1. Rasgos Fundamentales de la Obra Legislativa y Constitucional de las Cortes de Cádiz
La obra legislativa y constitucional de las Cortes de Cádiz (1810-1814) sentó las bases del liberalismo en España. Sus rasgos más importantes fueron:
- La afirmación de la soberanía nacional: el poder reside en la Nación, representada por las Cortes.
- La división de poderes:
- Poder legislativo: Cortes unicamerales, con amplias atribuciones.
- Poder judicial: Tribunales de justicia independientes.
- Poder ejecutivo: El Rey, pero con importantes limitaciones y sometido a la Constitución.
- Un sistema representativo y participativo: Basado en el sufragio universal masculino indirecto.
- La igualdad de los ciudadanos ante la ley: Supuso el fin de los privilegios estamentales y la sociedad feudal.
- El reconocimiento de derechos individuales fundamentales, como el derecho a la educación, la libertad de imprenta (con limitaciones), la inviolabilidad del domicilio, la libertad personal y el derecho a la propiedad privada.
- El derecho de representación: La Nación ejerce su soberanía mediante sus representantes elegidos en Cortes.
- La supresión de instituciones del Antiguo Régimen: Como la Inquisición, los señoríos jurisdiccionales y los gremios, promoviendo la libertad económica.
2. El Retorno del Absolutismo y el Trienio Liberal (1814-1823)
El regreso de Fernando VII a España en 1814 supuso el fin abrupto de la experiencia liberal radical que habían representado las Cortes de Cádiz. Mediante el Decreto del 4 de mayo de 1814, el rey declaró nula y sin efecto toda la legislación gaditana, restaurando el absolutismo.
La restauración absolutista se sustentó en dos pilares:
- La falta de un amplio apoyo interno al régimen constitucional, especialmente en las zonas rurales y entre parte del clero y la nobleza.
- El contexto internacional favorable al absolutismo, marcado por la derrota de Napoleón y el Congreso de Viena.
La política absolutista de Fernando VII se caracterizó por:
- Un programa de gobierno inadecuado e ineficaz para afrontar los problemas del país.
- La agudización de la crisis agraria y económica, y la quiebra de la Hacienda pública.
- La represión sistemática contra los liberales, muchos de los cuales fueron encarcelados, ejecutados o tuvieron que exiliarse.
En 1820, el teniente coronel Rafael de Riego se pronunció con éxito en Cabezas de San Juan (Sevilla), obligando a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. Comenzó así la segunda experiencia liberal en España, conocida como el Trienio Liberal (1820-1823), que finalizaría con la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis.
3. El Turno de Partidos en la Restauración
La estabilidad política del régimen de la Restauración borbónica (1874-1923) se basó en la alternancia pacífica en el poder entre dos grandes fuerzas políticas dinásticas: el Partido Conservador y el Partido Liberal. Este sistema, conocido como el turno de partidos, pretendía poner fin al exclusivismo de un solo partido en el gobierno y eliminar el recurso a pronunciamientos militares o insurrecciones populares como medio para alcanzar el poder, característicos de periodos anteriores.
Para que el sistema funcionara, se requería el acuerdo entre los líderes políticos para compartir el poder y la intervención de la Corona (especialmente Alfonso XII y, durante la regencia, María Cristina de Habsburgo) para asegurar dicho compromiso, actuando como árbitro y facilitando el relevo gubernamental.
Los dos partidos dinásticos que protagonizaron esta alternancia fueron el Partido Liberal-Conservador, liderado inicialmente por Antonio Cánovas del Castillo, y el Partido Liberal Fusionista, encabezado por Práxedes Mateo Sagasta. Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, ambos líderes sellaron el Pacto de El Pardo, comprometiéndose a consolidar el sistema de rotación pacífica. Este sistema, aunque garantizó una notable estabilidad durante décadas, se sustentaba en el fraude electoral y el caciquismo, y logró mantenerse con altibajos hasta la crisis de principios del siglo XX, que se agudizó con el impacto de la Primera Guerra Mundial y desembocó en la dictadura de Primo de Rivera.
