Arte Paleocristiano y Bizantino: Características y Evolución

Arte Paleocristiano (Preg. 1,2 y 3)

Las características del arte paleocristiano se desarrollaron a partir del nexo ocurrido entre dos etapas del arte occidental y su cultura, la Antigüedad Clásica y la Edad Media.
Las tierras que daban al Mediterráneo eran dominadas, desde el siglo V a.C. hasta el siglo V d.C., por Roma. Fue durante todo este milenio que el arte Romano caracterizaba a la cultura. Pese a estas características romanas, comenzó a surgir en el siglo I d.C. en la provincia de Judea un movimiento que se conoció como cristianismo, que pretendía reformar el judaísmo, lo que no era de mucho agrado para el Imperio Romano. Es durante los próximos tres siglos que se les perseguiría constantemente y con gran fervor por los emperadores.
Todo esto trae consigo la razón por la que no se desarrollaron las primeras iglesias como grandes construcciones, sino que se trataba de viviendas típicas pero adaptadas al culto, especialmente las llamadas Domus Ecclesiae. Es allí donde los cristianos realizaban sus eucaristías sin que fueran descubiertos. Estas iglesias clandestinas no tenían símbolos que las identificaran, sino que eran casas típicas. Si se diera el caso de que la casa fuera donada por su propietario a la iglesia, se le llamaba Títulus. Todo este contexto es lo que lleva al nacimiento del arte paleocristiano, o arte cristiano primitivo.

El desarrollo del arte paleocristiano se da entre los siglos II y V después de Cristo primordialmente, en el que se diferencian dos etapas. La primera etapa es la época de persecución y luego, la segunda etapa, será la de libertad religiosa.


Etapa de persecución:

Se desarrolló a partir de finales del siglo II y durante el siglo III después de Cristo.
Fue durante toda esta etapa que los cristianos eran perseguidos por el imperio, siendo dos de sus manifestaciones artísticas y arquitectónicas de mayor importancia los Domus Ecclesiae y los Cimeterios, mejor conocidos como cementerios.
Durante la primera etapa del arte paleocristiano el más típico desarrollo de su arquitectura fueron las catacumbas. Estas eran básicamente cementerios subterráneos donde los cristianos enterraban a sus muertos y realizaban algunos rituales. Constaban de caminos subterráneos que formaban una especie de laberinto.
Estas catacumbas consistían en pasillos estrechos a los cuales llamaban Ambulacrum que contenían muchos nichos en sus paredes, estos se llamaban Locull. Los cuerpos de los mártires tenían nichos que eran especiales realizados en forma de arco, llamados arcosolium.
También tenían zonas un poco más espaciosas, como los cubículos para la realización de algunas liturgias. En algunas de estas catacumbas los cristianos solían pintar escenas bíblicas, tales como Jesucristo y la Virgen María, por ejemplo. Eran figuras muy sencillas, todas solían ser muy frontales y con ausencia de profundidad y perspectiva.
En casi todas las catacumbas se encuentran claraboyas abiertas en el techo de las criptas o en las mismas galerías, en principio se usaban para subir a la superficie la tierra que se extraía durante su construcción y se dejaban abiertas para que fueran puntos de iluminación y ventilación.
Los símbolos eran tema que dominaba en casi todas las sepulturas, se encontraban imágenes como la paloma representando la paz, la cruz y el ancla la salvación, el ave fénix la resurrección y el pescado y el Buen Pastor correspondían a la imagen de Cristo. Las pinturas al fresco reproducían escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.


Etapa de libertad religiosa:

Pasaron casi 300 años de persecución hacia los cristianos hasta que el emperador Constantino I decidió promulgar el Edicto de Milán en 313, con lo que se permitiría la libertad de culto, tras una larga y dura lucha que dejó decenas de mártires del cristianismo. Pasarían luego 70 años más para que el emperador Teodosio I convirtiera al cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano con el Edicto de Tesalónica en 380.
El arte paleocristiano, gracias al Edicto de Tesalónica, se pudo expresar con mayor libertad, lo que generó su evolución. Las nuevas congregaciones cristianas cada vez serían más numerosas, no tenían ya por qué esconderse en catacumbas y domus ecclesiae, y se comenzaron a construir las primeras basílicas cristianas. El estilo arquitectónico basilical se utilizó originalmente para edificios públicos donde se celebraban los tribunales, además de servir a otras funciones oficiales y públicas. La basílica estaba ubicada en el centro de todas las ciudades romanas, generalmente adyacente al foro principal. A medida que el Imperio Romano adoptó el cristianismo, los principales edificios de la iglesia se construyeron típicamente con este estilo y, por lo tanto, se hizo popular en toda Europa.
Muchas de las basílicas cristianas construidas durante el segundo periodo, especialmente en sus inicios, fueron cedidas por el emperador Constantino para el culto a los cristianos. Estas basílicas constaban de tres a cinco naves separadas por columnas, donde los devotos escuchaban la misa de pie. Al final de esta nave se encontraba el presbiterio, siendo allí donde el sacerdote impartía los sacramentos, mientras que al fondo estaba una cabecera en forma de ábside.
Este ábside semicircular era la parte de mayor importancia de las basílicas paleocristianas, considerando que era el lugar donde se encontraba el altar. Había, además, una nave transversal llamada transepto, cuya función era buscar la reproducción de la cruz de Cristo en esta planta basilical.
Sobre estas naves laterales se encontraban galerías llamadas matroneo destinadas a las mujeres. Por otro lado, estaba el vestíbulo, también llamado nártex o pórtico que precede a las naves, era el lugar donde las personas que se encontraban iniciándose en el cristianismo, y que además no habían sido bautizadas, podían presenciar parte de las misas.


