La Poesía de la Segunda Mitad del Siglo XIX: Reacción y Fundamentos del Siglo XX
La poesía de la segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la reacción contra el Romanticismo y por sentar las bases de la poesía del siglo XX. Se advierten dos corrientes principales:
Poesía-Comunicación
Se caracteriza por su utilidad. El poeta busca dirigirse al receptor y comunicarle una idea de índole social. Tiene relación con el realismo narrativo, pues las intenciones coinciden en muchos casos. Dependiendo de la orientación ideológica, puede hablarse de una poesía conservadora (con Ramón de Campoamor) y una progresista (con Victor Hugo).
Poesía-Expresión
Reivindica la autonomía del arte respecto a la realidad y defiende la inutilidad de la poesía. Destaca Théophile Gautier. También se advierten dos tendencias dentro de esta corriente:
El Parnasianismo
Iniciado por Théophile Gautier y Leconte de Lisle, critica el exceso de sentimentalidad romántica y defiende el distanciamiento de las emociones. El poema no es reflejo de la intimidad del autor, sino un objeto construido mediante la inteligencia, la técnica y el rigor artístico.
El Simbolismo
Nace con Baudelaire y se prolonga con Valéry, Yeats, Rilke o Juan Ramón Jiménez. Los simbolistas niegan el valor poético de la realidad; en sus obras no se encuentra ninguna función social y se apartan de los usos convencionales en un intento de diferenciarse. La realidad sirve como punto de partida para iniciar el viaje a su interioridad. Se valen del símbolo como herramienta, pues creen que existe una verdad escondida tras lo real. El poeta no se siente portavoz de su comunidad y desprecia al gran público. Los simbolistas son responsables de la mayor renovación formal sufrida por el género lírico. Rompen con la métrica tradicional, desarrollan el poema en prosa, introducen el verso libre y las asociaciones libres de ideas, buscan el ritmo poético mediante repeticiones, paralelismos, pausas, etc.
De Baudelaire al Simbolismo: La Revolución Lírica
Charles Baudelaire nació en París en 1821. En 1834 fue enviado a las Antillas por su padrastro, quien quiso alejarlo de la vida bohemia. A su regreso a París, inició estudios en Derecho en 1840, entró en contacto con el ambiente literario y empezó a producir textos sobre crítica. La sífilis le produjo afasia y una parálisis parcial que le condujo a la muerte en 1867. A él se debe la revolución lírica que posibilita el tránsito hacia la poesía moderna. Su influencia llevó a otros muchos poetas a romper con las formas poéticas habituales e introducir nuevos temas.
Temas Centrales en la Obra de Baudelaire
El disgusto hacia la realidad y la sociedad: Este sentimiento provoca en el poeta el spleen (melancolía profunda). Esta angustia vital le empuja a la huida a través del erotismo, el buceo en la maldad, los paraísos artificiales de las drogas, el anonimato de la muchedumbre urbana o la muerte, que para el escritor es la única salvación posible.
La ciudad como tema poético: Baudelaire la convierte en protagonista, sustituyendo a la naturaleza. La gran ciudad devora al individuo y permite que el poeta olvide su sentimiento de diferencia.
La reflexión sobre el proceso de creación artística: El autor piensa que el mundo visible refleja lo invisible: la belleza, las pasiones, los ideales, la verdad. Sin embargo, solamente el artista es capaz de ver esas conexiones.
Obras Esenciales de Baudelaire
Baudelaire es autor de dos libros esenciales:
Las flores del mal
Recoge poemas compuestos entre 1840 y 1861. La intención es construir un libro unitario en torno a la angustia vital o spleen y a los distintos caminos de evasión. Estructura la obra en seis conjuntos de poemas, centrados en seis huidas posibles:
- «Spleen o ideal»: Enfrenta el mundo cotidiano y el ideal, pero las formas de huida que aparecen fracasan.
- «Cuadros parisinos»: El yo poético se sumerge en la ciudad de París para olvidar la angustia, fundiéndose con la multitud.
- «El vino»: Intento de encontrar la salvación en los paraísos artificiales y comienzo del proceso de degradación del yo poético.
- «Flores del mal»: Supone la caída en la perversión, pero el poeta tampoco encuentra el remedio a su malestar.