4. Reformas Políticas y Sociales de los Gobiernos Republicanos (1931-1933)
Durante el primer bienio de la Segunda República Española (1931-1933), los gobiernos de coalición republicano-socialista, presididos por Manuel Azaña, emprendieron un ambicioso programa de reformas con el objetivo de modernizar el país y profundizar en la democracia.
Se emprendió un amplio programa de reformas laborales, impulsadas desde el Ministerio de Trabajo por Francisco Largo Caballero. Estas medidas buscaban mejorar la posición de los trabajadores y fortalecer los sindicatos, mediante leyes como la de Contratos de Trabajo, la de Jurados Mixtos o la de Términos Municipales.
Las principales reformas fueron:
- Reforma educativa: Se amplió significativamente el programa de construcción de escuelas (se proyectaron miles) y la contratación de maestros para combatir el analfabetismo y extender la educación primaria. La religión dejó de ser asignatura obligatoria en las escuelas públicas, promoviendo una enseñanza laica.
- Reforma militar: Mediante la conocida como Ley Azaña (Ley de Retiro de la Oficialidad de 1931), se buscó modernizar el ejército, reducir su excesivo número de oficiales (ofreciéndoles el retiro voluntario con sueldo íntegro) y asegurar su lealtad al régimen republicano. Se suprimieron algunas capitanías generales y la Academia General Militar de Zaragoza.
- Reforma agraria: Se aprobó en septiembre de 1932 la Ley de Bases de la Reforma Agraria. Con ella se buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierras en latifundios insuficientemente explotados, expropiables con indemnización. El objetivo era solucionar el grave problema del latifundismo y la miseria campesina, especialmente en el sur de España. Sin embargo, su aplicación fue lenta, compleja y con recursos limitados, generando frustración tanto entre los propietarios como entre los campesinos, y siendo considerada por muchos un fracaso, ya que muy pocos campesinos se beneficiaron directamente de ella durante este bienio.
5. La Migración Campo-Ciudad en España: Años 60 del Siglo XX
En los años sesenta del siglo XX, España experimentó el flujo migratorio interno más intenso de su historia. Continuando un proceso iniciado en décadas anteriores pero acelerado por el desarrollismo económico, más de cinco millones de personas cambiaron de domicilio, protagonizando el llamado éxodo rural.
A partir de 1970, la intensidad del movimiento descendió gradualmente, si bien hasta 1975 otros dos millones de personas aproximadamente se desplazaron de su lugar de origen. De este modo, se produjo una transformación fundamental en el patrón de asentamiento poblacional, pasando de un sistema predominantemente rural a otro con un claro peso urbano.
La población que en 1960 vivía en municipios de más de 20.000 habitantes representaba aproximadamente el 38% del total del país, mientras que en 1975 este porcentaje se acercaba al 53% (Nota: las cifras exactas pueden variar según la fuente, el texto original indicaba 50% y 75% respectivamente, lo cual es una generalización muy alta para 1960 y 1975 para el umbral de 20.000 hab.). Lo crucial es el cambio de tendencia hacia la urbanización.
Las grandes áreas metropolitanas de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Zaragoza y Málaga absorbieron la mayor proporción de estos migrantes. En 1975, estas áreas llegaron a concentrar una parte muy significativa de la población total del país (el texto original mencionaba un 31%, lo que es plausible para las principales áreas metropolitanas).
6. Transformaciones Políticas Durante la Dictadura de Primo de Rivera
La dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) supuso la suspensión de la Constitución de 1876 y la disolución del Parlamento, implantando un régimen autoritario. Las principales transformaciones políticas fueron:
- Desmantelamiento del sistema parlamentario y caciquil: Los gobernadores civiles fueron sustituidos por personal militar. Las diputaciones provinciales y los ayuntamientos fueron disueltos por decreto, con el objetivo declarado de acabar con la”vieja polític” y desmantelar las redes del caciquismo. Inicialmente, se crearon juntas de vocales asociados para la administración local, nombrados por las autoridades.
- Política centralista y restrictiva con los nacionalismos: En cuanto al empleo de lenguas cooficiales (como el catalán o el euskera) y al uso de símbolos identitarios regionales (como la senyera), se adoptó una política restrictiva y centralizadora, prohibiendo su uso en actos oficiales y limitándolo en la esfera pública.
