El Propósito de la Existencia: Filosofía, Razón y la Condición Humana

La Búsqueda de Sentido en la Existencia Humana

Necesitamos saber. Saber por qué estamos en este mundo y qué hacemos. Saber si nuestra existencia se agota en sí misma o se prolongará más allá de la muerte. Saber cómo debemos vivir, si hay maneras de hacerlo que sean preferibles a otras. No nos basta, pues, con ir viviendo, con un simple «ir tirando». Queremos encontrar un sentido a nuestro vivir y a nuestra ocupación.

La filosofía nace de este deseo de comprender, de encontrar significado a nuestra existencia y de ampliar las posibilidades. Es decir, filosofamos para encontrar la mejor manera posible de vivir, aquella que esté a la altura de nuestra condición humana. En este sentido, la filosofía es una tarea humanizadora que nos eleva de la pura animalidad a la condición de seres libres y dignos de aprecio. Aunque esta investigación dura desde que el hombre vive en este planeta, desde hace unos 2500 años cuenta con un nuevo instrumento: el pensamiento racional y abstracto.

Los humanos no nos contentamos con vivir, sino que necesitamos encontrar sentido a este vivir, necesitamos entender por qué vivimos y cuál es la mejor manera de hacerlo. Los animales viven sumergidos por completo en un presente. Nosotros, en cambio, no acabamos de acomodarnos nunca en el presente, no nos sentimos del todo bien, y a menudo nos vemos arrastrados hacia atrás por un pasado que añoramos o proyectados hacia adelante hacia un futuro que se presenta mejor.

A diferencia de lo que pasa con los animales, lo que caracteriza a los humanos es una permanente inadaptación al mundo, que nos lleva a corregirnos continuamente haciendo y rehaciendo nuestra existencia individual y colectiva.

Actitud Humana frente a la Realidad

Una de las diferencias fundamentales entre nuestra especie y las demás es la actitud con que nos enfrentamos a la realidad que nos rodea. Los animales se enfrentan con una actitud práctica: su interés por el mundo termina donde acaban sus necesidades. En definitiva, es el distanciamiento entre el hombre y su medio lo que permite la aparición de una nueva forma de relacionarnos con la realidad. Esta manera de mirar el mundo es la actitud teórica o cognoscitiva.

En los orígenes, la teoría era inseparable de la práctica. En nuestra falta de adaptación al medio, en la incapacidad genética para dejarnos guiar por el instinto, en la necesidad de convertir un mundo extraño y hostil en un lugar habitable y seguro, es donde hay que buscar el fundamento de toda la reflexión humana, el origen de la filosofía y de la ciencia.

Del Mito a la Razón

Diferentes relatos han intentado explicar el mundo: narraciones míticas primero, después las reflexiones filosóficas y las explicaciones científicas más tarde. ¿Qué tienen que ver las representaciones fantásticas de la mitología, llenas de seres sobrenaturales, con la descripción detallada de los hechos que nos proporciona la ciencia? Ambas comparten el intento de poner orden en medio del caos, de dar sentido y unidad a la multiplicidad de fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. La realidad es un cosmos, por lo tanto, es un todo ordenado.

Formas de Conocimiento

  • No racionales: Arte, Literatura y Religión
  • Racionales: Filosofía, Ciencia

Características del Pensamiento Mítico

Uno de los rasgos definitorios del mito es su carácter antropomórfico. Es típico en la mentalidad primitiva explicar lo desconocido a partir de lo conocido.

  • Se basa en explicaciones sobrenaturales que incluyen dioses y seres imaginarios.
  • Sigue el modelo antropomórfico: se personifica y diviniza la naturaleza.
  • A pesar del intento de introducir orden en el mundo, este sigue siendo imprevisible.
  • Es una explicación simplista y poco racional basada en la imaginación.
  • Es una explicación finalista donde los fenómenos naturales actúan de acuerdo con intenciones.
  • Es dogmático y no puede ser contrastado.

Características del Pensamiento Racional

  • Se basa en explicaciones naturales que parten de lo que se puede observar.
  • Rechaza el antropomorfismo y reduce los fenómenos a leyes físicas.
  • Predominio del orden y la necesidad: los fenómenos son previsibles.
  • Es una explicación lógica y coherente basada en la razón.
  • Es una explicación causal que excluye toda finalidad o intención de la naturaleza.
  • Es un discurso crítico y contrastable.

Filosofía, Religión y Ciencia: Distinciones y Conexiones

El logos, pensamiento racional. Logos: Palabra, Razón, Discurso racional. De ahí, Filosofía y Ciencia.

Filosofía y Religión

Filosofía y religión tienen en común la aspiración a la totalidad: ofrecer una respuesta a todos los interrogantes serios que los humanos somos capaces de plantearnos. Sin embargo, mientras que la religión responde de forma dogmática a estos interrogantes, la filosofía lo hace de forma crítica. La religión es el ámbito de la creencia, la filosofía es el ámbito del razonamiento y la crítica.

Filosofar es ante todo dudar, poner entre paréntesis nuestras certezas y someterlas a crítica, analizarlas a fondo para ver cuál es su fundamento. La filosofía tiene más que ver con las preguntas que con las respuestas, y con el hecho de buscar racionalmente la verdad más que con su consecución. Hacer filosofía significa acostumbrarse a convivir con la incertidumbre, a ver la duda como una invitación a la reflexión, y no como una imperfección del pensamiento. Una duda que nos lleva a desconfiar de las respuestas fáciles.

¿Puede ser que la filosofía signifique renunciar a saber con certeza? ¿Debemos asumir que nunca podremos conocer la verdad de las cosas? Creemos que no. Pensar, dudar, someter a crítica todas las opiniones y pensamientos no conduce necesariamente al escepticismo (doctrina que afirma la imposibilidad del conocimiento, negación de la capacidad humana de alcanzar la verdad). De que las preguntas filosóficas no tengan una respuesta definitiva no se desprende que no tengan ninguna. A diferencia de la ciencia, que a menudo ofrece a cada interrogante una sola respuesta o solución, la filosofía ofrece muchas y diversas, pero ninguna de ellas completa y definitiva. En todo caso, el filósofo se encuentra en una posición mucho más favorable en el camino de la verdad que gran parte de las personas que se consideran sabias. La única exigencia de las opiniones filosóficas es que deben ser racionales, argumentadas y coherentes. Lo más importante en la filosofía es que nadie tiene la última palabra.

Filosofía y Ciencia

  1. En primer lugar, a diferencia de las hipótesis científicas, las teorías filosóficas no son falsables, no pueden ser refutadas de forma concluyente.
  2. La filosofía no tiene el carácter predictivo que podemos atribuir a la ciencia. La filosofía analiza y describe; la ciencia no solo describe, sino que prescribe, es decir, determina cómo se comportarán los fenómenos del futuro.
  3. Finalmente, hay una diferencia radical de actitud entre el filósofo y el científico. Este último se preocupa solo por los fenómenos que puede observar y medir. En cambio, el filósofo se preocupa por todo lo que hay, no solo por lo que se puede ver o tocar.

Método, objeto de estudio y actitud son, pues, las tres diferencias principales que encontramos entre la labor científica y la filosófica. Ahora bien, de que filosofía y ciencia sean cosas distintas no debemos deducir que no tengan nada que ver la una con la otra. La filosofía colabora estrechamente con la ciencia, por otra parte.