Teoría del conocimiento: Kant y la revolución copernicana

TEMA: Teoría del conocimiento.

En la inversión del papel que juegan el sujeto y el objeto en el conocimiento radica la llamada «revolución copernicana» de Kant. La necesidad y universalidad del conocimiento no puede proceder de la experiencia, el conocimiento científico no puede explicarse como una adecuación del sujeto, a los objetos, tal como habían supuesto los filósofos hasta entonces. Por el contrario, hemos de suponer que son los objetos quienes tienen que adecuarse a nuestro conocimiento. El entendimiento no es una facultad pasiva, que se limite a recoger los datos procedentes de los sentidos, sino que configura la realidad.La sensibilidad es la fuente de todas nuestras intuiciones. Si prescindimos de la sensibilidad, dice Kant, no podemos tener intuición alguna. El entendimiento no es una facultad que nos permita intuir, nos permite pensar, es un conocimiento conceptual. Los conceptos, por su parte, si no se remiten a una intuición sensible, nos ofrecerían un conocimiento vacío de contenidos.El entendimiento forma conceptos, crea formas bajo las cuales se pueden ordenar diversas representaciones bajo una sola común a todas ellas. Unifica bajo el concepto la multiplicidad de la sensibilidad. Cuando decimos que esto es una casa, o una mesa, lo que ocurre es que bajo el concepto «casa» o «mesa» el entendimiento ha unificado una pluralidad de elementos procedentes de la sensibilidad, así se produce el conocimiento. Son las estructuras a partir de las cuales se generan los conceptos empíricos y podemos, por lo tanto, formular juicios.


Pensar equivale a formular juicios, por lo que todos los actos del entendimiento pueden ser, pues, reducidos a juicios. Tales categorías, en la medida en que son las formas a priori o trascendentales del entendimiento, los «moldes» a través de los cuales se forman los conceptos empíricos, sólo tienen validez aplicadas a las intuiciones suministrados por la sensibilidad. En sí mismas no proporcionan ningún conocimiento, sino simplemente la forma trascendental, a priori, de todo conocimiento. Si el entendimiento limitase su acción a la producción de conceptos a partir de las categorías, sin aplicar esos conceptos a los contenidos que suministra la sensibilidad, tales conceptos estarían vacíos y no nos proporcionarían ningún conocimiento.

Si analizamos las formas del silogismo podremos deducir los conceptos a priori de la razón. Estas ideas trascendentales nos ayudan a unificar en el pensamiento la totalidad de los fenómenos, sin embargo, al no poseer intuición ninguna de estas realidades esas ideas trascendentales no nos ofrecen ningún conocimiento.


Son conceptos puros, sin ningún contenido. Por fenómeno entiende Kant el objeto tal como es percibido por nosotros una vez que los contenidos de la sensación han sido sometidos a las formas trascendentales del espacio y el tiempo, por lo que respecta a la sensibilidad, y a las categorías por lo que respecta al entendimiento.La única forma posible de conocimiento, para nosotros, es el conocimiento de la realidad como fenómeno. Las categorías del entendimiento sólo se pueden aplicar a contenidos procedentes de la intuición sensible, ya que no hay ningún tipo posible de intuición intelectual.

Metafísica y ciencia.

Para que un juicio sea considerado científico debe cumplir dos condiciones según Kant: que aumente nuestros conocimientos y que posea validez necesaria y universal.

Las matemáticas tratan del espacio y del tiempo. La geometría analiza las propiedades del espacio, la aritmética las del tiempo. Dado que el espacio y el tiempo son las condiciones en las que ha de darse todo fenómeno, las propiedades del espacio y del tiempo han de transmitirse necesariamente a todo fenómeno que pueda darse en ellos. De este modo, todos los conocimientos de las matemáticas han de ser universales y necesarios, puesto que todos los fenómenos han de darse necesariamente en el espacio y en el tiempo.

Del mismo modo que la sensibilidad impone al objeto las estructuras trascendentales del espacio y el tiempo, el entendimiento impone al objeto las formas trascendentales del entendimiento o categorías. Al examinar la posibilidad de la metafísica,


Kant tiene a la vista la metafísica dogmática racionalista de Wolff. La metafísica es un conocimiento puramente racional, que prescinde de los datos sensibles. La metafísica es el intento de liberar a nuestros conceptos de las limitaciones de la mera observación.

Es imposible un conocimiento de las cosas en sí mismas, y en concreto del alma, del mundo como totalidad y de Dios, aunque estas ideas nos permiten unificar nuestro conocimiento de los fenómenos, no las podemos conocer, ya que no poseemos ninguna intuición de ellas, sólo poseemos la intuición sensible, que sólo nos permite conocer los fenómenos de la naturaleza. La metafísica se reduce como mucho a un simple análisis de conceptos, que no consigue alcanzar la realidad. La metafísica es imposible como ciencia, aunque exista una tendencia natural inevitable a aplicar las categorías del entendimiento más allá de la sensibilidad, intentando alcanzar el conocimiento absoluto, que no podemos obtener. A la metafísica le queda un papel crítico o regulativo que pretende eliminar el dogmatismo, para salvaguardar las pretensiones de la moral y de la religión, y evitar la pura especulación al señalar los límites del conocimiento científico.No es posible el conocimiento metafísico de la realidad, conocimiento puramente racional, pero sí conocer la fuente del error metafísico.


