La Teoría de las Ideas: El Fundamento de la Filosofía Platónica
Aunque en su obra no aparezca formulada de manera sistemática, la Teoría de las Ideas es la base de toda la filosofía platónica. Platón enlaza con la problemática de los filósofos anteriores y sus planteamientos, realizando la primera gran síntesis de la historia de la filosofía. Concilia la visión de Heráclito sobre el cambio constante en el mundo físico con la necesidad de Parménides de conceptos estables y realidades permanentes para el conocimiento. Esto le lleva a postular una doble realidad (el Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible) y, consecuentemente, un doble conocimiento (el sensitivo y el racional).
Platón sostendrá que el objeto propio del conocimiento no es el mundo sensible, sino las Ideas, y la filosofía es el procedimiento para alcanzarlas. La Idea, para Platón, es lo verdaderamente real, el ser verdadero. No es un mero concepto o abstracción mental, sino una realidad que el pensamiento capta y sin la cual no habría ni pensamiento ni mundo sensible. Las Ideas son: inmóviles, eternas, preexistentes, múltiples y finitas. La Idea es captada por el pensamiento, pero no producida por él.
Estamos, por lo tanto, ante una verdadera ontología, ya que el objeto de investigación existe fuera de la mente. ¿Qué es la esencia de un árbol cuando lo veo? Es su eidos, la Idea de árbol, la que le da consistencia, es el ser de la cosa, el on. El mundo sensible tiene realidad en cuanto que participa de las Ideas. La consecuencia inmediata es la profunda separación entre el Mundo de las Ideas (inteligible) y el Mundo de los Sentidos (sensible). El mundo inteligible es el propio de la mente, mientras que el mundo de los sentidos es el que se ve, lo mudable. Este conocimiento sensible es imperfecto; de este modo, las cosas son corruptibles y la causa de su imperfección es la materia, el cambio, su propia mutabilidad.
Las Ideas son entidades inmateriales, inmutables, con una existencia en el mundo de lo suprasensible, y a su vez son principio, causa y arquetipos de las cosas sensibles. Es en la relación entre ambos mundos donde se originan los problemas más graves: ¿cómo pueden ser la causa de lo sensible? Platón lo explica de distintos modos en sus diálogos: en unos nos habla de imitación o participación; en otros, de comunidad o presencia.
Jerarquía de las Ideas
Las Ideas son múltiples: hay Ideas de valores morales, estéticos, de todos los objetos sensibles y hasta de lo artificial. Pero no todas tienen el mismo valor; existe una cierta subordinación. Hay ideas inferiores que dependen de otras superiores, hasta llegar a la cumbre de la pirámide, la “Idea de las Ideas”, de la que dependen todas las demás: la Idea de Bien en sí.
En La República, Platón señala este orden jerárquico. Por encima de los eidos están las “supremas realidades”, las IDEAS con mayúsculas. Al final, es la Idea de Bien la que sustenta a todas las demás; es el Ser por excelencia. Platón la compara con el sol, que produce la luz que nos permite ver los objetos sensibles. En sus obras no aparece una explicación directa de en qué consiste, pero sí nos dice que es la causa del ser y de la inteligencia de las Ideas. En el conocimiento del Bien culmina la dialéctica y la formación de los gobernantes ideales.
Epistemología: La Teoría del Conocimiento
Platón distingue dos tipos de conocimiento: la doxa (opinión) y la episteme (ciencia o conocimiento verdadero y demostrado). La diferencia entre opinión y ciencia no afecta tanto a lo que se dice, sino a la medida en que algo es demostrable. Platón aplica esta distinción a todo lo relacionado con el bien y la virtud. Las opiniones, como no son demostrables, varían. El objetivo de la filosofía es superar la opinión (doxa) para alcanzar la ciencia (episteme).
