Revolución Rusa y Consolidación del Estalinismo

A principios del s. XX el Imperio ruso estaba regido por el zar Nicolás II de la familia Romanov. El zar poseía el poder absoluto (le provenía de Dios) y, por tanto, el régimen político era una autocracia. Él gobernaba directamente el imperio (sin Parlamento ni Constitución). Se apoyaba en una fiel burocracia, un numeroso ejército y en la Iglesia ortodoxa (pilar básico del zarismo).

La economía del Imperio era principalmente agraria. La agricultura era técnicamente atrasada, con baja producción que apenas alimentaba a toda la población. Las condiciones de vida del campesinado eran precarias, en algunas partes aún pervivía la servidumbre (pese a su abolición en 1861).

A finales del s. XIX el capitalismo fue entrando en la parte más occidental del Imperio, comenzándose allí un proceso de industrialización.

La industria estaba muy concentrada y contaba con una fuerte presencia de capital extranjero (principalmente francés). La industrialización comportó la aparición de un importante contingente de obreros industriales (muchos de ellos antiguos campesinos que habían huido de la miseria rural). Trabajaban en grandes empresas con salarios bajos y vivían en condiciones precarias


Durante el reinado de Nicolás II la agitación social y política aumentó como consecuencia de las malas condiciones de vida y la corrupción en la Corte. La penuria económica se vio agravada por la derrota militar rusa en la guerra ruso-japonesa (1904) por cuestiones territoriales en Extremo Oriente.

En enero de 1905 estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista y las injusticias sociales. Demandaban mejoras en las condiciones de vida de la población.

La revolución se dio en San Petersburgo, la capital, con una manifestación ante el Palacio de Invierno. Ésta fue reprimida por el ejército dando lugar al Domingo Sangriento. En esta revuelta participaron también los grupos políticos opuestos al sistema y parte del clero ortodoxo. Se sublevaron también la marina en el motín a bordo del acorazado Potemkin en Odessa.

Tras la revolución, el zar emprendió tímidas reformas económicas y políticas: se convocó una Duma (Asamblea legislativa de representantes de distintos grupos políticos) y se propuso una reforma agraria.


El primer episodio revolucionario se desencadenó en febrero de 1917 cuando los grupos populares salieron a las calles pidiendo el fin de la guerra y la mejora de las condiciones de vida. El día 27 se convocó incluso, una Huelga General. En todo el país fueron formándose soviets (consejos de obreros).

El zar y su gobierno se negaron a abandonar la guerra, y ante la insistencia de una buena parte del ejército y la presión de los partidos, el zar decide abdicar.

La Duma (Parlamento) impuso un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov. Éste, prometió reformas políticas (libertad de opinión, de prensa, de reunión…) y sociales (jornada laboral de ocho horas, derechos sindicales…), pero mantuvo a Rusia en la guerra.

Las condiciones de vida no mejoraban y los soviets, que seguían exigiendo la retirada en la guerra, decidieron no reconocer las leyes del Gobierno Provisional.

Empezó a darse entonces, la existencia de un doble poder, el del Gobierno Provisional y el del Soviet de Petrogrado, quien ejercía una gran influencia entre la población obrera.


Durante el mes de marzo, la pugna entre el Gobierno Provisional (dirigido por el KDT) y los soviets continuó.

En abril, Lenin volvió de su exilio y se posicionó a favor de los soviets, como quedó reflejado en sus Tesis de Abril.

Las prometidas medidas del Gobierno Provisional no avanzaban, por lo que las protestas aumentaron. Ante esta situación, Lvov fue sustituido por Kerenski (socialista moderado). Éste, era partidario de las reformas, pero no de la retirada de la guerra. Kerenski prometió elecciones en noviembre para una Asamblea Constituyente, e inició una persecución sistemática contra los bolcheviques.

En agosto, el gobierno de Kerenski sufrió un Golpe de Estado de los militares zaristas para recuperar el poder. Kerenski reprimió este intento de Golpe de Estado con el apoyo de los soviets y sobre todo, de los bolcheviques. El protagonismo de estos hizo aumentar su popularidad entre las masas, y decidieron tomar la iniciativa. El Gobierno decidió prohibir el Partido Bolchevique y Lenin tuvo que volver a exiliarse, pero antes propuso la necesidad de pasar a la insurrección armada. Trotski se puso entonces al frente del soviet de Petrogrado.


Los soviets, dirigidos ahora por los bolcheviques, algunos mencheviques y eseritas, planificaron una nueva insurrección que contó con el apoyo de la Guardia Roja.

El 25 de octubre, los insurrectos se apoderaron de lugares y servicios clave de la capital. El acto definitivo fue la toma del Palacio de Invierno, donde residía el Gobierno Provisional. El triunfo en Petrogrado fue decisivo y el gobierno tuvo que dimitir tras la huida de Kerenski.

La revolución se extendió rápidamente a Moscú y a los núcleos industriales de Rusia.


El II Congreso de los Soviets destituyó al gobierno provisional y aprobó la formación de un Consejo de Comisarios del Pueblo dirigido por Lenin. Se trataba del primer Gobierno obrero y campesino.

Instauraron el socialismo y las primeras medidas revolucionarias fueron:

  • – La cesión de las tierras a los campesinos.
  • – El control obrero de las empresas de más de cinco trabajadores.
  • – La nacionalización de la banca.
  • – La supresión del ejército zarista.

Salida de Rusia de la I Guerra Mundial. Se firmó la paz con Alemania con el Tratado de Brest-Litovsk (1918) en el que se aceptaron todas las exigencias alemanas. Rusia debía renunciar a los países bálticos, Finlandia, territorios polacos y Besarabia. Ucrania fue declarada independiente.


