La Restauración Canovista: Pilares y Mecanismos de un Régimen Estable (1875-1902)
El verdadero artífice de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, historiador y político, que había militado en la Unión Liberal y dirigido el partido alfonsino durante el Sexenio Democrático. Tras la Restauración de Alfonso XII, consiguió atraer a las élites políticas y sociales contrarias a la república. Con él se inauguró una etapa presidida por la Constitución de 1876 y por la implantación de un régimen monárquico estable basado en el turno de partidos. Una de las características principales de esta etapa fue la vuelta de los Borbones al trono.
Los Fundamentos del Sistema Canovista
Cánovas pretendía poner en marcha un nuevo modelo político que superara algunos de los problemas endémicos del liberalismo anterior. Se inspiró en el modelo del parlamentarismo británico. Este se basaba en la existencia de dos grandes partidos que aceptaban turnarse en el poder. Ambos debían pasar a la oposición en caso de perder la confianza del rey y del Parlamento, y respetar la obra legislativa de sus predecesores. Para conseguir su propósito, se propuso los siguientes objetivos:
- El asentamiento de la monarquía.
- El afianzamiento del liberalismo y de la propiedad privada.
- La elaboración de una Constitución que vertebrara un sistema político basado en el bipartidismo.
- La pacificación del país, poniendo fin a la Guerra de Cuba y a la Tercera Guerra Carlista.
La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes Constituyentes. A pesar de que Cánovas no era partidario del sufragio universal, dispuso que las primeras elecciones del nuevo régimen se hicieran por ese sistema. La monarquía debía acoger a todas las tendencias liberales. Se intentaba implantar un sistema que resultara válido para los antiguos partidos políticos: que aceptara la monarquía como árbitro, la alternancia en el Gobierno de los partidos políticos, una Constitución que perdurara en el tiempo y acabar definitivamente con los pronunciamientos como forma de acceder al poder.
La Constitución de 1876: Eje Jurídico del Periodo
La Constitución de 1876 fue la norma jurídica fundamental de todo el periodo y la de mayor longevidad hasta la actualidad. Permaneció en vigor hasta 1931, aunque fue vulnerada y suspendida en varias ocasiones. Para su elaboración se reunió una Asamblea de Notables. El objetivo era que diera cabida a todos los grupos que aceptaran el Manifiesto de Sandhurst. La breve Constitución, de tan solo 89 artículos, suspendía la mayoría de los derechos y libertades de la anterior Constitución. Cánovas consideraba la monarquía como una institución incuestionable; por ello, se establecía la soberanía compartida y se concedían amplios poderes al monarca, como el derecho de veto o el mando del Ejército.
Características de las Cortes y el Sufragio
Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este último de carácter electivo. La Constitución no fijaba el tipo de sufragio, pero la Ley Electoral de 1878 estableció el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes. Los senadores podían ser: por derecho propio, por designación real y electivos, por vía censitaria entre los mayores contribuyentes. El Congreso tenía cinco años de mandato, aunque no se llegaban a cumplir debido al bipartidismo. La Constitución proclamaba la confesionalidad católica del Estado, aunque toleraba otras creencias siempre que no se hiciera manifestación pública de ellas. Igualmente, se restableció el presupuesto del culto y clero para financiar a la Iglesia.
El Bipartidismo y el Turno Pacífico de Partidos
Cánovas diseñó un sistema basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder. Se aceptaba, por tanto, un turno pacífico de partidos que aseguraría la estabilidad. El Ejército, uno de los pilares del régimen en épocas anteriores, quedó subordinado al poder civil. Así, una Real Orden de 1875 estableció que la misión del Ejército era defender la independencia nacional y que no debía intervenir en las contiendas de los partidos. Como contrapartida, se otorgaba al Ejército un elevado presupuesto. De este modo, se acababa con uno de los principales problemas del reinado de Isabel II.
Los Partidos Dinásticos: Conservadores y Liberales
Tal como se indicó al principio, el sistema canovista estaba caracterizado por la introducción de dos novedades: una es la mencionada Constitución y la otra, la implantación del bipartidismo como sistema político de la Restauración, o lo que es lo mismo, un sistema centrado en la existencia de dos grandes partidos. Por una parte, se situaba el Partido Conservador, liderado por Cánovas y representante de la derecha más moderada y tradicional; y por otra parte, estaba el Partido Liberal, organizado por Sagasta y portavoz de la izquierda rumbosa. Ambos bandos defendían la monarquía (de ahí que se englobaran bajo el nombre de dinásticos), la Constitución de 1876, la propiedad privada y el Estado unitario y centralista. Asimismo, dichas facciones, que detentaron casi en exclusividad el Gobierno durante el periodo restaurador, acordaron establecer con el Pacto de El Pardo el turnismo. Este método, garantizado por la Constitución previamente citada, permitía la alternancia entre los dos partidos dinásticos mediante el ejercicio pacífico del sufragio. Cada partido debía respetar la gestión gubernamental del otro. El objetivo de este sistema era asegurar la estabilidad institucional.
El Fraude Electoral: Encasillamiento, Caciquismo y Pucherazo
En este proceso, el Ministerio de la Gobernación elaboraba las listas de las personalidades que debían salir elegidas mediante el encasillamiento. A través de los gobernadores civiles y de las personalidades locales, se aseguraba la manipulación de las elecciones para alcanzar la victoria. Debido a que cada partido contaba con amigos políticos que les apoyaban a cambio de favores, el fraude era posible; es por ello por lo que, cuando el partido del turno llegaba al poder, premiaba a estos apoyos con concesiones o privilegios.
Mecanismos de Manipulación Electoral
El falseamiento de los resultados electorales y los mecanismos caciquiles aseguraban que las elecciones fueran siempre favorables para el gobierno que las convocaba. En definitiva, la alternancia en el gobierno fue posible gracias a un sistema electoral corrupto que se valía de la influencia y el poder económico de los caciques. Todo este conjunto de trampas electorales (encasillamiento y caciquismo) que ayudaban a conseguir el objetivo nombrado es lo que se conoce como pucherazo. Algunas de las técnicas empleadas eran la manipulación de las actas electorales o la amenaza al electorado con coacciones de todo tipo. Estas prácticas eran más comunes en las zonas rurales. Estas prácticas fraudulentas se apoyaban en la abstención de una buena parte de la población. En general, la participación electoral no superó el 20% en casi todo el periodo de la Restauración.
Conclusión: Luces y Sombras del Sistema Canovista
En conclusión, el sistema canovista se presentaba como un nuevo modelo político que pretendía superar algunos de los problemas surgidos en el reinado de Isabel II, pero acabó generando una limitación de derechos, suprimiendo la mayoría de ellos reconocidos en la anterior Constitución; e instauró el bipartidismo, inspirado en el modelo del parlamentarismo británico, que acabó siendo un sistema corrupto que no dudaba en falsificar el censo o ejercer la compra de votos.