Diferencias entre la basílica paleocristiana y la basílica romana:

Tras haber conseguido la libertad de culto y la libre expresión de la religión, los cristianos debieron buscar un lugar nuevo y más espacioso donde acoger a la gran cantidad de fieles para la liturgia. Entre los distintos tipos de edificios romanos de aquel entonces, eligieron como sitio ideal las basílicas romanas, ya que cumplían con las características necesarias. Las basílicas eran un tipo de edificio que se utilizaba con fines públicos, como el comercio por ejemplo. Contaba con una planta rectangular y un gran espacio interior dividido en naves, siempre con una principal al medio. El gran espacio y la disposición de la basílica fue lo que llevó a los cristianos a elegir este tipo de edificio. Tenía una gran capacidad de aforo para todos los fieles y la disposición rectangular con una ábside al extremo de la nave central le daba una jerarquía al lugar, dándole importancia al altar donde se generaría la liturgia.
Así, las primeras iglesias cristianas tomaron como lugar de culto el modelo de la basílica romana, y lo que cambiaron fue su función. Pasaron de ser edificios civiles a edificios religiosos.

Además, las plantas de las basílicas romanas tienen forma de cruz griega, en cambio la planta de las basílicas paleocristianas tienen forma de cruz latina.


Arte Bizantino (Preg. 4, 5, 6 y 7)

El arte bizantino es el arte que se desarrolló en el imperio bizantino, desde el siglo IV, que se fue extendiendo a partir del siglo VI por el Imperio Romano oriental, siendo la ciudad de Constantinopla, la capital del imperio romano del este, el centro artístico más importante de este período. El Imperio bizantino tuvo una importante influencia sobre Occidente. Frente a la fragmentación de Europa a causa de las invasiones bárbaras, Bizancio supuso la continuidad del Imperio romano y la pervivencia de la herencia del mundo griego. Fue por tanto, modelo e inspiración para el arte occidental, sobre todo para el Románico, e incluso en elementos del gótico.
La prolongada historia del Imperio bizantino puede subdividirse en tres periodos:
– La Primera Edad de Oro se desarrolló en los siglos V, VI y VII, y tuvo su máximo esplendor a lo largo del VI, coincidiendo con el gobierno del emperador Justiniano y de Teodora. Este periodo terminó con el estallido de la revolución iconoclasta.
– La Segunda Edad de Oro tuvo lugar durante los siglos IX, XI y XII, tras superar la revolución de los iconos. En esta etapa, Bizancio se distanció de Europa. La ruptura con la Iglesia de Roma supuso el nacimiento de la Iglesia ortodoxa y el alejamiento espiritual y material de Occidente. Este periodo concluyó a causa de la Cuarta Cruzada, cuyos caballeros tomaron Bizancio, haciendo tambalearse el Imperio.
– La Tercera Edad de Oro se prolongó a lo largo de los siglos XIV y XV, hasta el año 1453, en que Bizancio fue conquistada por los turcos, y desaparecieron definitivamente el Imperio y el arte bizantinos. Durante esta última fase, sus creaciones se orientalizaron aún más, y se expandieron por otros territorios, dando lugar a nuevas artes, como el arte ruso.


Concepto de Arte Bizantino:

Es un arte estático, que tiene a Cristo como tema central. Al comienzo tomó influencia del Bajo Imperio romano con el añadido de la ornamentación de sus frescos, de raíz helenística. En Arquitectura se destacaron las basílicas con cúpulas, o las iglesias con forma de cruz griega, siendo una característica predominante el uso de arcos y capiteles decorados. En el exterior continuaron usando el ladrillo y la piedra. La influencia persa fue notable en época del emperador Justiniano.
Durante los siglos VII a IX este arte decreció su expresión por influencia del islamismo, ya que los árabes sitiaron Constantinopla en el año 674, durante el reinado de Justiniano II; y de quienes consideraban a esas imágenes religiosas o íconos, como blasfemos (iconoclastas). Repuesto el poder de los reyes primero macedónicos, con la toma del poder por Basilio I, y luego con el reinado de los Comnenos, desde Alejo I; o sea, a partir del año 867, resurgió el arte bizantino con gran refinamiento, tornándose los íconos más espiritualistas y simbólicos.