- Creación de un nuevo entramado institucional autoritario:
- Uno de los objetivos básicos de Primo de Rivera era la lucha contra la”vieja polític” liberal y parlamentaria.
- Frente a la diversidad de partidos del sistema anterior, se impulsó la creación de un partido único, la Unión Patriótica (1924), concebido más como un movimiento de apoyo al régimen que como un partido político tradicional.
- Se estableció una Asamblea Nacional Consultiva (1927), de carácter corporativo y designada por el dictador, sin funciones legislativas reales, cuya tarea era elaborar un anteproyecto de nueva constitución que nunca llegó a aprobarse.
- Se promovió una política de gestión confiada a militares o técnicos, buscando la eficacia y el orden por encima de la representación democrática.
7. La Primera República Española (1873-1874)
La Primera República Española, proclamada el 11 de febrero de 1873 tras la abdicación de Amadeo I de Saboya, fue un régimen político de corta y convulsa duración, apenas once meses, hasta enero de 1874. Durante este periodo, se intentó establecer un modelo federalista para España. Se elaboró un proyecto de Constitución Federal en 1873 que proponía una nueva organización territorial de España en diecisiete Estados federados (incluyendo Cuba y Puerto Rico), pero este proyecto no llegó a aprobarse por las Cortes.
La República se vio desbordada por múltiples problemas:
- La Tercera Guerra Carlista, que se intensificó.
- La Guerra de los Diez Años en Cuba.
- Las divisiones internas entre los propios republicanos (federales unitarios, federales benévolos, federales intransigentes).
- Los movimientos cantonalistas: insurrecciones que proclamaban la independencia o autonomía radical de municipios o regiones (cantones), que fueron reprimidos militarmente. Entre ellos, destacó el Cantón de Cartagena por su prolongada resistencia.
El 3 de enero de 1874, el General Manuel Pavía protagonizó un golpe de Estado, entrando en las Cortes y disolviéndolas. Esto dio paso a un gobierno autoritario presidido por el General Francisco Serrano, que en la práctica supuso el fin de la experiencia republicana federal, aunque formalmente el régimen republicano siguió en vigor durante casi un año más.
La acción de Pavía liquidó sin apenas resistencia una República que había nacido once meses antes entre el entusiasmo popular y el alivio provocado por la marcha del rey Amadeo I. El pronunciamiento del General Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874 restauraría la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII.
8. El Programa Político de los Moderados en el Siglo XIX
El Partido Moderado fue una de las dos grandes corrientes del liberalismo español durante el reinado de Isabel II (1833-1868). Su ideología se definía por el liberalismo doctrinario.
Los moderados defendían un régimen que:
- Reforzaba considerablemente el poder de la Corona, considerándola una institución clave para la estabilidad y el orden, compartiendo la soberanía con las Cortes (soberanía compartida).
- Restringía el sufragio censitario de forma muy limitada, en función de un elevado nivel de riqueza (propiedades o contribución fiscal) y, en menor medida, de la”ilustració” o capacidades (altos cargos, profesiones liberales). Este sistema buscaba ser una garantía política para las clases más pudientes: la alta burguesía, la aristocracia terrateniente y los altos funcionarios.
- Priorizaba el orden público y la defensa de la propiedad privada por encima de las libertades individuales. Enfatizaron constantemente los principios de autoridad y orden social.
Entre las medidas características adoptadas por los gobiernos moderados se encuentran:
- La limitación de la libertad de expresión, de prensa y de reunión.
- La supresión de la Milicia Nacional, cuerpo de ciudadanos armados de ideología predominantemente progresista, vista como una amenaza al orden.
- La creación de la Guardia Civil en 1844, un cuerpo armado de naturaleza militar con funciones de policía rural y mantenimiento del orden público bajo estricto control gubernamental.
- Una política económica proteccionista y una administración centralizada.
El proyecto político moderado se plasmó fundamentalmente en la Constitución de 1845. En ella se reforzaba significativamente el poder de la Corona, otorgándole la iniciativa legislativa compartida con las Cortes, la prerrogativa de disolución de las Cortes, el veto absoluto sobre las leyes aprobadas, y el nombramiento de ministros y de la totalidad de los senadores (con carácter vitalicio).
