Francisco de Goya: Un Genio de la Pintura Española
Francisco de Goya es uno de los pintores españoles más importantes de todos los tiempos. Nacido en Fuendetodos, un pueblo de Zaragoza, a mediados del siglo XVIII, su vida y obra estuvieron profundamente marcadas por las ideas de la Revolución Francesa y la Guerra de la Independencia. Este convulso periodo histórico significó la transición entre el Antiguo Régimen y el Régimen liberal, coincidiendo con el reinado de tres monarcas Borbones: Carlos III, Carlos IV y Fernando VII.
Un Legado Artístico Diverso y Evolutivo
La obra de Goya es extraordinariamente extensa y variada en cuanto a géneros, técnicas y soportes. Cultivó la pintura religiosa, costumbrista, histórica y el retrato. Experimentó con diversas técnicas como el óleo sobre lienzo, la pintura mural, y también realizó obras de menor formato sobre hojalata. Sus series de grabados alcanzaron una gran relevancia. En su producción se percibe la influencia de grandes maestros como Velázquez, especialmente en sus paisajes y uso de la luz, y Rembrandt, notable en sus retratos psicológicos. Asimismo, la Ilustración, corriente de pensamiento que Goya conocía a la perfección, nutrió su pensamiento y su arte.
Etapas Clave en la Obra de Goya
El extenso trabajo de Goya se caracterizó por una constante evolución, lo que permite distinguir varias etapas significativas en su vida y obra:
1ª Etapa: Formación y Primeros Pasos (1762 – 1775)
Esta etapa de formación se desarrolló en Zaragoza. Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde conoció a Bayeu y completó su aprendizaje con un viaje a Italia. A su regreso a Zaragoza, pintó una bóveda en la Basílica del Pilar y las paredes de la Cartuja de Aula Dei con escenas de la vida de la Virgen, mostrando un estilo neoclásico.
2ª Etapa: La Real Fábrica de Tapices y el Retrato Cortesano (1775 – 1792)
De vuelta en Madrid, Goya trabajó en la Real Fábrica de Tapices, creando cartones para tapices. Aunque la temática impuesta limitaba su desarrollo personal, depuró enormemente su técnica. Su obra en esta fase refleja una visión alegre de la vida popular. Destacan cartones como El Quitasol, La gallina ciega y El pelele. Durante este periodo, fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y, posteriormente, pintor de Cámara de Carlos IV. Comienzan a surgir sus retratos cortesanos, como el de los Duques de Osuna.
3ª Etapa: La Sordera, la Ilustración y la Crítica Social (1792 – 1808)
La progresiva sordera de Goya marcó profundamente su vida, volviéndolo más introspectivo y amargo. Las ideas de la Ilustración inspiraron su obra más personal: Los Caprichos. Esta serie de grabados criticó la sociedad española por su atraso y superstición. Uno de los grabados más célebres es El sueño de la razón produce monstruos. Paralelamente, continuó su labor como pintor de la Corte, creando obras maestras como La familia real de Carlos IV, retratos psicológicos que trascienden las cualidades morales de los representados. Son también muy importantes los retratos de la Duquesa de Alba, uno vestida y otro desnuda. Realizó murales al fresco para la iglesia de San Antonio de la Florida, donde la temática religiosa parece fusionarse con la representación de escenas de diversión popular.
4ª Etapa: Guerra, Exilio y las Pinturas Negras (1808 – 1828)
La Guerra de la Independencia marcó de forma indeleble la vida y obra de Goya. En 1814, pintó dos cuadros históricos sobre este acontecimiento: El levantamiento del 2 de mayo y Los fusilamientos del 3 de mayo. De 1819, fecha en que se retiró a su casa a orillas del Manzanares (la Quinta del Sordo), datan las célebres Pinturas Negras, que decoran sus paredes. Estas obras, con temas desagradables y violentos como Saturno devorando a un hijo, reflejan una profunda oscuridad. Tras el Trienio Liberal, Goya se exilió a Burdeos en 1824, donde pintó uno de sus últimos cuadros, La lechera de Burdeos, recuperando una luz y un color que algunos especialistas interpretan como un signo de esperanza.
El Legado Precursor de Goya
Goya fue un pintor excepcional que trascendió su época, anticipando grandes movimientos pictóricos de los siglos XIX y XX. Se le considera iniciador del Romanticismo por dar protagonismo al pueblo en sus obras (como en La carga de los mamelucos). Con la luz y el color de sus últimos cuadros, como La lechera de Burdeos, anticipó el Impresionismo. Las Pinturas Negras son el antecedente más claro del Expresionismo. La interpretación de los grabados de Los Caprichos como fruto del sueño y el subconsciente anticipó el Surrealismo, y la obra El perro semihundido, de las Pinturas Negras, es un precedente de la pintura abstracta.
Análisis de “Los fusilamientos del 3 de mayo”
En 1808, el ejército francés invadió la Península Ibérica, provocando el levantamiento del pueblo español, como ocurrió en Madrid el 2 de mayo. Al día siguiente, comenzó la represión de este levantamiento, un evento que Goya inmortalizó en su obra.
Los fusilamientos del 3 de mayo es un cuadro de gran formato, pintado al óleo sobre lienzo por Francisco de Goya en 1814. Representa un tema histórico poco heroico, mostrando la ejecución de un grupo de patriotas españoles a manos del ejército francés.
La escena se desarrolla en un exterior nocturno de Madrid, identificado con la montaña del Príncipe Pío. A la izquierda, un grupo de patriotas está siendo ejecutado, mientras que a la derecha, un pelotón de soldados franceses, deshumanizados y de espaldas al espectador, actúa como una máquina de matar. Un farol ilumina la escena, creando un fuerte contraste.
Formalmente, la composición se organiza en dos grupos, presentando una cierta profundidad a través de la disposición de las figuras en dos líneas diagonales. Las figuras del pelotón de fusilamiento están deshumanizadas al no mostrar sus rostros. En contraste, los patriotas exhiben una enorme expresividad ante la muerte: algunos cubren sus rostros angustiados, otros muestran rabia, y la figura central, con valentía, personifica el sacrificio por la salvación de su pueblo, identificada con Cristo por las marcas en sus manos. Predomina una gama de colores oscuros, a excepción del personaje con la camisa blanca, que recibe toda la luz. Para Goya, la luz posee un significado simbólico, representando la verdad y la razón. La pincelada de Goya es suelta, gruesa y rápida, lo que permite transmitir una mayor expresividad.
Este cuadro fue concebido como un homenaje al pueblo español en un momento crucial de su historia reciente, ante el nuevo gobierno de Fernando VII. Por tanto, cumple una función histórica y conmemorativa. Además, Goya se adelantó a su tiempo, ya que Los fusilamientos del 3 de mayo sirvió de inspiración para el movimiento del Expresionismo en el siglo XX.