Isabel II y Sexenio democrático

1.-LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS:

1.1.- sector agrario:

la actividad agraria siguió siendo preponderante en el periodo isabelino. A mediados del s.XIX, el 80% de la población vivian en la tierra. Se trata de una agricultura estancada, poco modernizada, qe en lugar de impulsar el desarrollo economico del pais, suspuso un lastre importante para el desarrollo de los demas sectores productivos.
Las medidas liberales que eran la desamortización, abolición de señoríos, supresión del diezmo, libertad de comercializacion de productos agrarios, de acercamiento de tierras y de contratación y de trabajo no alteraron completamente la estructura de la propiedad heredada del antiguo regimen. La antigua aristocracia y la nueva burguesia se beneficiaron de las transferencias de tierras a raiz de la desamortización. Pero el latifundio en la mitad meridional, el minifundio en el noroeste, el absentismo de los grandes propietarios y la pobreza de la mayoria del campesinado, continuaron siendo las pausa del campo español. Apenas hubo cambios en las técnicas agrícolas, porque los nuevos propietarios prefirieron mantener las sistemas de explotación en vez de invertir en mejoras. El sistema de cultivo de año y vez, qe dejaba cada año una gran cantidad de tierras en barbecho, aun era ampliamente utilizado, y el trabajo humano seguia siendo el factor decisivo en la producción. Por todo ellos, el rendimiento de las tierras no aumento, y solo se incremento la producción global porque se pusieron muchas tierras en cultivo con la desamortización. Incluso bajo el rendimiento, ya qe las nuevas tierras cultivadas eran de peor calidad. El trigo siguió siendo el cultivo principal, sus rendimientos por unidad de superficie eran de los mas bajos de europa. Otros cereales asi como la vid y el olivo seguian teniendo gran importancia. Aumenta el cultivo de patata y maiz, desarrollo de productos horticolas y fruticolas y cultivo de remolacha.
La evolucion de la ganaderia estuvo marcada por la abolición de los privilegios de la mesta, por el aumento de la demanda de carne en las ciudades y por la desamortización qe dio lugar a q muchas tierras de pasto pasaran a ser cultivadas. Como consecuencia de todo ello, la cabaña ganadera sufrio un transformación. Decayo la ganaderia trashumante del ovino y en cambio aumento el ganado porcino y el equino.

1.2.-SECTOR industrial:

1.2.1.-Introducción: CARACTERÍSTICAS GENERALES

A diferencia de lo que ocurrió en otros países de Europa Occidental (Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, etc.) que desde principios del siglo XIX experimentaron un proceso continuado de desarrollo industrial y de modernización económica, en España la situación de atraso fue una característica destacable de su economía, hasta tal punto que algunos historiadores hablan de fracaso de la revolución industrial en el siglo XIX, y sus repercusiones se extienden hasta bien entrado el siglo XX.
La industrialización española a lo largo del siglo XIX tiene unas características que la hacen diferente de la de otros países de su entorno:
En primer lugar, es un proceso mucho más lento y tardío, en el que la introducción y desarrollo de innovaciones tecnológicas propias de una industria moderna (mecanización), de nuevos tipos de energía (primero vapor y, más tarde, electricidad), y de formas de organización de la producción más racionales y acordes con el sistema capitalista (empresas y fábricas), se lleva a cabo más tarde y de forma más gradual.
En segundo lugar, es un proceso arrítmico, en el que se suceden períodos de crecimiento con etapas de estancamiento o incluso de retroceso, debido a que las bases en las que se asienta son poco sólidas e inestables.
En tercer lugar, es dependiente del exterior en cuanto a capital y tecnología.
En cuarto lugar, la industrialización es incompleta porque no se manifiesta, o lo hace de forma muy tardía y desigual, en los sectores industriales más relevantes (sólo en el textil y en el siderúrgico adquiere cierta consistencia).
Y, por último, desde el punto de vista territorial la industrialización es muy desigual, localizándose en zonas muy concretas (Cataluña, País Vasco, zonas del litoral levantino y de la cornisa cantábrica, algunos núcleos de Andalucía, etc.), quedando al margen de este proceso una gran parte de España (Galicia, la Meseta, gran parte de Andalucía y del valle del Ebro, etc.).