Basílica Santa Sofía:

Antes de ser la ciudad más grande de Turquía, Estambul fue Constantinopla, la gran capital del Imperio Bizantino. Se llamó Imperio bizantino al Imperio romano de Oriente que perduró durante 10 siglos luego de la caída del de Occidente. Fue uno de los grandes imperios de la historia. Su nombre, que comenzó a usarse en el siglo XVI, proviene de Bizancio, la antigua ciudad sobre la que fue fundada su capital, Constantinopla.
El Imperio bizantino se consideró a sí mismo el auténtico continuador del Imperio Romano y, durante su larga permanencia, fue el eje del comercio entre Oriente y Occidente. A partir del siglo XI comenzó un proceso de decadencia que se acentuó a partir de la ocupación de la ciudad por las tropas de la cristiandad romana durante la cuarta Cruzada.
El Imperio bizantino era un estado teocrático. A partir del reinado de Justiniano I se inició el cesaropapismo, es decir, el emperador tenía el poder político (del césar) y religioso (también era el papa). Por lo tanto, el emperador era un representante de Dios en la tierra.
El imperio se organizaba como un Estado centralizado con una burocracia administrativa extremadamente eficiente que se ocupaba de regular y controlar todos los aspectos de la organización estatal: desde la organización del ejército, la justicia y las cuestiones religiosas, hasta la moneda, los pesos y medidas, el control de calidad de la producción artesanal, etc.


Fue allí que se construyó la primera, segunda y tercera versión de Santa Sofía. Fue construida durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537 y es una de las obras maestras del arte bizantino. Entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del Papa. Después de funcionar como iglesia durante más de 900 años, en 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita. Las primeras dos versiones de la basílica fueron destruidas por
incendios, y la tercera, (la que conocemos actualmente), se finalizó por órdenes del emperador Justiniano I en el año 537. Desde entonces y hasta 1453, este templo funcionó como basílica cristiana y sede de la iglesia ortodoxa oriental. Sin embargo (por un breve periodo de tiempo) durante la Cuarta Cruzada (1204) se convirtió en una catedral católica.
Más allá de su función religiosa, Santa Sofía fue ideada como un reflejo del Imperio Bizantino y su gran poder. Construida a una escala nunca antes vista (tanto así que fue la iglesia más grande del mundo hasta que se finalizó la catedral de Sevilla a principios del siglo XVI), la basílica implicó un gran gasto para Justiniano debido a la importación de materiales desde todos los rincones del imperio. Además, el espacio pasó por diferentes ajustes estructurales durante varios años. La enorme cúpula, por ejemplo, se cayó durante un terremoto y tuvo que ser restaurada.
Estructura de la cúpula de Santa Sofía:
En el año 527 en la ciudad de Constantinopla, el emperador Justiniano admite el poder, y poco después pierde popularidad por la suba de impuestos y maltrato de su parte. En el año 532 se forma una gran revuelta entre los ciudadanos e intentan sacarlo del poder, y en medio del disturbio, Justiniano logra imponerse demostrando su poder. Decidió mandar a construir la Basílica de Santa Sofía, edificio que ya había sido destruido anteriormente. Poco tiempo después de su orden comienzan a construirla. Debían lograr la construcción más importante de todo el imperio.
Tras la conversión del Imperio Romano al Cristianismo, los cristianos pudieron dejar de esconderse para celebrar la liturgia, por lo que tomaron como lugar de culto las basílicas romanas. Pero Justiniano quería demostrar que era capaz de más, por lo que decidió inspirarse en una de las estructuras más importantes e icónicas del Imperio Romano, el Panteón, y su grandiosa cúpula sinónimo de poder y grandeza. Justiniano debía lograr algo mejor que eso, por lo que decidió combinar la estructura rectangular de la basílica romana con la cúpula circular encima. Las cúpulas se construían siempre sobre edificios circulares, pero Santa Sofía sería la excepción. E l primer problema que se les presentó fue de qué manera conciliar esas dos estruct

uras logrando que formen un solo edificio. Se consideraba que la mejor forma de sostener una cúpula circular era en columnas, ahorrándose la grande y pesada estructura del muro en forma de anillo, como era el caso del Panteón romano. Pero esto llenaría de columnas la parte interior de la

basílica, por lo que se decidió que la mejor opción sería prescindir de ellas. Se optó por construir cuatro pilares y sobre éstos, cuatro arcos. De esta manera consiguieron una estructura estable para la base de la gran cúpula. Pero seguía teniendo la forma cuadrada en su base, por lo que utilizaron las pecinas, un elemento triangular curvo puesto en los ángulos de la base cuadrada formada por los cuatro arcos, consiguiendo de este modo la base circular que estaban buscando.


El segundo problema al que se tuvieron que enfrentar fue que el gran peso de la cúpula podía hacer colapsar los arcos, y para mantener todo en su lugar y hacer contrapeso, se levantaron dos semicúpulas a los lados, las cuales a su vez, estaban sostenidas por otras dos semicúpulas más. Y a los otros dos lados, se colocaron contrafuertes.
En 558 la cúpula colapsó a causa de un terremoto, el problema era que la estructura era demasiado plana, no conseguía la estabilidad necesaria para poder enfrentarse a hechos como tales. Para solucionarlo debían conseguir una estructura más alta y liviana. Se construyó otra cúpula 6 metros más alta que la anterior, y utilizando un sistema de herraduras, que consta de arcos que toman la forma de la cúpula. Luego se cubrió todo, pero para hacerla más ligera, en la base de la cúpula se abrieron 40 ventanales en forma de arcos de medio punto, consiguiendo mayor estabilidad e iluminación. El anillo de ventanales de la cúpula es lo que nos da la sensación que la cúpula flota en el aire.