- «Rebelión»: Recoge los primeros poemas compuestos por Baudelaire, donde se advierte la presencia romántica. El autor intenta ilustrar otra vía de salvación consistente en la negación de los valores y creencias que han hecho posible el mundo que le atormenta.
- «La muerte»: Es la conclusión del viaje; morir es la evasión definitiva.
Pequeños poemas en prosa
También conocido como El spleen de París, guarda mucha relación con las dos primeras secciones de Las flores del mal, ya que se centra en la ciudad y en la melancolía. Pero su importancia reside en el uso de la prosa poética como forma que puede dar cuenta de las innumerables relaciones y confusión de la ciudad.
Los Continuadores de Baudelaire
Baudelaire fue seguido por varios poetas franceses entre los que destacan Mallarmé, Verlaine y Rimbaud, y algo después, la escuela simbolista.
Stéphane Mallarmé
La poesía de Stéphane Mallarmé se caracteriza por la sensación de soledad y la presencia de la muerte, por la esterilidad de los actos humanos y el vacío de la existencia. Técnicamente, la obra de Mallarmé se define por el cuidado formal y por el hermetismo y la ambigüedad de sentidos que puede adquirir el símbolo central sobre el que construye el poema.
Paul Verlaine
Se da a conocer en 1866 con Poemas saturnianos y alcanza gran prestigio entre los jóvenes con Fiestas galantes y La buena canción. En estos poemarios muestra los principales rasgos de su arte. Pero a Verlaine se debe sobre todo la creación de un conjunto de símbolos asociados a la melancolía que se convertirán en auténticos tópicos literarios:
- los parques abandonados
- la ambientación otoñal
- las estatuas decrépitas
- hojas muertas
- el atardecer
- el sonido de instrumentos musicales, etc.
Arthur Rimbaud
Para Arthur Rimbaud, el poeta es un vidente capaz de percibir lo que otros no, pero para ello es necesario que el artista «desarregle» sus sentidos. Tras esa experiencia, llega el turno de la creación verbal que habrá de caracterizarse por el tono de alucinación o visión irracional. En última instancia, el autor aspira con su obra lírica a cambiar la vida. Esta forma de entender la poesía se aprecia en sus dos libros: Una temporada en el infierno e Iluminaciones. En el primero se encuentran poemas satíricos, autobiográficos, de denuncia social y política mediante los cuales se sitúa contra los valores tradicionales de la sociedad burguesa. El segundo sigue la misma línea temática e incluye prosas poéticas con las que Rimbaud quiere expresarse con mayor libertad y anticipa la liberación del lenguaje que el movimiento surrealista llevará a su extremo a partir de 1925.
La Poesía de las Vanguardias: Ruptura e Innovación
La generación de los últimos años del siglo XIX es la protagonista de la explosión innovadora que tuvo lugar entre la Primera Guerra Mundial y la década de los 30, conocida como vanguardias históricas. Florecen movimientos que persiguen la ruptura con las formas artísticas tradicionales.
El Espíritu Vanguardista
El término literaturas de vanguardia fue acuñado durante la Primera Guerra Mundial para designar a una serie de inquietudes artísticas situadas en la «avanzadilla» cultural del momento. El vanguardismo englobó un gran número de movimientos, cada uno de ellos con peculiaridades propias que se proyectaron hacia la construcción de una nueva sociedad. Presentan unas características comunes:
Internacionalismo: Los artistas de vanguardia se consideraron ciudadanos del mundo del arte y se preocuparon por cuestiones universales.
Antitradicionalismo: Desprecian todo lo heredado y se levantan contra lo anterior. De esta postura derivan otras características:
- Renuncian a toda ilusión de realidad.
- Es un arte deshumanizado.
- Es un arte intelectual.
- Son movimientos de choque que aspiran a cambiar buscando la originalidad.
Fidelidad a su época: Refleja el espíritu de su tiempo (las máquinas, el progreso, el deporte, el humor), pero también los aspectos más negativos de la sociedad moderna.
Contradicción interna: Existe contradicción entre las propuestas de los distintos movimientos. Algunos, por ejemplo, exaltan los valores positivos del mundo moderno, mientras que otros se centran en los aspectos negativos.
Herramientas principales: El arte de vanguardia se vale del humor, la metáfora sorprendente y la espontaneidad e inmediatez.
Libertad absoluta: La libertad del artista es llevada hasta el extremo de romper con la lógica.