Fundamentos Biológicos y Políticos de la Sociabilidad Humana: Poder y Legitimación Social

Fundamentos Biológicos de la Sociabilidad Humana

Desde un punto de vista biológico, somos sociales porque nos movemos en la indeterminación instintiva. Carecemos de pautas automáticas para actuar, necesitamos el aprendizaje y el “cuerpo social” para posibilitarlo. Además, esta sociabilidad se fundamenta en:

  • Largo período de inmadurez: En la mayoría de las especies animales, las crías tardan relativamente poco tiempo en hacerse adultas y autosuficientes. En cambio, en el ser humano, las crías nacen “prematuras” y, por ello, los adultos deben ocuparse durante mucho tiempo de sus crías.
  • Carencia de cualidades físicas destacables: Debemos agruparnos y trabajar en equipo si queremos sobrevivir, como así lo hemos hecho históricamente.

Socialización: Proceso de Integración Cultural

La socialización es el proceso de aprendizaje mediante el que nos integramos en la comunidad de la que formamos parte. Consiste en la adquisición e interiorización de las reglas, los principios y las costumbres de la cultura en la que vivimos. Esta asimilación permite la identificación con nuestro grupo.

Gracias a la socialización adquirimos conocimientos, establecemos vínculos afectivos y modelamos nuestra conducta y personalidad. Posibilita la empatía, es decir, nos permite ponernos en el lugar del otro. Todo ello forma parte del proceso de humanización.

Agentes de la Socialización

Los agentes de la socialización son:

  1. La familia
  2. La escuela
  3. El grupo de iguales
  4. Los medios de comunicación.


Tensiones en la Sociabilidad Humana

El ser humano, para poder desarrollarse, necesita de un entorno social, pero, a veces, la convivencia produce tensiones y conflictos:

El rechazo. Se ocasiona cuando un grupo social mayoritario no acepta o no reconoce a algunos individuos como miembros de pleno derecho. Suele producirse motivado por una valoración negativa de las conductas de estas personas, que son rechazadas por parte del grupo social mayoritario. No se ven como normales y se califican de desviadas, anormales, peligrosas, etc.

La autoexclusión. Es lo contrario al rechazo social. En este caso es el individuo el que no quiere identificarse con los parámetros culturales de su comunidad. No los acepta y, por lo tanto, vive ignorando las normas culturales de su grupo.

Consecuencias de las Tensiones Sociales

Esto provoca unas determinadas consecuencias:

La marginación. Es el resultado tanto del rechazo social como de la autoexclusión, y consiste en una situación de aislamiento y de segregación respecto al grupo social. Cuando la integración se vuelve muy difícil, el individuo se vuelca, habitualmente, en el desarrollo de estilos de vida alternativos a los convencionales.

La violencia. Causa el rechazo social, pero también es la consecuencia de este rechazo. Cuando los individuos muestran una agresividad que sobrepasa lo que una sociedad considera como normal, entonces son rechazados y sancionados. Pero el proceso puede generar que algunos individuos reaccionen a su exclusión de modo violento y con enfrentamientos.


El Ser Humano como Animal Político

Aristóteles denominaba al ser humano como animal político. Desde el momento en que posee logos (palabra, razón), su comunicación no se limita a las sensaciones y estados primarios de bienestar, sino que es capaz de nombrar cosas tan abstractas y fascinantes como “justicia” o “bien”, tal y como vimos en el fragmento de su libro Política. Es la propia sociabilidad del ser humano la que lleva a la necesidad de establecer normas y leyes para poder organizarse. Platón, en el Protágoras, muestra este proceso a través del lenguaje mitológico.


Conceptos Fundamentales: Poder y Autoridad

Definimos el poder como la capacidad que tiene una persona o un grupo para imponer su voluntad sobre la de los otros. Por eso, en toda relación de poder, uno de los elementos queda controlado por el otro. Según esta aproximación, el poder impregna todos los ámbitos de nuestra vida (familia, educación, empresas, relaciones de pareja, etc.).

El poder político es aquel que se da en la organización de la comunidad o sociedad. Es el poder de los que influyen en la administración, el control y la distribución del bien común.


Legitimación: La Justificación del Poder

Concepto de legitimación: Tener autoridad es tener derecho a mandar o derecho a dirigir. Alguien tiene autoridad cuando los demás le obedecen no porque se sientan intimidados, sino porque reconocen el derecho del otro a mandarles. Es decir, la autoridad no es sinónimo de poder, sino de poder legitimado. El concepto de legitimación coincide con el de justificación.


Las Formas de Legitimación según Max Weber

Hay consenso en reconocer la necesidad de justificar y legitimar el poder político para, así, hacerlo más eficaz. Esto ha ocurrido en todas las épocas históricas, pero ha habido variación en las formas empleadas para hacerlo. Según Max Weber, las formas más características a nivel histórico son las siguientes:

Legitimación Tradicional
El poder se legitima por recurso a la tradición: parece natural que quien detenta el poder lo siga haciendo. La autoridad no se apoya en cuestiones racionales, como la capacidad del gobernante. Ejemplos: Monarquías.
Legitimación Carismática
El poder se legitima por recurso al carisma, en una especie de don que poseen algunas personas. Esta legitimación es similar a la tradicional, pero la diferencia es que esta capacidad se considera personal y no hereditaria. Ejemplos: Hitler, Che Guevara.
Legitimación Racional-Legal
El poder se legitima por recurso a la ley, que emana de la voluntad popular, es decir, ha sido establecida democráticamente. El Estado se compromete a respetar las leyes. Casi nunca se da de modo puro, sino en combinación con algún elemento de las otras dos. A los líderes políticos no solo se les pide capacidad organizativa, sino que se les exige carisma.