Evolución del Teatro del Siglo XX: Vanguardias Europeas y Corrientes Españolas

Teatro Europeo en el Siglo XX: Ruptura y Vanguardias

A finales del siglo XIX dominaba la estética naturalista, basada en el reflejo de los ambientes y problemas humanos. La ruptura de estas reglas marca el desarrollo del teatro europeo en el siglo XX. Los expresionistas acentuaron el uso de los efectos escenográficos y del gesto, con el fin de animar al espectador. Los diferentes movimientos de vanguardia, en especial el dadaísmo y el surrealismo, consiguieron una ruptura total con el teatro tradicional. Destacan Brecht (épico) y Artaud (de la crueldad).

Brecht propone distanciar al espectador de la acción, piensa que el teatro debe mostrar y el espectador debe juzgar, mientras que Artaud defiende que en el teatro debe participar lo mágico e irracional, como ritos y celebraciones primitivas.

El Teatro Español del Primer Tercio del Siglo XX: Entre lo Comercial y lo Innovador

Panorama Español: Resistencia a las Corrientes Europeas

El teatro español vivió ajeno a las corrientes renovadoras europeas, debido a la presencia de un público burgués inmovilista y deseoso de evasión, que solo mostraba su interés en el teatro comercial y que se oponía a las tendencias experimentales y minoritarias que se daban por entonces en el contexto europeo. En el primer tercio de siglo, el teatro español se repartió en dos frentes:

Teatro Comercial

Continuador del que existía a finales del siglo XIX, orientado a un público burgués, poco crítico y que aportaba pocas novedades técnicas. Es el teatro que triunfó en las salas teatrales de la época. En este grupo se incluye:

  • Comedia burguesa, cuyo máximo representante es Jacinto Benavente.
  • Teatro en verso, neorromántico y con aportaciones del Modernismo, en una línea tradicionalista.
  • Teatro cómico, costumbrista, también en la línea tradicional y de carácter popular.

Teatro Innovador

Pretendía ofrecer un nuevo tipo de obras, bien por su carga crítica, por sus innovaciones técnicas, o por ambas. Esta tendencia fue un fracaso comercial. En este grupo se incluye:

  • Teatro de los autores del 98. Caso especial es el de Valle-Inclán.
  • Teatro de los autores del 27. Destacaremos a Lorca.

Tipos de Teatro Comercial Español

Teatro en Verso

Surge de la corriente modernista. Se trata de un teatro de pura evasión que recupera temas históricos, legendarios y de ideología conservadora y tradicionalista. Destacan Eduardo Marquina (Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol), cuyas obras evocan una supuesta España eterna para contraponerla a la de su tiempo, donde “todo es mezquino, trivial, asqueroso”, y los hermanos Machado, que escriben en colaboración La Lola se va a los puertos.

La Comedia Burguesa: Jacinto Benavente

Recibió el Premio Nobel en 1922. Su teatro pasa por dos etapas:

  • Intento de renovación técnica y de crítica social en su primera obra, El nido ajeno, donde analiza y critica la situación de la mujer casada en la sociedad burguesa, utilizando un lenguaje sencillo y sobrio.
  • “Comedias de salón”, donde limitó asperezas y optó por una posición menos crítica. A partir de aquí compuso obras que se ajustaban a los gustos del público, aunque nunca renunció a la introducción de la crítica social.

Los temas y personajes se corresponden con los de las clases medias y altas de la sociedad y con los conflictos típicos de esos grupos sociales: amores insatisfechos, infidelidades, hipocresía, murmuraciones, hijos calavera. En obras como La noche del sábado o Rosas de otoño, Benavente consiguió un teatro a la medida de la burguesía de la época, que lo convirtió en el autor más representado. De estas características se escapan dos obras suyas, que se han convertido en las más interesantes de su producción teatral: Los intereses creados y La malquerida. La primera desarrolla en tono de farsa el tema del poder del dinero, contraponiendo el mundo del interés y el mundo del amor. La otra sigue el modelo del ‘drama rural’, un tipo de teatro que desarrolla un violento mundo de pasiones no controladas por la educación urbana.

Teatro Cómico: Comedia Costumbrista y Sainete

Hecho para divertir al público. Es un género heredero de los entremeses del Siglo de Oro. Sus características principales son:

  • Ambientación popular.
  • Historia amorosa con final feliz.
  • Humor y lenguaje sencillo.

Entre los autores, destacan:

  • Los hermanos Álvarez Quintero, que reflejan la vida amable de una Andalucía tópica y sentimental en obras como El genio alegre y Malvaloca.
  • Carlos Arniches, con sainetes de ambiente madrileño y castizo. También cultivó un género nuevo, la “tragedia grotesca”, donde combina lo risible con lo conmovedor y una actitud crítica ante las injusticias. Destacan La señorita de Trevélez y Los caciques.
  • Pedro Muñoz Seca, que crea otro género, “el astracán”, cuyo objetivo era obtener la carcajada a través de obras descabelladas. Destaca La venganza de don Mendo, parodia de dramas románticos y del teatro en verso de la época.