Pantocrátor:

Este majestuoso mosaico del periodo bizantino medio está situado en el ábside central sobre el altar mayor de la basílica ortodoxa de Monreale, en Silicia, Italia. La figura dominante corresponde a Cristo Pantocrátor, el «Gobernador Supremo». Su gesto dramático, que sigue la forma del ábside, abraza al observador abriendo el espacio situado debajo y nos recuerda la magnanimidad de Cristo. El halo ortodoxo tradicional con la cruz central (símbolo de la Pasión de Cristo) hace que Cristo aparezca como gobernador y juez espiritual supremo del cielo y de la tierra. Como es habitual en la decoración de las iglesias bizantinas, el arte y la arquitectura crean un entorno armonioso y pacifico que invita a la meditación.
El hecho de que el rey normando Guillermo de Sicilia (1154-118g), quien fundó la catedral en el año 1174, decorara la basílica italiana con 130 mosaicos con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento (todos ellos creados según las técnicas y la estética bizantinas tradicionales) es sin duda un síntoma de la creciente influencia del arte y la cultura bizantinos. Siguiendo la devoción bizantina por la simetría y la jerarquía, en la pared del ábside, justo debajo de Cristo Pantocrátor, se encuentra la figura de la Virgen con el Niño en su regazo; a su derecha está el arcángel Gabriel y a su izquierda el arcángel Miguel; junto a cada arcángel hay seis apóstoles; y catorce santos, siete a cada lado, flanquean la ventana que hay debajo.


Análisis:

1 CRISTOGRAMA
Dividido en dos partes, se puede ver el Cristograma (o monograma) «ICXC», un acrónimo de las palabras griegas correspondientes a «Jesús Cristo». Encima aparece una virguilla, un antiguo símbolo cirílico que indica que «ICXC» es un nombre sagrado.
2 CARA DE AUTORIDAD
La representación de Cristo con expresión melancólica o severa es típica de las imágenes de Cristo Pantocrátor. La orientación frontal de su cara indica que Cristo se muestra accesible ante el observador y que está dispuesto a implicarse con él. No obstante, sus ojos no se dirigen al observador, sino al reino espiritual; se trata de una forma de recordarle al devoto que la mirada constante del Todopoderoso, aunque receptiva, es la de un ser superior, más espiritual.
3 MENSAJE DE CRISTO
El evangelio abierto en su mano izquierda corresponde a Juan 8:12: «Yo soy la luz del mundo: el que me siga, ya no andará más en tinieblas». Muchas referencias bíblicas apuntan a Cristo como el origen de la luz interna, algo que también sugieren los mosaicos dorados que rodean su figura.


Arte románico: (preg. 8 y 9)

El románico fue un estilo artístico que se difundió en gran parte de Europa entre el siglo XI y los primeros años del siglo XIII d. C.
Se manifestó de manera más relevante en arquitectura, caracterizándose por su aspecto de solidez y por el uso del arco de medio punto y las bóvedas de cañón y de arista. Por este motivo, cuando el estilo comenzó a ser identificado y estudiado en el siglo XIX, se le dio el nombre de “románico” al ser considerado una derivación del arte romano.
Su desarrollo coincidió con la expansión del feudalismo, la fundación de la orden religiosa del Cister, la reforma de la orden benedictina que daría lugar a la orden de Cluny, las cruzadas y un intenso movimiento de peregrinaje hacia las iglesias que poseían reliquias sagradas.
La manifestación más importante del arte románico fue la arquitectura religiosa, especialmente sobre iglesias y monasterios.
Las distintas disciplinas artísticas, como la pintura, escultura y el mosaico, estaban subordinadas a la arquitectura. Las paredes de las iglesias estaban cubiertas por pinturas y relieves que tenían una función narrativa: transmitir a los fieles, generalmente analfabetos, los principios del cristianismo. Por ese motivo se ha llamado a las iglesias románicas “biblias de piedra”. La estructura de sus construcciones sentó las bases del estilo posterior, el gótico.


Arquitectura en el arte románico:

La manifestación más clara de la arquitectura románica son las iglesias, como se ha mencionado anteriormente.
Muchos de estos edificios albergaban reliquias de santos, consideradas sagradas para sus fieles, y por lo tanto fueron centros de peregrinación que recibían viajeros de toda Europa.
Para generar un espacio eficiente, tanto para la liturgia habitual como para el culto de las reliquias, durante el románico se desarrolló un tipo de planta con naves laterales, crucero y ábside con capillas, que permitía la circulación de los peregrinos por la iglesia.
Las iglesias se orientaban de oeste a este y la forma de esta planta, conocida como cruz latina, se asoció simbólicamente con la crucifixión de Cristo. Los
rasgos más característicos de las construcciones fueron las coberturas abovedadas, normalmente resueltas con bóvedas de cañón corrido y de crucería; aunque en algunas regiones de Francia también se emplearon pequeñas cúpulas para techar los tramos de las naves. El crucero tenía una cobertura en forma de cimborrio, generalmente con techumbre plana.
Para resistir el empuje de la cobertura abovedada, las paredes eran gruesas y macizas y sus aberturas estrechas, de forma abocinada.


