Poesía Española: Un Recorrido por sus Movimientos y Autores
Poesía de Exilio
La Guerra Civil Española (1936-1939) provocó que la mayoría de los grandes poetas españoles marcharan al exilio. Otros, como León Felipe, prosiguieron también en el destierro su labor literaria. Los temas centrales de la poesía de Felipe son la España perdida tras la guerra y la defensa de sus ideales republicanos. Algunas de sus obras son Español del éxodo y del llanto y El poeta prometeico.
Poesía de Posguerra: Arraigo y Desarraigo
Poesía Arraigada
Los poemas de esta corriente muestran a menudo un tono conforme o incluso belicista en los primeros años. Se exalta a los vencedores y se denigra a los perdedores. Aparecen dos revistas importantes: Escorial y Garcilaso. En la primera publican poetas como Luis Rosales, representativos de esta tendencia. En el caso de Garcilaso, la gama de colaboradores es más amplia y su adscripción política no es tan estricta. Los poemas suelen expresar una visión del mundo ordenada, optimista y esperanzada, a menudo con un retorno a las formas clásicas. Dámaso Alonso englobó esta poesía bajo el nombre de «poesía arraigada».
Poesía Desarraigada
Paralelamente, surge una poesía que expresa el malestar y la angustia existencial. Se producen hitos poéticos fundamentales: Vicente Aleixandre publica Sombras del paraíso y Dámaso Alonso, Hijos de la ira. Esta poesía influirá en la orientación de la poesía española durante los años cincuenta. Dámaso Alonso se consolida como poeta con la publicación de Hijos de la ira, obra escrita en versículos de ritmo obsesivo; algunos rasgos de esta obra son el léxico coloquial y los paralelismos. La aparición de la revista Espadaña marca un rumbo nuevo a la poesía española, donde se propone una poesía antiformalista, alejada del retoricismo. En ella predomina el verso libre y el lenguaje directo, en una propuesta existencial y crítica.
Poesía de los Años 50: El Realismo Social
Domina este periodo el realismo social, que se caracteriza por el lenguaje sencillo y coloquial, una mayor preocupación por los contenidos (la denuncia de la injusticia, la solidaridad) que por la estética puramente formal, un carácter narrativo y una tendencia hacia el prosaísmo. Se concibe la poesía como comunicación y herramienta de transformación social.
- Blas de Otero: Escribe poemas en los que expresa sus crisis ideológicas y su angustia existencial. Su obra literaria se orienta hacia la poesía social, siendo el más destacado en esta corriente durante los años cincuenta y sesenta. Algunas de sus obras son Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia. En estas obras predominan las formas clásicas como los sonetos; abundan las fórmulas lingüísticas de la tradición religiosa y las referencias a la Biblia. En obras posteriores como Pido la paz y la palabra y En castellano predominan el verso libre, los metros cortos y un ritmo marcado, basado en repeticiones fónicas.
- Gabriel Celaya: Incluye en sus poemas elementos de vanguardia, como el surrealismo. Muestra preferencia por el lenguaje coloquial y una exposición narrativa, como en Las cartas boca arriba. Su lema «la poesía es un arma cargada de futuro» resume el espíritu de la época.
- José Hierro: Compone poemas donde abundan rasgos del estilo creacionista, influido por Gerardo Diego. En Tierra sin nosotros expresa, con tono nostálgico y dolorido, la amargura por las ilusiones no cumplidas. En su poesía alternan dos modos poéticos: el realista-narrativo y el irracional-visionario y contemplativo.
La Promoción Poética de los Años 60 y la Poesía Experimental
La promoción poética de los años 60 está constituida por poetas como Ángel González, Jaime Gil de Viedma, José Ángel Valente y Francisco Brines. En la poética de estos autores, la poesía como vehículo de la experiencia personal y la reflexión sobre el propio lenguaje ganan terreno frente al imperativo social de la década anterior, aunque la preocupación ética y cívica no desaparece.
Ello explica la presencia de lo íntimo, el gusto por el recuerdo y la memoria personal. La preocupación de los poetas por la situación española sigue presente, y es habitual la crítica al orden sociopolítico, a menudo vehiculada a través de la ironía y el humor, que sirven al poeta para mostrar una actitud aparentemente desapasionada o distanciada. En cuanto al estilo, hay una notable atención al lenguaje; ese deseo de naturalidad se refleja en la inclinación hacia lo narrativo y el empleo de la lengua coloquial, donde predomina el verso libre, pero con un mayor rigor formal que en la década anterior.
