Claves del Conflicto Español: De la Sublevación Militar a la Victoria Franquista

Causas de la Guerra Civil

  • La vigencia de un sistema socioeconómico arcaico, con una enorme desigualdad económica y social, provocó la generalización de los conflictos sociales: huelgas, ocupación de tierras en Salamanca, Andalucía, etc.
  • Una extrema polarización de las fuerzas políticas. El triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936 radicalizó aún más la vida política y la postura de los partidos de derecha. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y se retomó el programa de reformas del Bienio Reformista: amnistía para los presos políticos, reanudación de la reforma agraria, tramitación de los estatutos de autonomía y el traslado de generales sospechosos lejos de Madrid.
  • La división en el seno del ejército, donde coexistían distintas tendencias políticas, principalmente la Unión Militar Española (UME), de carácter derechista y conspirador, y la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA), leal al gobierno.
  • El anticlericalismo de una parte de la izquierda, que generó el descontento de la Iglesia católica y su progresivo acercamiento a las fuerzas de la derecha.
  • El desarrollo de grupos paramilitares y la espiral de violencia política. En la derecha destacaban los de FE de las JONS y la CEDA, y en la izquierda, los de la CNT, el POUM y el PSOE. Como consecuencia, se produjeron graves desórdenes callejeros y asesinatos de gran impacto político, como el del teniente José del Castillo y, en represalia, el del líder derechista José Calvo Sotelo.

La Sublevación Militar

El golpe de Estado militar tenía una serie de objetivos claros:

  • Derribar al gobierno del Frente Popular.
  • Suspender la Constitución de la República.
  • Disolver las Cortes.
  • Detener, encarcelar y fusilar a políticos y sindicalistas de izquierda considerados peligrosos.
  • Establecer un Directorio Militar de generales, que estaría presidido por el general Sanjurjo.

Protagonistas del Golpe

En el ejército:

  • General Mola, quien dirigió la conspiración desde Pamplona, conocido como “el Director”.
  • General Goded, encargado de Baleares y Cataluña.
  • General Queipo de Llano, figura clave en Sevilla.
  • General Cabanellas, al mando en Zaragoza.
  • General Franco, cuyo nivel de implicación se conoció más tarde, pero que resultaría decisivo.

Apoyos civiles:

  • Ramón Serrano Suñer, de la CEDA.
  • Conde de Mayalde, de la CEDA.
  • Juan March, quien financió el avión Dragon Rapide, la aeronave que trasladó a Franco desde Canarias a Marruecos para ponerse al frente del Ejército de África.

El Plan del Alzamiento

  1. Las guarniciones sublevadas serían apoyadas por la Guardia Civil, la Falange y los requetés.
  2. El dirigente designado en cada demarcación, apoyado por sus fuerzas, debía detener en su cuartel a los oficiales y generales leales a la República.
  3. Se ocuparían los centros clave de poder y comunicación, como el Gobierno Civil, los cuarteles, la estación de ferrocarril y la central de Telefónica.
  4. Se proclamaría el Estado de Guerra y la Ley Marcial, difundiéndolo todo por la radio.
  5. Se detendría a las autoridades del Frente Popular.
  6. Se confeccionarían listas de votantes del Frente Popular, simpatizantes y opositores al Alzamiento para su posterior represión.

Apoyo Internacional

Apoyo internacional a los sublevados

Alemania:

  • Presionó en el Comité de No Intervención para que las democracias no apoyaran a la República.
  • Canalizó ayuda enmascarada a través de empresas comerciales.
  • La flota alemana entorpeció la ayuda exterior a la República, ayudó a trasladar al Ejército de África y neutralizó buques republicanos.
  • Su principal aportación militar fue la Legión Cóndor.

Italia:

  • Aportó un gran volumen de hombres (cerca de 100.000), entre voluntarios fascistas (“camisas negras”) y el ejército regular (Corpo Truppe Volontarie – CTV).
  • Su actuación fue esencial en el paso del Estrecho de Gibraltar y en el avituallamiento.
  • En general, su ayuda fue considerada menos eficaz tecnológicamente que la alemana.

Portugal:

  • Ofreció un apoyo logístico crucial, dada la larga frontera que comparte con España.
  • Permitió el paso de la ayuda procedente de Italia y Alemania.
  • Puso sus puertos y aeropuertos al servicio de los sublevados.
  • Envió un cuerpo de voluntarios de unos 15.000 hombres, los “Viriatos”.

Apoyo internacional a la República

La escasa ayuda inicial francesa quedó inmediatamente cortada tras la firma del Pacto de No Intervención y la amenaza británica de negarles su apoyo en caso de que su implicación en España supusiera un conflicto con Alemania.

URSS:

La ayuda soviética comenzó a llegar para colaborar en la defensa de Madrid. Fue más dispersa y de menor calidad técnica que la que recibió el bando sublevado.

  • Contribuyó a aumentar la eficacia y el protagonismo de las fuerzas del Partido Comunista de España.
  • El material bélico (aviones, tanques), los asesores militares e instructores llegaron principalmente a través de Barcelona.
  • Esta ayuda se pagó con las reservas del Banco de España, conocidas como el “Oro de Moscú” (aproximadamente 500 toneladas de oro).

