Parte A: Raíces Históricas: De la Antigüedad hasta el Siglo XVIII
La Hispania Romana y la Monarquía Visigoda
A. Introducción
Roma va a encontrar a la Península Ibérica iniciando su Historia. El sustrato de pueblos primitivos que se van decantando desde el Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales (Cobre, Bronce y Hierro), se van desarrollando a la vez que reciben influjos y avances externos. En el primer Milenio (desde el año 1000 a.C.) van cristalizando lo que daremos en llamar los **pueblos “celtas”** (en el Norte y centro peninsular) y los **pueblos “iberos”** en el este y sur, más o menos influidos estos últimos por los **pueblos colonizadores (fenicios, griegos y cartagineses)**; en las fronteras entre ambos grupos estarían los carpetanos, asentados en la Mancha, que tenían por vecinos, al norte, a los celtíberos. Fruto de la pugna por el control del Mediterráneo Occidental entre Cartago y Roma, es cuando los romanos pisarán tierra peninsular por primera vez (218 a.C.).
B. Etapas de la Conquista Romana de la Península (Siglos III-I a.C.)
La conquista de Roma se inició en el siglo III a.C. y concluyó, tras un proceso largo y complejo, en el siglo I a.C.
Podemos distinguir tres etapas principales:
Primera etapa: Conquista del este y el sur peninsular (218-197 a.C.)
El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la **Segunda Guerra Púnica** (guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el Mediterráneo occidental).
Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde allí atacaron Roma a través del sur de Francia y los Alpes. Roma contraatacó invadiendo las posesiones cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La victoria romana de Ilipa (209 a.C.), la conquista de Cartago Nova y de Gades (206 a.C.), pusieron fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagraron el dominio de Roma sobre el este y el sur peninsular.
En el año 197, Roma organiza sus conquistas en la Península creando dos provincias:
- **Hispania Citerior** (costa catalano-levantina)
- **Hispania Ulterior** (Andalucía)
Segunda etapa: Conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a.C.)
Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son las **guerras lusitanas** (155-136 a.C.) en las que destacó **Viriato**, líder lusitano, y la **resistencia celtíbera en Numancia** hasta 133 a.C.
Tercera etapa: Conquista del norte peninsular (29-19 a.C.)
El fin de la conquista llegó en tiempos de **Augusto**, primer emperador romano, con la dominación de **galaicos, astures, cántabros y vascones** (guerras cántabras).
Augusto reorganiza las provincias, estableciendo tres: **Bética, Lusitania y Tarraconense**. En el siglo IV, de la Tarraconense se han escindido dos provincias, la **Gallaecia** y la **Cartaginense** (en la que se integra La Mancha), quedando así cinco, y todas juntas formaban la diócesis de Hispania.
La **economía colonial**, basada en la **esclavitud**, se centra en el **sector primario y minero** (mercurio de Almadén, oro de Las Médulas -León-…), desarrollándose hasta el siglo III, como en todo el Imperio, una **economía monetaria y urbana**. A partir del siglo III, se produce una **ruralización** de la vida y de la economía romana, que se profundizará durante la Alta Edad Media.
C. El Proceso de Romanización y Cristianización en Hispania
El concepto de **romanización**: integración plena de una sociedad determinada, en este caso la hispana, en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad, esclavismo, urbanización, cultura, religión). Romanización es, pues, la progresiva **asunción de “todo lo romano”** en la Península. Por ello, sería muy extenso desarrollarlo en sentido amplio. Por este proceso, los pueblos indígenas (iberos, celtíberos…) fueron asumiendo la cultura romana. Supone por primera vez, la **unidad peninsular**.
Jugando un papel importante en el proceso de romanización, cabe destacar la **creación de ciudades y colonias** (espejo de romanización y foco de atracción de indígenas a los modos de vida romanos); en ellas o al servicio de ellas y de sus conexiones, destacarán **grandes obras públicas**. También destaca el **papel del ejército**, que enrola a indígenas y convive con los pueblos conquistados, en los que se instalan campamentos militares.
La romanización es un momento clave de la historia cultural de los pueblos de la península. En ella podemos distinguir varios aspectos:
- El **latín** se impuso como lengua común y va a pervivir a través de sus “hijas”, las **lenguas romances peninsulares** que cristalizarán en la Edad Media (castellano, catalán, gallego…).
- El **derecho romano** (leyes, concepción del estado…), que pervivirá en el tiempo, guiará en buena medida los principios políticos y jurídicos de siglos posteriores y aún hoy es uno de los fundamentos del derecho occidental.
- La **religión politeísta romana** (Júpiter, Saturno…) se impuso, aun respetando y asimilando las creencias locales; pero era obligado el **culto al emperador y a la Tríada Capitolina** (Júpiter, Juno, Minerva), como medio de integración política.
- Posteriormente, en el siglo I el **cristianismo** se difundió por el Imperio Romano y también por Hispania, sobre todo desde la crisis del siglo III, crisis también espiritual, por lo que la gente busca alternativas religiosas, como será la religión cristiana. En el siglo IV, el Cristianismo va a triunfar, al extenderse entre las clases dominantes, dejando de ser una religión revolucionaria. Desde el **Edicto de Milán (313) de Constantino**, se da la libertad de cultos, y desde el **Edicto de Tesalónica (380) de Teodosio**, el cristianismo se convierte en religión oficial y excluyente del Imperio, pasando así a ser uno de los elementos de identidad de Occidente, preponderante en lo espiritual pero también en lo sociopolítico, que perdurará con diversas formas hasta la actualidad.
El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el **emperador Caracalla**, con el **Edicto que lleva su nombre**, en el siglo III extendió la **ciudadanía a todos los habitantes libres** del Imperio.
Hispania fue una de las provincias del Imperio más romanizadas, aunque fue muy desigual en el territorio (Bética, rápida y profunda romanización; hacia el norte y oeste, escasa y hasta nula).
La cultura y el arte romano tuvieron un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes ingenieros y grandes constructores de obras públicas. En la península podemos destacar los siguientes ejemplos:
- **Acueductos** como el de Segovia.
- **Murallas** como las de Lugo.
- **Múltiples puentes** como el de Alcántara o Mérida.
Además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad pública como:
- **Arcos conmemorativos** como el de Bará en Tarragona.
- **Templos** como el de Diana en Mérida.
- **Anfiteatros** como el de Itálica (Sevilla) o Segóbriga (Cuenca).
- **Teatros** como el de Mérida o Segóbriga.
- **Circos** como el de Toletum.
La dominación de Roma dejó en Hispania una tupida **red urbana** (Tarraco, Caesar Augusta, Emerita, Toletum…) ligada por un complejo sistema de calzadas y otras infraestructuras públicas. Destacan en nuestra región Segóbriga, Ercavica o Valeria en Cuenca, Toletum o Consabura (Consuegra).
D. La Monarquía Visigoda
Durante los siglos III y IV los **pueblos germánicos** se van infiltrando en el Imperio Romano. En el 409 en Hispania entran violentamente los **suevos, vándalos y alanos**. Hasta que los **visigodos**, **federados del Imperio**, colaboran en la pacificación de Hispania. Solo los suevos resisten, con un **reino en Gallaecia** hasta el 585.
Los visigodos estaban muy romanizados, con una larga historia de contacto con Roma. Hacen un **pacto (foedus)** con Roma, por el que reciben territorios.
En el 416, asentados entre Galia e Hispania, organizan una **monarquía en torno a Toulouse** hasta que son expulsados por los francos en la **batalla de Vouillé en el 507** y organizan su reino con **capital en Toledo**, centrado ya en la Península.
Había unos 6 millones de hispanorromanos para unos 200.000 visigodos. Las diferencias entre ambos pueblos se van a mantener al principio, con leyes diferentes y religiones propias (los visigodos son **cristianos arrianos**; los hispanorromanos, **católicos**).
**Leovigildo**, en el siglo VI, consiguió la **unidad política** de la península (contra suevos, vascos y bizantinos del sur). Luego por la conversión al catolicismo del rey **Recaredo** en el **III Concilio de Toledo** se consiguió la **unidad religiosa**. En el siglo VII **Recesvinto** publica el **Fuero Juzgo** que consigue la **unidad jurídica** (un solo Derecho para visigodos e hispanos).
La organización política de los visigodos se basaba en el derecho germánico. La institución fundamental de gobierno era la Asamblea de los hombres libres, en la que residía el poder del reino, que era dado a un rey (**monarquía electiva**). Los reyes más poderosos trataron de hacerla hereditaria, sin lograrlo. Por eso hay gran **inestabilidad política y debilidad de los reyes** ante los grandes señores, sobre todo cada vez que había un cambio de rey, y que influyó mucho en el fin del reino en el 711 tras la invasión musulmana.
