El Novecentismo y las Variedades Geográficas del Español: Características y Contexto Histórico

El Novecentismo y la Generación de 1914

Se conoce como Novecentismo el movimiento cultural que, utilizando como nombre el nuevo siglo, se opone a cuanto se considera propio del ochocientos. De este nuevo movimiento se hacen eco publicaciones como Prometeo y la Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset.

En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial, y esta fecha dará nombre a esta generación por ser, además, el año en que hace su aparición pública la Liga de Educación Política. El Novecentismo presupone un tipo de intelectual diferente; ya no se trata de los bohemios modernistas, sino de profesionales sólidamente formados.

Características de los escritores novecentistas

Los novecentistas, también conocidos como la Generación de 1914, comparten una serie de rasgos distintivos:

  • Racionalismo: Prefieren el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo, y la claridad expositiva.
  • Antirromanticismo: Se rechaza lo sentimental y se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas y serenas, y la expresión intelectual de las emociones.
  • Defensa del arte puro: El arte ha de tener entidad por sí mismo y debe limitarse a proporcionar placer estético. Ortega y Gasset propugnó estas ideas en su ensayo La deshumanización del arte.
  • Aristocratismo intelectual: Los textos se dirigen a minorías selectas.
  • Estilo cuidado: Se rechaza tanto el oropel modernista como el realismo vulgar. Se persigue un estilo pulcro y depurado.

Muchos de ellos participan en la vida política de su época, son reformistas y republicanos, se consideran europeístas y quieren modernizar a la vieja España.

Géneros y autores destacados

La crítica agrupa bajo el nombre de Novecentismo a ensayistas como Ortega y Gasset y D’Ors, y a novelistas como Ramón Pérez de Ayala, surgidos hacia 1914. Adoptan una actitud minoritaria e intelectual, defendiendo el arte puro y la literatura.

La Novela

La novela novecentista se caracteriza por la intelectualización y la búsqueda de un estilo depurado.

  • Gabriel Miró: En sus novelas encontramos acumulación de sensaciones y la idealización del paisaje. Sus obras más conocidas son Las cerezas del cementerio y El obispo leproso.
  • Ramón Pérez de Ayala: Combina a la perfección el simbolismo modernista con la actitud intelectual novecentista en sus novelas más importantes: Belarmino y Apolonio y Tigre Juan.

El Ensayo

Los novecentistas comparten una sólida formación universitaria, el espíritu científico, la fe en el porvenir de España, la vocación europeísta y el talante liberal.

  • José Ortega y Gasset: El gran ensayista del movimiento. Destaca Meditaciones del Quijote. Sus ideas estéticas figuran en La deshumanización del arte, España invertebrada y La rebelión de las masas (sobre temas sociológicos). El espectador trata asuntos diversos: sociales, políticos y literarios.
  • Eugenio d’Ors: Autor de Las ideas y las formas y La filosofía del hombre que trabaja y juega.
  • Otros autores: Manuel Azaña escribe la novela El jardín de los frailes y ensayos políticos. Gregorio Marañón cultiva la biografía de personajes históricos y mitos literarios como Don Juan. Conviene citar también a Santiago Ramón y Cajal, autor del ensayo El mundo visto a los ochenta años, y a Menéndez Pidal.

La Poesía: Juan Ramón Jiménez

Destacamos a Juan Ramón Jiménez, cuya evolución poética discurre en tres etapas:

  1. Época sensitiva: El modernismo más brillante. Obras: Arias tristes, La soledad sonora y el libro en prosa poética Platero y yo.
  2. Época intelectual: La poesía se despoja de la imagen y se convierte en forma de conocimiento. Sus libros esenciales son Diario de un poeta recién casado y Eternidades.
  3. Época suficiente: Profundiza el camino del conocimiento y la aspiración al absoluto. Obras: Animal de fondo y Dios deseado y deseante.

Las Variedades Geográficas del Español

La lengua, instrumento fundamental de comunicación social entre miembros de una determinada comunidad lingüística, es la principal seña de identidad de dicha comunidad. Las lenguas son sistemas vivos y dinámicos que no pueden separarse de su propia historia: su pasado y su presente van conformando su propia estructura.

Los cambios se van produciendo por el contacto con otras lenguas y por la incorporación de nuevos vocablos y conceptos. Se producen, así, las variedades lingüísticas o conjunto de elementos lingüísticos, relacionados con factores sociales, comunicativos o geográficos que caracterizan el uso diferente y específico de una lengua. Estas variedades geográficas explican la fragmentación que experimenta una lengua al extenderse por un espacio. Son los llamados dialectos y hablas locales.

Conceptos fundamentales

Desde el punto de vista histórico, todas las lenguas son dialectos de otras anteriores. Sin embargo, desde una perspectiva diacrónica, se establecen las siguientes distinciones:

  • Lengua: Es un sistema lingüístico que:
    • Se habla en un territorio de cierta extensión y por una amplia comunidad social.
    • Tiene un alto grado de diferenciación respecto a las demás lenguas.
    • Posee una importante tradición literaria.
  • Dialecto: Es una variedad que está subordinada a otra lengua, no posee rasgos unitarios compartidos por todos los hablantes y no cuenta con tradición literaria; es más bien una variedad oral.
  • Habla local: Es una variedad lingüística que se da en una zona geográfica muy reducida, comarca o ciudad.

Contexto histórico de la diversidad lingüística española

La situación lingüística española es resultado de la historia y se fundamenta en dos hechos singulares: la colonización romana, que logró la unificación lingüística al imponer el latín sobre las demás lenguas prerromanas en toda la Península, y la invasión musulmana posterior, que aportó la influencia significativa del árabe.

En la actualidad, España goza de una gran diversidad lingüística. El castellano es reconocido como lengua oficial del Estado español; el catalán, el valenciano, el gallego y el vasco son, asimismo, lenguas cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas. A pesar de esta diversidad, el castellano mantiene una fuerte unidad, aunque presenta distintas variedades dialectales: los llamados dialectos históricos y los dialectos actuales.

Dialectos históricos

Son variedades derivadas directamente del latín y simultáneas al castellano que no se convirtieron en lengua, sino que fueron absorbidas por la influencia castellana. Son básicamente dos:

  • Asturleonés: Surge en el antiguo reino de León. Hoy perviven algunos rasgos fónicos y morfológicos de carácter arcaizante, distribuidos en Asturias.
    • Rasgos significativos: Cierre de la vocal final de palabras (ej. comió = comiú).
    • Los grupos -as, -éis, -an se pronuncian -es, -éis, -en (ej. las vacas > les vaques).
    • La L- inicial se pronuncia LL- en leonés del norte y central (ej. lobo > llobu).
  • Aragonés: Fue la lengua de la corte de Aragón. Se conserva en algunos valles pirenaicos y solo en algunos rasgos.
    • Rasgos significativos: El grupo -kt- latino intervocálico evoluciona a -it- (ej. pectum > peito).
    • La L- inicial se transforma en LL-.
    • Los grupos latinos pl-, cl- o fl- se conservan.

Dialectos actuales

En el castellano actual se distinguen dos variedades dialectales o geográficas: los dialectos septentrionales, próximos a la norma, y los dialectos meridionales, más diferenciados. El andaluz, el extremeño, el murciano y el canario son los dialectos meridionales del castellano.