Variedades geográficas del español: dialectos y características

TEMA 3. VARIEDADES GEOGRÁFICAS DEL ESPAÑOL: los dialectos del castellano.

En España, el español presenta cinco tipos de variedades geográficas o dialectales:

  1. Variedades geográficas de las zonas bilingües.
  2. Variedades geográficas de las zonas en contacto con los dialectos leonés y aragonés.
  3. Variedades geográficas septentrionales.
  4. Variedades geográficas meridionales, en las cuales se incluye: El andaluz.
  5. Las hablas de transición (el extremeño y el murciano, El canario)

Fuera del territorio español, se diferencian también las variedades hispanoamericanas.

1. El español en zonas bilingües.

En las comunidades bilingües, el español ha adoptado realizaciones peculiares en las que destacan las interferencias (transferencias de elementos fonéticos, morfosintácticos y léxicos de una lengua a otra).

  • El catalán ha influido en los siguientes rasgos del castellano: la articulación palatal del fonema /l/, sobre todo en la terminación -al; el ensordecimiento de la /d/ final de palabra (amistat); la pronunciación labiodental de v en zonas que distinguen entre /b/ y /v/; interferencias gramaticales y léxicas tales como el uso del artículo con el nombre propio (el Joan); el dequeísmo (afirmó de que), o calcos como hacer tarde por «llegar tarde».
  • La influencia del gallego se observa en la entonación; en el cierre de las vocales finales /o/ y /e/; en el uso único del pretérito perfecto simple (lo dijo esta mañana); en la preferencia por el diminutivo -iño / -iña; en los calcos de construcciones gallegas como el uso enclítico de los pronombres (díjome que fuera), o el uso del dativo ético (te hace buen tiempo).
  • El vasco, que influyó en la formación del castellano (por ejemplo, en el vocalismo o en la pérdida de la f- inicial), también lo hace en la lengua actual: en las estructuras sintácticas verbales (Pedro es de venir hoy; Estoy de hambre); en el leísmo femenino (Le llaman a María), o en la ausencia de pronombres de complemento directo (¿Te preparo? por ¿Te lo preparo?).

2. El español en contacto con los dialectos históricos

En las zonas de contacto con los dialectos leonés y aragonés, el español presenta también características peculiares:

  • La influencia del asturiano (variedad del leonés) se percibe en el cierre de las vocales finales /e/, /o/; el uso del diminutivo -ín / -ina; los plurales femeninos en -es; los verbos pronominales sin pronombre (¿Ya marchaste?); los pronombres enclíticos (díjome, compreme), o la preferencia por el perfecto simple.
  • Las hablas aragonesas influyen en rasgos como la entonación; la combinación pronominal se le / les en vez de se lo / la (se les he dicho); la preferencia por el sufijo – ico / -ica (casica); el uso particular del pronombre personal con preposición (con mí, para tú); y en el empleo de abundantes aragonesismos.

En el castellano actual se distinguen dos variantes dialectales o geográficas: los dialectos septentrionales, próximos a la norma y los dialectos meridionales, más diferenciados.

3. Variedades septentrionales.

Se entiende por el dialecto castellano septentrional al conjunto de modalidades dialécticas del español empleadas en la mitad norte de España, en el área que va desde parte de Cantabria y de Vizcaya por el norte, a Cuenca en el sur, limitando al este con el aragonés y el catalán y por el oeste con el astur-leonés. El español septentrional tiende a considerarse dentro de España el más conservador y el más cercano al español normativo.

El español septentrional se usa en oposición a los dialectos españoles meridionales, de los que los mejor estudiados son los de Andalucía.

Algunos rasgos característicos son:

  • Pronunciación ocasional de “d” final de palabra como /z/: Madriz, soledaz
  • Pronunciación de la “c” final de sílaba como /z/: pazto, contazto
  • Pérdida ocasional de la “d” en el participio de 1a conjugación: cansao, perdio
  • Generalización del leísmo y presencia del laismo

4. Variedades meridionales: el andaluz.

Consideramos como variedad dialectal el andaluz, dejando el murciano, el extremeño y el canario como dialectos-lenguas de tránsito por tener éstos otras influencias. Los límites geográficos del dialecto andaluz coinciden prácticamente en su totalidad con los límites geográficos de la región de Andalucía, aunque rebasándola hacia el sur de Badajoz y el oeste de Murcia.