9. El Programa Político de los Progresistas en la España del Siglo XIX
El Partido Progresista fue la otra gran corriente del liberalismo español durante el reinado de Isabel II, representando una visión más avanzada del liberalismo que los moderados.
Los progresistas se caracterizaban por:
- Poner el énfasis en el principio de la soberanía nacional, que residía exclusivamente en la Nación, representada por las Cortes. Aunque aceptaban la monarquía constitucional, esperaban que la Corona actuase como un poder moderador y árbitro del juego político, pero siempre subordinada a la Constitución y a la voluntad nacional.
- Frente a la insistencia moderada en el orden, los progresistas priorizaban la garantía y ampliación de las libertades individuales y colectivas (expresión, prensa, reunión, asociación) frente al poder del Estado.
- Favorecían una extensión del sufragio censitario, haciéndolo menos restrictivo que los moderados, aunque sin llegar al sufragio universal durante la mayor parte del periodo isabelino. Defendían la elección popular de los ayuntamientos.
- Otorgaban una gran importancia a la educación como motor de progreso social y modernización del país.
- En términos generales, los progresistas propugnaban la formación de una cultura y una sociedad más laicas, defendiendo la limitación de la influencia de la Iglesia Católica en la vida pública y la educación, y apoyando medidas como la desamortización de bienes eclesiásticos.
- Defendían la restauración de la Milicia Nacional como garantía de las libertades.
Los progresistas accedieron al poder en periodos más breves y a menudo mediante pronunciamientos militares, como durante la regencia de Espartero (1840-1843) o el Bienio Progresista (1854-1856). Su ideario influyó en la Constitución de 1837 (de consenso) y, de forma más clara, en la non nata de 1856.
10. Características de la Constitución de 1931
La Constitución de 1931, promulgada el 9 de diciembre durante la Segunda República Española, fue una de las más avanzadas de su tiempo y tenía como objetivo la construcción de un régimen político plenamente democrático y progresista para España.
Sus características fundamentales fueron:
- Definición de España:”Una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justici”.
- Soberanía popular: El poder emanaba del pueblo.
- Sufragio universal: Se estableció el sufragio universal directo y secreto para todos los ciudadanos mayores de 23 años, sin distinción de sexo. Un hito fundamental fue la concesión del derecho de voto a la mujer en igualdad de condiciones con el hombre.
- Amplia declaración de derechos y libertades: Incluía derechos individuales (vida, libertad, seguridad, igualdad ante la ley, inviolabilidad de domicilio y correspondencia, libertad de conciencia, expresión, reunión y asociación) y, de forma novedosa, derechos sociales y económicos, propios de un Estado social de derecho. Se regulaban medidas de protección social (seguros sociales, jornada laboral), el derecho a la educación y la cultura, y la subordinación de la riqueza al interés nacional.
- División de poderes:
- Poder legislativo: Residía en las Cortes unicamerales (Congreso de los Diputados), con preeminencia sobre el ejecutivo.
- Poder ejecutivo: Correspondía al Presidente de la República (Jefe del Estado, con funciones representativas y de moderación, elegido por un colegio mixto de diputados y compromisarios) y al Gobierno, encabezado por un Presidente del Consejo de Ministros, que respondía ante las Cortes.
- Poder judicial: Se garantizaba la independencia de los tribunales. Se creó el Tribunal de Garantías Constitucionales.
- Relación Iglesia-Estado: Se estableció la aconfesionalidad del Estado y la separación entre la Iglesia y el Estado. Se reconoció la libertad de cultos. Se disolvió la Compañía de Jesús y se nacionalizaron sus bienes. Se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la industria, el comercio y la enseñanza (esta última medida fue muy polémica y su aplicación se pospuso). Se introdujo el matrimonio civil y el divorcio.
- Organización territorial del Estado: Se definió a España como un”Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones“. Se reconoció la posibilidad de que las regiones elaborasen Estatutos de Autonomía y se constituyeran en regiones autónomas, abriendo la vía a la descentralización política (Cataluña aprobó su Estatuto en 1932, y el País Vasco y Galicia lo hicieron más tarde).
