Características y Evolución del Arte Renacentista: Arquitectura, Escultura y Pintura

Arquitectura Renacentista: Características Fundamentales

Además de todas las características antes citadas, podemos señalar las siguientes:

Racionalidad en las Formas Artísticas

A la hora de construir se aplica el método científico-matemático. Para conseguir este objetivo:

  • Se recuperan los órdenes clásicos y muchos elementos de la antigüedad como los frontones o los entablamientos.
  • Se organiza el espacio de acuerdo a las leyes de la perspectiva, destacando la llamada “pirámide visual” de Brunelleschi.
  • Se usarán formas perfectas como el círculo o el cuadrado, por ejemplo, con arcos de medio punto, plantas basilicales o rectangulares, etcétera.
  • La decoración será muy importante, destacando los grotescos, medallones y columnas balaustradas.

Orden, Proporción, Simetría y Armonía

Todas las partes del edificio guardan proporción y simetría entre sí. Además, como en la época clásica, hay una búsqueda de la armonía visual.

Arquitectura del Cinquecento y Manierismo

Si el Quattrocento había sido una etapa de predominio florentino, el Cinquecento fue una época de predominio romano gracias a los papas de la época. La obra más importante de la época es la iglesia de San Pedro del Vaticano.

Basílica de San Pedro del Vaticano (1502-1626)

El proyecto de la basílica de San Pedro del Vaticano fue encargado por el papa Julio II a Alberti en 1452, pero este solo llega a derribar la basílica, pasando el proyecto a Bramante, que a partir de 1502 concibe una planta de cruz griega con cúpula bizantina que descansaría sobre cuatro pilares. A su muerte, los dos siguientes arquitectos, Rafael y Antonio de Sangallo, van a idear una planta de cruz latina, pero finalmente Miguel Ángel acabará basándose en el plan de Bramante, pero simplificándolo. La cúpula de San Pedro está basada en la de Santa María del Fiore y, como esta, tendrá también dos cúpulas para contrarrestarse la una a la otra y coronada por una gran linterna. La obra de San Pedro adquirirá su aspecto definitivo en el Barroco de la mano de Bernini.

El Manierismo Arquitectónico

La arquitectura manierista se inicia en el segundo tercio del siglo XVI y se caracteriza por alterar el equilibrio y la armonía de los edificios, sometiéndolos a tensiones y movimientos, con fachadas que se curvan, ventanas redondas y tendencia a lo asimétrico, poniendo las bases de la posterior arquitectura barroca.

Los dos arquitectos más importantes del periodo serán Andrea Vignola y Palladio.

Andrea Vignola y la Iglesia del Gesù

El primero será autor de la iglesia del Gesù de Roma, inspirada en San Andrés de Mantúa y en la fachada de Santa María Novella. Es un edificio de cruz latina con una sola nave y capillas que será importante por ser el primer edificio jesuita, difundiéndose mucho durante el Barroco.

Palladio y la Villa Rotonda

En cuanto a Palladio, fue un gran tratadista y conocedor de la arquitectura clásica, lo que le llevó a construir edificios de mármol blanco con frontones y columnas de orden gigante. Su obra más importante será la “Villa Rotonda” o “Villa Capra”, un edificio cuadrado con planta circular inserta y cuatro fachadas iguales. Palladio será considerado el último arquitecto que reinterpretó el pasado clásico, siendo imitado siglos después en el Neoclasicismo.

Escultura Renacentista: Rasgos Distintivos

En general, son aplicables en la escultura todas las características citadas en relación con el Renacimiento, además de las cuales tenemos las siguientes:

Temática Laica y Religiosa

Las esculturas pueden estar basadas tanto en la Biblia como en la mitología griega.

Búsqueda del Ideal de Belleza Clásico

Más que representar la narración de temas como en la Edad Media, se busca representar la anatomía humana de una manera perfecta y expresando el ideal de belleza clásico.

Uso de la Perspectiva

La preocupación por la perspectiva será común en todas las artes del Renacimiento. En la escultura destaca la perspectiva y profundidad en relieves como las “Puertas del Paraíso”.

Materiales Predominantes

Los más usados serán el bronce, el mármol y el alabastro. En España, la madera policromada.

La Escultura Renacentista Española

Tal y como ocurrió con la arquitectura, la escultura renacentista se fue imponiendo poco a poco en España, rompiendo con las formas propias del gótico flamenco. No obstante, al mezclarse con elementos típicamente españoles, se va a originar un arte escultórico muy diferente del italiano. Por ejemplo, la temática casi en exclusividad será la religiosa, siendo los soportes más usados el sepulcro y el retablo. Por su parte, el material más utilizado será la madera policromada.

