Interpretación de Documentos Clave de la Restauración Borbónica (1874-1923)

Comentario de Fuentes Históricas de la Restauración

11. El Manifiesto del Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)

Clasificación y Contexto Histórico

Nos encontramos ante un fragmento del manifiesto proclamado por el general Miguel Primo de Rivera. Fue publicado en el diario La Vanguardia, entre otros, el 13 de septiembre de 1923. Fue redactado con motivo del golpe de Estado por el cual se puso fin al sistema de la Restauración y se instauró una dictadura militar en España.

En cuanto al marco histórico, este manifiesto se redacta durante la crisis del Sistema de la Restauración, tras la crisis de 1917 y el desastre del Annual.

Autoría y Destinatario

El autor de dicho documento es D. Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, y miembro de una familia de larga tradición militar. Todo ello conformó en el capitán un espíritu de moral conservadora, tradicionalista y autoritaria que trasladó a su modelo de dictadura, que se extendería desde 1923 a 1931. Por tanto, podemos afirmar que la autoría de este documento es individual.

No así su destinatario. Este manifiesto, al ser público, iba destinado al ejército y al conjunto de la sociedad española, de ahí que sea colectivo.

Naturaleza de la Fuente

Se trata de una fuente primaria, ya que es un documento que ha llegado a nosotros sin ninguna modificación y cuyo autor es contemporáneo a su redacción. Al tratarse de un manifiesto, su naturaleza es histórico-circunstancial, puesto que es una declaración pública de principios e intenciones, y de contenido político, ya que justifica el golpe de Estado y los propósitos u objetivos de los golpistas.

Análisis del Contenido

Dos son las ideas principales que se expresan en el texto:

  1. Justificación de la sublevación: Expone las razones del levantamiento, mostrándolas como justas para liberar a la Patria y a la voluntad real «de los profesionales políticos» (línea 4) que la habían llevado a un fin «trágico y deshonroso» (línea 6), iniciado tras el desastre del 98.
  2. Búsqueda de adhesiones: Conseguir el mayor número de apoyos posibles, movilizando para ello a los hombres que sientan su «masculinidad» y no deseen esperar en un rincón al nuevo despertar de la Patria que están preparando (línea 9-10).

Como ideas secundarias, el general expone sus intenciones una vez finalizado el golpe de Estado: crear un gobierno solo de militares que frenase el desorden público, al que denomina «un directorio inspector militar con carácter provisional encargado de mantener el orden público».

Expresa, además, que «no tenemos que justificar nuestros actos», pues obreros, anarquistas, revolucionarios, políticos, etc., han llevado a cabo actos peores y de todos ellos han salido impunes. Propone como ejemplo de estos actos la «tragedia de Marruecos», indicando que su fatal desenlace no correspondía al orgullo del ejército, sino a la «propaganda separatista», que quería hacer responsable a este de la mala gestión de los partidos de turno (línea 11-15).

Por último, una idea que impregna varias partes del manifiesto, pero que en la línea 10 el autor refleja de manera clara y concisa (al proclamar: «Españoles: ¡Viva España y Viva el rey! […]») es que este golpe de Estado no era contra la monarquía, en la cual buscaba apoyo y reconocimiento, sino contra los partidos y políticos españoles que habían llegado a secuestrar «hasta la voluntad real» y cuyo honor, junto con el de la Patria, debían reinstaurar (línea 7).

9. La Carga (Ramón Casas, 1902)

Naturaleza y Autoría

Nos encontramos ante una representación iconográfica, concretamente una obra pictórica, titulada La Carga, expuesta en el Museo Nacional Reina Sofía (Madrid). En cuanto al marco histórico, nos encontramos en el primer año de reinado de Alfonso XIII, 1902, tras el fin de la Regencia de su madre y con el turno dinástico como sistema de gobierno.

En este momento, los movimientos obreros y sus sindicatos han crecido en afiliación y se manifiestan de manera constante en las calles. Parece ser que la obra la pintó en 1899, pero que la actualizó o la retocó para conmemorar hechos como los descritos que tuvieron lugar en Barcelona durante la huelga general del 17 de febrero de 1902. Se sitúa, pues, a caballo entre dos siglos.

La autoría de esta obra pertenece a Ramón Casas i Carbó (individual). Este autor se enmarca en la corriente pictórica modernista y cuyas obras representan el ejemplo más evidente de la transformación que sufrió el concepto de pintura de historia en los inicios del siglo XX, teñido de una clara intención social, extraída de la actualidad. En cuanto al destinatario, podemos decir que se dirige a un público más o menos amplio (colectivo), al tratarse de una pintura expuesta al público.

Análisis e Interpretación

Se trata de una fuente primaria, pues su autor e imagen son contemporáneos a los hechos y ha llegado hasta nosotros sin sufrir ninguna modificación. Es de contenido político y social al llevar a cabo una denuncia sobre las cargas que la Guardia Civil estaba realizando sobre las manifestaciones obreras.

