Conceptos Fundamentales en la Filosofía: De Marx a Nietzsche

Karl Marx: Dialéctica Material y Crítica del Capitalismo

La dialéctica material de Marx, influenciada por la dialéctica hegeliana, sostiene que la historia humana se desarrolla a través de una serie de contradicciones y su resolución, pero en clave material, vinculada a las condiciones económicas y materiales.

Leyes de la Dialéctica Material

  • Unidad y oposición de contrarios: Todo cambia por la lucha entre fuerzas opuestas.
  • Salto cualitativo: Los cambios cuantitativos provocan transformaciones cualitativas.
  • Negación de la negación: Las contradicciones se resuelven en una nueva síntesis.

Marx aplica estas leyes a la historia en lo que se conoce como materialismo histórico, donde las relaciones de producción (interacción entre la clase que posee los medios de producción y las ganancias, y la clase dominada que vende su fuerza de trabajo) y las fuerzas productivas (tecnología, fuerza de trabajo y medios de producción) forman un modo de producción al que Marx llama infraestructura y que es la base económica de la sociedad. La superestructura, formada por las ideas políticas, religiosas y filosóficas, legitima la infraestructura, por lo que la infraestructura condiciona la superestructura.

Según Marx, los cambios en las fuerzas productivas generan una contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Estas contradicciones se resuelven en nuevos modos de producción a través de la lucha de clases, que es el motor de la historia: desde el sistema esclavista hasta el feudal, el capitalista y finalmente la revolución del proletariado.

Marx critica el capitalismo, señalando que produce plusvalía, que es la diferencia entre lo que el trabajador produce y su salario. Esta explotación lleva a la acumulación de riqueza de la burguesía, mientras el proletariado se empobrece.

El Concepto de Alienación en Marx

Además, Marx introduce el concepto de alienación en clave económica, que describe cómo el trabajo, originalmente creativo, se convierte en repetitivo y deshumanizado en el capitalismo. Esta alienación se da en varios niveles:

  • Económico: El trabajador se separa de su trabajo y producto.
  • Político: El Estado protege a la clase dominante ocultando las clases sociales bajo la categoría de ciudadano.
  • Religioso: “La religión es el opio del pueblo”, que consuela el sufrimiento prometiendo una vida mejor.

Marx también critica la ideología, entendida como una falsa conciencia que justifica y oculta las injusticias del sistema capitalista.

La Revolución del Proletariado

Para Marx, la revolución del proletariado es inevitable debido a las contradicciones del capitalismo:

  1. Los bajos salarios provocan el bajo consumo de los trabajadores, generando crisis económicas.
  2. El proletariado crece y se concentra en zonas específicas, lo que propicia que se genere conciencia de clase entre ellos.

Esta revolución comienza con la dictadura del proletariado, donde los trabajadores toman el control del Estado y los medios de producción. Más tarde, el socialismo colectiviza los medios de producción y se eliminan las clases sociales y la propiedad privada. Finalmente, con el comunismo, desaparece completamente la sociedad de clases y el Estado. Esta etapa representa el final de la historia, puesto que al haberse abolido las clases sociales, se acaba con la lucha de clases, la cual era el motor de la historia que permitía su avance.

René Descartes: Moral y el Ser Humano

Problema Moral Provisional

Descartes desarrolló una moral provisional para guiar su vida mientras no pudiera establecer principios morales definitivos basados en su sistema metafísico. Este conjunto de reglas era temporal y servía como base para la búsqueda de la verdad. Aunque no eran permanentes, Descartes constató su utilidad en su vida.

Reglas de la Moral Provisional

  1. Obedecer las leyes y costumbres del país.
  2. Ser firme ante las decisiones, incluso si al principio eran inciertas.
  3. Aconseja dominarse a uno mismo, vencer los propios deseos en lugar de querer cambiar las circunstancias, es decir, aceptar el destino tal como es.
  4. Consideraba que la mejor ocupación era cultivar la razón y la búsqueda de la verdad.