Rasgos característicos:

  • Seseo o reducción de las sibilantes ‘ç’ y ‘z’ a una /s/. Es propio del área occidental. Se considera hoy día correcto por el influjo socio-histórico de Sevilla.
  • Ceceo como resultado de la reducción de ‘ç’ y ‘z’ a /θ/. Se da en zonas de Málaga, Granada y Almería. Es considerado pronunciación vulgar.
  • Yeísmo es la confusión entre el fonema /l/ y el fonema /ʎ/, fenómeno muy extendido en todo el castellano, salvo en algunas áreas laterales como Valencia y Baleares.
  • Confusión entre ‘l’ y ‘r’: ‘*sordado’, por ‘soldado’,’*arma’ por ‘alma’ y que coincide con un vulgarismo.
  • Aspiración o casi desaparición de ‘s’ en posición final o implosiva de sílaba. Esto obliga a abrir la vocal anterior para distinguir el singular del plural: ‘niño’ (singular): ‘niñoh’ (plural).
  • Aspiración de ‘h’ inicial, ‘juerga’ por ‘huelga’ y pérdida de fonemas sonoros, ‘soleares’ por ‘soledades’.
  • Abundantes arcaísmos en el vocabulario: ‘ansias’ por ‘náuseas’; gran influjo del gitano: ‘gachí’, ‘parné’, y aún un mayor influjo del árabe, ‘juro’ (=cierto), ‘matjal’ (medida agraria).

5. Variedades meridionales: hablas de transición.

Se conoce como hablas de transición aquellas modalidades que comparten rasgos del castellano meridional y de otras variedades. Se sitúan en este grupo el extremeño, que tiene rasgos comunes con el castellano septentrional, el andaluz y el leonés; el murciano, con influencia del andaluz, el aragonés, y también el catalán, y el canario, que comparte rasgos del andaluz y de las variedades del español de América.

El canario

El habla de las islas Canarias, como variedad lingüística propia, es el resultado de la castellanización de las islas, iniciada en el siglo XV y llevada a cabo mayoritariamente por pobladores procedentes de Andalucía. Otros factores que influyeron decisivamente en el nacimiento del canario fueron la abundancia de portugueses en las islas, la situación de puente con América y la pérdida de la lengua de los pobladores autóctonos: el guanche. Las repercusiones de estos hechos en la manera de hablar de los canarios se manifiestan tanto en la pronunciación, en la que abundan los rasgos andaluces, como en el léxico, en el que se conservan portuguesismos (pica, guiñar un ojo; cañoto, zurdo), americanismos (papa, patata; cucuyo, luciérnaga) y guanchismos (gofio, harina de maíz preparada; baifa, cabra). De entre las características más significativas del canario destacan estas:

  • Tendencia al seseo.
  • Aspiración muy marcada cohen (cogen).
  • Neutralización de l y r cuando van a final de sílaba, especialmente en las zonas rurales.
  • Sustitución de vosotros por ustedes con el verbo en tercera persona.
  • Entonación próxima a la de ciertas zonas de América del Sur.

El extremeño

La variedad hablada en tierras de Extremadura es un habla de transición entre el castellano del norte y el andaluz. Entre los rasgos que caracterizan el extremeño destacan:

  • Aspiración generalizada niñah (niñas); muhé (mujer).
  • Abundancia de leonesismos y arcaísmos castellanos en el léxico.
  • Frecuencia de sufijos diminutivos, especialmente -ino e -ina.

El murciano

Como ocurre con el extremeño, el murciano es una variedad de transición que recibe la influencia de las formas de hablar que lo rodean: el castellano de Castilla-La Mancha, el valenciano y el andaluz. No hay, por consiguiente, un conjunto de rasgos exclusivos del murciano, sino más bien rasgos compartidos con otras hablas:

  • Tendencia a la aspiración, especialmente de la s.
  • Neutralización de l y r.
  • Abertura del diptongo ei: vainte (veinte).
  • Pérdida de consonantes intervocálicas, especialmente b y d.