La Trayectoria Teatral de Valle-Inclán

En su producción se observa una constante voluntad de renovación formal y técnica. Valle evolucionó hacia su creación máxima, el esperpento, cuyos elementos se observan de manera incipiente en sus primeras obras.

Inicios Dramáticos: Dramas Decadentistas

Con estas obras, Valle aplicó el modernismo al drama. Sin embargo, Valle se alejó del teatro simbolista con la incorporación de personajes tratados de forma irónica y hasta caricaturesca. En sus primeras obras, El marqués de Bradomín y El yermo de las almas, Valle dramatiza el tema decimonónico del adulterio, libre de la carga ética de la alta comedia e inmerso en la literatura de fin de siglo. La Dama enferma presenta los rasgos de la heroína decadente finisecular.

Desde un principio, no se ajustó al espacio escénico de los teatros de su época, lo que suponía implícitamente el rechazo del sistema realista de construcción del espacio dramático. A partir de Divinas palabras y de las Comedias bárbaras, su teatro exigía técnicas especiales que no se poseían en la época, lo que implicó su exclusión de los escenarios e incluso la puesta en duda de la condición dramática de sus obras, a las que se achacaba la imposibilidad de ser representadas.

Dramas de Ambiente Gallego: El Ciclo Mítico

Ruiz Ramón agrupa las Comedias bárbaras, El embrujado y Divinas palabras bajo la denominación de ciclo mítico. Todas las obras están relacionadas por sus temas, personajes, atmósferas y significado, y se localizan en una Galicia mítica. En ellas se representa una sociedad arcaica, elegida para ofrecer la visión de un mundo en el que la existencia humana se rige por fuerzas primarias. Los conflictos se centran en la lujuria, la soberbia, la crueldad, etc.

Las Comedias Bárbaras

Esta trilogía (Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de Plata) dramatiza la tragedia de los Montenegro. Sus personajes encarnan impulsos del ser humano y actúan movidos por oscuras razones. El principal es don Juan Manuel Montenegro, despótico, cruel y violento, pero también justo y caritativo. Representante de la aristocracia rural, simboliza al último de los héroes de un mundo en destrucción. Su grandeza se contrapone a la codicia y vulgaridad de sus hijos, a excepción de don Miguelito, Cara de Plata, el único con alguna de las virtudes de su padre. Tras la muerte de la esposa de Montenegro, sus hijos, menos Cara de Plata, se entregan a la rapiña por la herencia y desposeen a su padre. Este busca apoyo en el pueblo, pero lo matan.

El Embrujado

Se desarrolla en un mundo regido por la avaricia, la lujuria y la muerte. La obra pretende mostrar cómo los hombres repiten las mismas acciones impulsados por fuerzas que los destruyen. Se diferencia de las otras porque solo se desarrolla en dos espacios, aunque integrados por varios planos.

Divinas Palabras

En esta obra el personaje es Mari-Gaila. La acción se construye en torno a Laureaniño el Idiota, un enano hidrocéfalo cuyos familiares lo exponen en las ferias para ganar dinero. Cuando Mari-Gaila, su mujer, deja a Laureaniño por encontrarse con su amante, un grupo de gente emborracha al enano hasta ocasionarle la muerte, lo que desencadenará el drama. Para Huerta Calvo y Peral Vega, Valle se aproxima al modelo de la tragedia, la ausencia o escasez de componentes cómicos y el estatismo de sus personajes, frente a los gestos característicos del esperpento. En el estilo del ciclo mítico destaca la utilización de las acotaciones, de forma descriptiva y narrativa, cuyo estilo las sitúa por encima de su función dramática.

Las Farsas de Valle-Inclán

Valle-Inclán es autor de cuatro farsas: La marquesa Rosalinda, Farsa infantil de la cabeza del dragón, Farsa italiana de la enamorada del rey y Farsa y licencia de la reina castiza, todas en verso salvo la segunda. Las tres últimas se encuentran reunidas en Tablado de marionetas para educación de príncipes. En estas obras, Valle introduce personajes de la farándula, el uso de disfraces y el teatro+teatro (metateatro).

La Marquesa Rosalinda

Constituye una crítica abierta de España, en la que el dramaturgo se burla de instituciones y costumbres. Emplea técnicas más cinematográficas que teatrales: apariciones súbitas, movimientos rápidos de una situación a otra, enfoques de cerca…

La Cabeza del Dragón

Presenta un ambiente de cuento de hadas, pero alude a la mala situación económica española y critica a la monarquía, los cortesanos y los militares. En ella, Valle parodia la literatura modernista de carácter evasivo, el exotismo y el medievalismo superficial.

La Enamorada del Rey

En esta pieza se contraponen lo sentimental y lo grotesco, mediante el conflicto en torno al amor de la joven Mari-Justina por el Rey, a quien solo ha visto de lejos. La acción se localiza en una corte del siglo XVIII y una venta. Al final se impone la realidad, cuando la enamorada ve a su amado, viejo y deforme.

La Reina Castiza

Posee implicaciones históricas y políticas más concretas que las otras: constituye una sátira del reinado de Isabel II y se centra en la vida del palacio. En el ciclo de la farsa ya se pueden ver trazas de lo que será el esperpento, como la deshumanización de los personajes y la degradación del ambiente y el lenguaje.