Respecto a las pasiones, que son emociones y sentimientos causados por el cuerpo, a diferencia de las acciones, las cuales eran voluntarias puesto que provenían del alma, Descartes planteaba que no es necesario eliminar las pasiones, pero sí dominarlas mediante la razón, para que el hombre se mantenga dueño de sí mismo. Además, proponía la virtud de la generosidad o magnanimidad, como una predisposición del alma a actuar de acuerdo al bien común. En concreto, esta virtud consiste en ser consciente de que solo lo que depende de nuestra voluntad nos pertenece, y actuar siempre según lo que se considere mejor. De esta manera, la moral de Descartes busca el equilibrio entre la razón, el autocontrol y la aceptación de la realidad.

Problema del Ser Humano en Descartes

Para Descartes, el ser humano está compuesto por dos sustancias independientes: la res cogitans (alma) y la res extensa (cuerpo o materia). Su dualismo es más radical que el de Platón, pues considera que el alma es la parte indivisible y evidente del ser humano, ya que, al dudar y pensar, podemos confirmar la existencia de esta res cogitans. En cambio, no ocurre lo mismo con el cuerpo, que es materia divisible y del cual solo tenemos evidencia de él en cuanto extensión. Por ello, el cuerpo está sometido a las leyes de la física y carece de libertad, siendo determinista. En contraste, el alma es portadora de las facultades del pensamiento y la voluntad, lo que le otorga libertad.

Para Descartes, la libertad humana es evidente, pero no se refiere a la elección que elige arbitrariamente entre opciones, sino a la voluntad que elige lo que el entendimiento considera como bueno y verdadero. Así, la voluntad debe alinearse con el entendimiento. Por último, surge la pregunta de cómo interactúan estas dos sustancias tan distintas, la mente y el cuerpo. Descartes responde que esta interacción ocurre en la glándula pineal, un lugar en el cuerpo donde ambas sustancias pueden influirse mutuamente.

Platón: Dualismo, Teoría de las Ideas y Conocimiento

Problema del Ser Humano en Platón

Según el filósofo Platón, existe una dualidad cuerpo-alma, por influencia de los pitagóricos y los orfismos. El cuerpo pertenece al mundo sensible, por lo que se deja llevar por las pasiones y los sentidos. En cambio, el alma se encuentra en el mundo de las Ideas, hasta que se deja llevar por los sentidos y se encarcela en el cuerpo.

Argumentos para la Inmortalidad del Alma

Se distinguen tres argumentos para defender la inmortalidad del alma:

  • Es eterna, pues no nace ni muere, sino que se transmigra en distintos cuerpos.
  • Es simple, ya que no tiene partes, y por lo tanto, al no tener partes, es más difícil que se corrompa.
  • Cuenta con el principio del movimiento.

División Tripartita del Alma

El alma se divide en tres partes y estas tienen su propia ubicación dentro del cuerpo humano y su función en la sociedad:

  • Alma racional: Ubicada en la cabeza, su virtud es la sabiduría y la prudencia. Corresponde a los gobernantes-filósofos en la polis.
  • Alma irascible: Ubicada en el pecho, su virtud es la fortaleza y la valentía. Corresponde a los guardianes en la polis.
  • Alma concupiscible: Ubicada en el abdomen, su virtud es la templanza y la moderación. Corresponde a los productores en la polis.

La adecuación de alma y función es la perfección de la polis. Se establece la función en la polis dependiendo de la parte del alma que predomine.

Mito del Carro Alado

Como alegoría para describir las partes del alma y el afán del ser humano por el conocimiento del ser, Platón explica con el Mito del carro alado. La alegoría cuenta que tenemos dos caballos unidos a una Auriga. El caballo negro representa el alma concupiscible, por lo que quiere ir al mundo sensible, y el blanco representa el alma irascible, que con valentía y fortaleza va a ir a un mundo más perfecto que es el de las ideas. Si lo consigue, estará permitiendo que se pueda llegar al mundo de donde provenía el alma y se alcanza un estado de perfección.