Durante las primeras décadas del siglo XVI conviven las formas góticas con las formas italianas que empiezan a imponerse a partir de 1520, cuando los autores españoles asumen el estilo italiano. El ejemplo más claro es el sepulcro de Juana y Felipe “el Hermoso” de Bartolomé Ordóñez, basado a su vez en el sepulcro realizado por Fancelli a los Reyes Católicos, ambos presentes en la Capilla Real de Granada.

Principales Escultores del Segundo Tercio del Siglo XVI

A partir del segundo tercio, las formas italianas se funden con el espíritu religioso español, destacando Alonso de Berruguete y Juan de Juni.

Alonso de Berruguete (1489-1561)

Se formó en Italia y destaca por un estilo nervioso y agitado, donde las figuras a menudo están alargadas y deformadas. Su obra más destacada es el retablo de San Benito en Valladolid, donde destaca especialmente la figura de San Sebastián. Otras obras importantes del autor son parte del relieve de la sillería de la catedral de Toledo, el sepulcro del cardenal Tavera y el retablo de la Epifanía en Valladolid, de importante dinamismo.

Juan de Juni (1507-1577)

Escultor que combinó en su obra la influencia francesa (país donde nació), la formación italiana y la espiritualidad castellana donde residió. Frente al dinamismo de Berruguete, Juan de Juni se caracterizará por su clasicismo, con figuras que se entrelazan y dialogan entre sí. Debemos destacar el “Santo entierro” y el “Entierro de Cristo”, ambas caracterizadas por su profundo patetismo.

Ya en el último tercio de siglo debemos destacar la obra de Leone y Pompeo Leoni “Carlos V dominando el furor”, presente en el Museo del Prado y de carácter muy manierista.

Pintura Renacentista: Orígenes y Técnicas

Los orígenes de la pintura renacentista han de ubicarse en las últimas etapas de la pintura gótica en Italia. Las características básicas son:

Temas y Belleza Idealizada

Al igual que en escultura, los temas principales van a ser los religiosos y los profanos, con una importante y progresiva preocupación por representar el paisaje y la belleza idealizada.

Evolución de las Técnicas

En cuanto a las técnicas, inicialmente se pintará al fresco y al temple, pero según vamos avanzando en el Quattrocento se empezará a utilizar por influencia flamenca el óleo.

Luz y Perspectiva

Empieza a aparecer el estudio de la luz (que se desarrollará principalmente durante el Barroco) y de la perspectiva geométrica o lineal que ya se había iniciado en la arquitectura con Brunelleschi y la llamada “Pirámide Visual” y la creación de un punto de fuga que también se usará en la pintura. Junto a esta, tendremos también la perspectiva natural (basada en la colocación de personas y objetos) y la perspectiva aérea (logrando la perspectiva a través de un cielo blanco de fondo).

El Greco: La Cima de la Pintura Renacentista Española

De todos los pintores españoles renacentistas, el más importante será Domenikos Theotokópoulos, más conocido como “El Greco”. Este pintor, nacido en Creta, se va a caracterizar por recoger en su estilo la influencia bizantina (por los iconos bizantinos, presentes en toda su obra), la influencia veneciana (por la importancia y el tratamiento del color, predominando en el autor los tonos azulados, el verde y el rojo), la influencia romana (especialmente el uso del retrato y la musculatura de muchas de sus figuras, influido por Miguel Ángel) y finalmente la influencia española, una vez se asiente en esta ciudad tras ser llamado por Felipe II.

En España en general y en Toledo en particular, entrará en contacto con la religiosidad y espiritualidad castellana, desarrollando sus obras más importantes como “El expolio” (donde Cristo con túnica roja y envuelto en una invisible mandorla, rodeado por personajes, es el gran protagonista) o el “Martirio de San Mauricio” (cuadro muy original con un plano terrenal y otro celestial y varias escenas en el mismo cuadro). De esa época es su cuadro más famoso, “El entierro del conde de Orgaz”.

El Entierro del Conde de Orgaz (1588)

Fue un encargo de un clérigo de la iglesia toledana de Santo Tomé. Al igual que en el “Martirio de San Mauricio”, el cuadro se divide en dos mitades. En el plano terrenal, presidido por la idea de la muerte, se representa el entierro del señor de Orgaz, mientras que en el plano celestial se produce el ascenso del difunto y la redención de la muerte. Lo más destacado, además del alargamiento de las figuras y el agrupamiento de estas, es el uso de la luz y del color en los distintos planos. En el celestial preside una luz blanquecina y tenemos a los personajes con mantos de colores brillantes, mientras que en el plano terrenal presiden los colores oscuros y negros.

De la parte final de su vida debemos destacar especialmente las representaciones que hace de la ciudad de Toledo, como en el “Laocoonte y sus hijos”, donde desarrolla la famosa escultura griega, o su “Vista de Toledo”, paisaje de colores verdosos y azulados.