Novecentismo y vanguardias

Hay muchos rasgos comunes entre las Vanguardias y el Novecentismo. Ambas tendencias forman un gran movimiento artístico de entreguerras que tiene como finalidad la reacción contra la literatura anterior, la de las Vanguardias, más radical. La inestabilidad política (fuertes conflictos sociales, fin del turnismo, Dictadura de Primo de Ribera y Segunda República) contrasta con la aparición (a partir de 1910) de una serie de intelectuales que buscan la modernidad del país. Las principales características del Novecentismo son: –Son intelectuales no al estilo de los bohemios modernistas, sino hombres pulcros, con una sólida preparación universitaria. –Emplean la razón y huyen del sentimentalismo. Son personalidades que influyen en la política del país. –Son reformistas. Se preocupan por la europeización del país frente al tradicionalismo español. Huyen de los tópicos, aunque continúan con la percepción “castellanocéntrica” de España iniciada por los noventayochistas. –Están influidos por ambiente de deshumanización tras la Primera Guerra Mundial Buscan, influidos por las vanguardias europeas, un arte puro, cuya única finalidad es el goce estético. Les preocupa la forma y su ideal de belleza está en la serenidad de los modelos griegos. Huyen del sentimentalismo (Eugenio D’Ors habla de refrenar lo dionisiaco (lo romántico, la exaltación pasional) y a orientarse hacia lo apolíneo (lo clásico, lo sereno). Pulcritud y equilibrio serán sus máximas. Se crea una literatura para minorías cultas. –En cuanto al estilo, es fundamental la preocupación por el lenguaje. La prosa recurre a la “función poética” del lenguaje (metáforas en Ortega, densidad lírica de Miró…), aparecen poemas en prosa como Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez,…

Los principales autores son ensayistas como Eugenio d’Ors ,Manuel Azaña, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset (con influyentes obras como La deshumanización del arte y La rebelión de las masas en la que desarrolla su teoría elitista), Salvador de Madariaga ó Claudio Sánchez-Albornoz y novelistas como Gabriel Miró (con descripciones minuciosas y falta de acción, como en El obispo leproso) ó Ramón Pérez de Ayala. En poesía destaca la figura de Juan Ramón Jiménez, con su concepción de la “poesía pura” se acercó a este intelectualismo renovador. Su obra se divide en tres etapas:

 –Etapa sensitiva (1898-1915) Marcada por la influencia de Bécquer, el simbolismo y el modernismo. Con Arias tristes y La soledad sonora. – Etapa intelectual (1916-1936). Descubre el mar que simboliza para él simboliza el eterno presente e inicia una evolución espiritual en busca de la trascendencia. Destacan Diario de un poeta recién casado. Etapa última (1937-1958) En su exilio americano escribe Dios deseado y deseante.Como “Vanguardias” se conoce a las inquietudes artísticas de la “avanzadilla” cultural europea durante la I Guerra Mundial. Fue un movimiento, con estilos y propuestas variadísimas y que comparten el deseo de romper con el realismo. Los vanguardista se consideran ciudadanos del mundo, desprecian las tradiciones, buscan un arte intelectual y minoritario que busca la espontaneidad frente al trabajo minucioso, da libertad plena al artista, utiliza el humor para desmitificar y metáforas novedosísimas entre términos sin relación alguna. El futurismo ensalza la civilización mecánica y técnica, el  cubismo propone la descomposición de la realidad (caligramas de Apollinaire), el dadaísmo busca una expresión fuera de toda lógica y absurda.

Más importantes en España fueron el surrealismo, el ultraísmo y el creacionismo. El surrealismo vino de Francia de la mano de André Bretón. Buscaba descubrir la verdadera realidad a través de los sueños, la escritura automática,… El ultraísmo  rompe con el discurso lógico y con innovaciones tipográficas (por ejemplo, sustituye signos de puntuación por signos matemáticos). Los ultraístas adoran el mundo de las máquinas y son muy eficaces en la creación de metáforas. Eliminan los elementos sentimentales de la poesía. El creacionismo, por último,  buscaba crear una realidad por medio de imágenes nunca dichas. Es imposible entender las vanguardias en España sin hablar de Ramón Gómez de la Serna, prolífico escritor y periodista vanguardista español e inventor de la greguería (metáfora con humor). También hay que destacar la influencia que estos movimientos tuvieron en los miembros de la Generación del 27, ya que casi todos ellos se iniciaron en ellas: Gerardo Diego, Pedro SalinasVicente Aleixandre y Rafael Alberti,