11. La Crisis del Turno de Partidos (1902-1923)
El periodo comprendido entre 1902 (inicio del reinado efectivo de Alfonso XIII) y 1923 (golpe de Estado de Primo de Rivera) se caracterizó por la profunda crisis del sistema político de la Restauración, cuyo pilar fundamental, el turno de partidos, se descompuso progresivamente.
Causas y manifestaciones de la crisis:
- Fragmentación de los partidos dinásticos: Tras la desaparición de los líderes históricos (Cánovas y Sagasta), tanto el Partido Conservador como el Liberal sufrieron divisiones internas y luchas por el liderazgo. Tras el asesinato de José Canalejas (líder liberal) en 1912, esta fragmentación se acentuó, especialmente en el Partido Liberal.
- Dificultad para formar mayorías estables: La división interna de los partidos dinásticos hizo cada vez más difícil obtener mayorías parlamentarias sólidas. Esto provocó una gran inestabilidad gubernamental, con gabinetes de corta duración y una constante necesidad de disolución de las Cortes y celebración de elecciones anticipadas.
- Desgaste del sistema caciquil: Aunque el fraude electoral y el caciquismo seguían siendo prácticas habituales para fabricar mayorías, el sistema estaba cada vez más desacreditado y encontraba mayores resistencias, especialmente en las ciudades. A pesar de las promesas de regeneración, los gobiernos a menudo no lograron garantizar elecciones limpias.
- Auge de las oposiciones: Crecieron en fuerza e influencia los partidos y movimientos políticos situados al margen del turno dinástico: republicanos, socialistas (PSOE), nacionalistas (catalanes, vascos) y el movimiento obrero anarcosindicalista (CNT).
- Impacto de problemas sociales y crisis externas: La cuestión social (conflictividad obrera), la Guerra de Marruecos (con desastres como el del Barranco del Lobo o Annual) y el impacto socioeconómico de la Primera Guerra Mundial (pese a la neutralidad española) agudizaron las tensiones.
- Intentos fallidos de regeneración: Hubo intentos de reforma desde dentro del sistema (como el de Maura o Canalejas), pero no fueron suficientes para atajar la crisis.
- Gobiernos de concentración: Como solución a la inestabilidad, se recurrió a gobiernos de concentración, que incluían a políticos de diversas facciones de los partidos dinásticos e incluso a figuras de la Lliga Regionalista catalana. Sin embargo, estos gobiernos también fueron inestables y no lograron solucionar los problemas de fondo.
El mantenimiento del turnismo tradicional se hizo inviable, y el sistema político quedó bloqueado, desprestigiado e incapaz de dar respuesta a los desafíos del país, lo que finalmente facilitó el golpe de Estado del general Primo de Rivera en septiembre de 1923, que contó con el beneplácito del rey Alfonso XIII.
12. El Sexenio Democrático (1868-1874)
El Sexenio Democrático (o Revolucionario) es el periodo de la historia de España transcurrido desde el triunfo de la Revolución de 1868 “La Glorios”), que destronó a Isabel II, hasta el pronunciamiento de diciembre de 1874, que supuso el inicio de la Restauración borbónica.
Durante estos seis años, se impuso como principal tarea la instauración de los principios básicos de la democracia en España. Estos incluían:
- El sufragio universal masculino (para varones mayores de 25 años).
- La afirmación de la soberanía nacional.
- La independencia de los poderes del Estado.
- Una amplia declaración de derechos individuales y libertades públicas (reunión, asociación, expresión, enseñanza, culto).
- La secularización del Estado, con medidas como la libertad de cultos y la separación Iglesia-Estado.
Las principales etapas de este convulso periodo fueron:
- El Gobierno Provisional (1868-1871): Presidido por el general Serrano (unionista) y con el general Prim (progresista) como figura clave. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.
- La Constitución de 1869: Considerada la primera constitución democrática de la historia de España. Establecía una monarquía parlamentaria, soberanía nacional, división de poderes y una extensa declaración de derechos.
- La Regencia de Serrano (1869-1871): Mientras se buscaba un nuevo rey para España.
