Ética Kantiana: Imperativo Categórico vs. Hipotético

Fragmento de la obra “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” de Kant

Nos encontramos ante un fragmento de la obra “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” escrito por el filósofo Kant, el cual pertenecía a la época moderna y su filosofía era el idealismo trascendental que tiene como características ser trascendental y ser crítica. Esta es una fusión entre la filosofía de Descartes que se basa en el racionalismo y la de Hume que es el empirismo y se basa en la experimentación. La filosofía de Kant intenta superar a estas dos posturas.

Los imperativos en la ética kantiana

Al comienzo del fragmento, observamos como Kant menciona los dos tipos de imperativos “todos los imperativos mandan, ya hipotética, ya categóricamente.”, y nos explica que ambos pueden ser usados como fórmulas a las que podemos acudir a la hora de tomar una decisión ética. El imperativo es un mandato y ley moral de carácter absoluto. Las acciones son constantemente mencionadas a lo largo del texto, “si la acción es buena…”, “representase una acción por sí misma” … La conciencia moral distingue entre tres tipos de acciones. Estas son; las contrarias al deber, que se oponen a la obligación contenida en nuestra conciencia, las conformes al deber en las que hacemos lo que debemos por interés, y las acciones por deber que están de acuerdo con los acuerdos de la conciencia moral pero por respeto, no por interés.

La ética Kantiana

La ética Kantiana es la formal, esta es necesaria y no da contenido. Su criterio se fija en la posibilidad de universalización de la máxima, nos permite separar las conductas buenas de las malas a través de la siguiente fórmula, “obra de tal manera que puedas desear que la máxima que dirige tu voluntad se convierta en ley universal para la humanidad”.

El giro copernicano en la filosofía de Kant

Por otro lado, Kant toma el giro copernicano como una metáfora para explicar su filosofía donde elimina al sol del centro del conocimiento y

puede ser determinada por “Debes hacer X para conseguir Y” y algunos ejemplos en los que se usan pueden ser en acciones como mentir o robar. Este imperativo puede relacionarse con el filósofo Maquiavelo, que defendía la posibilidad de hacer lo “no correcto” con tal de llegar a unos resultados considerados mejores que a los que se podría haber llegado a través de la ética y los buenos actos. Al contrario que el categórico, este tiene carácter heterónomo, ya que mandato moral tiene su fundamento en algo ajeno a él mismo.

El imperativo hipotético en la ética de Kant

Por último, Kant reflexiona acerca del imperativo hipotético. “si la acción es buena sólo como medio para alguna otra cosa, entonces es el imperativo hipotético”; al contrario que el categórico, estos son aquellos que nos dicen qué debemos hacer para conseguir otra cosa a cambio, por lo que se rigen por el interés, son contingentes y particulares. Su estructura puede ser determinada por “Debes hacer X para conseguir Y” y algunos ejemplos en los que se usan pueden ser en acciones como mentir o robar. Este imperativo puede relacionarse con el filósofo Maquiavelo, que defendía la posibilidad de hacer lo “no correcto” con tal de llegar a unos resultados considerados mejores que a los que se podría haber llegado a través de la ética y los buenos actos. Al contrario que el categórico, este tiene carácter heterónomo, ya que establece que las leyes de la acción, o normas morales, proceden de un orden extraño a sí misma, por lo que surge a posteriori. Por último, podemos determinar que este imperativo forma parte de la ética material, para la cual el mandato moral tiene su fundamento en algo ajeno a él mismo.

Conclusión

Estas éticas son heterónomas como acabo de mencionar, y dan lugar a mandatos meramente hipotéticos. Como conclusión, podemos resumir el texto en la clara intención del autor de validar el imperativo categórico, afirmando una vez más que deberíamos obrar por el simple hecho de que hacemos lo correcto, en vez de que nuestras acciones se guíen por el interés propio. Con su filosofía idealista trascendental, consigue darnos una fórmula a través de la cual podemos resolver la gran pregunta de ¿Qué debo hacer, esto es correcto o no lo es?