La Dictadura de Primo de Rivera en España: Contexto, Fases y Legado Histórico

En las décadas de 1920 y 1930 se van a imponer en algunos países europeos diversos gobiernos dictatoriales, dirigidos o no por el Ejército.

La situación de inestabilidad política y social en España y el fracaso del régimen democrático propiciaron el pronunciamiento militar del general Miguel Primo de Rivera en septiembre de 1923. Este, ante el apoyo del propio rey Alfonso XIII, se convirtió en un golpe de Estado que abrió un periodo de gobierno dictatorial que se mantendría hasta 1931. El sistema fue bien acogido en un principio en diversos sectores sociales, pues se le consideraba el único capaz de poner orden en el país, pero con el tiempo fue fracasando y perdiendo apoyos.

Causas y Contexto de la Dictadura de Primo de Rivera

Crisis del Sistema Político de la Restauración

La crisis del sistema político de la Restauración se manifestó por varios factores: la humillante derrota frente a EE. UU. en 1898 y el fracaso de los intentos de regeneración; los problemas internos de los partidos dinásticos desde la muerte de Cánovas del Castillo en 1897 y de Sagasta en 1903; y el auge de las fuerzas extrañas al sistema. En 1917, la crisis de 1917 se puso de manifiesto con la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona y la huelga general.

Deterioro de la Figura del Rey

El deterioro de la figura del rey se debió a su gusto por la política activa, llegando hasta los límites constitucionales, y su tendencia a afirmarse como jefe supremo del Ejército. Al participar de manera directa en los problemas del país, la monarquía se fue erosionando al considerársela culpable de los mismos.

Descontento Militar y la Guerra de Marruecos

El descontento militar surgió por las duras críticas recibidas como consecuencia del Desastre del 98 y el excesivo número de mandos, lo que llevó al Ejército a decidir intervenir de nuevo en la vida política, deslizándose hacia posiciones conservadoras. El temor de las clases altas y medias ante la creciente conflictividad social, llevada a cabo por socialistas y anarquistas, también fue un factor clave. La Guerra de Marruecos, desde la consecución del protectorado sobre el norte del país en 1906, mostró a España impotente para asegurar su dominio ante la oposición de los rifeños liderados por Abd el-Krim, que empleaban la táctica de guerrillas. Las continuas derrotas aumentaron las críticas al Ejército, y los desastres de Annual y Monte Arruit supusieron la elaboración de un informe que señalaba como culpables a los altos mandos militares e incluso al rey, lo que hizo que ambos fueran favorables a un golpe de Estado.

Contexto Internacional: Crisis del Liberalismo y Auge de Totalitarismos

Ante la crisis generada por la Primera Guerra Mundial, se fue optando cada vez más por la crítica al sistema parlamentario y la necesidad de un Estado fuerte. El Estado liberal democrático se vio atacado por dos frentes contrapuestos: el comunismo, tras el triunfo bolchevique en Rusia, y el fascismo, con el acceso al poder de Benito Mussolini. El fascismo defendía un Estado autoritario apoyado por las clases altas y medias, y su ideología se basaba en el uso de la violencia, el culto al líder y un fuerte nacionalismo-racismo.

Implantación de la Dictadura

Ante la creciente inestabilidad social y política y las fuertes críticas al Ejército y la monarquía, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923.

Primo de Rivera había participado en las campañas de Cuba y Marruecos, fue senador por el Partido Conservador y, en el momento del golpe, era Capitán General de Cataluña. Cuando se produce el golpe, Alfonso XIII estaba en San Sebastián, volviendo al día siguiente y, pese a la insistencia del Gobierno, se negó a actuar contra los golpistas y pidió a Primo de Rivera que viniera a Madrid. Su llegada hizo público su manifiesto titulado Al País y al Ejército, en el que declaraba su voluntad de acabar con los “profesionales de la política”, a los que acusaba de haber secuestrado la voluntad real y de ser responsables de todos los problemas del país. El rey aceptó y apoyó el golpe, encargando a Primo de Rivera la formación de un Gobierno, y así se estableció un régimen autoritario apoyado por la llamada “masa neutra”: el Ejército, la Iglesia, las clases altas y el propio rey. Los antiguos líderes de los partidos se inhibieron de la situación, lo que equivalía de hecho a darle un margen de confianza a la dictadura, como hizo la mayor parte de la prensa. Pese a sus críticas iniciales, por su carácter en principio transitorio, recibió el apoyo de la burguesía catalana, los socialistas y los republicanos.

