Introducción
El resultado de la Guerra Civil fue la consolidación de un régimen dictatorial. La dictadura se caracterizó por la feroz represión de sus opositores, aunque sus instituciones fueron evolucionando y se adaptaron a las diversas coyunturas. El franquismo tuvo dos etapas: la primera hasta 1959, caracterizada por el intento de establecer un Estado totalitario inspirado en el fascismo y de dotar al país de una autarquía económica. Y la segunda, a partir de 1959, cuando el fracaso de la política económica y la necesidad del reconocimiento internacional comportaron la liberación de la economía y la atenuación de sus rasgos más fascistas. El resultado fue un periodo de crecimiento económico y de modernización social durante los años sesenta.
1. Un Régimen Dictatorial
1.1. Características
- El totalitarismo: Estaba inspirado en el modelo fascista italiano y alemán. Se suprimió la Constitución de 1931 y se prohibieron todos los partidos políticos y los sindicatos.
- El caudillismo: Franco era el Jefe de Estado y el presidente del Gobierno. Además, era Generalísimo de todos los ejércitos y jefe nacional del partido.
- La concepción unitarista y centralista del Estado: Abolió los estatutos de autonomía y fomentó la españolización de la población de los territorios influidos por los nacionalismos.
- La represión de la oposición: La persecución de los simpatizantes de la República.
- El control de los medios de comunicación: Estaban sujetos a la censura y eran utilizados como aparato de la propaganda franquista.
1.2. Los Pilares del Régimen
El ejército fue el más destacado sostén del régimen y participó activamente en el poder, ya que buena parte de los ministros y gobernadores civiles eran militares de carrera. El partido único fue denominado Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS). La iglesia católica tuvo un papel destacado en la legitimación y construcción del régimen franquista, que se definía como un Estado confesional católico.
1.3. Los Apoyos Sociales
Desde sus inicios, la dictadura contó con el apoyo de las élites económicas y sociales y con la adhesión de los propietarios agrícolas pequeños y medianos del Norte de España que habían apoyado el alzamiento. Las clases medias constituían un sector social políticamente desconcertado, y el trauma de la guerra convirtió a la clase media mayoritariamente en pasiva y apolítica. Finalmente, los sectores populares se consideraron los perdedores de la guerra; sin embargo, el afán de supervivencia condujo a las clases populares a la pasividad política.
1.4. Las “Familias” del Régimen
Los grupos que habían mostrado su adhesión incondicional al Caudillo integraban el Movimiento Nacional. Sin embargo, dentro del franquismo coexistieron diferentes grupos de influencia. La iglesia creó asociaciones o grupos de inspiración católica que gozaron de influencia, como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNDP) o el Opus Dei.
2. Represión
El objetivo del franquismo fue destruir o someter a todos aquellos que mostraban su oposición al régimen. Los republicanos se denominaban como enemigos de España y se llevó a cabo una violencia indiscriminada contra ellos. El fin del conflicto procedió a la institucionalización de la represión. La primera ley represiva de carácter general fue la Ley de Responsabilidades Políticas, y tras ella, la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Durante la postguerra, la mayoría de las causas fueron juzgadas por tribunales militares en Consejos de guerra. Se calcula que las personas ejecutadas por razones políticas fueron 150.000, de las cuales 50.000 fueron durante la postguerra. Las medidas represivas contra los vencidos fueron acompañadas de un amplio proceso de confiscación y expolio de su patrimonio. El franquismo expulsó del mundo laboral a los que se habían destacado con la causa republicana. Se llevó a cabo una depuración generalizada de los funcionarios y trabajadores de las administraciones públicas. La victoria tuvo unas características muy particulares en Cataluña, el País Vasco y Galicia. La represión obligó a buscar refugio en el exilio a buena parte de los intelectuales.