- La Monarquía de Amadeo I de Saboya (1871-1873): Hijo del rey de Italia, fue elegido por las Cortes. Su reinado fue breve y marcado por la inestabilidad política, la oposición de carlistas y republicanos, y el asesinato de su principal valedor, el general Prim. Abdicó en febrero de 1873.
- La Primera República Española (1873-1874): Proclamada tras la abdicación de Amadeo I. Atravesó por diversas fases (federalista, unitaria) y se enfrentó a enormes dificultades (guerras carlista y cubana, cantonalismo).
El Sexenio se enfrentó a graves problemas que impidieron la consolidación del proyecto democrático:
- La división interna y enfrentamiento entre las fuerzas políticas que habían impulsado la Revolución (unionistas, progresistas, demócratas).
- La fuerte oposición de carlistas (que iniciaron la Tercera Guerra Carlista en 1872) y de sectores alfonsinos (partidarios de la restauración borbónica en el hijo de Isabel II, Alfonso).
- La oposición de sectores republicanos que aspiraban a un modelo federal más radical o a transformaciones sociales más profundas, lo que llevó al movimiento cantonalista.
- Los conflictos bélicos: la mencionada Tercera Guerra Carlista (1872-1876) y la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878).
- La inestabilidad social y económica.
13. Los Años 60 del Siglo XX: Desarrollo, Cambio y Conflictos en España
La década de 1960 en España, bajo la dictadura franquista, fue un periodo de profundas transformaciones económicas y sociales, aunque no políticas.
Desarrollo Económico (El”Milagro Españo”):
- A partir de 1957, con la entrada de los llamados tecnócratas (vinculados al Opus Dei) en el gobierno, se optó por una apertura económica al exterior y el saneamiento de la economía. El hito fue el Plan de Estabilización de 1959.
- Este plan sentó las bases para una etapa de rápido crecimiento económico durante los años 60, impulsado por la inversión extranjera, las divisas de los emigrantes, los ingresos por turismo y el bajo coste de la mano de obra.
- Se produjo una intensa industrialización (polos de desarrollo) y un auge del sector servicios (turismo). España pasó de ser una sociedad predominantemente agraria a una sociedad cada vez más industrial y urbana.
Cambio Social:
- El desarrollo económico se vio acompañado por un profundo proceso de cambio social: éxodo rural masivo hacia las ciudades y hacia Europa, crecimiento de las ciudades, aumento de la población urbana.
- La sociedad española alcanzó niveles de consumo y bienestar material desconocidos hasta entonces para amplias capas de la población (acceso a electrodomésticos, automóvil, vivienda en propiedad). Mejora de la dieta y la esperanza de vida.
- Sin embargo, persistieron e incluso se acentuaron grandes desigualdades sociales y regionales. El desarrollo fue desequilibrado.
- Se configuró una nueva estructura social: disminución del peso del sector agrario, crecimiento del proletariado industrial y del sector servicios, y emergencia de nuevas clases medias urbanas (profesionales, técnicos, empleados cualificados).
- Hubo un cambio en las mentalidades y costumbres: mayor acceso a la educación, influencia de modelos culturales extranjeros, secularización paulatina.
Conflictos y Oposición al Régimen:
- A pesar del crecimiento económico, el régimen franquista mantuvo su carácter dictatorial, sin libertades políticas ni sindicales.
- Paralelamente al cambio social, emergió una nueva sociedad civil, más formada, informada y menos dispuesta a aceptar las limitaciones del régimen.
- Diversos sectores sociales comenzaron a cuestionar con mayor energía la dictadura y se movilizaron con creciente frecuencia en su contra, a pesar de la represión:
- Movimiento obrero: Resurgimiento de las Comisiones Obreras (CCOO), que organizaron huelgas y protestas.
- Movimiento estudiantil: Agitación en las universidades contra el SEU (sindicato único franquista) y por las libertades.
- Sectores intelectuales y culturales.
- Surgimiento de nuevos nacionalismos periféricos (especialmente en Cataluña y País Vasco, con la aparición de ETA en 1959).
- Algunos sectores de la Iglesia Católica comenzaron a distanciarse del régimen y a apoyar las reivindicaciones sociales y democráticas.