Las Brigadas Internacionales:

  • Fueron unidades de voluntarios extranjeros antifascistas. Se estima que participaron unos 40.000, aunque nunca coincidieron más de 20.000 simultáneamente. Entre ellos había dirigentes obreros, afiliados a partidos de izquierda e intelectuales.
  • Procedían principalmente de Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Italia, países del Este y Estados Unidos.
  • La Komintern (Internacional Comunista) tuvo un papel muy importante en su movilización y organización.
  • Fueron muy importantes en la defensa del frente de Madrid y sus alrededores.
  • Quizás su aportación más importante fue su efecto psicológico y moral para la causa republicana.
  • Las presiones del Comité de No Intervención y el cambio de estrategia de Stalin hicieron que el presidente del gobierno, Negrín, aceptase su retirada de España.

México:

  • Ofreció una cooperación principalmente diplomática y testimonial. Aceptó a un gran número de refugiados y exiliados al finalizar la guerra.

Fases de la Guerra

Primera Fase: Guerra de Movimientos (finales de julio – octubre de 1936)

Esta fase se caracterizó por una guerra de movimientos, formada por pequeñas unidades de escaso volumen y mucha movilidad. Un hecho que cambió el curso de la guerra fue la ayuda de italianos y alemanes, que permitieron establecer un puente aéreo sobre el estrecho de Gibraltar. Así, el experimentado Ejército de Marruecos, dirigido por Franco, pudo cruzar a la península. La columna sur, dirigida por Franco, comenzó el avance sobre Madrid. Para evitar el paso de Despeñaperros, avanzó hacia Badajoz para luego girar hacia la capital. Como consecuencia, se produjeron las tomas de Talavera de la Reina y Toledo. A finales de octubre, fracasó el primer intento de tomar Madrid. A pesar de que el gobierno había abandonado la ciudad, la Junta de Defensa organizada en la capital consiguió organizar la resistencia. Por primera vez, se logró parar el avance de las fuerzas de la Legión y los Regulares. Las Brigadas Internacionales contribuyeron decisivamente a la estabilización del frente. Madrid no sería conquistada y las tropas de Franco no entrarían en ella hasta el final de la guerra. La columna del general Mola avanzó también hacia Madrid desde el norte, pero fue detenida en la sierra de Guadarrama. En ese momento, la contienda dejó de ser una guerra de movimientos para pasar a ser una guerra de posiciones, con frentes fijos y mejor armados. A ello contribuyó que ambos contendientes empezaron a recibir ayuda del extranjero.

Segunda Fase: La Batalla de Madrid y la Campaña del Norte (octubre de 1936 – julio de 1938)

Tras durísimos ataques a Madrid, Franco comprendió que no podía tomarla por asalto y decidió cambiar de estrategia para completar la conquista de la franja norte, rica en recursos industriales y mineros.

  • Lanzó tropas navarras e italianas a la conquista de Vizcaya, ocupando Bilbao tras el bombardeo de Guernica. Se derogó el Estatuto de Autonomía y los conciertos económicos, acabando con el “mal ejemplo” que constituía el País Vasco, de mayoría católica y donde parte del ejército permaneció fiel a la República.
  • Consiguió ocupar Santander, donde se ofreció escasa resistencia a las tropas italianas.
  • Finalmente, ocupó Asturias, donde el general Aranda había conseguido controlar Oviedo para los sublevados desde el inicio.

Franco aseguró en menos de un año el dominio del norte de la península (salvo Cataluña) y la posesión de la industria pesada y de las minas. Por parte republicana, se intentó aliviar el cerco sobre Madrid. A partir de este momento, la lucha por la capital no se llevaría a cabo con enfrentamientos directos en la ciudad, sino con una serie de batallas en sus alrededores:

Batalla de Guadalajara (marzo de 1937)

Los sublevados, con la ayuda de las tropas fascistas italianas (CTV), pretendían aislar la carretera de Zaragoza, controlar los valles del Henares y el Tajuña, y tomar la carretera de Valencia. Los republicanos, con la ayuda de los brigadistas internacionales, consiguieron la victoria más clara de la guerra para su bando.

Batalla de Brunete (julio de 1937)

Ofensiva del ejército republicano para cortar la carretera de Extremadura y dividir el frente de los sublevados, pero no se consiguieron los objetivos estratégicos.

Batalla del Jarama (febrero de 1937)

Los sublevados pretendían tomar la carretera de Valencia para cortar el abastecimiento a Madrid. Los republicanos lograron defender la carretera, aunque a un altísimo coste. Los rebeldes la atravesaron, pero no lograron su objetivo de cortar la comunicación.

Más tarde, una ofensiva republicana sobre Teruel se convirtió en una dura guerra de desgaste, saliendo malparados los republicanos. Las tropas franquistas recuperaron Teruel, tomaron Belchite y Lérida, y además alcanzaron el Mediterráneo por Vinaroz (Castellón), de forma que la zona republicana quedaba dividida en dos.

Tercera Fase: La Batalla del Ebro y el Fin de la Guerra (julio de 1938 – abril de 1939)

Esta etapa se inició con la mayor ofensiva republicana de la contienda, la Batalla del Ebro, con Modesto, Líster y Tagüeña al mando. En agosto, un contraataque republicano en Extremadura cortó la penetración de Queipo de Llano. Sin embargo, en noviembre, las fuerzas republicanas en el Ebro tuvieron que replegarse y las tropas de Franco avanzaron de forma imparable, ocupando Barcelona en enero de 1939. En la zona republicana, algunos políticos como Julián Besteiro querían negociar la paz con Franco. El presidente del gobierno, Juan Negrín, proponía resistir hasta el posible estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ante la negativa de Franco a negociar una rendición que no fuera incondicional, en Madrid el coronel Casado dio un golpe de Estado contra el gobierno de Negrín para intentar negociar el fin del conflicto. El 1 de abril de 1939, Franco dio por terminada la guerra, con la caída de los últimos bastiones republicanos como la ciudad de Alicante.