Los poderes del rey eran amplios. En la práctica, el rey gobernaba con la ayuda de funcionarios en el palacio. También estaba el **Aula Regia o Consejo del Rey**, no permanente, de carácter asesor, formada por algunos funcionarios importantes, a los que se sumaban los grandes funcionarios territoriales y militares: **Duces** (delegados del rey en provincias) o **Comites civitates** (en las ciudades), junto con altos cargos eclesiásticos.
Los **Concilios de Toledo**, fueron la **gran asamblea política** del reino; en ellos, grandes nobles y obispos colaboraron con los reyes en tareas legislativas y asuntos religiosos y políticos.
La **economía y sociedad visigoda**, continúa el camino iniciado en el Imperio Romano desde el siglo III: una **sociedad rural y agraria**, de **subsistencia**, con el desarrollo jerárquico de las **”relaciones personales”** desde el rey hasta los esclavos. Dominaba la **nobleza jerarquizada**; sobre una gran mayoría de población que son **campesinos libres (colonos)** pero en realidad ligados a la tierra y al señor por vínculos de dependencia personal. Se evoluciona hacia el **modelo social feudal** propio de la Edad Media.
Al-Ándalus y sus Principales Etapas
A. Introducción
Por **Al-Ándalus** se entiende aquella parte de la Península que, durante casi ocho siglos de la Edad Media, permaneció bajo **dominio musulmán**. Es, pues, un concepto independiente de la “cantidad” de territorio.
Las etapas de Al-Ándalus se corresponden con su evolución política. Así, a partir de la invasión musulmana (711/714) se concretan los siguientes periodos:
- Por un lado, los de la época de esplendor y predominio en la Península (siglos VIII-X), que se corresponde con las etapas de **Emirato dependiente, Emirato independiente y Califato**.
- Por otro lado, la época de disgregación y retroceso (**reinos de taifas, etapas almorávide y almohade, y periodo final del Reino Nazarí de Granada**).
B. Etapas de la Historia de Al-Ándalus
1. El Valiato o Emirato Dependiente (714-756)
Al-Ándalus se convierte en una mera **provincia del Califato de Damasco**, con un **valí o emir** al mando, que era el gobernador de la provincia. Son años de mucha inestabilidad política, y de campañas militares frenadas en Asturias (Covadonga, 722) y Francia (derrota de Poitiers, 732).
2. El Emirato Independiente (756-929)
Nace justamente por la **caída de la familia de los Omeyas en Damasco**; **Abderramán I**, el **último Omeya** que escapa con vida, se refugia en la Península y funda el emirato, **independizándose en lo político** de los nuevos califas, Abasíes, que gobernarán desde Bagdad. Es un “rey”, que reconoce la autoridad religiosa de Bagdad.
El emirato tuvo fases de cierto esplendor (primera mitad del siglo IX, con Abderramán II), pero siempre adoleció de problemas internos, revueltas sociales (mozárabes, muladíes) y poderes locales que cuestionaban la autoridad central del emir cordobés. La zona de Castilla-La Mancha se encuadraba en la llamada Marca Media, con capital en Toledo, donde había numerosos mozárabes y que protagonizó importantes revueltas separatistas en esta época. A inicios del siglo X, el emirato estaba en aguda crisis, a punto de desaparecer, cuando surge la figura de Abderramán III.
3. Califato de Córdoba (929-1031)
Época de **máximo esplendor político, económico y cultural** de Al-Ándalus. **Abderramán III** consolida su poder en el interior de Al-Ándalus, y luego ante los cristianos del norte e incluso en el norte de África. La máxima expresión de esta recuperación será su **proclamación como Califa** (929), máxima autoridad también en lo religioso, lo que ensalza su prestigio político. Los sucesores de Abderramán pierden fuerza ante la **dictadura militar de Almanzor** (976-1002), visir del califa Hisham II, que mantiene el prestigio y la fuerza a costa de incesantes **campañas militares**, pero que sus hijos no sabrán mantener. A partir de 1008, las tensiones internas y las fuerzas centrífugas vuelven a imperar en Al-Ándalus, hasta que en 1031 se decide la disolución formal del Califato.
4. Los Reinos de Taifas (1031-1090)
Los **separatismos regionales** triunfan y se abre un periodo de división de Al-Ándalus, con múltiples **reyezuelos**, que pelean entre sí y que quedan en clara **inferioridad ante los pujantes reinos cristianos** del norte, a los que deben pagar las **”parias”** en concepto de protección y respeto a su integridad.
El **reino taifa de Toledo** (1031-1085), será uno de los mayores y más importantes, soportando además la vecindad directa de Castilla. Sus reyezuelos principales, **Al-Mamún** (1043-1075) y su sucesor **Al-Qádir**, convirtieron su corte en centro cultural, con gran desarrollo de la poesía. En Al-Ándalus, se expandieron hacia el sur y estuvieron en constante pelea con los demás taifas (Zaragoza, Badajoz, Sevilla…). Pero pronto hubieron de pagar “parias” a Castilla, bien para recibir su ayuda contra otros, bien para evitar sus ataques; Al-Mamún ocupa Valencia y Córdoba con apoyo de Castilla. Su nieto Al-Qádir, ante el acoso de sus vecinos, se pone en manos del rey castellano **Alfonso VI**. Al-Qádir cede su reino a Alfonso, a cambio de recibir el reino de Valencia. Alfonso conquista **Toledo en 1085**, prometiendo respeto a personas, bienes y religión. Esto provocará directamente la llegada de los **almorávides (1086)**, norteafricanos llamados por los andalusíes, que aunque vencen a Alfonso VI en Consuegra y Sagrajas no recuperan Toledo.
5. La Unificación Almorávide (1090-1145)
Pujante emirato norteafricano, los **almorávides** son llamados por los taifas andalusíes a la caída de Toledo, pero no van a respetar la independencia andalusí, sino que los incorporan a su imperio. **Fanáticos religiosos**, pronto serán impopulares; además, los almohades, en el sur de Marruecos, surgen contra ellos; por todo esto hacia 1145 surgen las llamadas **”Segundas Taifas”** en Al-Ándalus, de corta vida.
6. La Nueva Unificación Almohade (1172-1230)
Cuando los **almohades** (nuevo califato) acaban con los almorávides en el Magreb, pasan a la península, **unificando nuevamente los taifas**, bajo su control. De nuevo amenazan al mundo cristiano (victoria de Alarcos sobre el rey castellano Alfonso VIII, 1195), pero la acción conjunta de casi todos los reyes cristianos peninsulares culmina en la **derrota almohade de las Navas de Tolosa (1212)**, que debilita tanto a los almohades que van a surgir las llamadas **”Terceras Taifas”** en Al-Ándalus.
Ante ellas, los cristianos no tienen problemas a la hora de su conquista (Valencia, valle del Guadalquivir), de modo que, a partir de 1265 no queda de Al-Ándalus más que el último reino taifa, el **Reino Nazarí de Granada**.
7. El Reino Nazarí de Granada (1232-1492)
Nace aliado a Castilla, con el primer rey de la **dinastía nazarí**; por su fortaleza en ocasiones y por los problemas y debilidades castellanas en otras, va a aguantar su independencia, sin problemas, hasta que los **Reyes Católicos** decidan acabar con ella tras una larga **guerra (1482-1492)**.
C. Economía, Sociedad y Cultura en Al-Ándalus
La llegada de los musulmanes trastocó por completo el esquema social que con tanta dificultad habían ido creando los visigodos en la Península Ibérica. La población indígena se dividió pronto en un grupo acomodaticio que decidió abrazar, tal vez por conveniencia, la fe islámica, a los que se llamó **muladíes** (algunas de las familias de nobles hispanovisigodos convertidos al Islam pasaron a ocupar posiciones de relevancia) y un grupo conformado por los que decidieron continuar siendo cristianos, los **mozárabes**. Junto a ellos, pervive la minoría de los **judíos**, en sus barrios o juderías. Por su parte, los conquistadores pertenecían a etnias distintas, desde los **árabes** de origen —que poseían latifundios o grandes negocios comerciales y ocupaban los altos cargos de la administración y el ejército— hasta los **bereberes** o norteafricanos, que significaban el grueso del contingente colonizador. Por último, los **esclavos** van a ser abundantes en Al-Ándalus, justamente, es Al-Ándalus un gran mercado de los mismos, donde llegan caravanas de esclavos capturados en África, o europeos cristianos prisioneros de guerra.