Iglesia de San Martín de Fromista:
San Martín de Fromista fue en principio un monasterio financiado por Doña Sancha viuda del rey Sancho el Mayor de Navarra y ocupado por los benedictinos y lugar de retiro de la reina. El edificio que sufrió un gran deterioro se restauró entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Su planta es de tipo basilical con tres naves, más ancha la central, las tres con bóvedas de medio cañón aspecto original y divididas o compartimentadas en cuatro tramos. El transepto no sobresale en planta; sobre el crucero un cimborrio octogonal; tres ábsides hacia oriente y dos torres cilíndricas en la fachada occidental.
El espacio de la nave central con bóveda de medio cañón se compartimenta y refuerza por arcos fajones y formeros sobre pilares cruciformes y las medias columnas adosadas. Una novedad es que las naves laterales también tienen cubiertas de medio cañón. Los tres ábsides, mayor el central, tienen bóveda de cuarto de esfera o de horno.
El sistema de contrarresto es el siguiente: el peso de la nave central se traslada a las naves laterales y de estas a los pilares, al muro y contrafuertes. La iluminación es escasa pues predomina el macizo sobre el vano. La luz entra fundamentalmente por el cimborrio y por las ventanas laterales, pero deja a la nave central bastante poco iluminada. Los elementos decorativos en el interior están constituidos por e capiteles con iconografía variada: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, fantásticos., vegetales, geométricos.
En los ábsides se aprecia la geometrización y la compartimentación del espacio tanto verticalmente mediante las columnillas adosadas, como horizontalmente con líneas de imposta, ajedrezado, cornisa.


Con todo lo anteriormente dicho, no podemos tener dudas sobre la datación del edificio. Nos encontramos con un perfecto ejemplo de románico. A él se debe tanto la concepción de la planta como el tipo de arco de medio punto y abocinado que, como ya decíamos, nos deja apreciar el muro y su grosor, necesitado de contrafuertes para conseguir la estabilidad de las pesadas bóvedas de cañón que suele utilizar este estilo.
Por otra parte, la forma de los volúmenes, escalonados hacia el gran cimborrio con una fuerte presencia de lo geométrico que genera espacios independientes que se van uniendo sobre el plano, nos pone en la pista del estilo, de la misma manera que la horizontalidad del alzado exterior que es remarcado por las líneas de taqueado jaqués que adornan los muros.


Arte Gótico: (Preg. 10, 11, 12, 13 y 14)

El arte gótico es un estilo artístico que predominó en la arquitectura religiosa, escultura y pintura de Europa entre el siglo XII y el siglo XV, hasta el surgimiento del movimiento cultural del Renacimiento. Lo precedió el arte románico (siglo XI y XII). En un principio, el término gótico fue designado de manera despectiva por los escritores italianos clasicistas del Renacimiento que consideraban a todo lo que no era clásico como una fealdad. Le atribuían el arte gótico a las tribus bárbaras que habían destruido al Imperio romano y su cultura clásica del siglo V d. C. El arte gótico fue valorado recién a partir del siglo XIX d. C. y fue considerado grandilocuente e imponente.


Entre las principales características del arte gótico se destacan:

1. El principio de la estética de la luz como fundamento de todo arte. Fue capaz de representar la idea teocentrista de la luz de Dios.
2. Su aplicación en la arquitectura religiosa, como monasterios y catedrales.
3. El uso del arco ojival que terminaba en forma apuntada y generaba sensación de gran altura. Se aplicaba para las cúpulas, puertas y ventanales.
4. La aplicación de innovadoras técnicas de arquitectura que permitieron alcanzar el estilo único de techos altos, arcos arbotantes y extensas paredes de vitrales.
5. El diseño de formas extravagantes aplicadas tanto en la escultura como en la decoración arquitectónica.
6. La decoración con materiales brillosos y el uso de colores vivos, para exacerbar el concepto de luminosidad.
7. La aplicación de extensos ventanales de colores que reflejaban diferentes tipos de luz hacia el interior de las catedrales y monasterios.


