El Imperialismo Europeo: Formas de Dominio y Conflictos Pre-Primera Guerra Mundial

Formas de Ocupación Territorial Europea

Los estados europeos establecieron diversas formas de control en los territorios que conquistaron, incluso un mismo país podía aplicar diferentes modelos según las relaciones establecidas con la metrópolis:

  • Establecimientos Comerciales: Territorios administrados y explotados por compañías comerciales privadas, como la Sociedad Vicenzo Filonardi en Somalia.
  • Colonias de Explotación: Estaban sometidas a la soberanía de la metrópoli y eran administradas directamente por ella. Suministraban materias primas a la metrópoli. Fue el modelo del Congo Belga.
  • Protectorados: La metrópoli controlaba la política exterior y la explotación de las riquezas del país, mientras que las autoridades locales se encargaban de la política interior. Fue el modelo elegido por Francia en Egipto, Marruecos, Túnez, etc.
  • Concesiones: Eran territorios que, aunque pertenecían a un país independiente, eran cedidos a cambio de ventajas comerciales. Es el caso de la cesión del puerto de Hong Kong a Gran Bretaña por parte de China.
  • Dominios: Territorios donde la población blanca era muy numerosa en relación con la indígena. Disponían de parlamento propio y partidos políticos autónomos. Canadá y Australia son ejemplos de este tipo de colonización.
  • Áreas Metropolitanas: Territorios considerados como parte integrante de la metrópoli. Fue el caso de Argelia en relación con Francia.
  • Administración Directa: Colonias donde los indígenas carecían de poder político y se les imponía la lengua y cultura de la metrópoli. Fue la forma más utilizada por Alemania e Italia.

Las Crisis Marroquíes: Precedentes de la Gran Guerra

La Primera Crisis Marroquí se produjo en 1905. Alemania no aceptó el acuerdo entre Francia y Reino Unido para repartir el territorio marroquí entre España y Francia, pues consideraba que esto atacaba sus intereses coloniales en el Norte de África. Guillermo II se personó en Tánger, apoyando al sultán marroquí. Para resolver las tensiones, se convocó la Conferencia de Algeciras (1906), que no fue favorable a Alemania, ya que Marruecos se convirtió en un protectorado franco-español y, además, provocó el acercamiento entre Francia y Gran Bretaña.

La Segunda Crisis Marroquí (Crisis de Agadir, 1911) se produjo por una insurrección en el sur de Marruecos. El gobierno de Berlín envió barcos de guerra a Agadir (el cañonero Panther) con el pretexto de proteger a los residentes alemanes, aunque su verdadera intención era intimidar a los franceses. Entonces, Reino Unido apoyó a Francia, y el resultado fue el siguiente: Alemania obtuvo territorios del Congo francés a cambio de abandonar sus pretensiones en Marruecos. Las crisis de Marruecos no llevaron a un enfrentamiento directo, pero sí crearon tensiones significativas entre las potencias imperialistas.

Las Crisis de los Balcanes: El Polvorín Europeo

Entre 1908 y 1913 se sucedieron tres crisis en los Balcanes:

  • En 1908, Austria-Hungría se anexionó Bosnia y Herzegovina. Ante esto, Rusia, que veía cómo se debilitaba su poder sobre la zona, animó a los estados balcánicos a enfrentarse al Imperio Otomano. Así, en 1912, formaron la Liga Balcánica.
  • El 18 de octubre de 1912 estalló la Primera Guerra Balcánica. Los estados balcánicos (Serbia, Montenegro, Bulgaria y Grecia), apoyados por Rusia, formaron la Liga Balcánica y se enfrentaron al Imperio Otomano (turcos), logrando la victoria y ampliando sus fronteras con la cesión de Tracia.
  • Pero la zona seguía siendo un polvorín, y en 1913 se produjo la Segunda Guerra Balcánica. El reparto de los territorios obtenidos tras la Primera Guerra Balcánica provocó una nueva guerra entre Bulgaria y Serbia. Bulgaria fue la gran perdedora, lo que supuso una nueva reordenación de estos territorios. Serbia amplió sus fronteras y Rusia aumentó su influencia en los Balcanes. Austria y Alemania vieron menguado su poder en la zona. Toda esta situación fue el precedente de una nueva y definitiva crisis: el atentado del heredero austrohúngaro.

Causas del Imperialismo del Siglo XIX

En el siglo XIX, las potencias europeas se lanzaron a la conquista de territorios en Asia, África y Oceanía. Distintos factores —políticos, económicos, demográficos o ideológicos— explican este fenómeno.

Causas Económicas

Ante el aumento de la producción que acompañó a las revoluciones industriales, las colonias se convirtieron en nuevos mercados donde vender la producción, sin pagar tributos aduaneros. Al mismo tiempo, se colonizaban territorios ricos en materias primas baratas, que serían exportadas a la industria europea. También eran espacios para invertir capitales en obras públicas (ferrocarriles, puertos, etc.). Por otra parte, la búsqueda de abundantes y nuevas materias primas, motivada también por los nuevos sectores industriales que fueron apareciendo en la Segunda Revolución Industrial, impulsó el control de nuevos territorios.

Causas Demográficas

El aumento de la población europea a lo largo del siglo XIX generó un grave problema de paro (de 1800 a 1870, la población europea pasó de 190 a 320 millones de personas). Por eso, muchos gobiernos animaron a sus ciudadanos a emigrar a las colonias para amortiguar este malestar social. Cuarenta millones de europeos abandonaron sus países entre 1850 y 1914, dando lugar a las mayores migraciones de la historia. Además, los emigrantes se convertían en consumidores de los productos de la metrópoli y ayudaban a abrir nuevos mercados.

Causas Políticas

Las potencias conquistaron lugares estratégicos para controlar rutas marítimas y terrestres importantes. Fue el caso de Gran Bretaña, que poseía las colonias de Gibraltar, Malta y Suez, fundamentales en su ruta hacia la India. La expansión territorial sirvió para aumentar el prestigio de un país en el mundo y fortalecer el sentimiento patrio de sus habitantes. Desde 1870, Europa vivía lo que se ha dado en llamar la Paz Armada, un periodo en el cual, aunque no existían enfrentamientos bélicos directos entre las diversas potencias, había un clima de tensión creciente que las llevó a aumentar su arsenal armamentístico, por un lado, y por otro, a ocupar cuantos más territorios fuera posible para evitar que los poseyera el enemigo y obtener así seguridad ante posibles amenazas.

Causas Ideológicas

No se puede entender el imperialismo sin tener en cuenta la fuerza de las ideologías racistas. Los occidentales estaban convencidos de que la raza blanca era superior y que esto les daba derecho a dominar a otros pueblos, considerados inferiores o atrasados. Por eso, pensaban que tenían la misión de civilizar y de convertirlos al cristianismo. Se fundaron así centenares de misiones en África, Asia y Oceanía. Otra idea que impulsó las conquistas fue la curiosidad científica.