Para tratar el enfoque y la finalidad debemos tener en cuenta los dos momentos que marcaron la obra, 1899 y 1902. Atendiendo a lo que los estudiosos han dicho de esta representación, la obra de 1899 no representa ningún momento concreto, sino que busca informar sobre la situación obrera y la respuesta de las autoridades; por tanto, su enfoque sería objetivo. Para otros, los cambios que el autor realiza en 1902 dan a la obra un enfoque subjetivo y una finalidad persuasiva, pues ven en ella una denuncia social y política.

La Denuncia Social

Al estar analizando la obra de 1902, optaremos por la opción subjetiva de finalidad persuasiva. La idea principal de esta obra es la denuncia social hacia la represión que las fuerzas del orden, en este caso la Guardia Civil, realizan sobre las protestas obreras. Esta idea de violencia, brutalidad y represión se siente en toda la obra.

Vemos cómo, en un segundo plano, el autor representa a un grupo de manifestantes que corren para escapar de la carga de la Guardia Civil. Pero serán las dos figuras representadas a la derecha en primer plano con las que el autor buscará involucrarnos en la obra y hacernos sentir esta violencia desmedida. Las figuras que aparecen son un manifestante caído en el suelo y un Guardia Civil y su caballo que están a punto de arrollarlo.

Ideas Secundarias: El Contexto Catalán

Como ideas secundarias encontramos a los protestantes, aquellos que se están manifestando para exigir mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores en las fábricas catalanas. Sabemos que son obreros industriales ya que el autor ha representado en el fondo de la pintura varios edificios coronados con chimeneas industriales, y que es Cataluña, concretamente Barcelona, porque podemos apreciar en este fondo también una Iglesia que se ha asociado con la Iglesia de Santa María del Mar.

Esto nos lleva a la otra idea secundaria: la difícil y conflictiva situación social que vivirá Cataluña a finales del siglo XIX y principios del XX. Debemos recordar que Cataluña fue una de las regiones más industrializadas de España, por tanto, la masa obrera de esta región era muy superior a la del resto del país. Esto hizo que surgiesen aquí, antes y con más fuerza, los primeros sindicatos, y que se extendiesen más rápidamente nuevos movimientos y partidos obreros como el anarquismo y el marxismo. Por tanto, la movilización social, la conciencia de clase, las huelgas y la conflictividad obrera fueron más intensas, continuas y constantes que en el resto de España, al igual que su represión.

8. El Turno Pacífico de los Partidos (Viñeta de 1880)

Naturaleza y Finalidad

Nos encontramos ante una representación iconográfica, concretamente una viñeta, publicada el 20 de septiembre de 1880 y titulada El Turno Pacífico de los Partidos Políticos. En cuanto al marco histórico, nos situamos en el periodo conocido como la Restauración borbónica (1874-1902), concretamente en el gobierno de Cánovas del Castillo, el cual, desgastado, se prepara para ceder el poder al Partido Liberal-Fusionista de Sagasta.

La autoría corresponde al periódico antimonárquico El Buñuelo, por tanto, es colectiva, al igual que su destinatario. Con respecto a este, la viñeta se dirige a un público amplio (posibles lectores del periódico).

Al tratarse de una imagen contemporánea a su tiempo y que ha llegado hasta nosotros sin sufrir modificación, podemos afirmar que se trata de una fuente primaria de contenido político-social (critica el inmovilismo canovista y la ceguera del pueblo español). Por último, es una viñeta subjetiva (se trata de una sátira) que busca persuadir al público.

Análisis de la Sátira Política

La idea principal es la crítica al gobierno de Cánovas. Cánovas llevaba en el poder desde 1874, periodo que fue conocido como la «Dictadura de Cánovas». Por tanto, nos encontramos ante una crítica política que representa la inmovilidad de Cánovas en el poder y el deseo del autor de que se instaurase «el turno pacífico de los partidos», título que da nombre a la viñeta.

Esto es representado en dicha viñeta a través de la noria en la cual solo aparece, una vez tras otra, la cabeza de Cánovas (representación de este inmovilismo).

Ideas Secundarias

Entre las ideas secundarias podemos encontrar al caballo que mueve la noria, el cual aparece con los ojos tapados y es el encargado de que Cánovas aparezca una y otra vez. Esto hace referencia a la ceguera del pueblo y al fraude electoral que facilitaba la reelección de Cánovas.

Quizá el autor sabía o preveía que el turno pacífico iba a ser también una noria tirada por un caballo ciego, pero con la cabeza de Cánovas y Sagasta en posiciones alternas, o quizá no, pero intencionadamente o no, visionó el futuro de España durante el siguiente lustro en el cual el turnismo pacífico sería la forma de gobierno en España.