La Naturaleza de la Realidad: Perspectivas Filosóficas
Los Presocráticos y el Arjé
Llamamos realidad a lo que existe, pero ¿cuál es la verdadera naturaleza de la realidad? Los primeros filósofos griegos, conocidos como presocráticos, se plantearon esta pregunta fundamental, buscando un principio originario o arjé que explicara la totalidad de lo existente.
Tales de Mileto (siglo VI a.C.)
Para Tales de Mileto, todo es agua. La relevancia de esta afirmación radica en que elige un elemento natural como arjé de la physis (principio de la naturaleza). Se cree que esta conclusión la obtuvo mediante la observación y el razonamiento: la vida parece haber surgido del mar, las simientes son húmedas, y el agua posee la capacidad de transformarse de líquida a sólida o gaseosa.
Anaximandro (siglo VI a.C.)
Para Anaximandro, el principio de todo es el ápeiron, una masa indiferenciada, sin determinaciones, de la que se habrían separado lo seco de lo húmedo, lo caliente de lo frío, etc., hasta dar lugar a todas las cosas que conocemos. Esta respuesta es significativa por el grado de abstracción que indica: un todo indiferenciado del que habrían surgido las cosas.
Anaxímenes (siglo VI a.C.)
Para Anaxímenes, el arjé de la physis es el aire. Mediante la rarefacción (cuando se hace más sutil, menos denso), el aire se calienta y se convierte en fuego; y mediante la condensación (cuando se hace más denso), se enfría y se convierte en nubes, agua y luego tierra. Este filósofo vuelve a proponer un solo elemento, como Tales, pero su innovación reside en el esfuerzo por explicar el proceso por el cual este único elemento ha podido dar lugar a todo lo que conocemos.
Heráclito (siglo V a.C.)
Para Heráclito, todo está en continuo devenir, en continuo movimiento y cambio, de manera que la naturaleza de las cosas cambia a cada momento: nada permanece, todo es un flujo constante. Un aforismo (sentencia breve que condensa un pensamiento en pocas líneas) que refleja bien este estado de impermanencia (nada permanece igual a sí mismo) es el que dice que “no nos bañamos dos veces en el mismo río”, en el sentido de que si entras una vez a un río, es uno, pero al instante siguiente (como está en permanente movimiento) ya no es el mismo, y en realidad, tú tampoco eres el mismo.
Parménides y la Lógica del Ser
Parménides inaugura la lógica. Él parte de un principio lógico evidente: “el Ser es y el no-Ser no es”, y asume una identificación entre Ser y Pensar, por la cual, según él, lo que podemos pensar lógicamente es lo que existe. Para Parménides, no hay distinción entre la realidad y lo que se piensa, siempre que este pensamiento sea lógico y coherente: aquello que la razón es capaz de pensar con rigor, necesariamente tiene que existir. De este planteamiento inicial, deduce las siguientes conclusiones con respecto al Ser:
Único
Si hemos dicho que el ser es y el no-ser no es, entonces no puede haber muchos seres, pues de haberlos, entre ellos tendría que haber algo diferente al ser, es decir, no-ser, y el no-ser no existe.Eterno
Si no fuera eterno, tendría que haber aparecido alguna vez. ¿Y de dónde habría surgido? Solo hay dos posibilidades: que provenga del ser (y en ese caso ya era y, por tanto, no ha sido creado) o del no-ser, pero esto último es imposible porque del no-ser nada procede.Inmutable
Si no fuera inmutable, tendría que cambiar. Y si el ser cambiara, tendría que ocurrir una de estas dos cosas:- Que pasara de ser a no-ser, pero esto es imposible porque el ser ya hemos demostrado que tiene que ser eterno, no puede dejar de ser, porque entonces se convertiría en no-ser y el no-ser hemos dicho que no existe.
- Que pasara de no-ser a ser: esto también es imposible porque de la nada, nada puede proceder.
Inmóvil
Si el ser se moviera, se tendría que mover en algo diferente a él, y lo diferente a él es el no-ser, pero el no-ser no existe y, por tanto, no puede servir de receptáculo de su movimiento: no se puede concebir un espacio vacío donde se moviera el ser; el vacío no existe porque no puede ser concebido.Concepciones Filosóficas sobre Dios
Panteísmo
Esta posición plantea que todo es Dios. Dios no es un ser ajeno al Universo o diferente a este. Todo lo que existe es una única sustancia: Dios. Cada elemento de la realidad es, en realidad, una parte de Dios. Un representante destacado de esta posición fue Baruch Spinoza, para quien Dios no es un ser personal que exista con independencia de la naturaleza, sino que está confundido con ella, y por eso podemos decir que todo es Dios.
Teísmo
En oposición a la teoría anterior, el teísmo plantea a Dios como una sustancia sobrenatural que creó el mundo y se ocupa de él. Esta fue una postura religiosa compartida por la mayoría de los filósofos del occidente cristiano, y que solo entra en crisis a partir del siglo XVII, con los avances científicos de la época y con la defensa de una razón liberada del vínculo con la religión.