Fases de la Dictadura de Primo de Rivera

Dentro de la dictadura podemos distinguir dos fases principales: el Directorio Militar y el Directorio Civil.

Directorio Militar (1923-1925)

Se formó un Gobierno integrado solo por militares en representación de las distintas armas y Capitanías Generales, aunque solo Primo de Rivera tenía atribuciones y rango de ministro, acumulando en sus manos todos los poderes.

Fue un Gobierno autoritario, imitando en buena parte la dictadura fascista de Mussolini, a quien visitaron Alfonso XIII y Primo. Un mes antes, se aprobó un Real Decreto para reorganizar la Administración Pública, estableciendo delegados gubernamentales de partido y disolviendo los ayuntamientos, que quedaron en manos de personas favorables al régimen. En noviembre se disolvieron las Cortes y en enero todas las Diputaciones Provinciales, excepto las vasco-navarras. Por un lado, se ilegalizó a la CNT, lo que hizo que parte de los anarquistas se radicalizaran, fundando la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Por otra parte, se aplicaron sanciones contra personalidades críticas como Miguel de Unamuno, Luis Jiménez de Asúa y Fernando de los Ríos. Frente a ello, el PSOE y la UGT accedieron a que Francisco Largo Caballero formara parte de la dictadura, mientras el régimen intentaba formar un partido único y similar a los del fascismo europeo. Finalmente, se acabó con la Guerra de Marruecos, gracias al Desembarco de Alhucemas, realizado por tropas franco-españolas, acabando definitivamente con la resistencia de los rifeños dirigidos por Abd el-Krim.

Directorio Civil (1925-1930)

Al acabar con la Guerra de Marruecos, una de las principales justificaciones de la dictadura, muchos pidieron su disolución, como José Sánchez Guerra y el Conde de Romanones, destacados dirigentes de los partidos dinásticos. Sin embargo, el dictador sustituyó el Directorio Militar por un Directorio Civil en diciembre de 1925. Este nuevo Directorio estaba formado por técnicos extraídos de la Unión Patriótica y no eran personalidades políticas de reconocido prestigio, además de algunos militares.

En 1926 se anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva de cara a consolidar el régimen dictatorial y acabar definitivamente con el régimen liberal-parlamentario, ya que de hecho suponía derogar la Constitución de 1876 y disolver el Parlamento, ambos hasta ahora simplemente suspendidos. Pretendió elaborar una nueva Constitución, cuyo anteproyecto se presentó en julio, pero fue mal aceptado por los políticos de los partidos dinásticos, la oposición y la prensa, ante lo cual el dictador intentó ampliar la Asamblea para hacerla más representativa. El nuevo Directorio y el intento de perpetuar el régimen aumentaron la oposición: se produjo la creación de Alianza Republicana en 1926; un intento de golpe de Estado en 1926 por parte de los generales Valeriano Weyler y Juan Aguilera; y ya en 1929, los intentos de sublevación militar del conservador José Sánchez Guerra en Valencia y del Regimiento de Artillería en Ciudad Real; además de protestas estudiantiles e insurrecciones obreras como la de Alcoy, y la pérdida generalizada de sus apoyos.

Caída de la Dictadura de Primo de Rivera

Sus causas principales fueron la crisis económica internacional de 1929, que aumentó la oposición al régimen y la inestabilidad social, y la pérdida de buena parte de sus apoyos. Solo ante la crisis, Miguel Primo de Rivera dimitió el 30 de enero de 1930, exiliándose a París, donde falleció ese mismo año. Alfonso XIII encargó formar Gobierno al general Dámaso Berenguer.