1.2.2.-FACTORES DE INDUSTRIALIZACIÓN:

Estas características peculiares se explican por la influencia de factores de muy diferente tipo, que dificultaron la creación de unas condiciones imprescindibles para la modernización y el desarrollo económico:
Capital necesario para llevar a cabo las inversiones en la industria, la minería y el transporte.
Materias primas y recursos energéticos suficientes.
-Infraestructura de comunicaciones (red ferroviaria, carreteras, puertos, etc.)
Mercado interno con alta demanda y bien articulado.
Sector empresarial (burguesía) con mentalidad emprendedora.
Mano de obra suficientemente especializada, etc.
Los factores que permiten explicar las significativas carencias existentes en la España del siglo XIX en relación con estas condiciones necesarias para la industrialización son los siguientes:
a)Condicionamientos geográficos (factores de naturaleza física):
La configuración orográfica de la Península Ibérica, con una serie de alineaciones montañosas que bordean la Meseta y separan otras unidades del relieve influyó de forma muy negativa en el trazado de las infraestructuras de comunicaciones (ferrocarril y carreteras) encareciendo mucho su construcción, y, por tanto, retardando el acceso a un moderno sistema de transporte.
Las características climáticas y de suelos hacían que gran parte de la agricultura española tuviese rendimientos bastante inferiores a la de otros países europeos, por lo que el sector agrario apenas contribuyó a la acumulación de capital.
b)Económicos:
Materias primas y fuentes de energía:
En España había abundantes recursos minerales (hierro, cobre, plomo, zinc, etc.), pero su explotación no adquirió importancia hasta el último tercio del siglo XIX, especialmente a partir de la aprobación de la Ley de Minas en 1868 que favoreció la entrada de capital extranjero (británico, francés y belga sobre todo), por las favorables condiciones establecidas para la explotación minera y su exportación (coincidiendo con el arancel librecambista de Figuerola de 1869). Sin embargo, estas circunstancias hicieron que una parte muy importante de los beneficios no se reinvirtieran en España, por lo que su influencia en la industrialización fue muy limitada, exceptuando el caso del mineral de hierro vasco, cuya exportación sí contribuyó a la creación de unas sólidas bases financieras que sirvieron para el desarrollo del sector metalúrgico.
El carbón, principal recurso energético de la revolución industrial, ofrecía unas condiciones mucho menos ventajosas, porque era de baja calidad y sus costes de extracción eran elevados, con lo cual no podía competir con el importado sobre todo desde Gran Bretaña.
Escasez de capitales:
La economía española no había llevado a cabo un proceso de acumulación de capital que hubiese sido necesario para financiar las inversiones en la minería, la industria y el transporte, especialmente por el bajo desarrollo del sector agrario y por la escasa aportación del comercio exterior, con un déficit comercial crónico y con unas consecuencias muy negativas derivadas de la pérdida de las colonias americanas a principios del siglo XIX.
Debilidad del mercado:
El mercado interior estaba muy poco desarrollado por las dificultades de comunicación entre las regiones y por la baja capacidad adquisitiva de la población.
c) Demográficos y sociales:
El peso demográfico de España era en el siglo XIX bastante inferior al de otros países europeos de similar o menor superficie, lo que influía negativamente en la demanda.
La sociedad española del siglo XIX conservaba todavía características muy tradicionales, con una mentalidad poco abierta a los cambios, tanto por parte de la mayoría rural, como por parte de los sectores urbanos, entre los que la burguesía era poco emprendedora.
d) Políticos:
Muchas de las decisiones políticas que afectaban directamente a la economía y las situaciones de inestabilidad política o de guerra civil (guerras carlistas) también influyeron negativamente en el proceso de industrialización.
Las leyes desamortizadoras no crearon unas condiciones para la modernización de la agricultura, favoreciendo la consolidación de un sector terrateniente desinteresado por el sector agrario, y fomentaron la inversión de capital en la compra de tierras, pero no en la modernización de la explotación.
El mantenimiento hasta el último tercio del siglo XIX de una política proteccionista favoreció a determinados sectores (industriales catalanes sobre todo), pero a largo plazo fue perjudicial porque hizo que la economía española fuese poco competitiva.
Las leyes que regulaban la construcción de la red ferroviaria concedieron demasiados privilegios a las compañías extranjeras que participaban en su construcción y en muchos casos el trazado de las líneas obedecía a intereses políticos (trazado radial desde Madrid) más que económicos.
La emancipación colonial (también relacionada con decisiones políticas) fue otro factor que influyó de forma muy negativa por sus repercusiones en el comercio exterior y en la hacienda pública.

