La Novela Española de Posguerra: Del Tremendismo al Realismo Social en la Obra de Carmen Martín Gaite

Contexto Histórico y Literario: La Novela Española bajo el Franquismo

La imposición de la autarquía totalitaria en España a partir de 1939 provocó la proliferación de una novela que rompió con la tradición y las vanguardias del primer cuarto de siglo. España, desorientada y rota por la Guerra Civil, vivió la angustia y el desarraigo de la posguerra, incluso en el exilio.

Frente a la ideología hipernacionalista y conservadora del nuevo régimen, surgió una resistencia silenciosa, enfrentada directamente a la CENSURA. Para el régimen recién instaurado, la imagen pública de una España unida y armónica fue prioritaria; el NODO (noticiario de proyección obligada en todas las salas de cine) se convirtió en el máximo exponente de la propaganda. El fascismo confirió a Franco («Caudillo de España por la gracia de Dios») una entidad casi de deidad, haciendo inadmisible cuestionar públicamente aspectos del sistema. A pesar del continuo falseamiento de la realidad, la novela logró escapar, en ocasiones inconscientemente, a manipulaciones directas en la concepción de lo literario.

Los Años 40: El Tremendismo

En los años 40, irrumpen con fuerza novelas incardinadas en el Tremendismo, caracterizado por exagerar los aspectos más crudos de la vida. Ejemplos paradigmáticos:

  • La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela (1942).
  • Nada, de Carmen Laforet (Premio Nadal en 1945).

Estas obras paradigmáticas provocaron el desasosiego constante de los críticos del régimen, quienes advirtieron en ellas un parapeto al pretendido orden de cohesión y armonía.

La Llegada de los Años 50: El Realismo Social

Con la llegada de los 50, se produjeron cambios políticos y sociales (fracaso de la autarquía, ligera apertura hacia el exterior, primeras protestas contra la dictadura), que propiciaron la aparición de una nueva tendencia estética: el REALISMO SOCIAL.

Autores Destacados del Realismo Social

  • Carmen Laforet (1921-2004)
  • Ana María Matute (1925-2014)
  • Josefina Aldecoa (1926-2011)
  • Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019)
  • Ignacio Aldecoa (1925-1969)
  • Juan García Hortelano (1928-1992)

Características Formales y Temáticas del Realismo Social

  • Objetivismo Narrativo: Se limita la presencia del narrador para describir la realidad de manera imparcial, como una grabación cinematográfica, mediante un narrador en tercera persona que registra los diálogos y comportamientos.
  • Rechazo a la Introspección: Se rechaza la introspección como forma de conocimiento; los personajes se identifican por su modo de hablar y actuar.
  • Estilo y Lenguaje: Importancia del diálogo y el habla popular. Se utiliza un estilo sencillo y sin ornamentos (sobriedad del lenguaje).
  • Asunto Social: El argumento se centra en la población rural o en ciudades de provincias subdesarrolladas, cuyos personajes son prisioneros del desasosiego que produce el estancamiento social.
  • Temas Específicos: Versa sobre los problemas de realización personal y las inquietudes de la mujer provinciana, además de recoger situaciones proletarias.

Este enfoque se ejemplifica en Entre visillos, donde los personajes quedan atrapados en escenarios inamovibles que reproducen las estructuras socioculturales del régimen franquista.

Entre visillos (1957): Realismo Intimista y Crítica Social

Narrativa Anterior a 1970: El Caso de Martín Gaite

Esta etapa se caracteriza formalmente por una descripción objetiva de la realidad, el desdoblamiento de los personajes mediante el diálogo (en Entre visillos, algunos personajes son conocidos por el lector también en su faceta de narradores: Natalia, Pablo Klein…), la preferencia por protagonistas femeninos y la presencia en algunos capítulos de claras influencias de la novela rosa. Destacan El balneario (1954) y, especialmente, Entre visillos (1957).

En esta obra, a través de las conversaciones triviales de un grupo de jóvenes, se critica el sometimiento de la mujer, el aburrimiento, la hipocresía de la burguesía y la falta de esperanza de una ciudad sin futuro.