Deísmo
Esta es la posición que aparece como consecuencia de la revolución científica que se inicia en el siglo XVII. Los deístas no son ateos; no niegan la existencia de Dios, pero niegan la interpretación textual que se ha hecho de la Biblia, en la que se plantea un Dios que interviene constantemente en los asuntos del mundo y de los hombres. Para ellos, esta interpretación textual solo puede llevar a supersticiones. Según el deísmo, Dios creó el mundo, le dotó de las Leyes Naturales y, desde ese momento, se desentendió de su obra: no hace falta recurrir a Dios para entender el funcionamiento de la naturaleza. Entre los representantes del deísmo destaca Voltaire.
Ateísmo
El ateísmo sostiene que no existe Dios, y sus ataques se dirigieron en el siglo XIX principalmente contra el teísmo. Representantes de esta posición son, por ejemplo, Karl Marx (1818-1888), quien planteó que la religión “es el opio del pueblo”, en el sentido de que se ha utilizado para adormecer las conciencias de las clases oprimidas, pues promete la felicidad en el otro mundo, propiciando así que los hombres dejen de luchar en este. Friedrich Nietzsche (1844-1900) fue otro autor que escandalizó a su época con su afirmación de que “Dios ha muerto”. Según él, la condición de posibilidad para que apareciera lo que él llamaba el superhombre (un hombre que está empujado a superarse a sí mismo continuamente) era la muerte de Dios.
Epistemología: El Estudio del Conocimiento
La epistemología es la rama de la filosofía que estudia los problemas relacionados con el conocimiento en general y se hace preguntas relativas a él:
Sentidos
Son las ideas que nos formamos a partir de la información que nos llega de nuestros sentidos. Las percepciones son las experiencias que tenemos a través de nuestros sentidos: el gusto, el oído, el olfato, la vista y el tacto. Mediante estos sentidos, vamos obteniendo una serie de informaciones que nos ayudan a construir ideas sobre el mundo en que vivimos. La percepción es la facultad que permite captar e interpretar las sensaciones que recibimos a través de los sentidos.Autoridad
Nuestras ideas también pueden provenir de aquello que nos han explicado otras personas en quienes confiamos, y por eso les concedemos la autoridad de creer que es verdad aquello que nos dicen. Por tanto, la autoridad es el conjunto de personas fiables que nos proporcionan información y que nos permite aumentar nuestro conocimiento sin necesidad de hallarlo nosotros mismos ni de tener experiencias sensoriales.Razón
Es lo que pensamos por nosotros mismos y que puede surgir a partir de lo que hemos recibido de nuestros sentidos, de lo que nos ha dicho alguien, o de conclusiones a las que nosotros podemos llegar con la práctica del razonamiento. La razón es la facultad que nos permite pensar y conocer intelectualmente. A partir de la razón, deducimos información de otros datos que tenemos, podemos también generalizar a otros casos que no conocemos y permite comparar informaciones para obtener consecuencias.Las Ideas en Descartes
Una vez que Descartes ha puesto en duda todo lo que cree, todo lo que piensa, etc., se le aparece algo claro (no olvidemos que él ha empezado a dudar para llegar precisamente a algo claro que no se pueda poner en duda) y es que la duda es una operación mental y, por tanto, si está dudando, es que el pensamiento existe. Aquí la duda le ha conducido a algo que de ningún modo puede negar: que al menos existe como sujeto pensante. Descartes clasifica las ideas en tres tipos:
Ideas Adventicias
Son aquellas que “parecen” proceder de un mundo externo al propio pensamiento porque sus contenidos se imponen a la mente con independencia de la voluntad de la misma. Ej. Yo digo que no quiero percibir esta clase, pero sigo teniendo la idea de la clase (para Descartes, “idea” es todo contenido de la mente; no hace distinción entre percepción e idea como sí la hará más tarde Hume).Ideas Facticias
Son aquellas que forma la propia mente al unir varias ideas adventicias. Ej. La idea de “sirena”, la idea de “unicornio”, etc.Ideas Innatas
Son unas ideas que ni parecen proceder del mundo exterior ni parecen haberse construido con varias adventicias, sino que tienen su origen exclusivamente en la razón. Según Descartes, estas ideas “parece que hayan nacido conmigo”.La Posibilidad de la Verdad
No todos los filósofos piensan que es posible alcanzar la verdad, y en este sentido, hay diferentes posiciones que se pueden resumir en tres:
Dogmatismo
Esta posición sostiene que existe la verdad absoluta y que el ser humano la puede asumir. Parten de la convicción de que es posible el saber y la certeza. Todos los autores que hemos ido viendo y para los cuales la verdad era posible se puede decir que son dogmáticos en el sentido que aquí estamos planteando: los primeros filósofos iniciaron la aventura de pensar convencidos de esto, Sócrates lo creía, Platón también, Descartes, etc.