Tal vez uno de los aspectos en que más huella han dejado los musulmanes en la España posterior fue el de las **ciudades**. Aunque el campo y la agricultura fueron importantes (grandes avances en el regadío). Pero mientras el mundo cristiano occidental había conocido una profunda crisis del fenómeno urbano desde la época del Bajo Imperio Romano, crisis de la que solo empezará a recuperarse a partir del año 1000, en Al-Ándalus como en todo el mundo islámico, la ciudad fue un centro socioeconómico de primer orden. Algunas ciudades, como **Córdoba**, parece que superaban los 100.000 habitantes a finales del siglo XI y **Sevilla** se acercaba a esa cifra (unos 85.000) a principios del siglo XII. En nuestra región destacó **Toledo**. Con las ciudades, se recuperan las actividades propias de las mismas (**artesanía y comercio**) existentes en un grado muy superior al de la Europa de esa época.
Para finalizar, debemos recordar que algunos de los monumentos más importantes del arte español son, precisamente, de la época de la dominación musulmana: la **Mezquita de Córdoba**, la **Giralda de Sevilla** (salvo su remate, que es de época cristiana) y la **Alhambra de Granada** son los ejemplos más conocidos. En nuestra región, la **mezquita de Bab el Mardum** (hoy iglesia del Cristo de la Luz) en Toledo, del siglo X.
Los Reinos Cristianos de la Reconquista
A. Introducción
Se ha venido en denominar **Reconquista** al período de la historia de la **Península Ibérica** comprendido entre los años **718 (Covadonga) y 1492 (final del Reino de Granada)**. Durante este período, cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon.
El término es muy discutible. Pese a presentarse como “sucesores” de los visigodos, los reinos que “reconquistaron” la península nacieron con posterioridad a la invasión islámica. Sí se produce una conquista, bien que con escasa unidad de los reinos cristianos y con discontinuidades. Realmente, hasta el siglo XI no se inicia el proceso.
B. Principales Etapas de la Reconquista
Primera etapa (siglos VIII-X)
A partir de **Covadonga (722)** los núcleos cristianos avanzan tímidamente hacia el sur, pero apenas se producen conquistas, sino que los cristianos avanzan sobre un territorio casi vacío y lo repueblan. El **reino asturiano** alcanzó la **línea del Duero** en el año **910**. Esto llevó a trasladar a **León** la capital. A partir de entonces se comienza a hablar de **reino asturleonés**, y después, de **reino de León**. Sin embargo, pronto sufrirá la separación del **condado de Castilla**. El avance en la zona pirenaica es mucho menor.
Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII)
Aprovechando la debilidad musulmana de los **Reinos de Taifas**, León y Castilla rebasan la **Cordillera Central** y llegan al **valle del Tajo**. **Toledo se reconquista en 1085**; **Aragón conquista Huesca (1094)**. Tras el freno impuesto a la reconquista por la invasión almorávide, el avance hacia el sur se reactivó en los reinos orientales cuando **Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118** y **Ramón Berenguer IV**, conde de Barcelona, conquistó **Tortosa (1148) y Lérida (1149)** —la **”línea del Ebro”**—. De la unión matrimonial de ambos reinos surge la **Corona de Aragón (Aragón + Cataluña)** con **Alfonso II (1162-1196)**, rey de Aragón y conde de Barcelona. Mientras, **Portugal** (nuevo reino entonces, separado de Castilla) conquistaba **Lisboa en el 1147**. **Alfonso VIII de Castilla conquista Cuenca (1177)**, pero León se separa de Castilla, por última vez (hasta 1230).
Tercera etapa (fines del siglo XII y principios del XIII)
Tras la interrupción del avance debido a los almohades, poco a poco Castilla y León consiguieron dominar el valle del Guadiana. Ese proceso culminó con la victoria de los cristianos dirigidos por **Alfonso VIII** en la **batalla de Las Navas de Tolosa (1212)**, que abrió definitivamente el avance cristiano hacia el **valle del Guadalquivir y Valencia**.
Cuarta etapa (siglo XIII)
Rápida ocupación del **valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla)** por **Fernando III el Santo de Castilla (+1252)** completada por **Alfonso X (conquistas de Murcia y Niebla, 1262)** y de **Valencia y las Baleares por Jaime I el Conquistador de Aragón (+1296)**. Así queda en el siglo XIII la **España de los cinco reinos** (hasta fines del siglo XV): **Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y el Reino Musulmán de Granada**. Desde el siglo XIII, en la **Baja Edad Media**, los reinos cristianos pasan por una **grave crisis de carácter general (demográfica -Peste Negra-, política -guerras civiles, rebeliones nobiliarias- y económica)** que favorece la pervivencia del Reino de Granada hasta 1492.
C. Modelos de Repoblación
Posterior a la conquista tiene lugar el proceso de **repoblación**: **ocupación efectiva y puesta en explotación económica** de los territorios conquistados. Aunque la sociedad peninsular responde al patrón europeo según el cual la población campesina mayoritaria está dominada por una minoría noble, los distintos modelos de repoblación que se dan en España introducen importantes matices en la estructura social, de modo que la sociedad feudal europea adopta formas muy peculiares en España.
Vemos diferentes tipos de repoblación en las diversas fases de la Reconquista:
Presura o Aprissio (siglos VIII-X), en la repoblación del valle del Duero o de la plana de Vic catalana (zonas casi desérticas):
- Los campesinos, dirigidos normalmente por un noble o un clérigo, ocupan de forma libre la tierra. El rey dicta luego la legalidad de la propiedad.
- Esta repoblación genera una sociedad de **campesinos libres** basada en la **pequeña propiedad**. Estos campesinos se hallan comprometidos en la defensa militar de la tierra conquistada (**campesinos-villanos castellanos**).
Repoblación concejil (siglos XI-XII), en el valle del Ebro y entre el Duero y el Tajo:
- La repoblación se basa en la **creación de concejos y ciudades** con su alfoz (territorio), a las que se les dota de **Fueros o Cartas Pueblas**. Estos fueros otorgan libertades y privilegios a sus habitantes para atraer a la población a una zona peligrosa de frontera, que tendrán casa y propiedades, además de los bienes comunales. La **caballería villana (“caballeros”-hidalgos)** queda encargada de la defensa y se configura como el grupo social hegemónico. Las libertades de los Fueros son “grupales”, dadas a la ciudad, a diferencia de los contratos casi personales de la etapa de la presura.
- Esta repoblación fue dirigida por el rey y configura una sociedad basada en la **mediana propiedad y en los “comunales”**.
- En las zonas como Toledo o Zaragoza, la abundante población musulmana fue expulsada al campo o a las zonas de los arrabales de las urbes.
Repoblación de los valles altos del Júcar-Turia y el Guadiana (primera mitad del siglo XIII)
- La repoblación se basó en **repartimientos o “encomiendas”** a las **grandes Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa** (Aragón), que ayudan a la conquista y conservación de ese territorio fronterizo.
- Esta repoblación creó una zona caracterizada por los **grandes latifundios ganaderos** jalonados de fortalezas para la defensa del territorio de frontera. Decrece la importancia de la atracción de repobladores pequeños y medianos del norte. En el territorio castellano-manchego, al sur del Tajo —sobre todo la mitad oriental de Toledo y toda la provincia de Ciudad Real—, se sitúan los grandes territorios de las Órdenes de Santiago, Calatrava y San Juan de Jerusalén.
Repoblación de Extremadura, valle del Guadalquivir y fachada levantina (segunda mitad del siglo XIII)
- Los reyes otorgaron grandes territorios a los nobles y soldados que participaron en la conquista militar: **donadíos** (grandes latifundios en manos de la gran nobleza) o **heredamientos** (propiedades más pequeñas).
- El nuevo tipo de estructura agraria se basó en la **gran propiedad**.
- En las ciudades se organizaron **concejos reales** (su “señor” es el rey).
- La mayor parte de los musulmanes tendieron a huir al Reino de Granada. En los regadíos levantinos, muchos permanecieron trabajando para la nobleza.
D. Economía, Sociedad y Cultura Cristiana Medieval
La estructura socioeconómica cristiano-medieval peninsular evoluciona, como en el resto de Europa, desde una **sociedad y economía rural y campesina de subsistencia y de comercio reducido**, propia de la **Alta Edad Media (siglos VIII a XI)** a una estructura socioeconómica que, sin abandonar el predominio de lo rural, asiste al **renacer de las ciudades** y de las actividades de base urbana (comercio, artesanía, circulación monetaria), desde fines del **siglo XI al siglo XV (Plena y Baja Edad Media)**. Destaca en la Península, en este proceso de renacimiento urbano, el papel jugado por el **Camino de Santiago**, en torno al cual se desarrollan una serie de ciudades, con creciente actividad y conexión con Europa, tanto económica como cultural y artística. Destacar, en la economía castellana de la Baja Edad Media, el papel de la **ganadería lanar trashumante** (grandes rebaños de **ovejas merinas**) que surten de lana a la creciente actividad textil castellana y que, sobre todo, nutren un importante comercio de exportación hacia Europa; defendida la actividad por la **Mesta** (asociación de propietarios de rebaños, que obtuvieron grandes privilegios), propició el desarrollo del **capitalismo**, ejemplificado en las importantes **ferias** (centros financieros y de intercambio), sobre todo las de **Medina del Campo (Valladolid)**, de carácter anual.