1.2.4.-LOS SECTORES INDUSTRIALES:

*El sector textil:
Estaba en gran medida concentrado en Cataluña y fue el primer sector industrial afectado por un proceso de modernización, iniciando un despegue a partir de 1830 con una inversión de capital que permitió introducir la energía de vapor y mecanizar la actividad productiva en las fábricas, dando más importancia a los tejidos de algodón frente a los tradicionales de lana. Ello permitió incrementar la producción, mejorar la calidad y abaratar los costes. Este sector se vio muy beneficiado por la política comercial proteccionista, que reservaba el mercado nacional y el mercado de Cuba y Filipinas a los artículos fabricados en Cataluña.
Experimentó un crecimiento hasta la crisis de la década de los 60, motivada en parte por el encarecimiento de la materia prima (algodón) a consecuencia de la Guerra de Secesión en Estados Unidos.
*El sector siderúrgico:
Fue otro de los sectores clave en la revolución industrial, aunque su desarrollo fue menor que el del sector textil.
Entre 1830 y 1860 el predominio de este sector estuvo en Andalucía (Marbella y Málaga sobre todo), cuyos altos hornos utilizaban carbón vegetal como combustible.
Desde 1860 a 1880 el predominio de la siderurgia se trasladó a Asturias, que utilizaba carbón mineral y producía hierro a un precio mucho más bajo
A partir de 1880 se desarrolla la siderurgia vasca, con la introducción de una tecnología más moderna en la fabricación de acero, resultado de una inversión de capital, procedente de la exportación de mineral de hierro, y con la ventaja de disponer a bajo precio de carbón inglés de mayor calidad, traído por los barcos que transportaban el mineral de hierro.
*Otros sectores:
El desarrollo de otros sectores industriales fue mucho más débil, debido a la baja capacidad de producción, a la escasa inversión de capital y, por tanto, a la escasa renovación técnica.
Entre estos sectores hay que señalar las industrias de consumo: alimenticias (producción de harina, aceite, vino, etc.), cuero, cerámica, vidrio, etc.
En el último cuarto del siglo XIX se produjo una mayor diversificación de la industria, desarrollándose otros sectores como la industria metalúrgica y de construcciones mecánicas (material ferroviario, maquinaria, barcos, etc.), la industria papelera, la industria química, etc., concentrados en la cornisa cantábrica (País Vasco, Cantabria y Asturias) y Cataluña. Igualmente se inició una diversificación en el sector energético, adquiriendo una importancia creciente la energía eléctrica, tanto hidráulica como térmica.

