Contextualización de Santo Tomás de Aquino
Vida, obras y evolución de su pensamiento
La obra de Santo Tomás de Aquino (1225-1274) es muy extensa y variada, motivada, casi siempre, por necesidades de docencia, por peticiones de personas o para solucionar problemas teológicos de la época. Tomás enseñó en París, Roma, Nápoles y otras ciudades italianas, bajo la Orden de los Dominicos. Sus obras pueden clasificarse en tres grandes categorías:
- Comentarios: Incluyen obras sobre las Escrituras, sobre diversos autores (en función de necesidades docentes, como los Comentarios sobre las Sentencias de Pedro Lombardo, un clásico de la teología escolástica) y sobre Aristóteles. Estos últimos son de gran importancia para el pensamiento medieval.
- Cuestiones: Se distinguen entre las Cuestiones Disputadas y las Cuestiones Quodlibetales.
- Las Cuestiones Disputadas eran obras de investigación. Cada cuestión se dividía en artículos, que consistían en el planteamiento de un problema con dos posibles soluciones contrarias; se argumentaba a favor de ambas posturas; se ofrecía la solución propia; y, finalmente, se refutaban los argumentos de la solución inadecuada.
- Las Cuestiones Quodlibetales, con una estructura similar, se realizaban en sesiones públicas con todos los alumnos y profesores de la facultad, donde el Magister respondía a problemas planteados sobre cualquier tema.
- Obras Sistemáticas: Aquí se distinguen las sumas y los opúsculos.
- Los opúsculos son tratados breves y técnicos, a menudo sobre consultas específicas o temas filosóficos candentes de la época.
- Las sumas eran tratados extensos de filosofía o teología, que recopilaban cuestiones sobre un tema y estaban destinadas a la docencia y el estudio. Tomás compuso dos sumas: la Suma contra los gentiles y la Suma de Teología. Esta última es su obra más importante, aunque murió antes de poder concluirla.
Evolución del Pensamiento de Santo Tomás
El pensamiento de Santo Tomás de Aquino puede dividirse en tres períodos:
- Período de Formación: Caracterizado por la teología agustiniana y por la influencia de Avicena, a quien consideraba entonces el intérprete genuino de Aristóteles. Esta etapa abarca su estancia en Colonia junto a San Alberto Magno, entre 1248 y 1252, y su primera estancia en la Universidad de París, entre 1252 y 1259.
- Período de Transición: Entre 1259 y 1268, que abarca sus estancias en diversas universidades italianas, como Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo. En este período entra de nuevo en contacto con las obras de Aristóteles, a través de la interpretación de Averroes y de las traducciones suministradas por Guillermo de Moerbecke, y se aleja del platonismo de Avicena y del neoplatonismo agustino.
- Período de Madurez: Caracterizado por su aristotelismo averroísta corregido o adaptado a la fe católica, que coincide con su segunda estancia en París (1268-1272) y sus últimos años en Nápoles (1272-1274). Este período fue el más fecundo en la obra de Santo Tomás, pues en él redactó la mayor parte de la Suma de Teología, todos sus comentarios a las obras de Aristóteles y numerosos opúsculos y cuestiones.
Marco Histórico y Cultural
No podríamos entender la figura de Santo Tomás de Aquino sin hablar de las universidades medievales, en algunas de las cuales sobresalió como profesor. Las universidades medievales surgieron a partir del siglo XII debido a la creciente demanda de profesores en las escuelas catedralicias. Aunque inicialmente destinadas a la formación de los canónigos, fueron frecuentadas por personas ajenas a la catedral, lo que propició que acogieran a todos aquellos interesados en la vida intelectual y la cultura. Se convirtieron en escuelas urbanas. En ellas comenzaron a difundirse y divulgarse nuevas fuentes del saber, procedentes de otras culturas.
La institución de la licentia docendi permitió aumentar el número de maestros y de programas de estudio. Este fenómeno tuvo como consecuencia que, a fines de siglo, maestros y alumnos se asociaran en la Universitas magistrorum et scholarium, originando la institución que se convertiría, desde entonces, en el gran centro de estudio y difusión del saber en sus diversos ámbitos: la Universidad.
Sancionadas por una Carta Magna (concedida generalmente por la Iglesia o, en algunos casos, por un rey), que permitía su creación, las universidades adoptaron la estructura de facultades. Las universidades más antiguas son las de Bolonia (1158), París (1180), Oxford (1214), Nápoles (1224) y Salamanca (1239). La más famosa es la de París, que, protegida especialmente por el papado, se convierte en el baluarte fundamental de la ortodoxia católica. Los filósofos y teólogos más renombrados del siglo XIII pasaron por sus aulas: Santo Tomás de Aquino, Alejandro de Hales, San Buenaventura, San Alberto Magno, entre otros.
Santo Tomás de Aquino contribuyó a la difusión del pensamiento de Aristóteles, defendiéndolo de la prohibición a la que fue sometido inicialmente para hacer frente al influjo del averroísmo y su “teoría de la doble verdad”.
En este contexto universitario debemos situar la Suma de Teología, obra en la que la exposición de la doctrina cristiana responde a los métodos usados por los maestros medievales. Después del enunciado de una cuestión, Tomás propone las preguntas que deben hacerse sobre ella. Son los diversos artículos, cuyos títulos originales se presentan en el texto. Así pues, cada artículo se introduce con una pregunta a la que se trata de dar una respuesta con base en el método disputativo escolástico (lectio, quæstio, disputatio).