Al mundo sensible pertenecen los ejemplares particulares, y al mundo inteligible, las Ideas (formas o eidos). Todo lo que percibimos con los sentidos es doxa, ya que cambia. Sin embargo, cuando poseemos el pensamiento intelectual, somos susceptibles de alcanzar la episteme. Es como si lo sensible nos hiciese RECORDAR lo inteligible (aquello que no huele, no pesa, no se toca). Lo inteligible se hace presente en lo sensible, pero no son lo mismo: están mezclados. Por ejemplo, la igualdad como concepto es algo puro y perfecto, por lo que nada sensible puede llegar a serlo plenamente. El conocimiento de la physis (naturaleza) es doxa; las matemáticas y la dialéctica son ciencia (las únicas que Platón considera ciencias).
Anamnesis: Conocer es Recordar
La anamnesis, el recuerdo de lo que se ha olvidado, es el centro nuclear de la teoría del conocimiento de Platón. La tesis central es que conocer es recordar las Ideas. ¿Y de dónde vienen estas Ideas? No pueden proceder de las percepciones sensibles, sino del recuerdo involuntario (reminiscencia) de un conocimiento que el alma ya poseía. Para poder pensar en estos conceptos, tenemos que haberlos conocido en algún momento. Un ejemplo es el esclavo del Menón, quien, sin conocimientos previos de geometría, llega a una conclusión correcta solo respondiendo a las preguntas de Sócrates a través de la mayéutica (el arte de provocar el recuerdo).
La ciencia hay que buscarla en el alma, es decir, en el pensamiento. Sin sentir, no vamos a poder pensar. El sentir es el principio del juzgar, y ese sentir nos llevará al pensamiento (por ejemplo, vemos dos mesas que parecen ser iguales y recordamos el concepto de igualdad).
El Símil de la Línea: Los Grados del Conocimiento
Platón establece distintos grados de conocimiento y de realidad, representados en el Símil de la Línea:
- Eikasía (Imaginación): Es el saber u opinión sobre copias de una representación (sombras, reflejos). Es el grado más bajo de la realidad, el más alejado de la verdad.
- Pistis (Creencia): Si subimos un peldaño, vemos las cosas sensibles directamente. El conocimiento de la física es opinión (doxa) porque estudia la naturaleza (lo sensible), y la observación no nos llevará a la realidad última.
- Dianoia (Razón discursiva): Al cruzar la frontera hacia la episteme, encontramos las matemáticas. La realidad tiene una estructura matemática. Las matemáticas tratan con Ideas, pero no son puras del todo, ya que todavía tienen algo de sensible (los números se aplican al espacio y al tiempo). Son el paso necesario para la filosofía pura, alejándonos de lo sensible.
- Noesis (Intuición intelectual): Es el grado más alto de la realidad y del conocimiento. Corresponde a las Ideas puras (Justicia, Belleza, Virtud, Bien). El conocimiento de estas es la noesis, un conocimiento directo e intuitivo.
La filosofía es llamada dialéctica por Platón, y procede de dos métodos:
- Dialéctica ascendente: Vamos conociendo la jerarquía de las Ideas, desde las inferiores hasta la Idea de Bien.
- Diéresis (división) o dialéctica descendente: Conocemos los géneros superiores y los vamos dividiendo en sus partes para comprender su estructura.
El Amor Platónico como Vía al Conocimiento
Dentro de la epistemología de Platón también ha de incluirse el concepto de amor platónico. El amor (eros) es la fuerza que nos impulsa hacia lo absoluto. En el diálogo El Banquete, el amor aparece como un daimon (un ser intermedio entre dioses y hombres). En un mito, Eros es hijo de Poros (dios de la abundancia) y Penia (diosa de la indigencia). Para Platón, el amor es una mezcla de ambos: el enamorado está feliz, pero le falta algo, desea algo que no posee. Antes de estar enamorado, sin embargo, no notamos que nos falte nada.
Platón clasifica este amor como una “divina locura”. El amor es ese carro alado que nos conduce a lo absoluto. Algunos olvidan esta aspiración, pero a otros los atrapa con más fuerza, iniciando un proceso de ascenso hacia la Belleza en sí. Desear es lo mismo que recordar (anamnesis). Deseamos algo que, en cierto modo, hemos tenido y ahora nos falta. En el hombre ya hay algo de lo absoluto.
