Contextualización de Platón: La República y su Legado
El presente texto aborda la obra más rica y compleja de Platón, La República (o El Estado), cuyo título original griego es Politeia. Este diálogo no fue escrito de forma continua. Primero se compuso el Libro I, durante el período socrático, y más tarde, el resto de los libros, ya en el período de madurez. Probablemente fue redactado entre los años 388 y 367 a.C., un lapso comprendido entre el primer y segundo viaje de Platón a Siracusa.
La República consta de diez libros, que tienen como tema central la justicia y el Estado. En esta obra, Platón critica la organización política y social que llevó a la condena a muerte de Sócrates, proponiendo un modelo de Estado ideal donde la justicia sea posible. Dicho Estado estaría formado por tres clases sociales (gobernantes, guerreros, trabajadores), que se corresponden con las tres partes del alma (racional, irascible y concupiscible) y con la virtud propia de cada una (prudencia, fortaleza y templanza). El célebre Mito de la Caverna, una de las alegorías más influyentes de la filosofía occidental, pertenece específicamente al Libro VII de La República.
Períodos de la Obra Platónica: Un Recorrido por sus Diálogos
La vasta producción filosófica de Platón se organiza tradicionalmente en cuatro períodos, reflejando la evolución de su pensamiento:
Primeros Diálogos o Diálogos Socráticos
En estos diálogos predominan las preocupaciones éticas, reflejando la influencia directa de su maestro Sócrates. Destacan obras como Apología de Sócrates, Critón, Protágoras (o Sobre los sofistas), Cármides y Eutifrón.
Época de Transición
Corresponde a los primeros diálogos de la Academia. Aunque continúan las cuestiones éticas, también adquieren intensidad los problemas políticos y los temas relacionados con la preexistencia e inmortalidad del alma humana. Entre los más importantes de este período se encuentran Gorgias, Menón, Cratilo y Menéxeno.
Época de Madurez o Diálogos Doctrinales
En esta etapa, Platón formuló la doctrina de las Ideas como fundamento de su teoría ética y política. Sobresalen obras fundamentales como Banquete, Fedón (o Del alma), República (o Del Estado) y Fedro (o Del amor).
Diálogos de Vejez o Diálogos Críticos
En estos últimos diálogos, Platón sometió a revisión algunas de sus propias ideas anteriores, mostrando una profunda autocrítica. Podemos señalar como los más importantes Teeteto, Parménides, Sofista, Político, Filebo, Timeo y Leyes.
El Contexto Filosófico de Platón: Influencias y Debates
El pensamiento platónico se forjó en un rico entramado de influencias y debates con sus contemporáneos y predecesores:
La Relación con los Sofistas
Platón polemiza a menudo con los sofistas, aunque en muchos casos también los respeta y admira (como, por ejemplo, a Protágoras y Gorgias, los más importantes). Fueron el contrapunto necesario de su pensamiento ético y político. Los sofistas tendían al relativismo (la negación de verdades absolutas) y al escepticismo (la imposibilidad de conocer la verdad), anteponían a veces los intereses prácticos a las convicciones morales y estaban, como Platón, muy interesados en la retórica. Plantearon la célebre distinción entre lo que es por naturaleza (physis) y lo que es por acuerdo humano o convención (nomos), una distinción crucial en cuestiones políticas y morales.
Influencias Presocráticas y Órfico-Pitagóricas
Platón conoció las obras de todos los filósofos presocráticos. Elogió a Parménides y coincidió con él, especialmente en la distinción de los dos niveles de realidad (el inteligible y el sensible) y en las características del ser verdadero: lo que Parménides decía del Ser, Platón lo aplica a las Ideas.
El influjo órfico (y, por tanto, de origen oriental) le llegó a través de los pitagóricos, y esta influencia fue de enorme importancia para Platón, quien llegó a afirmar que las Ideas son números. Además, la concepción del cuerpo como sepulcro o cárcel del alma, así como las ideas referidas a la transmigración de las almas y a la necesidad de la purificación para alcanzar una vida superior, son también claras influencias órficas y pitagóricas.
La Decisiva Influencia de Sócrates
La influencia de Sócrates fue, sin duda, la más decisiva: él impulsó a Platón a dedicarse a la filosofía. El recuerdo del maestro (Sócrates murió cuando Platón era joven), así como su profunda preocupación ética y política, acompañaron a Platón toda su vida. Aunque no parece que Sócrates concibiera una teoría de las Ideas propiamente dicha, su búsqueda de definiciones universales de las virtudes influyó directamente en la teoría platónica.
Además, destacamos la idea central de la filosofía socrática: la interioridad, es decir, el conocimiento del alma como nuestro verdadero ser, y la consecuencia moral de todo ello: la necesidad de preocuparse por el alma y mejorarla, en lugar de centrarse en los bienes externos. La virtud, para Sócrates, se fundamentaba en el autodominio y dependía sobre todo del conocimiento: el verdadero sabio no obra mal y por eso mismo es feliz. Todas estas ideas fueron recogidas y desarrolladas por Platón.
La Crítica Aristotélica
Finalmente, es pertinente referirse brevemente a Aristóteles. Si el fragmento a comentar alude a la teoría de las Ideas o al tema del conocimiento, se podría mencionar la crítica que Aristóteles formuló contra Platón en cuanto al conocimiento. Mientras para Platón lo que conocemos por los sentidos apenas tiene valor, para Aristóteles el conocimiento no sería posible sin ellos. Esta divergencia influirá de manera decisiva en su modo de entender la estructura de la realidad del mundo y del cuerpo humano.
Biografía de Platón: Vida y Legado de un Filósofo
Platón nació probablemente en Atenas en el año 427 a.C. (siglo IV a.C.), durante los últimos años del mandato de Pericles. Hijo de una familia aristócrata, recibió una esmerada educación. Atenas le ofreció diversas situaciones políticas, desde la democracia de Pericles hasta el Gobierno de los Treinta Tiranos, e incluso vivió durante los primeros años del gobierno de Filipo II. Su niñez y juventud estuvieron enmarcadas en un período agitado por la Guerra del Peloponeso.
A los veinte años, conoció a Sócrates, quien se convirtió en su maestro. A partir de entonces, se inició su vocación política, primordialmente orientada a la reflexión teórica y no a la práctica, debido a la injusticia cometida contra Sócrates, en la que Platón percibió la decadencia de Atenas. Tras la muerte de Sócrates, viajó por el Mediterráneo, regresando siempre a Atenas, donde fundó la Academia, la primera escuela filosófica organizada para educar a los futuros gobernantes filósofos. La Academia perduró hasta el siglo VI de nuestra era. Platón murió en Atenas en el año 347 a.C.