Símbolos del Mito del Carro Alado
  • Caballo negro: Representa el alma concupiscible, atada al cuerpo y al mundo sensible. Requiere moderación y templanza para ser guiado hacia el mundo de las ideas por la auriga.
  • Caballo blanco: Representa el alma irascible, que arrastra con valentía y fortaleza hacia el mundo de las ideas (inmortal).
  • Auriga: Representa el alma racional, inmortal y que siempre ha pertenecido al mundo de las ideas.

Teoría de las Ideas y el Conocimiento

Sócrates consideraba que existían verdades universales iguales para todos y que este concepto universal siempre era el mismo. Platón parte de esta idea añadiendo que estas verdades universales no se obtenían en el Mundo Sensible, heredando la misma concepción del mundo sensible de Heráclito (todo es movimiento y devenir), sino en el Mundo de las Ideas, que es el encargado de mostrar la verdadera realidad.

Las Ideas son esencias o formas de las cosas sensibles que existen más allá de la mente, son inmutables, eternas, absolutas, reales, captadas a través del entendimiento o conocimiento, características que comparte con el Ser de Parménides. Están clasificadas según una jerarquía.

Jerarquía de las Ideas

En la cúspide, la Idea a alcanzar es la Idea del Bien. En el estamento anterior está la idea de la Percepción máxima que nos permite ver la realidad, más abajo el resto de ideas morales (belleza, justicia, valor…), debajo de esta las ideas que determinan la relación entre seres como las ideas matemáticas de la Igualdad, Diferencia, tras ella la idea de los números como la unidad y la dualidad. En la base de la pirámide, la idea más básica que es la idea de las cosas naturales: hombre, caballo, objetos…

Relación entre el Mundo Sensible y el Mundo de las Ideas

Según el filósofo Platón, existe una relación entre el mundo sensible y el mundo de las ideas basado en tres factores:

  • Participación (Méthexis): Indica que las ideas son un modelo a alcanzar en el Mundo Sensible, donde no existen físicamente, y las cosas sensibles las imitan o participan de ellas.
  • Reminiscencia o Anamnesis: Indica que conocer es recordar. Estamos compuestos por cuerpo (mundo físico) y alma (mundo de las ideas). Sin embargo, tenemos el alma encarcelada en el cuerpo y debe hacer un esfuerzo para recordar y alcanzar el conocimiento mediante el recuerdo.
  • Dialéctica: Se corresponderá con la Noésis, la cual nos enseña que para alcanzar el saber máximo, la Idea del Bien, debemos seguir un método ascendente y progresivo que a la vez nos enseñará que debemos descender y adquirir las ideas en niveles inferiores para poder conseguir llegar a la cúspide. Por ende, a través de la Dialéctica podemos denotar qué rasgos comunes, o en definitiva, qué esencias o Ideas subyacen a las cosas particulares.

El Símil de la Línea

La teoría del conocimiento se explica con el símil de la línea con dos ideas principales: La opinión o doxa y la ciencia o Episteme.

  • Opinión (Doxa): Tiene por objeto de conocimiento los seres del mundo sensible, y por ello, es un conocimiento de menor rango, que solo produce parecer, opinión, y que no es, por lo tanto, un auténtico conocimiento. Se divide en:
    • Eikasia (Imaginación): Usamos la imaginación y las conjeturas para intentar conocer, pero son sombras de los objetos reales, pues los percibimos a través de los sentidos.
    • Pistis (Creencia): Conocimiento de los objetos sensibles mismos.
  • Ciencia (Episteme): Con ella alcanzamos el conocimiento verdadero. Se divide en:
    • Dianoia (Conocimiento discursivo): Conocimiento de los objetos matemáticos, que se apoya en hipótesis y figuras sensibles.
    • Noesis (Conocimiento intuitivo): Conocimiento de las Ideas, alcanzado por la Dialéctica, culminando en la Idea del Bien.

Como último apunte de la filosofía platónica, nombramos al Eros Platónico, pues este es la pasión o deseo de saber, necesario para que el filósofo acceda al Mundo de las Ideas. Finalmente, la inteligencia ordenadora es el Demiurgo. Esta ordena la materia y los seres del mundo sensible en el espacio preexistente, siguiendo el modelo eterno de las Ideas.

