El Proceso Desamortizador Español: De Mendizábal a Madoz y sus Consecuencias

Las Desamortizaciones en España: Transformación de la Propiedad y Sociedad del Siglo XIX

Durante el reinado de Isabel II se implantó el liberalismo político, lo que llevaría a la instauración del liberalismo económico. Este proceso generó un profundo cambio en la estructura de la propiedad de la tierra, poniendo fin al sistema de manos muertas característico del Antiguo Régimen.

Los políticos liberales del siglo XIX eran conscientes de que la liberación de la tierra había sido útil en otros países para mejorar la productividad agrícola. Creían que los nuevos propietarios favorecerían la modernización del sector, adaptándolo a una sociedad burguesa y capitalista. Durante la primera mitad del siglo XIX, la propiedad de la tierra estaba en manos de la Iglesia, la nobleza, el Estado o los municipios. Estas tierras estaban amortizadas, es decir, estaban fuera del mercado, por lo que no eran capitalizadas ni mejoradas, ya que por ellas no se pagaban impuestos y resultaban poco productivas.

Contexto y Definición del Proceso Desamortizador

La desamortización es un proceso jurídico plasmado en leyes y decretos que buscaba la liquidación de la propiedad vinculada o colectiva y su conversión en propiedad libre. El mecanismo aplicado fue la expropiación de los bienes, su nacionalización y posterior venta. Este proceso afectó principalmente a los bienes de la Iglesia y los ayuntamientos, ya que las tierras de la nobleza se trataron de otra manera.

La desvinculación, por su parte, fue la transformación de las tierras de la nobleza mediante decretos específicos. Se abolieron los señoríos jurisdiccionales, lo que significó que la nobleza dejó de ejercer derechos y privilegios sobre los campesinos, quienes pasaron a ser trabajadores libres. Además, se suprimieron los mayorazgos, institución que liquidaba la primogenitura en las grandes familias, liberando así el patrimonio que antes pasaba de generación en generación sin poder ser vendido.

Antecedentes Históricos de las Desamortizaciones

La desamortización, entendida como la transformación de las tierras eclesiásticas primero y luego de los pueblos, suponía la incautación por parte del Estado de esos bienes, su conversión en bienes nacionales y su posterior puesta en venta mediante subastas. Por este proceso, las tierras se sacaron al mercado y cambiaron de propietario.

Este proceso ya se había puesto en práctica en el siglo XVIII, cuando se pusieron en venta los bienes de los jesuitas. Sin embargo, durante el reinado de Isabel II se produjeron las dos desamortizaciones más importantes: la de Mendizábal, iniciada en 1836, y la de Madoz, en 1855.

Este proceso fue el resultado de intentos anteriores, como el de Carlos IV para satisfacer las necesidades de la Hacienda. Las Cortes de Cádiz también amortizaron bienes de los municipios, la Inquisición y los jesuitas, y el Trienio Liberal vendió tierras de baldíos y bienes comunales. No obstante, estas medidas apenas pudieron aplicarse, y con la restauración del Antiguo Régimen se ordenó devolver los bienes a sus antiguos propietarios.

La Desamortización de Mendizábal (1836-1851)

Contexto y Objetivos

Al llegar Juan Álvarez Mendizábal de Londres para presidir el gobierno durante la regencia de María Cristina, se preocupó por asegurar el trono de Isabel II y la continuidad del Estado liberal. Para ello, necesitaba ganar la Guerra Carlista y, consecuentemente, obtener financiación.

Medidas y Bienes Afectados

Su desamortización afectó principalmente a los bienes eclesiásticos, siguiendo una serie de decretos. Los más importantes fueron la supresión de las órdenes religiosas y la venta de los bienes nacionalizados, incluyendo los del clero secular.

Mecanismo de Venta y Propósitos

El objetivo principal era conseguir ingresos para el Estado, eliminar la deuda pública, reducir el poder económico de la Iglesia y cambiar la estructura de la propiedad de la tierra. Las ventas se realizaron mediante subastas, y una parte se podía pagar en efectivo y la otra con títulos de deuda pública.

La Desamortización de Madoz (1855-1924)

La Ley de Desamortización General

Durante el Bienio Progresista se llevó a cabo la Ley de Desamortización General, impulsada por Pascual Madoz. Recibió el nombre de “General” ya que se pusieron en venta todos los bienes de propiedad colectiva, afectando principalmente a los bienes de propiedad municipal (los llamados “bienes de propios y comunes”).

Objetivos y Mecanismo de Venta

El objetivo era conseguir ingresos para el Estado, principalmente para financiar la construcción del ferrocarril y sanear la Hacienda Pública. A diferencia de la de Mendizábal, el pago solo se podía hacer en metálico, por lo que no se aceptaban títulos de deuda pública.

Consecuencias de las Desamortizaciones

Las Desamortizaciones tuvieron una serie de consecuencias significativas en diversos ámbitos:

Impacto Económico

  • Se consiguió un saneamiento parcial de la Hacienda Pública, aunque los resultados fueron menores de los esperados.
  • Aumentó la producción agrícola, pero principalmente por el incremento de la superficie cultivada, no por una mejora sustancial de las técnicas agrícolas.

Impacto Ecológico

  • Desaparecieron las limitaciones tradicionales para el uso de los montes y muchos bosques fueron talados, causando un gran daño al patrimonio natural.

Impacto Político

  • Se consolidó el régimen liberal al crear una base social de propietarios afines.
  • Aumentaron las tensiones entre el Estado y la jerarquía de la Iglesia, que perdió gran parte de su patrimonio.

Impacto Social

  • Se produjo la proletarización de los campesinos, que perdieron el acceso a las tierras comunales y se vieron obligados a trabajar como jornaleros.
  • Los propietarios rentistas se asimilaron a la nobleza, formando una nueva élite terrateniente.
  • El poder económico de la Iglesia se traspasó a la burguesía, que fue la principal beneficiaria de las ventas.

Impacto Cultural

  • Muchos conventos y monasterios se convirtieron en edificios públicos (cuarteles, hospitales, museos, etc.), lo que en algunos casos contribuyó a su conservación, pero en otros supuso la pérdida de su función original.

Reflexiones Finales sobre el Proceso Desamortizador

Las dificultades en el proceso desamortizador pusieron de manifiesto los problemas para implantar un Estado liberal y terminar definitivamente con el Antiguo Régimen. Estas medidas no modernizaron la agricultura en la medida esperada, ya que los nuevos propietarios mantuvieron los sistemas tradicionales y el capital obtenido no se reinvirtió significativamente en el campo.

Aunque aumentó la productividad por la expansión de la superficie cultivada, el problema de la tierra mal repartida ha sido y sigue siendo uno de los principales desafíos en regiones como Andalucía.