14. Los Años 70: La Crisis del Franquismo
La década de 1970 marcó la crisis final del régimen franquista, un proceso complejo influido por factores internos y externos que culminó con la muerte del dictador Francisco Franco en noviembre de 1975.
Intensificación de la Oposición y Represión:
- A finales de los años 60 y principios de los 70, se intensificó la oposición política y social al régimen:
- En las fábricas, a través de movimientos sindicales clandestinos como Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), que convocaban huelgas y movilizaciones.
- En las universidades, con un activo y persistente movimiento estudiantil que reclamaba libertades y reformas democráticas.
- Reorganización de partidos políticos clandestinos (PCE, PSOE, nacionalistas).
- La respuesta del régimen fue la represión sistemática, ejercida principalmente por la Brigada Político-Social (BPS), conocida por el uso de la tortura en comisarías. El Tribunal de Orden Público (TOP) se encargaba de juzgar los delitos políticos. Se decretaron estados de excepción con frecuencia.
- Terrorismo de ETA: ETA (Euskadi Ta Askatasuna) incrementó su actividad terrorista. La respuesta indiscriminada del régimen en el País Vasco a menudo contribuyó a aumentar el apoyo social a la organización en ciertos sectores. El Proceso de Burgos (1970) contra miembros de ETA, con peticiones de pena de muerte, desencadenó una oleada de protestas nacionales e internacionales que forzaron al régimen a conmutar las penas capitales.
Divisiones Internas en el Régimen:
- Ante la evidente decadencia física del dictador y la creciente presión interna y externa, se acentuaron las divisiones dentro del propio régimen entre:
- Los o el : Sectores ultraconservadores y nostálgicos del fascismo, opuestos a cualquier tipo de cambio o reforma, y partidarios de mantener la dictadura en su forma más pura incluso con violencia.
- Los : Políticos del régimen que, sin cuestionar la figura de Franco ni los fundamentos del sistema, consideraban necesario introducir algunas reformas limitadas “apertura controlad”) para asegurar la continuidad del régimen tras la muerte del dictador y adaptarlo a las nuevas circunstancias.
Acontecimientos Clave y Agonía del Régimen:
- En junio de 1973, el almirante Luis Carrero Blanco, hombre de la máxima confianza de Franco y considerado el garante de la continuidad del franquismo”pur”, fue nombrado Presidente del Gobierno (Franco, ya muy mayor y con signos de senilidad, separó por primera vez la Jefatura del Estado de la Presidencia del Gobierno). Carlos Arias Navarro ocupaba el cargo de Ministro de la Gobernación.
- El gobierno de Carrero Blanco comenzó con una línea dura, ejemplificada por el Proceso 1001 (1973) contra dirigentes de Comisiones Obreras, que fueron condenados a largas penas de prisión.
- En diciembre de 1973, ETA asesinó a Carrero Blanco en un atentado en Madrid. Este magnicidio descabezó al sector inmovilista y aceleró la crisis del régimen, abriendo un periodo de mayor incertidumbre.
- Arias Navarro fue nombrado nuevo presidente del Gobierno e intentó una tímida”apertur” “espíritu del 12 de febrer”), que pronto se vio frustrada por las resistencias del búnker y la propia dinámica de la oposición.
- Los últimos años de vida de Franco (fallecido el 20 de noviembre de 1975) se caracterizaron por:
- Crecientes tensiones con sectores de la Iglesia Católica, que se distanciaban del régimen y denunciaban la falta de libertades.
- La enfermedad y larga agonía del dictador.
- Intensas protestas internacionales por la represión, especialmente tras las últimas ejecuciones del franquismo en septiembre de 1975 (cinco militantes del FRAP y ETA fueron fusilados, a pesar de las peticiones de clemencia).
- La crisis del Sáhara Español: En otoño de 1975, el rey Hassan II de Marruecos organizó la Marcha Verde para anexionarse el territorio, aprovechando la debilidad del régimen español. Con Franco agonizando, el gobierno español firmó el Acuerdo Tripartito de Madrid (noviembre de 1975), cediendo la administración del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, contraviniendo las resoluciones de la ONU que abogaban por la autodeterminación del pueblo saharaui.
Francisco Franco murió el 20 de noviembre de 1975, abriéndose el camino hacia la Transición democrática.