En la **Corona de Aragón**, destacar desde el siglo XIII: el **desarrollo industrial y comercial de Barcelona**, al que se liga la **expansión mediterránea de la Corona de Aragón** (incorporación de **Cerdeña, Sicilia o Nápoles** a la Corona); tras la grave crisis del siglo XIV, el centro de actividad de la Corona pasará a **Valencia**.
La sociedad peninsular evoluciona de modo acorde con la economía. Ya hemos dicho que el rasgo básico es el **sojuzgamiento de la población campesina**, aunque los modelos de repoblación introducen peculiaridades entre diversos territorios peninsulares y en relación con Europa. Pese a estos diferentes modelos de repoblación, el **modelo de sociedad feudal** se consolidó en toda la península con sus instituciones típicas como el **vasallaje** (relaciones entre nobles, y entre estos y el rey), el **señorío territorial** (el señor es propietario de un territorio y establece “contratos” con los campesinos-trabajadores) y el **señorío jurisdiccional** (los señores asumen en sus dominios el poder de gobierno y justicia propio del rey). Incluso las zonas de campesinos libres fueron perdiendo privilegios y cayeron de diversas formas bajo jurisdicción señorial, en los siglos XIV y XV. No obstante, el desarrollo económico y urbano dará lugar a una incipiente **burguesía** que escapa en mayor o menor medida de las garras de los señores. Una burguesía que participa en la vida política a través de la institución de las **Cortes** (desarrolladas desde el siglo XII), y a través de su inclusión en los **Consejos Reales**, que asesoran al rey en sus labores de gobierno.
Estas **Cortes**, nacidas en los siglos XII-XIII, eran muy diferentes a las actuales: el rey las convoca (no son permanentes) con carácter meramente **consultivo**, o para votar impuestos “extra”. La composición de las Cortes es **”estamental”**, con representantes de cada “brazo” social (nobleza, clero y principales ciudades), siendo, en el fondo, tres asambleas que no se mezclan, que debaten y votan el asunto por separado (y cada brazo tiene un voto), con lo que los estamentos privilegiados tienen siempre ventaja. Ni siquiera era democrática la elección de los diputados de las ciudades.
La sociedad urbana, hasta el siglo XIV (en que estallan violentas persecuciones contra los judíos), fue en ocasiones ejemplo de **convivencia entre tres culturas**: la **cristiana** mayoritaria, la **musulmana (los mudéjares** -musulmanes que permanecen en territorio cristiano) y la **judía**. Destaca, fruto de la convivencia, la labor de la **Escuela de Traductores de Toledo**, fundada por **Alfonso X**.
Finalmente, recordar que es la época de consolidación de las **lenguas romances**; y en cuanto al desarrollo artístico, se sucedieron el **arte prerrománico (asturiano, mozárabe)**, el **arte Románico** —siglos XI y XII— (rural y monástico, aunque culmina con la **catedral de Santiago de Compostela**) y el **arte gótico** (siglos XIII a XV), el arte de las ciudades y de las grandes catedrales (**León, Burgos, Toledo**), acompañado de un **arte mudéjar** muy importante en nuestra región, sobre todo en Toledo.
La Formación del Estado Español: La Monarquía de los Reyes Católicos
A. Introducción
Se ha venido considerando a los **Reyes Católicos** como el **cierre de la Edad Media** peninsular y el **origen del Estado moderno español**, como unidad política y territorial. Esto es cierto en alguna medida, pero con claras limitaciones y precisiones. Asimismo, fortalecen las bases de poder de la monarquía, como ocurre en otros lugares de Europa, tendiendo hacia la llamada **Monarquía Autoritaria** propia de la Edad Moderna, predecesora de la Monarquía Absoluta del siglo XVII. Finalmente, también suponen un progreso en la **uniformidad religiosa nacional**, ante las medidas tomadas contra mudéjares y judíos.
B. Unidad Territorial y Expansión Exterior
En **1469** tuvo lugar el **matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón**. Ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón, donde reinaban las dos ramas de la **dinastía Trastámara**. Muerto Enrique IV de Castilla, y tras la victoria en la guerra civil (1474-1479), su hermana **Isabel I** era reconocida como reina de Castilla. Ese mismo año de **1479**, **Fernando II** era coronado rey de Aragón al morir su padre Juan II. Se unen así las **Coronas de Castilla y Aragón**.
Entre **1481 y 1492**, se produce la **conquista del Reino de Granada**, último reducto musulmán. Asimismo, siguiendo la proyección mediterránea e italiana de la Corona de Aragón (que tiene incorporadas Cerdeña y Sicilia desde tiempo atrás), los Reyes Católicos incorporan el **Reino de Nápoles (1503)** tras las victorias del **Gran Capitán** ante los franceses. Además, se culmina la **conquista de las Canarias** y se toma **Melilla** entre otras plazas norteafricanas. Finalmente, en **1512**, Fernando incorpora la mayor parte del reino de **Navarra** a la Corona de Castilla. Incluso en la mente de los reyes fue prioritaria, a través de una extensa red de enlaces matrimoniales de sus hijos e hijas, conseguir la unión con Portugal; no lo van a lograr pero ponen las bases de la futura unión en tiempos de Felipe II. Así pues, de la España de los cinco reinos (1469) pasamos con los Reyes Católicos a solo dos, las actuales España y Portugal.
Y no olvidemos que, a partir de **1492**, con el **descubrimiento de América por Colón**, se inicia un área de expansión que continuarán sus sucesores. El **Tratado de Tordesillas (1494)** supone el teórico reparto del Mundo entre España y Portugal, las dos potencias navegantes y descubridoras en esos momentos. Las décadas siguientes son de asentamiento en las **Antillas (Cuba, La Española, Puerto Rico)**, pero debido al descontento por las riquezas halladas se impulsan nuevas expediciones a Tierra Firme (destacar el descubrimiento del Mar del Sur, esto es, del océano Pacífico, en Panamá, por **Vasco Núñez de Balboa** -1513- que demuestra que las tierras descubiertas son un nuevo continente). Se inicia igualmente la **explotación en beneficio de Castilla**. Los asuntos americanos se tratan en el **Consejo de Castilla** (hasta 1524 no se crea el **Consejo de Indias**); y en **1503**, se crea, con sede en **Sevilla**, la **Casa de Contratación**, que controlaba el tráfico comercial y de personas hacia Indias e intentará hacer efectivo un régimen comercial de **monopolio**.
C. ¿Unidad Política o Unidad Dinástica?
En **1479** culmina la **unión dinástica** entre las dos coronas más poderosas de la península, fundándose así la **Monarquía Hispánica**. Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona. Había concluido el proceso de unificación de España. La unión era, sin embargo, una unión dinástica, que no significa unificación política de ambos reinos. Bajo los mismos monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones (incluso, cada “país” de la Corona de Aragón tiene sus propias instituciones y leyes). Este “Estado” se mantendrá hasta la llegada de los Borbones en el siglo XVIII.
D. La Monarquía Autoritaria
Así, los reyes renuncian a una monarquía unitaria y centralizada, pero no a reforzar una **Monarquía Autoritaria**, al menos en la **Corona de Castilla** (si bien la falta de “unidad real” de España dificultará el fortalecimiento del autoritarismo monárquico). Los Reyes Católicos van a **limitar la fuerza política de la nobleza**, van a **controlar las Órdenes Militares y los municipios y a la propia Iglesia nacional**, y van a limitar y/o utilizar la institución de las **Cortes** en su beneficio, controlando a los estamentos o “brazos” representados en ellas (nobleza, Iglesia y ciudades).
Esta Monarquía autoritaria se asienta en una **burocracia de juristas y letrados**.
La **reorganización del sistema de Hacienda** fue una primera y necesaria medida de los monarcas. La monarquía recupera fuentes de financiación que habían caído en manos de la nobleza. Los ingresos de la corona son la clave para comenzar a organizar un **ejército moderno** (nacen los **”tercios”**), que es un instrumento fundamental de la Monarquía Autoritaria, para imponerse sin paliativos a las fuerzas “internas” del reino (nobles, ciudades…) y como recurso “externo” de política exterior, contra otras monarquías.
En **1476**, se aprobó la constitución de la **Santa Hermandad**. Organismo policial y judicial, que ejercía también una importante labor en la recaudación de impuestos. La Santa Hermandad fue clave en la restauración de la paz y el orden en el reino, y será, con la **Inquisición**, un arma de los reyes, especialmente contra la nobleza.
