El Teatro Barroco Español: Características Esenciales y Estructura Dramática
1. La División en Tres Actos: Una Fórmula Consolidada
Frente a los dramaturgos del siglo XVI, quienes dividían la obra en cuatro o cinco actos indistintamente, Lope de Vega consolidó una fórmula tripartita, invariablemente. Para entenderlo, debemos comprender el teatro barroco desde una triple perspectiva: la temática, la del espectáculo y la del espectador.
1.1. Perspectiva Temática
- Desde el punto de vista temático, la comedia barroca nunca situó el conflicto en el individuo, sino que el eje de la intriga era una cuestión política, jurídica o teológica. En este sentido, el teatro barroco no es partícipe de la individualidad que sí veíamos en novelas como El Lazarillo o El Quijote, sustentadas en conflictos individuales. La comedia barroca nunca pretendió, en cualquier caso, reflejar la realidad social de entonces, ni la descomposición del imperio, ni las agudas crisis políticas, ni los reveses militares, ni el derrumbe económico, ni el hambre padecida por miles de europeos, como sí lo hacían las novelas antes citadas. Por el contrario, el teatro fue cómplice de las convicciones contrarreformistas y monárquicas de los Austrias y su poder absoluto, del que emanaba una armonía universal y al que todo súbdito debía obediencia ciega. El teatro es expresión del barroco conservador.
1.2. Perspectiva del Espectador
- Desde el punto de vista del espectador, para transmitir estos valores culturales a las masas sociales, el teatro debía ser atractivo a sus ojos. Para hacerlo atractivo, Lope pensó en la tensión y el suspense como puente de atracción psicológica, conforme a un esquema muy sencillo, pero altamente efectivo. Este esquema es el que explica la división en tres actos.
2. La Ruptura de las Unidades Clásicas
La primera gran ruptura con respecto al teatro clásico es la que se corresponde con la regla de las tres unidades: la de tiempo, acción y lugar. Los antiguos preceptistas proclamaron que la obra dramática debía desarrollar una sola acción, a riesgo de que con el desarrollo de varias intrigas se desintegrara el sentido de la obra. Los teóricos neoaristotélicos del Renacimiento añadieron a la unidad de acción dos más: la de tiempo, en la que el desarrollo de la acción no debía superar un día, y la de lugar o espacio, por la que la acción no debía desarrollarse en espacios diversos y alejados.
Durante el Barroco, se convino que la unidad de acción permitía tratar dos asuntos siempre que fuesen complementarios, es decir, que su relación fuese evidente y se integrasen en una sola acción general. Por ejemplo, la acción de Fuente Ovejuna presenta dos componentes:
- Injusto comportamiento de un comendador de la orden de Calatrava en un pueblo cordobés.
- Rebelión del maestre en contra de los monarcas en Ciudad Real.
Tampoco condescendió el teatro barroco con las otras dos unidades de tiempo y espacio, ya que veían en ellas una limitación para la mímesis, es decir, para imitar la vida y reflejar la realidad, algo a lo que renunciaron por conseguir el aplauso del público; y porque al inspirarse la obra en sucesos históricos, debían narrar los hechos tal como ocurrieron, por lo que no tuvieron inconveniente en situar un acto en Sevilla, durante la infancia del protagonista; y otro, en el Nuevo Mundo, donde viviría su adolescencia.
3. Mezcla de Géneros: Lo Tragicómico
La segunda ruptura con respecto al teatro barroco, y en especial por Lope, es la que se refiere a la separación clásica de lo cómico y lo trágico. Desde Aristóteles, y hasta el teatro francés del siglo XVII, menos amable y trágico, la Comedia era la pieza de asunto más cotidiano, rica en personajes cómicos y con desenlace feliz, cuyos personajes pertenecen a la clase media y al pueblo. La Tragedia era el género teatral más elevado, escrito con estilo sublime, protagonizado por nobles y reyes, y cuya acción conducía a un final desdichado y funesto que buscaba provocar la catarsis del espectador.
La Comedia Nueva se caracterizaba por la indefinición de sus rasgos, derivado de la mezcla de componentes trágicos (personajes heroicos, intervención del rey, acción solemne y pasajes funestos) con los cómicos (personajes plebeyos, acción cotidiana, pasajes regocijantes y finales felices). De aquí definimos este teatro como “tragicomedia”, término que se encuentra por primera vez en La Celestina, de Fernando de Rojas, y después, en el propio Lope, quien lo ensalza como verdadero valor estético creador de belleza.
4. Personajes Arquetípicos del Teatro Barroco
Las comedias barrocas cuentan con una serie fija de personajes arquetípicos: el galán, la dama, el padre (o viejo), el criado, la criada, el rey y el villano. Salvo excepciones, no destacan como individualidades perfiladas, diferenciadas e irrepetibles. Los más importantes son el galán y la dama, el criado y la criada, el padre o viejo y el poderoso. De todos ellos, interesa especialmente el criado, heredero de una tradición clásica y renacentista, dotado de un fino sentido del humor, que irrumpe con chistes en la escena.
5. La Expresión: Polimetría y Decoro
5.1. Polimetría
Cuando decimos que la comedia barroca es polimétrica, decimos que utiliza distintos metros y estrofas de acuerdo con la situación dramática. En cuanto a los metros, lo normal es que los asuntos graves y de mayor trascendencia sean tratados en versos endecasílabos y heptasílabos, mientras que los temas más ligeros sean desarrollados en versos octosílabos. En cuanto a los tipos de estrofas, la comedia no hizo más que seguir la tradición poética, conocida por el espectador. La tendencia general era emplear el romance para relatar una historia ocurrida fuera del escenario; el soneto, para dirigirse al público un personaje mientras espera al otro; las redondillas y quintillas, para los diálogos, especialmente los amorosos; y las estrofas de arte mayor para los asuntos graves.
5.2. Decoro
La comedia barroca también exige el decoro, que es la adecuación expresiva entre el personaje y su modo de expresión, lo que aporta verosimilitud a un habla poética ya de por sí convencional. Así, por ejemplo, los villanos utilizarán palabras rústicas, cometerán errores lingüísticos y recurrirán al mundo natural para construir sus comparaciones; el viejo tendrá un habla sentenciosa y grave; el rey hablará en tono solemne y elevado; el galán y la dama, con estilo culto y poético; y sus criados, en un tono cotidiano.
6. Temas Centrales: Amor y Honra
El sentimiento amoroso es casi siempre el generador de sus motivos argumentales, con dos variantes: la pasión puede estimular las virtudes del galán o conducir a su destrucción. Esto dependerá de la “justicia poética”, es decir, el comportamiento moral de los personajes. El buen amor, orientado al matrimonio entre personas de igual estado, está predeterminado a un final feliz. El amor entre desiguales, en cambio, estará marcado por un final trágico.
Ligado al amor, está el tema de la honra. Es una virtud subjetiva, es decir, la opinión de los demás o el concepto social que los demás tengan del individuo, y no se hereda, lo que significa que si se quiebra la honra es necesario repararla so pena de muerte social. Si la honra de un padre se quiebra por haber sido su hija seducida por un galán, hay tres soluciones: casarla con el seductor, recluirla en un convento o matar al burlador. La comedia barroca y, en especial, el teatro de Lope, tienen en la honra uno de sus temas favoritos, entre otros motivos, por la atracción psicológica que ejerce en el espectador.