Catedral gótica:

El edificio tipo de la arquitectura gótica, la catedral, representaba el universo en microcosmos, y cada concepto arquitectónico, incluyendo la altura y perfiles perfectos de la estructura, pretendía transmitir un mensaje teológico: la gran gloria de Dios y su creación de un universo perfecto. El edificio se convierte en un microcosmos de dos maneras. En primer lugar, la naturaleza matemática y geométrica de la construcción es una imagen del universo ordenado, en el que se puede percibir una racionalidad y una lógica
subyacentes. En segundo lugar, las estatuas, la decoración escultórica, los vitrales y los murales incorporan la esencia de la creación en representaciones de acontecimientos del Antiguo y del Nuevo Testamento. Tienen las siguientes características:
Suele tener planta de cruz latina, dividiendo su sector longitudinal en 3 o 5 naves y en 3 naves el transepto, el cual se suele situar en el centro del edificio, alejándose de la cabecera.
Tiene girola sencilla o doble. La cabecera es muy grande: rodeada de una corona de capillas radiales. Se destaca el crucero con cimborrio.
Normalmente, en la nave central se sitúa el coro, sobre todo en las catedrales españolas.
Se destaca la fachada principal, aunque también tienen importancia las fachadas de los laterales del transepto. En general, las fachadas tienen forma de H. Flanqueada por dos torres, generalmente con 3 puertas, y en el centro el rosetón. Puede rematar en terraza (plana) o en torres apiramidadas o chapiteles.
En sentido horizontal se divide en 3 cuerpos:
El cuerpo inferior con 3 puertas que se corresponden con las naves interiores, el cuerpo medio tiene en el centro el rosetón, flanqueado por ventanales, galería de arcos y torres.
En sentido vertical, se divide en tres calles: la correspondiente con la nave lateral sur, a correspondiente con la nave central, y la correspondiente con la nave lateral norte


Lo más decorado es la fachada, pero en ella destaca la puerta. Se repiten los mismos elementos de la portada románica pero con ciertos cambios: tímpano con forma de arco ojival y arquivoltas también ojivales. También hay algunos cambios en la decoración escultórica: La decoración del tímpano se dispone en frisos superpuestos.
En las arquivoltas, la decoración escultórica se sitúa en la dirección del arco.
Las esculturas de las jambas y el parteluz son casi de bulto redondo, y están protegidas por doseletes. Se disponen sobre ménsulas.


Diferencias entre la catedral gótica y la iglesia rural románica:

El arte románico y el arte gótico son estilos artísticos donde la fuente de inspiración va a ser la religión, con la diferencia de que el románico fue predominante en Europa durante los siglos XI – XII – XIII y el gótico desde mediados del siglo XII hasta prácticamente con el advenimiento del Renacimiento, es decir, siglo XV.
Las grandes diferencias arquitectónicas se dan sobre todo en los elementos constructivos pues si en el románico se van a dar las plantas de cruz latina o basilical en el gótico también se van a dar la planta basilical, aunque de mayor tamaño y las plantas de salón. Entre los soportes en el románico veremos el pilar simple y compuesto y en el gótico los pilares fasciculados, por lo que respecta a los arcos en el románico predominan los arcos de medio punto y en el gótico los arcos apuntados.
Además, en los edificios góticos sobre todos en las grandes catedrales veremos la utilización de los arbotantes para contrarrestar las fuerzas de sus altos muros, pues son edificios que se caracterizan por su esbeltez, todo lo contrario, a lo que el románico nos tiene acostumbrado a ver, ya que estos se tratan de edificios de dimensiones más reducidas.
El románico es oscuridad debido a la escasez y falta de vanos y ventanas en sus construcciones y en el gótico la luz va a ser las características más sobresalientes con la construcción de vidrieras.


Elementos arquitectónicos de las catedrales góticas:

1. Arco ojival
Sin duda, el arco ojival, también conocido como arco apuntado gótico, constituye uno de las principales señas de identidad de la arquitectura gótica. Un arco ojival está formado por dos tramos de arco simétricos que finalizan en un ángulo central en la clave. Su empleo se basa en que los arcos ojivales proporciona una mayor sensación de altura y verticalidad que el arco de medio punto, característico del estilo Románico.


2. Bóveda de crucería:

La bóveda de crucería es considerada como uno de los elementos estructurales diferenciadores de la arquitectura gótica. Una bóveda de crucería se genera por la intersección de dos bóvedas de cañón dispuestas perpendicularmente en el espacio, de ahí su nombre. Generalmente, las bóvedas de crucería cuentan con nervios dispuestos diagonalmente que se cruzan en la clave.
La bóveda está integrada por dos elementos diferentes: los arcos y los plementos. Los primeros son los que le proporcionan el “esqueleto”, mientras que los segundos se encargan de cubrir el espacio entre arcos. La plementería suele ser de piedra o ladrillo. La bóveda de crucería permite la transmisión de los empujes generados por la estructura a los contrafuertes externos


3. Contrafuertes:

Los contrafuertes son refuerzos verticales en el paramento de un muro, normalmente construidos hacia el exterior, los cuales sirven para aumentar su estabilidad y transmitir las cargas transversales a la cimentación. El origen histórico de los contrafuertes se fundamenta en la necesidad de soportar la componente horizontal de la carga que origina una bóveda.


4. Arbotantes:

Los arbotantes en la arquitectura son elementos estructurales con forma de medio arco situados en el exterior del edificio, cuya función es la transmisión del empuje de la bóveda al contrafuerte, el cual a su vez, lo transmitirá a la cimentación. El arco arbotante gótico es considerado uno de los principales sellos de identidad de la arquitectura gótica, junto con la bóveda de crucería y los arcos ojivales.