En **1480** se reorganizó el **Consejo Real de Castilla**, dando el papel central a los letrados, salidos de las Universidades con sólida formación jurídica. Los nobles quedaron relegados a un papel meramente consultivo. El Consejo será el principal **órgano asesor** de gobierno para todos los asuntos. Había (o se crearon) otros consejos (de Aragón, Navarra, Indias, Inquisición, Hacienda…), algunos ya con Carlos I. Son órganos colegiados, colectivos, que son reunidos por el rey para tratar un asunto; pero se crean ya los cargos de **”secretarios reales”** (cada Consejo tendrá uno), que de momento no son más que meros conectores entre el rey y el Consejo).
El poder real también se reforzó en el ámbito local con la generalización de los **corregidores**. Nombrados por los reyes en villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.
Otras medidas importantes fueron el **control real de las Órdenes Militares (Santiago, Calatrava, Alcántara)** y el fortalecimiento de la administración de la justicia, con dos **Reales Chancillerías**, sitas en Valladolid y Granada.
En la **Corona de Aragón**, debido a su tradición política **”pactista”** el poder monárquico tuvo muchas más dificultades en fortalecerse. Las Cortes de cada uno de estos reinos mantendrán muchas prerrogativas frente al rey, lo que tendrá reflejo en los sucesivos reinados posteriores. No obstante, el poder de los lugartenientes generales y virreyes, importantes por las frecuentes ausencias de Fernando II, fueron reforzados.
E. La “Unidad” Religiosa
La **”unidad dinástica”** no se discute por los Reyes Católicos ni sus sucesores, pues cada reino tiene sus peculiaridades (lengua, instituciones…), que hay que respetar; pero lo que no se va a querer discutir es que, al menos, se busque que esos Estados y esa sociedad recién unificada tengan una sola fe, el **cristianismo**.
El sentimiento de unidad religiosa estaba presente en el espíritu de Reconquista de los cristianos frente al Islam. Desde el siglo XIV, avivado por la crisis bajomedieval, se había encendido de un modo violento el **sentimiento antijudío**, fundamentalmente entre el pueblo; los **”pogromos”** contra las juderías se suceden, acompañados de las **conversiones en masa**. Igualmente, se inicia un sentimiento social contra los **conversos**, muchos de los cuales, lógicamente, no lo son de corazón.
Desde el punto de vista religioso, los Reyes Católicos persiguen a lo largo de su reinado el objetivo de la unidad en torno al cristianismo. El primer paso para conseguir dicha unidad religiosa es el establecimiento, en **1480**, del tribunal de la **Inquisición**, que se dedica en principio a la persecución de los llamados **falsos conversos**, que eran antiguos judíos o descendientes de judíos que se habían convertido forzadamente al cristianismo. El segundo paso será la adopción del **decreto de expulsión de los judíos** que no se convirtieran al cristianismo, lo que sucede en **1492**, al poco de conquistada Granada. Una medida similar se tomó en **1502** con los **mudéjares**. Y ello a pesar de que en 1492 se promete a los musulmanes granadinos que podrían mantener su fe y costumbres. Solo quedarán en España aquellos que por conveniencia adoptaron la religión cristiana para seguir practicando el Islam en secreto; a este grupo se le conocerá como **moriscos**. Tras todo ello, oficialmente en España solo quedaban cristianos.
El Siglo XVI: La España de Carlos I y Felipe II
A. Introducción
Recién unificada España por los Reyes Católicos (con las limitaciones que hemos visto), la intrincada política de enlaces matrimoniales, casando a sus hijos con diversos príncipes y princesas europeas (con los objetivos de lograr la unidad ibérica con Portugal y conseguir “cercar” con alianzas al enemigo -Francia-), unido a las casualidades de la Historia, va a dar como resultado la **entronización de una nueva dinastía en España**, de raíz centroeuropea, los **Habsburgo o Casa de Austria**. Esta nueva dinastía va a llevar a España a la cumbre de su poderío político-militar, proceso que va a llevar aparejado igualmente el de la decadencia general, que comienza a manifestarse muy pronto.
Los reyes de esta dinastía en el siglo XVI van a ser **Carlos I (1516-1556)** y **Felipe II (1556-1598)**, conocidos ambos como los **Austrias Mayores**. Vamos a tratar de desarrollar ambos reinados en conjunto.
B. Proyección Exterior y Política Internacional
**Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556)**, nieto de los Reyes Católicos y del Emperador Maximiliano de Habsburgo y María de Borgoña, hijo de Juana la Loca de Castilla y Felipe el Hermoso de Habsburgo, se encontró con una fabulosa herencia que administrar: las coronas de Castilla y Aragón, los nuevos dominios europeos (Países Bajos, Franco Condado -de María de Borgoña-, Austria y Milanesado, así como el título de emperador alemán -de su padre y abuelo Habsburgo-) y americanos (descubrimiento y conquista del Nuevo Continente, bajo la tutela de Castilla). Sobre este impresionante soporte territorial, nació el **ideal imperial de hegemonía universal, la Universitas Christiana**, que aspiraba a la unificación del mundo bajo una misma fe y bajo la soberanía de un monarca de la dinastía de los Habsburgo. Los cimientos del poder de los Habsburgo se apoyaron en la solidez del dominio peninsular y la organización institucional de Castilla. La política imperial agresiva y costosa, se desarrolla en Europa, donde Carlos V luchaba contra sus **enemigos políticos y religiosos**: **Francia** (con victorias como la **batalla de Pavía**, con la que Carlos I se asegura el predominio en Italia), **estados protestantes alemanes** (a los que, a pesar de vencer en Mühlberg, debe conceder el derecho de libertad religiosa), **Imperio Turco** (con pugna en el Mediterráneo y Centroeuropa)…
Con **Felipe II (1556-1598)**, hijo del anterior, se hizo célebre la frase de que en sus vastos dominios no se ponía el sol. La herencia recibida era inmensa aunque Austria y Alemania no se hallarán bajo su dominio. Felipe II culminó la ansiada **unidad peninsular coronándose rey de Portugal en 1580**, a la vez que lucha contra los tradicionales enemigos del Imperio y del Catolicismo: **franceses (victoria de San Quintín)**, **turcos (triunfo en la batalla de Lepanto)**, **protestantes holandeses** (que logran su independencia respecto a Felipe II) e **Inglaterra**. El progresivo enfrentamiento con esta última culmina con el desastre de la **Armada Invencible (1588)**, que supone el fracaso del intento de invasión de Inglaterra y el **indicio de la progresiva pero inexorable decadencia española**.
Toda esta **política exterior de gran potencia** desarrollada por estos reyes no solo fundirá los inmensos recursos que llegan de las colonias americanas, sino que dejará **exhausta a España y sobre todo a Castilla**, soporte básico del Imperio.
C. Problemas Internos y Organización Política
Carlos I, tras llegar a España, tuvo que superar las graves reticencias que los españoles oponían a un rey que se había criado en Flandes, apenas sabía hablar español y se rodeó de sus consejeros extranjeros, y que no quería de Castilla más que dinero para lograr la corona imperial alemana. El **movimiento comunero castellano (1519-1522)**, surge como movimiento “nacional”, dirigido por una **burguesía urbana** opuesta a la exportación de lana a Flandes, a favor de la **industria textil castellana**, y defensora de las **Cortes frente al poder del rey**, y apoyado por la nobleza. Destaca **Toledo** como principal núcleo de rebelión, con **Juan de Padilla** como capitán. La división de los sublevados (la nobleza se pasa al bando real) provoca la **derrota militar en Villalar (1522)**. En Valencia, la rebelión de las **Germanías** concluye igual. La derrota comunera frustra a la incipiente burguesía castellana, reforzando el poder del rey, que durante largo tiempo no va a tener contestación, y consolidando la **alianza entre la monarquía (poder político) y la alta nobleza (poder socioeconómico)**, que anclaría a Castilla a valores nobiliarios conservadores, sumisa a la voluntad de sus monarcas.
Otros conflictos internos vendrán ya con **Felipe II**: **sublevación de los moriscos de las Alpujarras (1569)** y los problemas derivados de la autonomía institucional de la **Corona de Aragón** (que aunque sometida militarmente, se la respetará en su autonomía).
El modelo de organización política de los Austrias deriva del concepto de unión dinástica de los Reyes Católicos, que es idéntico al de **”monarquía multinacional” de los Habsburgo**. Así, cada estado del Imperio mantiene sus normas e instituciones.
**Castilla se convirtió en el centro del Imperio**. Es el territorio más rico y poblado y a la vez el más dócil; en él tienen los reyes más instrumentos para alcanzar la **Monarquía Autoritaria**; de ahí que terminen asentando su capital en ella (establecimiento de la Corte en **Madrid, 1561**). En los demás reinos y posesiones se establecieron **Virreyes** (Aragón, Indias, Italia) o **Gobernadores** (Países Bajos, Milán). Estos cargos fueron ejercidos por altos nobles o miembros de la familia real.