La Ética Platónica: La Búsqueda de la Virtud
La ética platónica depende estrechamente de su dualismo antropológico. Mientras el hombre permanece ligado al cuerpo, se encontrará como muerto, ya que este es la raíz de todo mal: pasiones, ignorancia, luchas. El fin último del alma es purificarse de la materia y elevarse a la contemplación de las Ideas. La ética platónica busca liberar al alma del cuerpo. Los placeres sensibles quedan, por tanto, carentes de valor moral y no conducen a la felicidad. Los auténticos placeres están relacionados con el alma racional.
Siguiendo el intelectualismo moral socrático, la sabiduría como virtud llevaría pareja la felicidad. Para Platón, solo el hombre virtuoso es realmente feliz. La virtud es la justa proporción, la armonía entre las diversas partes del alma. Se puede entender como una disposición del hombre a obrar en conformidad con la naturaleza y el orden universal. La virtud se manifiesta en diversos conceptos:
- Sabiduría: Es la virtud del alma racional. Quien la posee ha alcanzado el conocimiento del Bien, la Belleza y la Justicia. Es el objetivo de los filósofos gobernantes.
- Purificación: El hombre virtuoso es el que purifica su alma de las pasiones del cuerpo para ascender al Mundo de las Ideas, admitiendo el placer con moderación.
- Armonía: Es el equilibrio perfecto entre las partes del alma. El hombre virtuoso es capaz de equilibrar la parte racional con la irascible y la concupiscible.
Platón considera una pluralidad de virtudes en atención a las diversas partes del alma: la parte concupiscible debe ser gobernada por la templanza (dominio de sí); la parte irascible, por la fortaleza (superar el sufrimiento y el dolor); y la sabiduría, virtud propia del alma racional, debe regular el conjunto de las acciones humanas. La justicia es la virtud general que comprende a todas las demás y tiene como objeto la armonía tanto individual como social.
La Política: El Estado Ideal
Para los griegos, ética y política no son dos conceptos separados. El hombre no solo es individuo, sino principalmente ciudadano, y es en la polis donde adquiere las virtudes éticas. El Estado nace porque ningún hombre se basta a sí mismo. Todos nos necesitamos y cada uno aporta su especialidad a la comunidad. A partir de estas necesidades, Platón, haciendo coincidir Filosofía y Poder, organiza la sociedad de la siguiente manera: en la cumbre se encuentran los gobernantes (los filósofos), en un sistema aristocrático; debajo, a sus órdenes, se sitúan los guerreros o guardianes; y en la base, los artesanos y productores. La Educación juega un papel fundamental en la selección de guerreros y gobernantes.
Los Grupos Sociales
- Artesanos y productores: Ofrecen los recursos para satisfacer las necesidades básicas de la ciudad.
- Guardianes o guerreros: Es la clase más importante, pues requiere una cuidada educación. Son los defensores ante los ataques externos y los conflictos internos. Tienen un régimen especial de vida, separados del resto, sin propiedad privada ni familia propia.
- Gobernantes: La única justificación válida para ser gobernante es ser sabio. Requieren una cuidadosa selección y una educación específica. Son los filósofos.
Para este planteamiento social se hace imprescindible un sistema educativo que sea capaz de distinguir la naturaleza del alma de cada uno, de manera que se encamine a cada cual a su determinada “tarea”.
Formas de Gobierno
Platón hace coincidir el orden del saber con el orden político, basando la jerarquía en la capacidad intelectual y en la educación. Describe un ciclo de degeneración de las formas de gobierno:
- Aristocracia: Gobierno de los mejores (los filósofos). Es la forma ideal.
- Timocracia: No mandan los mejores, sino los más ambiciosos y guerreros.
- Oligarquía: Mandan los ricos y explotadores, lo que impide el buen gobierno.
- Democracia: Gobierno del pueblo donde predomina una libertad que lleva al caos. Afirma que es la perversión del orden.
- Tiranía: Es la degradación política definitiva. La peor forma de gobierno, resultante de la democracia.