Generación del 98: Contexto Histórico, Autores Clave y Legado Literario Español

La Generación del 98: Concepto y Características Fundamentales

A finales del siglo XIX, España vivía una grave crisis general: el sistema político, con alternancia en el poder entre conservadores y progresistas, no funcionaba y comenzaron a surgir los primeros conflictos sociales violentos. En este contexto, a finales del siglo XIX, los Regeneracionistas propugnaron una serie de medidas concretas para solucionar los problemas del país, destacando figuras como Joaquín Costa y Francisco Giner de los Ríos, vinculados a la Institución Libre de Enseñanza. La situación del país empeoró drásticamente con la independencia de Cuba y Filipinas, un evento conocido como el Desastre de 1898.

En este ambiente de desilusión y búsqueda de soluciones, surgió un grupo de escritores profundamente preocupados por los problemas de España: la Generación del 98. Sin embargo, junto a ellos, convivían los modernistas, autores que, partiendo de un resentimiento contra su época, buscaban nuevos cauces de expresión alejados de los habituales.

Características de la Generación del 98

Los integrantes de la Generación del 98 poseían un espíritu de protesta y un profundo amor al arte. A raíz del desastre colonial, surgió la conciencia de la necesidad de cambio en la sociedad española. Un grupo de tres escritores, el Grupo de los Tres, integrado por Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, publicó un Manifiesto en 1901 en el que denunciaban la situación de España y la necesidad de mejorar. Esta preocupación también alcanzó a otros intelectuales como Miguel de Unamuno o Ramón del Valle-Inclán. Ángel Ganivet también expuso sus ideas reformadoras en Idearium español, y Antonio Machado, con su poesía, se alejó del Modernismo para seguir un camino de profundidad y reflexión sobre el tiempo y la memoria.

Posteriormente, Pedro Salinas (1935) aplicó los requisitos generacionales propuestos por Petersen a este grupo de escritores, consolidando su definición como generación:

  • Nacimiento en años poco distantes: El mayor fue Unamuno (1864) y el más joven, Antonio Machado (1875); la distancia temporal entre ambos no se consideró un impedimento significativo.
  • Formación intelectual semejante: Se caracterizaron por un marcado autodidactismo.
  • Relaciones personales: Destaca el Grupo de los Tres. Mantuvieron actitudes de protesta y rebeldía en su juventud, aunque en su madurez evolucionaron hacia posturas diversas: Unamuno se mostró contradictorio; Baroja, escéptico; Azorín, conservador; Maeztu se acercó a la derecha tradicionalista. Valle-Inclán pasó de posturas conservadoras a otras más progresistas, mientras que Machado se mantuvo siempre cercano a la izquierda.
  • Participación en actos colectivos: Homenaje a Larra (1901); homenaje a Baroja con motivo de la publicación de su novela Camino de perfección (1902); protesta por la concesión del Premio Nobel a Echegaray (1905).
  • Acontecimiento generacional: Les unió el impacto de la pérdida de las últimas colonias españolas en 1898 (el Desastre del 98).
  • Presencia de un guía: Estaban influenciados por Unamuno, Nietzsche y Schopenhauer.
  • Lenguaje generacional: Tendencia a forjar un estilo personal y rechazo al estilo del siglo anterior.

Los Temas Recurrentes de la Generación del 98

El tema fundamental fue el problema de España. El pesimismo derivado de la pérdida de las colonias provocó que los autores buscaran respuestas más filosóficas que prácticas. Reflejaron la situación de atraso del país, de sus pueblos y de sus gentes. Inicialmente, propusieron la necesidad de “europeizar” España; posteriormente, evolucionaron hacia la idea de “españolizar” Europa, buscando adentrarse en las raíces y la esencia de lo español. Esta búsqueda de las raíces les condujo a valorar la historia, sobre todo la de las gentes sencillas, lo que Unamuno denominó la intrahistoria.

Castilla y su paisaje se convirtieron en un foco de atención para los noventayochistas. Su visión lírica y subjetiva de la tierra castellana reflejaba su estado de ánimo, criticando el atraso y la pobreza, pero también exaltando líricamente el paisaje.

Los temas existenciales y religiosos también fueron una preocupación central para los autores del 98. Se les considera precursores del existencialismo por su obsesión con el paso del tiempo, la muerte, el sentido de la vida, entre otros. Es evidente la influencia de filósofos como Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche.

El Estilo Literario de la Generación del 98

Los autores del 98 repudiaron la retórica anterior, aunque admiraron ciertos aspectos de autores como Galdós, Bécquer o Rosalía de Castro. Se sintieron influidos por clásicos como Quevedo, Cervantes o Larra. En su deseo de buscar la esencia de lo español, recuperaron leyendas y tradiciones, y recurrieron a menudo a lo medieval. Su estilo fue sobrio y aparentemente sencillo, pero muy cuidado. Los autores emplearon palabras tradicionales rescatadas del habla popular, a las que denominaron palabras terruñeras. Se mostraron subjetivos y utilizaron el lirismo. Fueron notables sus innovaciones en cuanto a los géneros literarios, a los que confirieron mayor flexibilidad, como las innovaciones en el teatro de Valle-Inclán.

El ensayo se convirtió en el género literario dominante, aunque con diferencias de tono importantes: desde la denuncia social al lirismo. Les sirvió como vehículo principal para la divulgación de su ideología.

En cuanto a la novela, los noventayochistas realizaron una serie importante de modificaciones:

  • Se estructuraba en torno a un único personaje, a menudo un héroe casi trágico que evolucionaba hacia una situación espiritual límite.
  • El proceso de cambio se centraba en la mentalidad del protagonista y no en sucesos externos.
  • Sustituían los incidentes por diálogos que señalaban un estado de desarrollo mental del protagonista.

La poesía, en contraste con el ideal de belleza modernista, se preocupó por lo humano, fundamentalmente en autores como Unamuno y Antonio Machado. Creían que la poesía existía para expresar una visión profunda de las personas, no solo para producir placer estético.