3. Relaciones Internacionales
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, el franquismo mostró su apoyo al Eje, pero no se encontraba en condiciones de involucrarse en una guerra, por lo que Franco declaró la neutralidad del país. En España se quería construir el Estado Nacionalsindicalista, de ideología de la Falange española y basado en el totalitarismo fascista, el tradicionalismo nacionalista y el sindicalismo vertical. La neutralidad pasó a la no beligerancia, que implicaba un apoyo diplomático y económico a las potencias del Eje. Alemania e Italia sondearon las posibilidades de integración española en el conflicto, y Franco se entrevistó con Hitler y Mussolini. España no entró en guerra, pero colaboró en el esfuerzo bélico y envió a la División Azul a la URSS para combatir junto a las tropas alemanas. La presión de los gobiernos británico y americano forzó la retirada y disolución de la División Azul y el regreso al estatus de estricta neutralidad. El fin de la Segunda Guerra Mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacionales, de modo que España no pudo beneficiarse del Plan Marshall y fue excluida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El inicio de la Guerra Fría alteró significativamente la situación internacional. Poco a poco se dio paso a la aceptación internacional del régimen. Franco procedió a una remodelación del gobierno, que se caracterizó por el predominio del nacionalsindicalismo, y Luis Carrero Blanco fue nombrado subsecretario de presidencia. Franco obtuvo el reconocimiento internacional del régimen con la firma de los acuerdos con Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede. Los estadounidenses obtuvieron de España el derecho a establecer y utilizar una serie de instalaciones militares en territorio español; a cambio, España recibió material bélico y ayuda económica y técnica, y se regularon las relaciones diplomáticas y comerciales de España con los países del bloque occidental. En 1957, Franco realizó una nueva remodelación del gobierno, el cual estuvo formado por miembros del Opus Dei.
4. Estructura del Estado Franquista
La dictadura creó unas Cortes que daban apariencia de un sistema parlamentario y se promulgó la Ley Orgánica del Estado, que concentraba los poderes en la persona de Franco, que era Jefe de Estado, del partido y Generalísimo de los tres ejércitos. Se instauró el Fuero de los Españoles, que pretendía aparentar que los ciudadanos gozaban de ciertas libertades políticas, y la Ley del Referéndum Nacional. La Ley de Sucesión permitió a Franco designar un sucesor a título de Rey. Para la construcción del nuevo Estado se inspiró en el Estado Corporativista italiano, aunque finalmente el sistema fue denominado democracia orgánica. La representación popular en las instituciones del Estado se reguló a partir de la Ley Constitutiva de las Cortes, cuyos representantes eran procuradores, elegidos por el poder. Otro poder del estado fueron los Sindicatos Verticales, que posteriormente se denominaron Organización Sindical Española (OSE). El Estado dictaba las condiciones laborales y anulaba toda posibilidad de negociación colectiva, ilegalizando la huelga, dando lugar a amplios beneficios empresariales.
5. Autarquía y Racionamiento
La victoria franquista en la Guerra Civil tuvo unas repercusiones económicas muy negativas. Uno de los primeros objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía). En 1941 se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI), que impulsó la creación de empresas públicas. La rígida reglamentación de la economía autárquica conllevaba el control del mercado por parte del Estado. El resultado fue el desabastecimiento generalizado de alimentos y el racionamiento de los productos de primera necesidad. Esta situación dio lugar a la aparición del mercado negro.
Conclusión
El franquismo pretendió imponer sus valores ideológicos y morales controlando las actividades privadas y públicas de los españoles. Impuso las formas de comportamiento basadas en la estricta moral cristiana. El puritanismo más estricto invadió las actividades sociales. Se instauró la censura sobre las actividades sociales, culturales y lúdicas de los españoles. Se impuso el modelo patriarcal, que consagraba la inferioridad jurídica de la mujer. La educación se convirtió en un medio de adoctrinamiento político y religioso, y se implantó la asignatura de la Formación del Espíritu Nacional, donde se enseñaban los principios básicos de la doctrina falangista, impartida por los miembros del Movimiento.