5. Pináculos:

El último de los elementos estructurales característicos de la arquitectura gótica es el pináculo, un remate en forma cónica o piramidal que corona el contrafuerte, cumpliendo una doble función: ornamental y estructural, ya que su peso estabiliza las fuerzas oblicuas procedentes de los arbotantes, centrando la fuerza vertical en los contrafuertes y contrarrestando los empujes laterales. Su empleo aporta, además, sensación visual de altura al edificio, al acabar en punta.


Diferencias entre el arco de medio punto y el arco apuntado gótico:

El arco de medio punto es el arco que apoyado sobre sus dos puntos extremos toma la forma de media circunferencia; resultando así su centro a la misma altura y en el centro de la línea imaginaria horizontal que une sus puntos extremos. Inicialmente este tipo de arco se construía a partir de pequeños elementos adosados entre sí, denominados dovelas, generalmente realizados en piedra, ladrillo o adobe. Todos los elementos del arco de medio punto se sostienen entre sí, aguantando su propio peso.
El arco apuntado es también una estructura formada por distintos elementos que se sostienen entre sí, pero con algunas características distintas a las del arco de medio punto. Tiene, como su nombre lo indica, una forma apuntada, a diferencia del arco de medio punto que tiene forma semicircular. Su forma apuntada permite una mayor altura en las estructuras, y una mejor distribución del peso. Las cargas que soportan caen mucho más cerca de la base del montante; con esto se puede prescindir de los grandes espesores de pared que sirvieron de contrafuerte y reemplazar los pilares de soporte masivos con columnas delgadas. Esto también permite poder hacer ventanales más grandes, típicos de la arquitectura gótica. Otra ventaja notable es la posibilidad de crear bóvedas cruzadas ojivales capaces de cubrir incluso plantas rectangulares, además, con respecto al arco redondo, para la misma longitud de cuerda, hay una abertura más alta y más delgada.
Un arco semicircular es ideal para distribuir peso. Su parte superior curvada y la ausencia de un punto significan que el peso se distribuye uniformemente sin que se coloque demasiada tensión en un solo punto. Entonces, ¿por qué cambiarlo? Un arco apuntado coloca más tensión en la punta del arco, donde está el punto, que en realidad concentra, en lugar de distribuir uniformemente, la presión. Como resultado, los arcos apuntados pueden exceder la altura del arco romano promedio, lo que permite edificios mucho más altos y, por lo tanto, más espacio interior. Este sistema también impone menos tensión en las paredes, que pueden hacerse más delgadas (las paredes romanas eran bastante gruesas) y más livianas, lo que, de nuevo, permite una altura aún mayor.


Sin embargo, aunque la mayoría de los arcos semicirculares son básicamente autosuficientes, los arcos de punta alta generalmente requieren un refuerzo adicional. La forma más común de hacerlo es con contrafuertes voladores, con grandes soportes en el exterior de un edificio.


Sistema de descarga de peso de las catedrales góticas:

Para sostener las estructuras de las bóvedas, los arcos apuntados no son suficientes. Son estructuras más livianas que los arcos de medio punto, lo que permitía una mayor altura, espacios interiores muy amplios y grandes ventanales. Pero las bóvedas de crucería tenían una forma de distribución del peso distinta, las paredes tendían a abrirse hacia afuera debido al peso recibido de los nervios. Para eso, la solución que se encontró fue generar otras estructuras exteriores que sostengan la catedral, y que no la oscurezcan. Se utilizaron los contrafuertes, arbotantes y pináculos.
El arbotante es un medio arco que recoge los empujes horizontales de la bóveda y se los pasa a un contrafuerte ubicado en el exterior de la catedral. Son finas estructuras, hechas con la intención de no tapar los ventanales. Así de este modo, los contrafuertes soportarían las cargas enviadas por una serie de arcos finos, ayudándose a soportar todo el empuje horizontal de la bóveda. Los pináculos son unas estructuras que se ubicaron encima de los contrafuertes, y cumplen una doble función: estructural y decorativa. El empuje de los pináculos es vertical hacia abajo, lo cual ayuda a los contrafuertes a soportar las cargas de las bóvedas que le llegaban desde los arbotantes, distribuyendo el peso lo más vertical posible.


Renacimiento: (Preg. 15-27)