CONTEXTUALIZACIÓN. Pensamiento del autor en el conjunto de su obra.

Se suele dividir la obra de Kant en dos períodos: el precrítico y el crítico. El primero de ellos abarcaría toda la actividad filosófica kantiana hasta la «Disertación» de 1770, que se considera como el punto de partida del llamado «período crítico», a lo largo del cual Kant desarrollará su propia filosofía. El segundo período coincide con su nombramiento como catedrático de Lógica y Metafísica. Kant de formación racionalista se interesó muy pronto por cuestiones científicas. Kant trató de buscar su fundamento en los primeros principios metafísicos.

Aunque la tarea presentaba grandes dificultades, hasta que no entró en contacto con el pensamiento de Hume, Kant no despertó de lo que él llama su sueño dogmático. Entonces inicia una filosofía crítica o trascendental para averiguar en qué se basa la ciencia, y si la metafísica puede convertirse en ciencia. Kant acusa a Hume de haberse quedado corto en su examen crítico de la metafísica. Con lo cual no sólo la metafísica es imposible, sino que incluso las leyes newtonianas se convierten en leyes sólo probables. En su análisis Kant no se sitúa en el punto de vista psicológico, no analiza el funcionamiento de nuestra mente al conocer, que es la posición empirista, sino que adopta un punto de vista que el llama trascendental, analiza el conocimiento para descubrir las condiciones a priori que lo hacen posible. Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. Kant considerará que en filosofía es precisa una revolución semejante a la copernicana.


La filosofía anterior a Kant suponía que en el conocimiento el sujeto que conoce es pasivo, que el objeto conocido provoca en él una representación.

Kant propone que el Sujeto es activo. Los racionalistas y los empiristas concebían una sola fuente de conocimiento. Los conceptos, por su parte, si no se remiten a una intuición sensible, nos ofrecerían un conocimiento vacío de contenidos. Kant propone una ética formal.

Sin embargo, del mismo modo que el conocimiento teórico no está determinado por el objeto, sino que se encuentra determinado por las condiciones a priori de la sensibilidad y del entendimiento, el conocimiento moral tampoco estará determinado por el objeto. Las leyes de la moralidad deben tener un carácter universal y necesario. Al estar basadas en la experiencia carecen de la necesidad de la que deben gozar las leyes morales.

Pensamiento del autor en la historia de la filosofía y en su época:

Kant es un filósofo ilustrado. Es habitual considerar la Ilustración como una etapa cultural, sociológica y política que se desarrolla entre dos revoluciones. La Ilustración es el paso a la mayoría de edad y se resume en el lema «atrévete a pensar». Atreverse a pensar sobre la base de la experiencia y de la propia razón.

El siglo de las luces se caracteriza por la conciencia de que la razón y la ciencia iluminan por fin al hombre. El ilustrado pertenece a la élite intelectual, se caracteriza por su inconformismo y crítica de la situación presente. La ilustración en Alemania se caracteriza por carecer de crítica social y política como en Francia, de hecho la fomenta la misma monarquía.


Todo dogma debe ser destruido, la razón no debe encontrar más que sus propios límites.

Cree en el progreso de la humanidad, gracias al desarrollo de la razón. La mayoría de los ilustrados pensaban que era irracional concebir el mundo sin Dios. Algunos adoptaron una postura deista, que consiste en afirmar que Dios había creado el mundo, pero no interviene en la historia. Dios es un ser superior que sólo se da a conocer a la humanidad a través de la naturaleza y sus leyes.

Los científicos creen que ya es posible prescindir de Dios para explicar el mundo. La ciencia ilustrada proclama la autonomía del mundo respecto a Dios, del mismo modo que proclama la autonomía de la razón. El pensamiento de Kant estuvo influido por la metafísica de Wolff, que dominó la escena filosófica alemana durante la 1 mitad del siglo XVIII. Estaba inspirada en Leibniz y era un racionalismo extremo. La filosofía era concebida como una ciencia deductiva que sigue el método geométrico. El papel otorgado a la experiencia sensible es nulo. Al entrar en contacto con el pensamiento de Hume, Kant despertó de lo que él llama su sueño dogmático. El Empirismo es una corriente filosófica contrapuesta al racionalismo. El origen del conocimiento es la experiencia, la mente es como un papel en blanco. El empirismo niega la existencia de ideas innatas, nuestra mente está vacía de contenido antes de recibir información de los sentidos. El conocimiento humano es limitado. El racionalismo considera que con el método adecuado se puede llegar a conocerlo todo. El racionalismo aspira a alcanzar la verdad absoluta. Los empiristas consideran que no podemos ir más allá de la experiencia, este es el límite del conocimiento.