Autores Destacados de los 60
- Antonio Gamoneda: Publicó a principios de los 60 Sublevación inmóvil. Tras un largo silencio, ha publicado obras como Descripción de la mentira y Lápidas, desarrollando una voz muy personal y de gran hondura.
- Jaime Gil de Viedma: En su obra, se inclinó por la «poesía como experiencia». Sus poemas adquieren un tono confesional y narrativo, con el que transmite una amarga visión del mundo, usando el cinismo y una ironía intelectual. Entre sus libros destaca Compañeros de viaje.
- Ángel González: Es un ejemplo claro de la transición de la poesía social al nuevo estilo de los 60. Los juegos de palabras y el tono coloquial, cargado de ironía crítica, caracterizan muchas de sus composiciones, como en Áspero mundo o Sin esperanza, con convencimiento.
- José Ángel Valente: Es el principal defensor de la «poesía como conocimiento», de ahí sus versos ascéticos y su lenguaje sobrio y depurado. Una de sus obras es Poemas a Lázaro. Valente se aproxima al romanticismo visionario y a la mística. Sus textos se caracterizan por la concentración extrema, la expresión sobria y una cuidada selección léxica.
Los Novísimos: Renovación Poética
Desde finales de los años 60 surge un grupo que renueva la poesía española, a los que se denomina los Novísimos, a raíz de la antología Nueve novísimos poetas españoles (1970) de Josep Maria Castellet. Forman parte de este grupo poetas como José María Álvarez, Pere Gimferrer y Leopoldo María Panero.
Estos poetas pretenden innovar, incluyendo en sus textos ambientes refinados y exóticos, a menudo inspirados en la cultura de masas (cine, música pop, cómic). Son frecuentes en sus versos los motivos de la sociedad de consumo, donde aparecen términos y topónimos anglosajones, y referencias a héroes del cine y del deporte. Hay composiciones de tono grave sobre problemas íntimos, y otro tema reiterado es el de la metapoesía (la poesía misma). Utilizan procedimientos vanguardistas como la escritura automática, el collage o el verso libre muy amplio (versículo).
Algunos títulos representativos son Arde el mar de Pere Gimferrer y Así se fundó Carnaby Street de Leopoldo María Panero.
Poesía a partir de 1975: Diversidad de Corrientes
Tras la muerte de Franco, la poesía española experimenta una gran diversificación. El grupo poético inicialmente dominante es el de los Novísimos, aunque pronto surgen otras tendencias y muchos de ellos evolucionan hacia caminos personales.
Continuidades y Nuevas Líneas
- La metapoesía sigue presente en las composiciones que publica Guillermo Carnero.
- También ha pervivido la poesía experimental; algunos autores han combinado la expresión verbal con procedimientos visuales de carácter tipográfico. El más conocido en esta línea es José Miguel Ullán.
- La línea clasicista es una de las más relevantes, con autores como Luis Antonio de Villena, Antonio Colinas o Antonio Carvajal, que buscan una renovación de las formas tradicionales y un lenguaje cuidado.
- Otros poetas, como Jaime Siles, eligen el camino de la poesía pura para elaborar una lírica denominada minimalista, de gran concentración expresiva. En esta línea se sitúa también el canario Andrés Sánchez Robayna.
Poesía de la Experiencia
Durante los años 80 se va gestando una nueva sensibilidad lírica con rasgos como la vuelta a una métrica más reconocible (aunque no estrictamente tradicional), la reintroducción del humor, el pastiche o la parodia. Esta tendencia se ha denominado poesía de la experiencia, que es de carácter predominantemente urbano, tiene una temática realista, un interés por lo cotidiano y un tono coloquial y confesional. Estos elementos están presentes en los versos de poetas como Miguel d’Ors, Justo Navarro y César Antonio Molina, entre otros.
Poesía del Silencio
Otra corriente significativa es la poesía del silencio o poesía minimalista, que busca el conceptualismo intelectual y la densidad expresiva en textos breves, a menudo elípticos y de gran depuración formal. A esta corriente pertenecen autores como Juan Barja, Miguel Casado y Amalia Iglesias.