Duras condiciones de vida y trabajo
En la década de 1940, el incremento del costo de la vida superó el 500% respecto a los precios anteriores a la guerra. El nivel de vida de la población disminuyó como consecuencia de la inflación y los bajos salarios, que crecieron muy lentamente entre 1939 y 1951, siempre por debajo de los precios. El hambre afectó a gran parte de la población y resurgieron enfermedades ya erradicadas. Por ello, se incrementó la tasa de mortalidad y disminuyó la esperanza de vida (47 años para el hombre y 53 para la mujer). La miseria generalizada llevó a la carencia de viviendas dignas, tanto en las grandes ciudades, donde aumentó el chabolismo, así como en el campo, donde se utilizaban las cuevas como viviendas.
Los años del reconocimiento internacional (1951-1959)
Del falangismo al nacionalcatolicismo
Las protestas más masivas provocadas por el malestar debido a las duras condiciones de vida y trabajo son la huelga general de Bilbao (marzo de 1948) y el movimiento popular de Barcelona (1951), provocado por el aumento del precio del billete del tranvía, que derivó en una protesta por los salarios, etc. Franco remodeló su Gobierno en el verano de 1951 para acercarse a las potencias occidentales. Así, el nuevo gabinete abrió una etapa caracterizada por el predominio del nacionalcatolicismo: mayor peso a los católicos (agrupados en la Asociación Católica Nacional de Propagandistas) en detrimento de los falangistas. Además, se impulsó a figuras que no eran tan afines a los principios autoritarios, como Joaquín Ruiz-Giménez, Ministro de Educación. El almirante Carrero Blanco, subsecretario de la Presidencia del Gobierno, fue consejero de Franco para la orientación política del régimen.
La entrada en el contexto internacional
Gracias a la Guerra Fría, se normalizaron las relaciones internacionales con España, ya que esta era anticomunista. Así, en 1950 empezó a ser admitida en algunos organismos internacionales. En 1953, Estados Unidos firmó acuerdos con España y se estableció el Concordato con la Santa Sede, lo que supuso la confesionalidad del Estado y privilegios para la Iglesia católica. Los acuerdos con Estados Unidos tenían carácter económico y defensivo, ya que permitieron la utilización de instalaciones militares en territorio español (bases de Torrejón, Morón, Zaragoza y Rota) a cambio de material bélico para modernizar el ejército y ayuda económica y técnica. Franco logró el apoyo de Estados Unidos, que aseguró al régimen una progresiva aceptación internacional.
La necesidad de reorientación económica
A mediados de la década de 1950, aunque el franquismo era internacionalmente aceptado, seguía teniendo muchos problemas internos. La situación económica era muy difícil y el nivel de vida, muy bajo. Entre 1956 y 1958 hubo protestas en los principales núcleos industriales, que conllevaron un movimiento huelguístico (industrias metalúrgicas y químicas). También se produjeron los primeros signos de la disidencia estudiantil (protestas de los universitarios en contra de Franco) en las universidades de Madrid y Barcelona, lo que llevó al cese de Ruiz-Giménez. En 1957, Franco volvió a remodelar el Gobierno y promocionó más a los sectores católicos: los tecnócratas entraron como ministros (Navarro Rubio y Ullastres, algunos procedentes del Opus Dei). Su intención era proceder a una liberalización económica y una apertura comercial al exterior para salvar al Estado, que estaba al borde de la quiebra. El franquismo en esta etapa se caracterizó por un intenso crecimiento económico (década de 1960).
La Ley de Principios del Movimiento Nacional
El nuevo gabinete promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), la sexta de las Leyes Fundamentales, que definía la ideología política de la dictadura y la ensalzaba. Así, todos los funcionarios tenían que jurarla para poder ejercer. Por un lado, los dirigentes de FET y de las JONS querían que esta ley les ayudase a controlar el Gobierno, pero por otro, la Iglesia, los militares y los sectores empresariales se oponían a esto. Por lo que se configuró el Movimiento Nacional como la agrupación de todas las familias franquistas, sin predominio de la falangista. La Ley reafirmó España como reino, pero Franco decidiría el futuro monarca y el momento de sucesión.
El adoctrinamiento de la sociedad
Las normas de comportamiento social
El franquismo cambió la sociedad, ya que la controlaba en todos los aspectos. Sobre todo vigilaba a los jóvenes y las mujeres, para imponer sus valores ideológicos y morales, controlando las actividades privadas y públicas. Además, se impuso un culto a Franco, ensalzado por las publicaciones y los medios de propaganda oficiales. Antes de cada película en el cine se proyectaba el NODO, un noticiario que contaba los avances y virtudes del régimen. También se impusieron formas de comportamiento basadas en la moral católica tradicional, por lo que se prohibió el matrimonio civil y el divorcio, y se penalizó el aborto, el amancebamiento y la homosexualidad. Para adoctrinar la sociedad se crearon algunas organizaciones, como el Frente de Juventudes, una organización juvenil que organizaba campamentos, concentraciones y ciclos educativos de formación política. La rama femenina era la Sección Femenina de FET y de las JONS (dirigida por Pilar Primo de Rivera), que organizaba el servicio social que las mujeres debían hacer.