Espacio rural: factores físicos y elementos humanos

EL ESPACIO RURAL

El espacio rural es entendido como el territorio no urbanizado de la superficie terrestre. Tradicionalmente ha sido entendido como un espacio agrario donde se desarrollaban actividades agrícolas, ganaderas y forestales. Pero desde la década de 1970, se han introducido otras actividades tales como las residenciales o las industriales. En consecuencia de esto, el espacio rural se ha vuelto más heterogéneo y complejo, y la temática que comprende es más amplia. 

1. Factores físicos y elementos humanos. El medio natural. 

Los factores físicos han ido perdiendo importancia debido a los avances técnicos, que han permitido superar condicionamientos naturales con inventos como el cultivo en invernaderos. Aun así, los factores físicos siguen ejerciendo su influencia, pero en el caso de España no es favorable: 

a) El relieve. La elevada altitud media y las abundantes pendientes, facilitan la erosión y dificultan la mecanización. (70% de la tierra entre 200 y 1000 m. de altitud, y en toda la península, únicamente 6 millones de hectáreas poseen pendientes inferiores al 5%) 

b) El clima. Precipitaciones escasas e irregulares, con relativa frecuencia de tormentas y granizo. Temperaturas con situaciones extremas (heladas o intensa radiación solar) y una aridez más o menos acusada. 

c) Suelos. Calidad mediocre y muchas áreas con problemas de erosión que reducen su fertilidad. 

1.1. La estructura agraria. 

– Estructura agraria tradicional (antes de 1960). Empleo de mano de obra numerosa, que trabajaba pequeñas (minifundios) o grandes explotaciones (latifundios) de manera extensiva y con tecnología atrasada. Como consecuencia, el rendimiento era bajo y la producción se destinaba al auto-consumo y a un mercado interior protegido por aranceles de la competencia exterior.

– Estructura agraria actual (tras la introducción de la Reforma Agraria). Caracterizada por el empleo de una población escasa y envejecida, un progresivo aumento del tamaño de las explotaciones agrarios, una mayor intensificación, y la incorporación de los avances tecnológicos. Como resultado, se incrementó el rendimiento y la producción tendía a la especialización regional, destinada a la venta en un mercado cada vez más globalizado y liberalizado.

1.1.1. La población rural y sus transformaciones recientes. 

a) La población ocupada (activa) en las actividades agrarias es escasa y envejecida. A pesar de ello, existen diferencias territoriales tales como que hay bajas cifras de población agraria en Madrid o el País Vasco, y que las más altas se encuentran en Extremadura o Murcia. Por otra parte, el envejecimiento rural es más acusado en el interior peninsular.La causa principal de esta situación es el éxodo rural ocurrido entre 1960 y 1975, motivado por la mecanización de las tareas agrarias y la atracción de la industria y los servicios urbanos, que provocaron el despoblamiento de las áreas rurales más atrasadas de la montaña y del interior peninsular. Desde 1975, con la crisis económica, desaceleró este éxodo rural y se incrementó la actividad agraria a tiempo parcial. 

b) Las tendencias demográficas dadas desde 1990, se dividen en dos: Por una parte, hubo un continuo descenso demográfico y del envejecimiento en las áreas rurales más desfavorecidas. Los motivos fueron el crecimiento natural negativo, la emigración, la jubilación de muchos agricultores y los nuevos planes de prejubilación y el abandono de la actividad, que afectaron, sobre todo, a las explotaciones poco rentables y a algunas trabajadas a tiempo parcial; Por otro lado, se observó una cierta recuperación y rejuvenecimiento de las áreas rurales más dinámica, relacionada con el asentamiento de inmigrantes para realizar tareas agrarias, con las nuevas actividades residenciales. Industriales y de servicios en zonas rurales periurbanas y turísticas y con las subvenciones destinadas a evitar el despoblamiento rural y a introducir a jóvenes agricultores.

1.1.2. Las explotaciones agrarias y sus transformaciones recientes. 

a) El espacio agrario se organiza en parcelas y explotaciones agrarias. Las parcelas se definen como tierras con unos límites marcados y pertenecientes a un propietario, mientras que las explotaciones son el conjunto de parcelas trabajadas por un mismo productor agrario, independientemente de si están separadas entre sí o no, y de si son de su propiedad o no. 

b) Las transformaciones recientes de las explotaciones agrarias españolas afectan principalmente a su tamaño físico y a su régimen de tenencia.

– El tamaño físico se caracteriza por el predominio de valores extremos y la escasez de dimensiones medias. Hay dos tipos: o Pequeña explotación (menos de 10 hectáreas), que representa el 67,6% (2007) del total y reúne sólo el 9,9% de la superficie agrícola utilizada. Predomina en el norte de la Península y en la Comunidad Valenciana, tratándose en unos casos de minifundios tradicionales trabajados a tiempo parcial que generan bajos ingresos, mientras que en otros se trataba de explotaciones modernas (como invernaderos) trabajadas a tiempo completo y mucho más rentables. Gran explotación (más de 10 hectáreas). Representa el 4,9% (2007) y reunía el 58% de la superficie agraria utilizada. Predomina en lugares como Andalucía occidental o Extremadura. Se encontraban latifundios tradicionales que suponían el desinterés del propietario, con escasas inversiones, bajos rendimientos y el empleo de un gran número de jornaleros. Actualmente, muchos latifundios se han convertido en empresas capitalistas de altos rendimientos. Hoy día, se mantienen los tamaños extremos, aunque ha disminuido el numero de explotaciones y aumentado su tamaño medio. Las principales causas fueron el éxodo rural de la década de 1960, que favoreció la venta o el arrendamiento de las propiedades, y la política agraria de la Unión Europea, que desde la década de 1990 ha fomentado las prejubilaciones y los abandonos voluntarios de la actividad agraria.