Significado del Título: El Visillo como Prisión

El propio título de la novela revela el prejuicio de la domesticidad y la frontera que separa la vida familiar de la vida exterior que toda mujer debe transitar. El visillo, colocado en la ventana, es comparable a la reja de una prisión: un mundo de cadenas, pautado y reducido, que reduce a la mujer a un puesto pasivo, receloso y secundario.

También guarda relación con el sentido de las mujeres que ven pasar la vida «entre visillos»: sin luces ni futuro.

Temas Centrales en Entre visillos

1. La Ciudad de Provincias como Cárcel

La vida es rutinaria e insulsa, marcada por la moral del nacionalcatolicismo impuesta a la sociedad. Los vecinos se limitan a cuchichear y rumorear unos de otros. La ausencia de pasado o futuro genera un presente estancado, sin esperanzas de cambio ni deseo de cambiar. La ciudad se convierte en una gran cárcel, generadora de aburrimiento, tedio, juicios morales y miedo a defraudar.

Las pocas vías de escape son el Gran Hotel (único espacio ajeno a los rumores) y las noches en el casino (único centro de ocio nocturno). El poder de la Iglesia y el modelo patriarcal imponen una fuerte represión sexual en las relaciones juveniles, creando una lucha moral entre la tradición y la modernidad.

2. El Sometimiento de la Mujer

Para las mujeres de la novela, el destino socialmente aceptado es el matrimonio, entendido como un rito social. Se observan diferentes reacciones:

  • Mercedes: Su soltería manifiesta el fracaso personal.
  • Natalia: Su deseo de tener una vida diferente es incomprendido por esa sociedad.
  • Julia: Su decisión de marcharse provoca la ruptura con la familia y el entorno.

La educación se presenta como un modelo deficitario de la enseñanza pública del franquismo. Entre tantos personajes, unos sobrevivirán a la presión social y saldrán airosos; a otros no les quedará más remedio que huir para buscar la felicidad; los demás, por el contrario, sucumbirán a la urbe y día a día sus sueños y su propia vida se apagarán lentamente.

3. La Incomunicación y la Búsqueda del Interlocutor

La búsqueda de un interlocutor es la solución a la incomunicación que padece el mundo. Ejemplos de esta dificultad:

  • Natalia es incapaz de mantener una conversación con su padre para aclarar su futuro y se refugia en su diario.
  • Julia apenas puede expresar a Miguel la presión que su familia ejerce sobre ella.
  • Elvira intenta contarle a Pablo cuáles son sus sentimientos mientras este le pide que no sea tan meditabunda.
  • Gertru va a casarse sin que apenas haya cruzado unas palabras con Ángel (“No hablo nunca contigo…”).

4. La Preocupación por el Tiempo y la Escritura como Terapia

La escritora rechaza el vertiginoso paso del tiempo de la sociedad moderna que impide la comunicación de las personas. La imaginación, la ensoñación y la palabra serán las claves para vencer al tiempo que esclaviza el mundo.

La escritura como terapia permite superar las experiencias dolorosas. Natalia escribe en su diario los conflictos sentimentales e indecisiones emocionales que sufre como mujer en una sociedad patriarcal y machista. Elvira, Emilio (que también escribe poemas y trabaja en una novela), Miguel y Julia se intercambian cartas amorosas, usando la palabra escrita como vía de escape y conexión.

Orientaciones Estéticas del Realismo Social

Entre las orientaciones estéticas o enfoques del Realismo Social, podemos diferenciar:

Objetivismo
Ejemplo: El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosio.
Realismo Crítico
Ejemplo: Las ratas, de Miguel Delibes.
Realismo Intimista
Su mejor exponente es Entre visillos (1957), de Carmen Martín Gaite. Pese a ser una novela de tema social, nos presenta desde un enfoque intimista fragmentos de la vida monótona e insatisfecha de un grupo de chicas de clase media en una ciudad de provincias.

La autora emplea diferentes voces narrativas gracias a las cuales el lector conoce los acontecimientos desde distintos puntos de vista: el de un narrador externo (objetividad), el de Pablo Klein y el de la joven Natalia, que a través de su diario nos muestra su vivencia íntima de los sucesos.