Tomás de Aquino: Política y Relación Iglesia-Estado

La Mejor Forma de Gobierno

En cuanto a la política, Tomás de Aquino considera, siguiendo a Aristóteles, que el hombre es un ser social por naturaleza y que el fin del gobierno es ante todo el bien común; Apuntar y establecer una ley positiva que sea una prolongación de la ley eterna. Las formas de gobierno legítimas y buenas son la monarquía, la aristocracia y la democracia, si bien, en teoría, la monarquía es la mejor de ellas por su semejanza con el gobierno de Dios sobre el mundo. Santo Tomás va a optar sobre todo por una monarquía moderada o parlamentaria.

Por el contrario, la tiranía, la oligarquía y la demagogia son modos ilegítimos antagónicos a los anteriores que, en vez de perseguir el bien común, buscan el bien particular de los gobernantes. Por otra parte, llega a justificar el tiranicidio en determinadas circunstancias y siempre que sus consecuencias no sean peores que los males que se padecen bajo la tiranía.

La Relación entre Iglesia y Estado

A juicio del Aquinate (Santo Tomás de Aquino), el Estado es una institución relativamente autónoma que tiene como ámbito propio sus fines temporales, pero, como el fin sobrenatural del ser humano (la felicidad y por ende la salvación) es competencia de la Iglesia, el Estado se encuentra indirectamente supeditado a esta, ya que debe favorecer la consecución de dicho fin. De ahí que defienda el poder predominante del Papa sobre el Emperador en el orden de lo sobrenatural y espiritual. Así pues, en la filosofía tomista la relación entre el Estado y la Iglesia resulta, en cierto modo, semejante a la existente entre la razón y la fe.

Aristóteles: Ética, Virtudes y Política

Aristóteles, filósofo griego del siglo IV a.C. y discípulo de Platón, es conocido por sus contribuciones fundamentales en diversas áreas del conocimiento.

Ética Eudemonista

La concepción del ser humano va a determinar igualmente que la ética aristotélica sea una ética eudemonista (de eudaimonía, felicidad), que parte del hecho de que el fin último del hombre (su télos) es ser feliz, y esta felicidad dependerá de lo que él es. Lo que va a responder Aristóteles es que el hombre es feliz cuando realiza la función que le es propia, es decir, la función que le es propia según su tipo de alma. Por lo tanto, puesto que lo propio del hombre es el alma racional, no serán ni la actividad vegetativa que tenemos en común con las plantas, ni la actividad sensitiva que tenemos en común con los animales las que cumplan nuestra felicidad, sino que, siendo racionales, solo el uso de la razón puede conducirnos a la felicidad.

Las Virtudes

Aristóteles distingue entre virtudes éticas y virtudes dianoéticas.

Virtudes Éticas

Las virtudes éticas se refieren al mejor modo posible de comportarse en relación con los demás. Esta virtud es un hábito que adquirimos cuando nos acostumbramos a actuar de manera correcta en convivencia con otras personas. Aristóteles defendía que si queremos alcanzar la felicidad debemos elegir hábitos moderados, de acuerdo a un término medio, evitando las posturas extremas; no debemos actuar ni por el exceso, ni por el defecto. No obstante, hay que tener en cuenta que ese término medio es en cierta manera subjetivo, puesto que se ha de considerar de acuerdo a las circunstancias de la persona que ha de tomar la acción. Hay muchas virtudes éticas, como la generosidad, la valentía, la amistad… pero la más importante es la justicia. Aristóteles define la justicia como la virtud que implica la búsqueda del bien común en la sociedad. En ese sentido, a través de la justicia no solo hallamos una felicidad en clave individual, sino también en clave colectiva.

Virtudes Dianoéticas

Las virtudes dianoéticas, por su parte, están asociadas a la razón teórica. Entre las virtudes dianoéticas destacan: la sabiduría o la prudencia.