Hay muchos rasgos comunes entre las Vanguardias y el Novecentismo. Ambas tendencias forman un gran movimiento artístico de entreguerras que tiene como finalidad la reacción contra la literatura anterior, la de las Vanguardias, más radical. La inestabilidad política (fuertes conflictos sociales, fin del turnismo, Dictadura de Primo de Ribera y Segunda República) contrasta con la aparición (a partir de 1910) de una serie de intelectuales que buscan la modernidad del país. Las principales características del Novecentismo son: –Son intelectuales no al estilo de los bohemios modernistas, sino hombres pulcros, con una sólida preparación universitaria. –Emplean la razón y huyen del sentimentalismo. Son personalidades que influyen en la política del país. –Son reformistas. Se preocupan por la europeización del país frente al tradicionalismo español. Huyen de los tópicos, aunque continúan con la percepción “castellanocéntrica” de España iniciada por los noventayochistas. –Están influidos por ambiente de deshumanización tras la Primera Guerra Mundial Buscan, influidos por las vanguardias europeas, un arte puro, cuya única finalidad es el goce estético. Les preocupa la forma y su ideal de belleza está en la serenidad de los modelos griegos. Huyen del sentimentalismo (Eugenio D’Ors habla de refrenar lo dionisiaco (lo romántico, la exaltación pasional) y a orientarse hacia lo apolíneo (lo clásico, lo sereno). Pulcritud y equilibrio serán sus máximas. Se crea una literatura para minorías cultas. –En cuanto al estilo, es fundamental la preocupación por el lenguaje. La prosa recurre a la “función poética” del lenguaje (metáforas en Ortega, densidad lírica de Miró…), aparecen poemas en prosa como Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez,…

Los principales autores son ensayistas como Eugenio d’Ors ,Manuel Azaña, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset (con influyentes obras como La deshumanización del arte y La rebelión de las masas en la que desarrolla su teoría elitista), Salvador de Madariaga ó Claudio Sánchez-Albornoz y novelistas como Gabriel Miró (con descripciones minuciosas y falta de acción, como en El obispo leproso) ó Ramón Pérez de Ayala. En poesía destaca la figura de Juan Ramón Jiménez, con su concepción de la “poesía pura” se acercó a este intelectualismo renovador. Su obra se divide en tres etapas:

– Etapa sensitiva (1898-1915) Marcada por la influencia de Bécquer, el simbolismo y el modernismo. Con Arias tristes y La soledad sonora

– Etapa intelectual (1916-1936). Descubre el mar que simboliza para él simboliza el eterno presente e inicia una evolución espiritual en busca de la trascendencia. Destacan Diario de un poeta recién casado

– Etapa última (1937-1958) En su exilio americano escribe Dios deseado y deseante.Como “Vanguardias” se conoce a las inquietudes artísticas de la “avanzadilla” cultural europea durante la I Guerra Mundial. Fue un movimiento, con estilos y propuestas variadísimas y que comparten el deseo de romper con el realismo. Los vanguardista se consideran ciudadanos del mundo, desprecian las tradiciones, buscan un arte intelectual y minoritario que busca la espontaneidad frente al trabajo minucioso, da libertad plena al artista, utiliza el humor para desmitificar y metáforas novedosísimas entre términos sin relación alguna. El futurismo ensalza la civilización mecánica y técnica, el  cubismo propone la descomposición de la realidad (caligramas de Apollinaire), el dadaísmo busca una expresión fuera de toda lógica y absurda.

Más importantes en España fueron el surrealismo, el ultraísmo y el creacionismo. El surrealismo vino de Francia de la mano de André Bretón. Buscaba descubrir la verdadera realidad a través de los sueños, la escritura automática,… El ultraísmo  rompe con el discurso lógico y con innovaciones tipográficas (por ejemplo, sustituye signos de puntuación por signos matemáticos). Los ultraístas adoran el mundo de las máquinas y son muy eficaces en la creación de metáforas. Eliminan los elementos sentimentales de la poesía. El creacionismo, por último,  buscaba crear una realidad por medio de imágenes nunca dichas. Es imposible entender las vanguardias en España sin hablar de Ramón Gómez de la Serna, prolífico escritor y periodista vanguardista español e inventor de la greguería (metáfora con humor). También hay que destacar la influencia que estos movimientos tuvieron en los miembros de la Generación del 27, ya que casi todos ellos se iniciaron en ellas: Gerardo Diego, Pedro SalinasVicente Aleixandre y Rafael Alberti,