El Rey estaba asesorado por los **Consejos o “sínodos” (sistema polisinodial)**. Estos podían ser **sectoriales/técnicos** (Hacienda, Órdenes Militares, Inquisición, Guerra) o **territoriales** (Castilla, Aragón, Indias, Italia, Flandes, Portugal…), y el **Consejo de Estado**, creado por Carlos I, con personalidades de todos los reinos, para asesorar sobre asuntos generales y vitales, sobre todo de política exterior. Todos los Consejos estaban formados por letrados, nobles y alto clero y tenían un carácter meramente consultivo; todos debían estar en la Corte a disposición del rey. Cada Consejo dispone de un **Secretario de Despacho**, que de momento no es más que un “intermediario” con el rey.
Las **Chancillerías y las Audiencias** llevan la administración de justicia.
Las **Cortes** de cada reino tuvieron la misma estructura y funciones que en la Edad Media; las de la **Corona de Aragón** fueron más reivindicativas y celosas de sus fueros; las de **Castilla**, dóciles tras la derrota comunera, aprobaban sin dificultad lo que el rey les pedía. Solo tres ciudades manchegas (de 18 con derecho) tienen representación en las Cortes castellanas: Toledo, Cuenca y Guadalajara.
Los **Corregidores**, designados por la corona, tenían el control de las ciudades.
D. Rasgos Socioeconómicos
La economía, sobre todo en Castilla, disfruta de gran auge durante el primer tercio del siglo, para empezar a tener crecientes problemas desde entonces. En principio el **mercado americano** favorece la expansión, pero la **política imperial de ingentes gastos** y la situación sociopolítica (dominio de la aristocracia, sometimiento de la burguesía tras la derrota comunera) propicia el **declive económico**. La **Hacienda** se nutría de crecientes **impuestos indirectos** y subsidios reclamados a las Cortes (sobre todo a las castellanas) y de los impuestos sobre lo que viene desde Indias a la Casa de Contratación, pero todo es insuficiente para abordar los ingentes gastos de la Corona y se recurre al **préstamo desmesurado (los “juros”)**, por lo que pronto se llega a la **bancarrota estatal (suspensión de pagos)** y al **empobrecimiento general** de fin de siglo.
Hay que recordar que persiste básicamente la **sociedad medieval, estamental**: los **privilegiados (nobleza e Iglesia)** no pagan impuestos, teniendo en sus manos la mayor parte de la riqueza agrícola. El campesinado, mayoritario, se ve a merced de las coyunturas climáticas y de la presión fiscal de la Corona y los nobles. La fuerte **subida de los precios** en este siglo fue muy perjudicial para la economía española y en particular para los más débiles, los campesinos y las clases populares urbanas, que caían en masa en la **marginación (mendigos, pícaros y vagabundos)**; también fue muy perjudicial la **inflación** y los impuestos para la burguesía urbana, sobre todo para la castellana, sometida a los intereses del monarca y de la alta nobleza, cuyos valores, como vimos, impregnarán a toda la sociedad española durante siglos. Esta sociedad se corresponde con la **España del Renacimiento**, que sin embargo se irá cerrando al exterior sobre todo con Felipe II, como reacción defensiva (**Contrarreforma**) ante el triunfo protestante en buena parte de Europa. Es este el sobrio Renacimiento que se ve en el **palacio-monasterio del Escorial**.
E. América, Conquista y Organización
Tras el dominio de las Antillas y la **Primera Vuelta al Mundo (1519-1522)**, se suceden las conquistas en el continente, destacando la del **México azteca (Hernán Cortés, 1519-1521)** y del **Perú inca (Francisco Pizarro, 1531-1535)**; a partir de estos núcleos básicos, se completarán las conquistas hasta 1580 (Río de la Plata) e incluso la exploración del Pacífico y la conquista de las **Filipinas (1571)**, que permiten el comercio con Oriente.
Para su Administración, las nuevas tierras fueron incorporadas a la **Corona de Castilla**. Se crearon municipios o cabildos, gobernaciones, Audiencias (con funciones judiciales y de gobierno) y, por encima de todos, los **virreinatos**. Había dos virreinatos: el de **Nueva España (México)** y el de **Perú**. En España, se estableció en la Corte el **Consejo de Indias**, encargado de todos los asuntos referidos a América. De él dependía la **Casa de Contratación**, situada en Sevilla, que controlaba el tráfico comercial y de personas hacia Indias e intentaba hacer efectivo el régimen comercial de monopolio castellano, si bien con dudoso éxito.
Respecto a la economía de las colonias, la **minería** fue la “estrella” (plata de **Potosí (Perú) y Zacatecas (México)**); las trabajan los indígenas mediante el sistema de la **mita** (trabajo obligatorio de los indios a cambio de un salario, de modo rotatorio), de terribles consecuencias para la población indígena. También se echa mano de los indios para las explotaciones latifundistas de productos tropicales (**plantaciones**) o europeos (**haciendas**), mediante el sistema de **encomienda**, que “entrega” un grupo de indios a un colono, y a cambio de recibir protección y cristianización, los indios deben trabajar para él; en realidad era una forma de **servidumbre**.
Consecuencia indirecta de la catástrofe demográfica de los indios, fue el temprano inicio del **tráfico de esclavos negros**, para paliar la escasez de mano de obra.
La tremenda mortalidad entre los indígenas se dio por motivos complejos: entre ellos, está la explotación por los españoles. Surgen pronto denuncias por parte de algunos misioneros, destacando **Bartolomé de las Casas**. Estas y otras protestas generaron cambios legales protectores del indio (**Leyes de Burgos -1512-, Leyes Nuevas -1542-**) pero la realidad siguió siendo la explotación.
El Siglo XVII: La Crisis de la Monarquía de los Austrias
A. Introducción
El siglo XVII supone la **pérdida progresiva de la hegemonía político-militar de la monarquía hispánica** en Europa. El declive, cuyas bases se asientan en el siglo anterior, coincide con la decadencia económica de Castilla y con la crisis sociopolítica en el conjunto peninsular. Faltaron las transformaciones socioeconómicas necesarias y la renovación de la política agresiva con Felipe IV llevará a la definitiva derrota militar y ruina económica y financiera.
Los reyes de esta dinastía en el siglo XVII van a ser **Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700)**, conocidos como los **Austrias Menores**.
B. Decadencia Económica y Crisis Social
Los Austrias menores se caracterizaron en lo personal por su carácter débil y abulia. Esto propicia la aparición de la figura de los **validos**, personajes que se convierten en principio en apoyos personales de los reyes y que terminan por acaparar todo el poder para usarlo en su propio beneficio y en el de sus protegidos. Pero la decadencia de la monarquía hispánica ya se venía forjando desde el siglo anterior y se habría necesitado algo más que reyes o validos hábiles en el gobierno. Las causas de la decadencia son muy variadas, empezando por el **descenso demográfico**. En efecto, Castilla, con ocho millones de habitantes a principios del siglo XVI, vio reducida su población a unos siete millones a mediados del siglo XVII. Los motivos de este descenso son, a su vez, bastantes variados: la **migración hacia América**, las continuas **guerras** del siglo XVI, la **expulsión de los moriscos** o la enorme cantidad de personas que ingresaban en los conventos. Las **epidemias y malas cosechas**, junto a la grave **recesión económica** (general en Europa, pero más aguda en España), provocan un empeoramiento de la ya débil **agricultura española**, bloqueada en su renovación técnica por el **régimen señorial** dominante, donde además los campesinos sufren un aumento de las cargas e impuestos. También la **ganadería** se ve afectada, y la **lana castellana** empieza a tener problemas de competitividad y calidad para su exportación. Igualmente, se redujo la **actividad artesanal**: la **textil**, ante la caída de la demanda y la competencia de los productos extranjeros. La **quiebra financiera de la monarquía** provoca al fin una reducción de gastos e inversiones que paralizan la **metalurgia y la construcción naval**. Desciende también la llegada de **plata americana**, y sobre todo aumenta de modo brutal el **fraude y el contrabando**. Esto va a ayudar a la **bancarrota de las finanzas estatales**.
Esta **bancarrota** fue potenciada por la **corrupción, el despilfarro y la inoperancia de la Administración de Hacienda**, que llegó en ocasiones a gastar en la propia recaudación más que el dinero recaudado. A ello hay que unir la **venta de los territorios de realengo a la nobleza** para obtener ingresos extraordinarios pero con el efecto de reducir los ingresos ordinarios procedentes de esas tierras. Si a ello unimos que otra de las soluciones para obtener recursos era la **venta de cargos** en los municipios y en las Cortes, con la consecuencia de que esos cargos eran ejercidos con una mentalidad depredadora por sus propietarios, se completa el cuadro de inoperancia y bloqueo de toda la **Administración del Estado**.