La prudencia nos ayuda a determinar cuál es el mejor modo de comportamiento en la práctica, cuando deliberamos acerca de las consecuencias de nuestros actos. Es una virtud intelectual, no práctica, porque tiene que ver con el modo en que empleamos la razón. Una persona prudente sabrá cuál es el punto medio en cada ocasión. Dice Aristóteles, de hecho, que acertar en el término medio es algo difícil y solo se consigue con el ejercicio continuo, con el hábito, que moldea el carácter. De ahí que la virtud se defina en Aristóteles como “un hábito de elegir un término medio relativo a nosotros”. Con esto, Aristóteles pretende criticar el intelectualismo moral de Sócrates, y seguido por Platón, ya que, para Aristóteles, no basta conocer el bien para practicarlo, pues podemos comprender que algo es lo mejor para nosotros y, sin embargo, no hacerlo, debido a una voluntad débil que no ha sabido crear el hábito de elegir bien.

El Hombre como Animal Social

Aristóteles sostiene que el ser humano debe vivir en la polis para ser feliz porque es un animal social cuya naturaleza se realiza plenamente en comunidad. La polis permite desarrollar virtudes, amistades y colaborar en la búsqueda del bien común, esenciales para alcanzar la felicidad.

Friedrich Nietzsche: Crítica a la Moral y el Superhombre

Visión del Hombre y el Superhombre

Nietzsche afirma una visión pesimista del hombre, un animal cuya única arma para defenderse del mundo es la inteligencia. El ser humano es débil e indefenso y, sin embargo, se cree el centro de la naturaleza. Por ello, Nietzsche considera que el ser humano sigue evolucionando y es solo un puente hacia el superhombre. El hombre es algo cambiante, en tanto que es vida, y tras una serie de transformaciones conseguirá superarse a sí mismo en el superhombre, aquel que tiene Voluntad de Poder, no de verdad.

Crítica a la Moral Tradicional

El hombre débil, anterior al superhombre, sigue los dictados de la moral tradicional. Se trata de una moral de los esclavos donde lo fundamental es la resignación y el rechazo a la vida. Es antinatural, niega los instintos vitales, y su fundamento ha sido Dios, o la Razón entendida también como un dios por la Voluntad de Verdad. Dios o la Razón entendida como dios, ha sido el fundamento no solo de la moral sino también de la idea de que existe una verdad única. En este sentido, Dios es un impedimento para la Voluntad de Poder y para el advenimiento del superhombre.

La Muerte de Dios y el Nihilismo

Por ello, para que el superhombre pueda llegar a ser, hay que acabar con Dios y acabar con la Voluntad de Verdad que este representa. “Dios ha muerto, nosotros lo hemos matado”. De este modo, caemos en el nihilismo. Este puede tener dos sentidos:

  • Nihilismo negativo: Una situación de desorientación en la que cae el hombre occidental que se ha desembarazado de Dios, pero aún no encuentra sentido a la existencia.
  • Nihilismo positivo: La muerte de Dios es una oportunidad para la transmutación de los valores y el surgimiento del superhombre.

La Transmutación de los Valores

Esta transmutación de los valores debe devolver las cosas donde les corresponde. Lo bueno es lo que impulsa o acrecienta la vida y lo malo es aquello que disminuye o debilita la plenitud vital. Esta transmutación será hecha por el superhombre, producto de la evolución desde el hombre débil, racional y dominado por la Voluntad de Verdad, hacia un ser humano fuerte, instintivo, con Voluntad de Poder.

Estadios hacia el Superhombre

Esta evolución del espíritu hasta el superhombre pasa por tres estadios:

  1. El camello: Representa el espíritu del ser humano doblegado por los valores contrarios a la vida que ha impuesto el cristianismo.
  2. El león: Representa la rebeldía y la ruptura con lo anterior; en esta etapa aún no puede crear valores.
  3. El niño: Representa la inocencia y toma la vida como un juego, fin en sí mismo. Este último es la representación del superhombre, que tiene la Voluntad de Poder y admite la vida como un Eterno Retorno. El superhombre es un creador constante de nuevos valores y rechaza la moral del esclavo.