Giotto:
Giotto di Bondone fue un pintor, muralista, escultor y arquitecto florentino de la Baja Edad Media, un autor del Trecento considerado uno de los iniciadores del movimiento renacentista en Italia.
A diferencia de su maestro Cimabue, Giotto no pintó en el estilo bizantino, que utilizaba figuras estilizadas. En su lugar, se inspiró en la vida real para dotar a sus personajes de emoción y realismo. Incluso las ropas de las figuras tienen drapeados naturalistas. Además, Giotto usa el escorzo y la perspectiva forzada en muchas de sus composiciones, dándole una sensación de profundidad a sus pinturas.
El escorzo es una técnica que nos permite poder visualizar una pintura o cuadro con una ilusión de volumen. Es decir, es un recurso que engaña nuestra mente para percibir la profundidad de una obra.
La técnica del escorzo, permite plasmar una tercera dimensión en lugar de dos. Es por ello, que cuando se va a realizar un cuadro con esta técnica se piensa siempre en las tres dimensiones.
Así mismo, con el escorzo se pueden representar objetos o cuerpos con volumen en posición perpendicular tomando en cuenta a la persona que lo percibe. Y, para conseguirlo se necesita modificar las dimensiones y longitudes del cuerpo según las reglas de la perspectiva.
Básicamente es una ilusión creada por el artista, quien deforma o modifica las proporciones del objeto para crear la ilusión de profundidad y perspectiva.
La emoción y el naturalismo de la pintura de Giotto fueron muy populares e hicieron nacer un nuevo interés por los conceptos de realismo y perspectiva que habían estado latentes desde la antigüedad. Eventualmente, estos intereses humanistas culminaron en el Renacimiento, donde el nombre de Giotto se convirtió en leyenda.


Composición de sus obras:

Para sus obras, Giotto se preocupó por la tridimensionalidad del espacio, del volumen de los personajes, y por las expresiones de las caras y manos. Trató los temas religiosos desde otra perspectiva, que luego se mantuvo en el tiempo como característica medieval.
Se interesó por la perspectiva, las distintas dimensiones y planos. Dejó de lado el simbolismo plano de las pinturas bizantinas.


Filippo Brunelleschi:

Fue el arquitecto más importante del siglo XV en Italia y verdadero emblema del nacimiento de la arquitectura renacentista. Fue un artista muy prolífico que desarrolló su trabajo en Florencia. Como otros genios del Renacimiento, Brunelleschi practicó otras artes, como, por ejemplo, la escultura.
En el plano de la arquitectura, Brunelleschi investigó los viejos edificios del clasicismo romano levantando planos, plantas y alzados, obsesionado por representar la arquitectura tridimensionalmente.
Su mayor gloria es que, ya en la primera mitad del siglo XV, dejará sentadas las características esenciales de la arquitectura humanista del Renacimiento italiano.
Su trabajo representa el comienzo del Estilo Renacentista, el período que llegó después del arte gótico. En pocas palabras, en la arquitectura gótica hay arcos ojivales, mientras que la arquitectura renacentista favorece los arcos semicirculares, generalmente como parte de repeticiones regulares de formas armoniosas – cuadrados, círculos y similares.
Mientras que la obra más famosa de Brunelleschi, la Cúpula de la Catedral de Florencia es de estilo gótico, es la culminación de una construcción iniciada en otra época. Vinculado a su trabajo como arquitecto, a lo largo de su vida, Brunelleschi también inventó máquinas elevadoras, diseñó fortificaciones para Florencia y otras ciudades, creó aparejos para escenografías y diseñó un barco para transportar mármol a Florencia desde Pisa a través del río Arno.
Brunelleschi también es considerado el inventor de la perspectiva lineal de un punto en el dibujo y la pintura, que revolucionó la representación del espacio y nuestra percepción del mundo. Brunelleschi murió el 15 de abril de 1446.


Cúpula Santa María del Fiore:

Durante el curso vimos y analizamos tres grandes cúpulas, la cúpula del Panteón en Roma, del templo hecho “para todos los dioses”, la Cúpula de Santa Sofía, sinónimo de fuerza y poder, y la cúpula de S anta María del Fiore, en Florencia, obra de Brunelleschi.
Brunelleschi, después de años de estudios, inventó un nuevo y genial método de mampostería que le permitía a la cúpula auto sostenerse durante la construcción. Este innovador sistema se basaba en una composición de ladrillos que se cruzaban, la pared a soga. El resultado fue una doble bóveda auto portante.
Tiene una altura de 114 metros, y está inspirada en la cúpula del Panteón. Tiene base octogonal y forma de flor. El octágono de la base fue construido de forma irregular, lo cual dio como resultado distintos puntos céntricos, dificultando su construcción. Brunelleschi dividió el diámetro de cada uno de los vértices en cinco partes iguales, tomando como eje de alzamiento la arista del extremo interno de cada una de las partes externas, obteniendo el arco de elevación correcto para la cúpula, y resolviendo el problema de la irregularidad.
La cúpula en su parte interna posee apoyos arqueados de madera, en forma vertical y horizontal, formando su esqueleto de apoyo. Tiene también distintos sectores donde cambia el ángulo de inclinación que son apoyos de piedra, que junto con los apoyos de madera, ayudan a mantener la forma de flor de la cúpula. El grado de inclinación va ascendiendo, de 20 grados a 40 grados, y finalmente, 60 grados.
La forma en la que Brunelleschi construyó la cúpula y la utilización de sus materiales, le permite ser auto portante y soportar mucho peso más que el propio. Pero esta capacidad no se debe solamente a lo mencionado anteriormente, sino a la forma en la que se colocaron los ladrillos. Éstos están colocados en una espiral de espina de pez, colocando una cantidad determinada de ladrillos horizontales, y verticales de manera escalonada. Esto permitió la construcción de la cúpula sin ningún apoyo interno.