1.3.- COMERCIO:

-Deficiencias: -mercado interior débil y desarticulado
-mercado exterior afectado negativamente por la pérdida de las colonias
americanas y la escasa competitividad de la producción
-Política proteccionista
-Mejora de la infraestructura de comunicaciones:
-carreteras
-y, sobre todo, la construcción del ferrocarril: gran impulso entre 1855 (Ley de Ferrocarriles) y 1866 (crisis financiera internacional)
medidas favorables para la constitución de compañías ferroviarias dedicadas a la construcción de líneas y a su explotación:
-rentabilidad mínima garantizada a las inversiones de capital extranjero
-exención de aranceles en la importación de material ferroviario
-subvención de una parte de los gastos de construcción ferroviaria
-permiso para emitir obligaciones para financiar la construcción a las
compañías (relación con la Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias)
fuerte inversión de capital, tanto extranjero (sobre todo francés) como español (estatal y privado)
-estructura radial de la red ferroviaria

1.4.-FINANZAS Y HACIENDA:

-Atraso en el desarrollo financiero en relación con otros países europeos
-1856: Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias fuerte impulso
-regulación de las emisiones de moneda, frente al caos monetario anterior
-atribución al Banco de España de funciones de control de las sociedades
bancarias
-condiciones favorables para la creación de sociedades financieras integradas por
accionistas inversión ferroviaria, suscripción de deuda pública, inversión
en industria y minería, etc.
-Reforma hacendística de Alejandro Mon (1845): cuatro tipos de impuestos, dos directos (contribución territorial y subsidio industrial y comercial) y dos indirectos (derechos de puerta y consumos)
-Disminución de la deuda pública (ingresos por la desamortización y reforma fiscal)


2.-LAS CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS Y SOCIALES:


2.1.-DEMOGRAFÍA:

-Principios del siglo XIX: unos 11 millones habia y en unos 70 años aumento hasta los 16´6.
-aun asi la Tasa media de crecimiento inferior a la europea.
-Persistencia de características del modelo demográfico antiguo: alta tasa de mortalidad debido a factores catastróficos (epidemias, crisis de subsistencia, guerras ); tasa de natalidad elevada; esperanza de vida baja, muy desigual según las clases sociales.
-Hasta mediados de siglo no se posibilita la emigración al extranjero, en la década de los años 60 se inicia la corriente migratoria hacia América del Sur sobre todo (Argentina, Brasil, etc.)
-Porcentaje muy elevado de población rural (más del 80 %)

2.2.-SOCIEDAD:

-Desaparición de la sociedad estamental, paso a una sociedad clasista, aunque poco articulada: -igualdad jurídica, desaparición de fueros y leyes especiales
-propiedad: criterio diferenciador más importante
-Configuración social:
-Clases dirigentes (además de la riqueza, controla el poder político en las diferentes instituciones del Estado y tiene unos intereses comunes; mentalidad en general conservadora, defensora de valores tradicionales; grupos bastante endogámicos):
-antigua aristocracia: clase terrateniente, prestigio social, poder político, etc.
-altos cargos del ejército, del clero y de la administración (en muchos casos
vinculados a la nobleza o a la alta burguesía).
-alta burguesía: -comercial, -financiera, -terrateniente, -industrial, -profesionales
de alto rango (abogados, médicos, dirigentes políticos, etc.).
-Clases medias (grupo social muy heterogéneo, con condiciones de vida muy variables, con escasa participación política, con un nivel de cultura en general bajo, partidarios del orden y defensores de la propiedad, poco proclives a cambios):
-campesinos acomodados (propietarios y/o arrendatarios)
-sectores intermedios del ejército y la administración
-profesiones liberales (maestros, abogados, médicos, etc.)
-pequeños comerciantes y empresarios
-Clases bajas:
-campesinado (mayoría de la población: en torno al 80 %): su nivel de vida experimentó un empeoramiento generalizado durante el período isabelino:
tendencia a la bajada de precios de los productos agrarios
efectos negativos de la desamortización: -aumento de las rentas, -pérdida de
contratos de arrendamiento en muchos casos, -pérdida del aprovechamiento de las tierras comunales de los pueblos
política económica de los moderados, favorable a los intereses de los sectores
terratenientes
-artesanos (grupo numeroso debido a la débil industrialización, mentalidad conservadora opuesta a los cambios liberales: prohibición de nuevos gremios, libertad de mercado y de industria, etc.)
-empleados en actividades del sector servicios, sobre todo en las ciudades más importantes (ayuntamientos, sociedades financieras, sirvientes, etc.)
-obreros de la industria, concentrados en un número reducido de núcleos (sobre todo Barcelona, y en menor medida en núcleos como Madrid, Málaga, etc.). Condiciones de trabajo y de vida muy deficientes. Asociacionismo. Desarrollo progresivo de una conciencia de clase. Reivindicaciones. Apoyo al partido demócrata hasta la revolución del 68; después vinculación al sindicalismo …


