por uno) y la aristocracia (gobernada por un grupo), siempre y cuando fuesen buenos y sabios.
El abuso de la aristocracia podía degenerar en timocracia o plutocracia, y luego en democracia, que a su vez podía convertirse en tiranía (dictadura). Platón buscaba una propuesta política basada en la justicia y el bien común.
En la sociedad ideal de Platón, cada grupo social correspondía a una parte del alma:
- Alma Apetitiva: Ganaderos y agricultores.
- Alma Irascible: Soldados (encargados de la defensa).
- Alma Racional: Gobernantes (quienes conocen el bien).
La propuesta de Platón era normativa, no descriptiva. Para él, una sociedad sería justa cuando cada persona ocupase el lugar que le corresponde según su alma. Distinguió dos tipos de justicia:
- Individual: Equilibrio entre las tres partes del alma.
- Social: Equilibrio entre los tres tipos de personas que forman el Estado.
SAN AGUSTÍN
Realidad y Conocimiento en San Agustín
San Agustín tiene influencias del neoplatonismo y de Plotino. Para él, Dios es la realidad suprema y la primera verdad. Defendía la existencia de esencias trascendentes, eternas e inmutables.
El mundo material no puede ser la realidad última y verdadera, sino copias imperfectas de las esencias.
El Ejemplarismo
Agustín elaboró una teoría metafísica llamada ejemplarismo, que sostenía que las esencias tienen existencia real, no en un mundo de ideas separado, sino en el pensamiento de Dios. Estas esencias son modelos ejemplares de lo que existe.
En la creación, Dios produjo las razones seminales de todos los cosmos, a partir de las cuales surge la realidad.
La Certeza y la Iluminación
Agustín consideraba el escepticismo insostenible, pues quien afirma que la verdad no se puede conocer, considera ese enunciado como verdadero, cayendo en contradicción. Todos tenemos al menos una certeza: si nos equivocamos, es porque existimos.
La auténtica realidad estaba en las esencias (modelos ejemplares), que estaban por encima del mundo sensible, y por encima de estas se encontraba Dios.
Agustín distinguió tres niveles de conocimiento:
- Sensible: Grado más bajo, aporta información sobre el mundo material.
- Racional Inferior (Ciencia): Permite acceder a verdades universales.
- Racional Superior (Sabiduría): La verdadera sabiduría, alcanzada gracias a la iluminación.
La iluminación defiende que, para conocer la verdad, debemos hacer una introspección dentro de nosotros con la ayuda de Dios.
Ética Agustiniana: Libre Albedrío y Mal
La teoría ética agustiniana presta mucha atención al pecado. Agustín decía que disponemos del libre albedrío, la capacidad de elegir entre el bien y el mal, don que Dios nos ha otorgado.
Debemos distinguir entre:
- Libre Albedrío: La capacidad de elegir.
- Libertad: El resultado de usar correctamente el libre albedrío (ser verdaderamente libres es seguir a Dios y salvar el alma). Pecar nos aleja de la libertad.
Ante el problema del mal, Agustín atacó el maniqueísmo (que postulaba dos fuerzas enfrentadas: bien y mal). Recurrió a las ideas de Plotino para explicar que existen dos clases de mal:
- Mal Físico: Dolor o enfermedad.
- Mal Moral: Ejercido por unos sobre otros.
No se puede acusar a Dios de ninguno de estos males.
Dios, Fe y Razón en San Agustín
San Agustín aborda la relación entre razón (filosofía) y fe (revelación y teología). Propone que razón y fe no se oponen, sino que se complementan y se ayudan mutuamente. La fe no es irracional: se necesita la razón para comprenderla, y la fe ilumina a la razón para conocer la verdad.
La verdad más alta es el conocimiento de Dios, al que nos conduce la fe y la filosofía. Para Agustín, la razón y la fe están unidas indisolublemente. Por esto Agustín dice que hay que creer para entender.
Las reflexiones acerca de la Trinidad son importantes. La Iglesia estableció que en Dios hay una sola naturaleza (ousía) que se presenta en tres hypostasis o personas diferentes. Boecio (siglo VI) definió las personas como sustancias individuales de naturaleza racional.
Política Agustiniana
La política de San Agustín se entiende a partir de su famosa distinción entre la Ciudad de Dios y la ciudad terrenal:
- Ciudad de Dios: Formada por quienes aman a Dios por encima de todo y viven con humildad.
- Ciudad Terrenal: Reúne a quienes se guían por el orgullo, el egoísmo y el deseo de poder.
Estas dos «ciudades» no son lugares físicos, sino dos modos de vivir que conviven a lo largo de la historia humana, base de su visión escatológica.
Respecto a la relación entre Iglesia y Estado, Agustín establece una diferencia clara entre sus fines:
- Iglesia: Se ocupa de la salvación espiritual.
- Estado: Tiene la misión de mantener el orden, frenar la injusticia y garantizar la convivencia.
Para Agustín, incluso un Estado imperfecto o injusto es preferible al desorden absoluto. Su pensamiento se reflejó en el conflicto con los donatistas: Agustín defendió que la validez de los sacramentos depende de Dios y no de la pureza moral del sacerdote, mostrando que ambas instituciones (Iglesia y Estado) pueden cooperar cuando el bien común lo requiere.