La Administración no sabe y no quiere tomar las medidas que pudieran modernizar la economía o resolver problemas financieros, sociales y económicos, pues solo le interesaba la recaudación a corto plazo, y sin lesionar los intereses de los poderosos. Las subidas de impuestos no hacen más que agotar al contribuyente. Las **bancarrotas sucesivas (suspensión de pagos por el Estado)** llevan a los banqueros europeos a dejar de prestar dinero a la Corona. El recurso final va a ser la **emisión descontrolada de moneda de baja calidad (el vellón de cobre)**, que nadie valora y que ocasiona una elevada **inflación** que vuelve a agravar las dificultades de la población y del Estado. Las bancarrotas financieras del Estado y su completo endeudamiento llevarán al colapso financiero y económico cuyo punto más duro se alcanza hacia 1685.
La sociedad del siglo XVII se corresponde con una sociedad en graves dificultades. Una **sociedad muy polarizada**, con un grupo muy reducido (la alta aristocracia y los altos cargos públicos) que disponen de los recursos y mantienen una vida ociosa, y una inmensa mayoría de **población empobrecida** (campesinos, artesanos, pordioseros…). Pocos viven decorosamente de su trabajo. Por ello, el modelo social al que todos aspiran es el de vivir de las rentas, como los nobles, sin trabajar. El trabajo manual no tiene prestigio social, y se genera una sociedad de nobles, hidalgos y pícaros, con un sentimiento del honor exagerado hasta el ridículo. Se minusvaloran los trabajos productivos (campesinos, artesanos, comerciantes). Esta mentalidad social es otro factor de la decadencia española del siglo.
Esta situación configura la **España del Barroco**, tan brillante en las artes que se ha dado en llamar el **”Siglo de Oro” español**: la **literatura (Cervantes, Lope, Quevedo, Calderón)** y las **artes (sobre todo en escultura y pintura -el Greco, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo-)**, son, no obstante su brillantez, fiel reflejo de la decadencia social, económica y política española.
En **Castilla-La Mancha**, la decadencia fue igual o superior. Es parte de Castilla (donde la crisis es más profunda) y se sitúa en el interior peninsular, donde la crisis se sufre más y no se produce, desde 1685, la recuperación que sí nota la periferia española y que se incrementará en el siglo XVIII. Toledo pasa en el siglo XVII de 60.000 a 20.000 habitantes.
C. La Política Exterior: Pérdida de la Hegemonía
En el terreno militar, tras la época de paz de Felipe III, Felipe IV y el **Conde-Duque de Olivares** se dejan arrastrar por los Habsburgo austriacos y entran en la **Guerra de los Treinta Años (1618-1648)**, buscando una quimérica recuperación de la hegemonía del siglo XVI. Desde los años 30, los españoles son derrotados en tierra y mar por franceses (**batalla de Rocroi -1643-**) y holandeses. La **Paz de Westfalia (1648)** significó la derrota de los Habsburgo en Europa, que tuvieron que aceptar la desintegración política del Imperio Alemán y el principio de libertad religiosa de los príncipes protestantes. La continuación de la guerra entre España y Francia termina en la **Paz de los Pirineos (1659)** que significa definitivamente el **final de la hegemonía española en Europa**, que pasa a Francia.
Los años del reinado de **Carlos II** suponen los de las sucesivas agresiones de la Francia de **Luis XIV**, que va recortando los territorios españoles en Flandes y Franco Condado, los cuales no generan más que problemas y gastos a la Corona española.
La previsible muerte de Carlos II, temprana y sin sucesión directa, lleva a la monarquía a un punto de casi disolución (planes de reparto entre las potencias).
D. El Desarrollo Político Interno
En cuanto al reinado de **Felipe III (1598-1621)**, puso el gobierno en manos de su valido, el **Duque de Lerma**. Un reinado pacífico pero que no significó la recuperación económica, ante el derroche, la rapiña y la ineptitud del valido. El acontecimiento que marcó el reinado fue la **expulsión de los moriscos (1609)**. Especialmente grave fue en Valencia, que quedó sin mano de obra campesina, a pesar de la oposición de la nobleza propietaria. Sin embargo, tan desastrosa decisión fue la más popular de las tomadas por el valido.
El reinado de **Felipe IV (1621-1665)**, lo marca la figura de su valido, **don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares**. Este nos introduce en la ya iniciada **Guerra de los Treinta Años**. Olivares diseñó un plan completo de recuperación política, social y económica. El principal empeño de Olivares será la **política de uniformización de todos los reinos peninsulares**, en torno a las leyes vigentes en Castilla, **castellanizando** los territorios y haciendo que todos contribuyeran económica y militarmente (**Unión de Armas**) por igual al mantenimiento de la política imperial. Este empeño hirió muchas sensibilidades. Provocó la **sublevación de Cataluña en 1640** y otras: Aragón, Nápoles, Andalucía y sobre todo **Portugal (1640)**. Cataluña volvió a la obediencia a la Corona en 1652, pero España deberá reconocer la **independencia de Portugal en 1668**.
**Carlos II (1665-1700)**, rey con 4 años, es hombre apocado y en el límite de la normalidad mental y física. Tras la Paz de los Pirineos, con una España acosada por la política expansionista de la Francia de Luis XIV. Los validos sucesivos llevan a España a tocar fondo en su crisis general; la recuperación se inicia desde 1685, y solo en la periferia peninsular. Su previsible muerte sin sucesión había provocado planes de reparto entre las potencias europeas. Ante tal idea, Carlos II tuvo un rasgo de decisión y designó al francés **Felipe, duque de Anjou** y nieto de Luis XIV, como **heredero** de todas sus posesiones, tanto en Europa (España, Flandes, Italia) como en América. Al morir Carlos II en **1700**, su testamento no sería aceptado por algunas potencias europeas, con lo que se inició la **Guerra de Sucesión Española**. Con la muerte de Carlos II se extingue la dinastía Habsburgo en su rama española.
E. América Española en el Siglo XVII
En este siglo, destaca la **evolución económica de las colonias**, que diversifican su economía progresivamente, haciéndola **menos dependiente de la metrópoli**, que de todos modos sufre tal crisis que no puede abastecer a América, y menos aún con el rígido sistema de monopolio centrado en Sevilla. Además, los americanos recurren al **contrabando y al comercio ilegal** con otros países pues logran productos más baratos. La **minería** sufre además una crisis y desde 1640 los envíos de plata descienden inexorablemente.
La **sociedad americana** también evoluciona. Por un lado, entre los blancos, empieza a diferenciarse entre los **españoles de nacimiento** (que suelen acaparar cargos) y los **criollos** (descendientes de españoles, pero ya nacidos en América). También cambia la consideración social de los **mestizos**, muy abundantes: en el siglo XVI mantenían una buena posición social, pero la afluencia progresiva de mujeres blancas terminará por degradar la unión de españoles con no blancos y la propia posición social de los mestizos.
Con respecto a la **población india**, que tan drástica reducción sufrió durante el siglo anterior (sobre todo en determinadas zonas), va a estabilizar su número. La crítica de los misioneros por el trato a los indios, va a generar alternativas a las formas “civiles” de colonización. Hubo misioneros que pusieron en práctica una colonización evangelizadora, en alguna medida al margen de la “hispanización”; los intentos más destacados fueron las **”reducciones” de los jesuitas**, en zonas selváticas del Paraguay.
El Siglo XVIII: El Reformismo Borbónico y la Ilustración
A. Introducción
El siglo XVIII se inicia en España con un **cambio de dinastía**, fruto de una larga **Guerra de Sucesión**. Por ella, se asientan en la Corona española los **Borbones**, de origen francés. A partir de ella, los Borbones van a cambiar por completo la estructura multinacional de la monarquía hispánica por una **estructura política centralizada**, avanzando así en el **absolutismo**. También varía nuestra política exterior, estableciéndose **alianzas con Francia** y volcándonos progresivamente en la defensa del **imperio colonial**. Este imperio también sufre cambios en su organización política. Pero los cambios políticos, trascendentes, no se acompañan de grandes cambios económicos, sociales y culturales, por más que el reformismo ilustrado se haga fuerte, sobre todo con **Carlos III**. Pero la **Ilustración** es un fenómeno de minorías, y sus críticas no son revolucionarias.
Los Borbones en el siglo XVIII son **Felipe V (1700-1746), Luis I (1724), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808)**.
B. La Guerra de Sucesión y la Política Exterior en el Siglo XVIII
En **1700** murió sin descendencia **Carlos II**. Su testamento favorecía a **Felipe de Anjou**, nieto del rey francés **Luis XIV de Borbón**. Pero las potencias europeas no lo aceptan y crean una gran alianza encabezada por Inglaterra, Holanda y Austria, que apoya al candidato austríaco el **archiduque Carlos**. Estalla la **Guerra de Sucesión Española (1701-1714)**.
