Exposición Internacional de Barcelona (1929-1930)
La Exposición Internacional de Barcelona tuvo lugar del 20 de mayo de 1929 al 15 de enero de 1930 en Barcelona (España). Celebrada en la montaña de Montjuic, se desarrolló en una superficie de 118 hectáreas y tuvo un coste de 130 millones de pesetas. Entre la veintena de naciones europeas que oficialmente participaron se encontraban países como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Hungría, Italia, Noruega, Rumanía o Suiza. También participaron expositores privados japoneses y estadounidenses.
En Barcelona se guardaba un grato recuerdo de la Exposición Universal de 1888, que supuso un gran avance para la ciudad en el terreno económico y tecnológico, así como la remodelación del Parque de la Ciudadela. Por ello, se proyectó esta nueva exposición para dar a conocer los nuevos avances tecnológicos y proyectar la imagen de la industria catalana en el exterior. De nuevo, la exposición originó una remodelación de una parte de la ciudad, en este caso la montaña de Montjuic, así como sus zonas colindantes, especialmente la Plaza de España.
Impacto Urbanístico y Arquitectónico
La Exposición supuso un gran desarrollo urbanístico para Barcelona, así como un banco de pruebas para los nuevos estilos arquitectónicos gestados a principios del siglo XX. A nivel local, representó la consolidación del novecentismo, estilo de corte clásico que sustituyó al modernismo preponderante en Cataluña durante la transición de siglo. Además, supuso la introducción en España de las corrientes de vanguardia internacionales, especialmente el racionalismo, a través del Pabellón de Alemania de Ludwig Mies van der Rohe.
Edificios y Emblemas Destacados
La Exposición dejó numerosos edificios e instalaciones, algunos de los cuales se han convertido en emblemas de la ciudad:
- El Palacio Nacional
- La Fuente Mágica
- El Teatre Grec
- El Pueblo Español
- El Estadio Olímpico
La Celestina: Obra Cumbre de la Literatura Española
La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra del Prerrenacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos; su primera edición conocida es de 1499, en Burgos. Constituye una de las bases sobre las que se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro realista modernos, y ejerció una influencia poderosa, aunque soterrada, sobre la literatura española.
Versiones y Género Literario
Existen dos versiones de la obra:
- La Comedia (1499, 16 actos)
- La Tragicomedia (1502, 21 actos)
La crítica tradicional ha debatido profusamente el género literario de La Celestina, dudando si clasificarla como obra dramática o como novela. La crítica actual coincide en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción como diálogo puro, creador de un género nuevo: el género celestinesco, formado por una serie de continuaciones y obras inspiradas en ella.
Relevancia y Legado
Su carácter irrepresentable hizo que la obra estuviese destinada a ser recitada o declamada por un solo lector, impostando las voces de los distintos personajes ante un auditorio poco numeroso. Sus logros estéticos y artísticos, la caracterización psicológica de los personajes —especialmente la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se encuentra en Ovidio—, la novedad artística que suponía respecto al género de la comedia humanística en la que parece inspirarse, y la falta de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La Celestina una de las obras cumbre de la literatura española y universal.