Desarrollo: El Fuero de los Españoles y otras leyes durante el Franquismo
El Fuero de los Españoles, promulgado en 1945, se enmarca dentro del proceso de institucionalización del régimen franquista. El término “fuero” evocaba los antiguos textos legales medievales, intentando así dotar de una cierta legitimidad histórica y tradicional a las normas del franquismo. Sin embargo, a pesar de su apariencia de carta de derechos, en la práctica el Fuero limitaba severamente los derechos y libertades de los ciudadanos, supeditándolos siempre a la “lealtad a la Patria” y a la obediencia a Franco como Jefe del Estado.
En su articulado, se recogían ciertos derechos teóricamente reconocidos, como la integridad personal, el derecho a la propiedad o la protección de la familia, pero estos derechos estaban condicionados a que no contraviniesen los principios del régimen y podían ser suspendidos en cualquier momento. Por ejemplo:
- Artículo 1: Hablaba del respeto a la dignidad humana, pero siempre en un marco de obediencia y sumisión a los valores eternos definidos por el Estado.
- Artículo 2: Establecía la obligación de servicio y lealtad al Jefe del Estado, eliminando cualquier posibilidad de oposición legítima.
- Artículo 6: Declaraba la religión católica como única religión oficial del Estado, prohibiendo cualquier manifestación pública de otras confesiones religiosas, lo que evidencia la profunda alianza entre el franquismo y la Iglesia Católica.
- Artículo 10: Limitaba la participación política a las estructuras controladas por el régimen (Familia, Municipio y Sindicato), en un modelo de “democracia orgánica” que eliminaba el pluralismo político.
- Artículo 22: Subrayaba el valor de la familia tradicional católica, prohibiendo el divorcio y defendiendo la indisolubilidad del matrimonio.
Otras Leyes Fundamentales del Régimen
Junto al Fuero de los Españoles, otras Leyes Fundamentales completaron el armazón jurídico del franquismo:
- El Fuero del Trabajo (1938): Inspirado en las cartas laborales del fascismo italiano, organizaba las relaciones laborales en un sistema de sindicatos verticales controlados por el Estado, prohibiendo los sindicatos libres y la huelga.
- La Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Creó unas Cortes Españolas que no eran un parlamento democrático, sino una cámara consultiva formada por procuradores designados por Franco o elegidos de manera corporativa.
- La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Declaraba a España un reino, aunque sin rey en ejercicio inmediato, y otorgaba a Franco la capacidad de designar a su sucesor, reafirmando así su poder absoluto.
- La Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Recogía los “principios fundamentales” del régimen y los presentaba como normas permanentes e inmutables de la vida política española.
- La Ley Orgánica del Estado (1967): Realizó una cierta reestructuración administrativa del régimen, intentando modernizar su imagen sin modificar su esencia dictatorial.
Estas leyes pretendían construir un “Estado nuevo”, inspirado en los ideales del nacionalcatolicismo, la autarquía económica, el autoritarismo político y la negación de la lucha de clases.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
Tras el fracaso parcial del golpe militar en julio de 1936, España quedó dividida en dos zonas:
- Zona republicana: Fiel al gobierno legítimo, donde coexistían diversas fuerzas (socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos de izquierda).
- Zona sublevada o nacional: Controlada por los militares rebeldes, apoyados por conservadores, falangistas, carlistas y sectores de la Iglesia Católica.
Fases del Conflicto
La guerra avanzó en varias fases:
- 1936: Tras el golpe, se formaron los primeros frentes. Los sublevados avanzaron hacia Madrid, pero la capital resistió. Se formó un gobierno de defensa encabezado por Largo Caballero en la zona republicana.
- 1937: Franco unificó bajo su mando a todas las fuerzas políticas del bando sublevado (creando la FET y de las JONS). Se produjeron batallas clave como la de Guernica (bombardeada por la aviación alemana aliada de Franco) y la caída del frente norte (Asturias, Santander, País Vasco).
- 1938: Franco lanzó la ofensiva en Aragón, llegando al mar Mediterráneo y dividiendo en dos la zona republicana. Se libró la Batalla del Ebro, la más larga y sangrienta del conflicto, que terminó con la derrota republicana.
- 1939: El ejército nacional lanzó su ofensiva final. En marzo, Madrid cayó sin apenas resistencia. El 1 de abril, Franco proclamó el fin de la guerra.
Internacionalización y Represión
Durante el conflicto, la guerra se internacionalizó:
- Apoyo a los nacionales: Principalmente de la Alemania nazi (Hitler) e Italia fascista (Mussolini).
- Apoyo a los republicanos: Principalmente de la Unión Soviética y las Brigadas Internacionales (voluntarios de todo el mundo).
El conflicto también se caracterizó por la brutal represión en ambos bandos, incluyendo asesinatos masivos (represalias políticas, religiosas e ideológicas) y una enorme destrucción material y humana.
Consecuencias de la Guerra Civil
Políticas:
- Instauración de la dictadura franquista, un régimen autoritario, antidemocrático, nacionalcatólico y represor, que duraría hasta 1975.
- Supresión de la Constitución republicana de 1931 y de todas las libertades democráticas.
- Aislamiento internacional inicial de España (especialmente tras la Segunda Guerra Mundial).
Sociales:
- Profunda división y trauma social que perduró durante décadas (las “dos Españas”).
- Exilio masivo de republicanos: cientos de miles de personas huyeron a Francia, América Latina, la URSS o el norte de África.
- Represión política sistemática contra los vencidos: ejecuciones, encarcelamientos masivos y campos de concentración.
Económicas:
- Devastación de infraestructuras, ciudades y campos.
- Ruina económica y hambruna en la posguerra (los “años del hambre”, aproximadamente 1940-1952).
- Implementación de la autarquía económica (intento de autoabastecimiento), que agravó la pobreza y el estancamiento.
Culturales:
- Pérdida de una parte significativa de la élite intelectual y artística (por muerte, exilio o represión).
- Imposición de una cultura oficial única, católica y nacionalista, con una férrea censura y un estricto control educativo.
En definitiva, la Guerra Civil no solo costó alrededor de 500.000 vidas humanas (cifra estimada que varía según las fuentes), sino que marcó profundamente la historia contemporánea de España, cuyos ecos se han sentido incluso hasta nuestros días.