Esta guerra, por un lado, fue un conflicto internacional en el que Francia se jugaba la hegemonía sobre Europa. Pero por otro lado fue una **guerra civil**, que enfrentó a **Castilla**, que apoya a **Felipe V**, con la **Corona de Aragón**, que apoya al archiduque deseando mantener la **monarquía multinacional** y su autonomía, pues teme el **centralismo y el absolutismo francés**.
La guerra tuvo muchos vaivenes. En Europa se decantó por los aliados. Pero en España, tras una fase de triunfos del archiduque (entrada en Madrid, ocupación británica de **Gibraltar -1704- y de Menorca**), se vuelve a favor de Felipe; tras la **batalla de Almansa (1707)**, controla Aragón y Valencia.
Pero el momento clave es **1711**, cuando el **archiduque Carlos** accedió al trono imperial alemán. Inglaterra ya no lo quiere como rey también en España. La paz se alcanzó en los tratados de **Utrecht (1713) y Rastadt (1714)**. Cataluña será sometida en 1714.
Se reconoce a **Felipe V como rey de España y de las Indias**. Pero se ceden los territorios en Italia y Países Bajos, e Inglaterra se quedaba con Gibraltar y Menorca.
Las grandes líneas de la política exterior española en el siglo XVIII serán:
- **Recuperar territorios italianos** y lograr reinos para los hijos de Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V. Será una costosa tarea, pero se lograrán los objetivos.
- **Recuperar Gibraltar y Menorca** de manos británicas; se logra recuperar Menorca (1783 y, definitivamente, en 1802), pero se fracasa reiteradamente ante Gibraltar.
- **Fortalecimiento del control de las Indias**. Se postula un progresivo enfrentamiento con Inglaterra en el Atlántico por su amenaza a las posesiones españolas en las Indias.
Para los tres objetivos, se establece la **alianza con Francia**, concretada en los **Pactos de Familia** sucesivos: el **Primer Pacto de Familia (1733)**, dio la **corona de Nápoles al infante don Carlos (futuro Carlos III)**. El **Tercer Pacto de Familia (1761)** supuso la participación de la España de **Carlos III** en la **Guerra de los Siete Años** y en la **Guerra de Independencia de los Estados Unidos**, siempre contra Inglaterra. Esta última fue favorable, pero no se recuperó Gibraltar.
C. Política Centralizadora y Reformismo Borbónico
Los Borbones supondrán importantes cambios en la estructura del Estado. Serán introducidos esencialmente con **Felipe V (1700-1746)**. Medidas centralizadoras, con el objetivo de hacer un estado más eficaz y una **monarquía fuerte y unificada**, siguiendo el **modelo francés**. Se adoptaron novedades importantes:
- **Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña)**: Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se mantuvieron ya que apoyaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión. Los Decretos suponen la **unificación jurídica e institucional**, por la vía de la **”castellanización”** general de las instituciones.
- Nuevo modelo de administración territorial: división del territorio en **provincias**; sustitución de los Virreyes por los **Capitanes Generales** como gobernadores políticos de las provincias y presidentes de las **Reales Audiencias**, que se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los **Intendentes**, funcionarios encargados de las cuestiones económicas.
- Quedan unas **Cortes**, las de Castilla; acogen representantes de todos los territorios; tienen poder mínimo (jura del heredero, aprobación dócil de leyes…) y apenas serán convocadas.
- Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena **monarquía absoluta**. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el **Consejo de Castilla** que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. También pervivió el **Consejo de Indias**. Se crearon las **Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias)**, antecedentes de los ministerios. En **1787** se establece la **Junta Suprema de Estado**, antecedente del Consejo de Ministros.
- Se intensifica la **política regalista**, que busca el control de la Iglesia nacional, como una rama más de la Administración estatal, controlando sus ingresos y nombramientos, en contra del Papa; la consecuencia más espectacular será la **expulsión de la Compañía de Jesús (jesuitas)** adoptada por **Carlos III en 1767**, que se negaba a “obedecer” al Estado.
- Se intenta reformar el **sistema de Hacienda**. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el **Catastro del Marqués de la Ensenada** (ministro de Fernando VI) en **1749** en la Corona de Castilla. Este Catastro es un censo de todas las propiedades del reino. Se promocionaron igualmente las **obras públicas (caminos, canales…)** y la Marina, para potenciar el comercio con América.
- El **reformismo ilustrado de Carlos III**, punto culminante de la influencia ilustrada; a través de sus ministros: **Esquilache, Campomanes, Floridablanca, Cabarrús**. La etapa de reformismo profundo de Esquilache termina con el llamado **Motín de Esquilache (1766)**. El miedo a las revueltas moderará las reformas. Abarcan reformas militares (**servicio obligatorio -las quintas-)**; sociales (**legislación a favor de dignificar los trabajos manuales**) o económicas (**repoblaciones en Sierra Morena, liberalización del comercio con América, creación del Banco de San Carlos -1782-)** y una **política proteccionista de fomento de las manufacturas nacionales** que llevará a la creación de las **Reales Fábricas**, grandes talleres de escasa rentabilidad. Destacan, en Castilla-La Mancha, las de **Paños de Guadalajara o Brihuega**, las de seda y armas de **Toledo** o la **Real Fábrica de Latón de Riópar (Albacete)**.
- El reformismo en América: como medidas políticas, destaca la **reorganización de los virreinatos**, al dividir el del Perú en tres (**Perú, Nueva Granada y Río de la Plata**). Como medidas económicas destaca que elevó mucho el tráfico. La **Casa de Contratación** pasó a **Cádiz (1717)** y en **1790** desapareció. La sociedad americana evoluciona: crece el **descontento de los criollos** ante los españoles, y va madurando su **independentismo** del siguiente siglo. El siglo XVIII es el del **apogeo del tráfico de esclavos negros** a América.
D. La Ilustración en España
Se inscribe en el marco de la **Ilustración europea y francesa** (**espíritu crítico, fe en la razón, en la ciencia y en la educación, búsqueda del progreso y de la felicidad popular**). Los ilustrados españoles fueron una minoría y su tono crítico fue moderado. Su afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia, y hasta con el pueblo.
Podemos distinguir varias etapas: en la primera mitad de siglo se crearon las **Academias**, instrumento de difusión de las luces. Se establecieron la **Real Academia de la Lengua, Historia**, etc. Destacar las obras críticas de **Feijóo**.
La Ilustración llega a su apogeo en el reinado de **Carlos III**, representante español del **Despotismo Ilustrado**, y sus ministros ilustrados. Fruto de ese interés por los asuntos económicos y sociales fue la mejora del **sistema educativo** potenciando la enseñanza técnica y las ciencias útiles, la creación de las **Reales Sociedades Económicas de Amigos del País**, preocupadas por la difusión de las ciencias y el desarrollo económico, y el fomento de la **prensa periódica** de carácter científico o literario. Entre las **Sociedades Económicas**, destacar en nuestra región las de **Toledo y Sigüenza**, creadas en **1776**, y la de **Talavera**.
E. Límites del Reformismo: Continuidad del Antiguo Régimen
Las críticas a la sociedad estamental, a la Iglesia, a la propiedad vinculada y amortizada, solo quedan en eso. Cuando se plantean reformas profundas, que afectan a privilegios, la propia monarquía frena dichas reformas. Hacia 1800, se observa la continuidad del **Antiguo Régimen** en España:
- Sistema político **absolutista**: todos los poderes los tiene el rey. El llamado **Despotismo Ilustrado** solo supone una nueva legitimidad, al valorar al gobierno absoluto como el más efectivo para lograr el progreso y la felicidad del pueblo.
- **Sociedad estamental**, sin movilidad social, con una diferenciación social basada en los **privilegios jurídicos y el linaje**, no tanto en la riqueza. Con grupos o estamentos **privilegiados (nobleza y clero)** y **no privilegiados (Tercer Estado o Pueblo Llano**: burguesía, campesinos, artesanos, vagabundos…). Tampoco cambia mucho la mentalidad y los valores sociales dominantes (desprecio de trabajos manuales, etc.).
- **Economía agraria** y con numerosas restricciones: la agricultura sigue siendo la base. Las trabas se centran en la **propiedad de la tierra**, mayoritariamente feudal, concentrada en **señoríos nobiliarios o eclesiásticos**. El 70% de las tierras se hallan **”amortizadas”** (bienes de **”manos muertas”**, **”propiedades vinculadas”** a una familia o institución): sus dueños (Iglesia, municipios o los nobles que por el **”mayorazgo”** dejan todo el señorío para el hijo mayor), no podían vender o dividir esas tierras, aunque lo necesitaran. Así, pocas tierras se vendían, y por ello muy caras. Trabas también en artesanía (persisten los **gremios**, que controlan los oficios y su producción) o en comercio (con tasas y peajes dentro del país, que encarecen el tráfico).