El movimiento obrero en el PERIODO ISABELINO Y EL SEXENIO DEMOCRÁTICO:

Etapa isabelina


Situación de las clases bajas:

campesinado: representaba la mayoría de la población (en torno al 80 %), su nivel de vida experimentó un empeoramiento generalizado durante el período isabelino debido a varias razones: tendencia a la bajada de precios de los productos agrarios, efectos negativos derivados de la desamortización (aumento de las rentas, pérdida de contratos de arrendamiento en muchos casos o empeoramiento de las condiciones, pérdida del aprovechamiento de las tierras comunales de los pueblos, etc.), la política económica de los moderados que era favorable a los intereses de los sectores terratenientes.
obreros de la industria, concentrados en un número reducido de núcleos (sobre todo Barcelona, y en menor medida en núcleos como Madrid, Málaga, etc.). Condiciones de trabajo (excesivas horas, falta de higiene, falta de seguridad, sueldos bajos, etc.) y de vida muy deficientes. Como respuesta a esas malas condiciones se desarrollaron tendencias hacia el asociacionismo con la finalidad de generar sistemas o formas de protección y de disponer de más fuerza a la hora de plantear reivindicaciones (mejora de las condiciones laborales, aumento de salarios, disminución de horas de trabajo, etc.). Ello favoreció el desarrollo progresivo de una conciencia de clase. Hasta 1848 habían apoyado al partido progresista; desde ese año se vincularon al partido demócrata hasta la revolución del 68; a partir de esa fecha la desconfianza hacia los partidos políticos de cualquier signo, tras lo sucedido inmediatamente después de la revolución de 1868 (ver siguiente apartado), hizo que se decantaran cada vez más por el sindicalismo …

Sexenio democrático:

Circunstancias sociales:
.reivindicaciones campesinas y obreras (reparto de tierras, reducción de las horas de trabajo, aumento de salarios, supresión de las quintas y de los consumos)
.descontento de los sectores pudientes que ven en peligro la propiedad y el orden social
proceso revolucionario de julio de 1873:
-huelga general convocada por miembros de la A.I.T. en Alcoy y secundada en otras ciudades, seguida de una fuerte represión (que provocó la dimisión de Pí y Margall
Desarrollo del movimiento obrero:
-desvinculación de los obreros de los partidos a los que habían apoyado hasta la revolución de 1868 (demócrata y republicano) y vinculación creciente al sindicalismo a través de la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.)
-difusión de las tesis anarquistas de Bakunin en España a través de Giuseppe Fanelli, miembro de la A.I.T., creándose secciones en Barcelona y Madrid y apareciendo diarios obreros (por ejemplo, La Federación en Barcelona o La Solidaridad en Madrid)
-participación muy activa de sectores obreros y campesinos en la insurrección federalista de 1869 (cuando se discutía el modelo de Estado: monarquía democrática o república)
-a raíz de la insurrección de la Comuna de París en 1871 se empezaron a tomar medidas represivas en Europa y en España contra la A.I.T. (prohibición de reuniones y de huelgas, cierre de periódicos obreros, detenciones de líderes, ilegalización de asociaciones obreras, etc.)
-en diciembre de 1871 llegó a Madrid Paul Lafargue, miembro de la I Internacional y seguidor de las tesis de Marx, formándose un núcleo partidario de la tendencia socialista, siendo expulsados de la I Internacional en un congreso celebrado en Zaragoza en abril de 1872, donde se impusieron las tesis anarquistas, defendidas por los delegados catalanes, aragoneses y valencianos, confirmándose la división del movimiento obrero en dos tendencias, la anarquista y la socialista.