Ante esta situación, los defensores del viejo orden zarista iniciaron la resistencia armada con el objetivo de impedir la consolidación del bolchevismo soviético. Estos estaban formados por parte del ejército zarista; parte de las antiguas clases privilegiadas y del campesinado propietario. Eran conocidos como los rusos blancos.

Los rusos blancos eran fuertes en el este del país, Siberia y algunos territorios del norte. Fueron apoyados por una legión checa y algunas tropas inglesas y francesas.

Los bolcheviques controlaban el centro de Rusia. Ante esta amenaza, Trotski decidió crear un verdadero ejército: el Ejército Rojo.


Se inició entonces una Guerra Civil (1918-1921) que costó un elevado número de víctimas y que sumió en la miseria y el hambre a millones de personas. La familia del zar fue ejecutada por parte de los bolcheviques en julio de 1918.

Durante los primeros meses, los blancos obtuvieron victorias, pero a finales de 1918, los éxitos de los rojos fueron creciendo, venciendo finalmente en 1921 tras la victoria en Ucrania.

Con esta guerra, la economía del país se orientó al avituallamiento del ejército (Comunismo de guerra). Supuso la supresión de la propiedad privada y la estatalización de la industria para hacer frente a las necesidades del ejército. La economía pasó a estar dirigida por el Estado.


Lenin y Trotski creían que la revolución debía expandirse a otros países del mundo, especialmente, a los más industrializados y desarrollados de Europa.

El intento revolucionario más importante se produjo en Alemania, de manos de los espartaquistas, ala radical de la socialdemocracia alemana. Su objetivo era crear un régimen comunista, pero el intento fue aplastado por el ejército, y sus dirigentes eliminados (entre ellos, Rosa Luxemburgo).

En 1919 se produjo otra revolución en Hungría dirigida por Bela Kun.

Ambas revoluciones fracasaron; sin embargo, en casi todos los países europeos se crearon partidos comunistas. Aún así, no parecía cercana una revolución socialista en ninguno a corto plazo.


Con la muerte de Lenin en 1924 se creó un gran vacío en el poder. Surgió a partir de ese momento un gran debate (lucha entre los dirigentes) entre 1924 y 1928 por la Jefatura del partido, por el poder del Estado y por la dirección y orientación de la revolución.

Los principales candidatos a suceder a Lenin eran Trotski, que parecía el sucesor natural, Stalin, Kamenev, Zinoviev…

Tras la desaparición de los dos últimos, la pugna se centró en:

  • Trotski. Representaba el ala más radical. Defendía el abandono de la NEP, el impulso de las colectivizaciones y la extensión de la revolución a Europa.
  • Stalin. Representaba el ala más conservadora. Proponía continuar con la economía mixta de la NEP y la construcción del socialismo en un solo país.

En 1927 se agudizó la crisis y Stalin se hizo con el poder. Trotski fue desterrado a Siberia. Comenzó entonces un centralismo absoluto en manos del dictador. Finalmente, Stalin optó por abandonar la NEP y colectivizar la propiedad persiguiendo a todos los que se le oponían expulsándolos del país o juzgándolos a muerte. Comienza la dictadura estalinista.


La política de Stalin se orientó a la construcción de una sociedad sin propiedad privada a partir del control de los medios económicos por parte del Estado.

La planificación de la economía se concretó en unos planes quinquenales supervisados por el Gosplan. Su objetivo era doble: convertir a la URSS en un país plenamente industrial y hacer de su sector agrario una explotación colectivizada. Los objetivos raramente se conseguían, y los resultados estaban por debajo de lo esperado.

El Primer Plan Quinquenal (1923-1929) se basaba en la colectivización en las ciudades de los bienes inmuebles (edificios, tierras…), los transportes… La colectivización masiva de la agricultura comenzó en 1929 en las zonas cerealísticas del país como Ucrania. Los campesinos fueron instados a agruparse en granjas colectivas o estatales (fin de los kulaks).

Se creó una importante desigualdad entre la ciudad y el campo. El nivel de vida de los campesinos se mantuvo bajo. La agricultura fue uno de los puntos débiles de la economía, con graves períodos de escasez.

La planificación comportó la industrialización de la URSS en diez años y transformó la estructura económica del país. La producción industrial creció enormemente, especialmente en el hierro y el acero; así como la producción de energía (carbón e hidroelectricidad) y la construcción de infraestructuras.

A finales de la década de 1930, la URSS se situó entre las grandes potencias industriales del mundo.


El estalinismo se desarrolló y consolidó sobre una dictadura con estructuras políticas y sociales cada vez más rígidas.

Stalin y el partido recurrieron a la eliminación política y en algunos casos también física de antiguos revolucionarios contrarios a Stalin.

A finales de la década de 1930, la URSS se situó entre las grandes potencias industriales del mundo. A esta represión generalizada se la conoce como purgas, y fue llevada a cabo por órganos estatales de seguridad (NKVD). Se persiguió a viejos dirigentes del partido y se procesó a militares supuestamente opuestos a Stalin.

Entre 1936 y 1938 se llevaron a cabo los Procesos de Moscú que costaron la vida a miles de personas (entre ellas, las de los revolucionarios de 1917 Kamenev y Zinoviev). La mayoría de las acusaciones eran falsas.

Este sistema penitenciario es conocido como gulag. Este reunía campos de trabajo forzado situados en zonas inhóspitas de la URSS como Siberia. Se calcula que durante las grandes purgas, fueron ejecutadas 700.000 personas y dos millones fueron enviadas a gulags.