Contexto Histórico del Período Arcaico Griego
Los Kouros (singular: Kouros) y las Korai (singular: Koré), primeras muestras de la escultura griega, pertenecen al período arcaico del arte griego. Se desarrollan en un espacio de tiempo bastante dilatado, de unos 300 años, concretamente entre los siglos VIII y V a.C. Durante este primer período, el arte griego se encuentra, metafóricamente hablando, en su juventud, en pleno desarrollo.
Consideramos que la época arcaica se inicia con los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en Olimpia en el año 776 a.C. Este período destaca por la colonización griega y es también en este tiempo cuando empiezan a aparecer las grandes «polis» de esta civilización. La cultura griega se extenderá por todo el Mediterráneo y comienzan a fijarse las tipologías de los templos, los órdenes arquitectónicos y las esculturas. En el ámbito literario, hay que destacar que surgen los poemas épicos del gran Homero: la Ilíada y la Odisea. Este período termina con las Guerras Médicas, que se inician en el año 490 a. C.
Rasgos de Estilo de la Escultura Arcaica
Antropocentrismo
Una de las características más destacadas de este estilo es la importancia del hombre como eje central en la cultura griega (como dijo el filósofo Protágoras), es decir, el antropocentrismo. El individuo está sometido al colectivo y no a un poder superior o a una religión jerarquizada. El arte griego, y en general toda la cultura griega, se basará en el hombre, que será la principal fuente de inspiración. Los Kouros son figuras inspiradas en jóvenes atletas, es decir, hombres en su máximo esplendor.
Religiosidad
La religiosidad griega es otro rasgo muy importante, ya que el hombre griego establece un sentimiento de relación con la divinidad. Los dioses son muy cercanos a los hombres y, por este motivo, los Kouros muchas veces representaban a un dios, podían servir como un objeto bello dedicado a una deidad o, incluso, podían ser el memorial de un hombre.
La Búsqueda de la Belleza
La concepción del arte como búsqueda de la belleza, definida por los filósofos, también nació en Grecia. Los griegos consideraban la belleza como una de las características más importantes de su arte y creían que todo aquello que no era bello era imperfecto. La suma de orden, equilibrio, proporción y simetría, es decir, la razón matemática, era todo lo que pretendían conseguir con sus obras. El objetivo era que toda la obra de arte alcanzara la máxima belleza. Los Kouroi son esculturas que intentan reflejar esta belleza y armonía proporcionada.
Materiales: Mármol y Bronce
Como material bello por excelencia en el arte griego, el mármol del Pentélico fue el que inicialmente se empleó para estas figuras. Los cosmetai, para complementar la belleza y el detalle de las esculturas, se encargaban de dar a la obra un toque cromático y utilizaban la cera púnica para su óptima conservación. El inconveniente del mármol era su falta de resistencia a la tracción, por lo que las figuras solo podían tener un movimiento centrípeto. Es decir, para que las extremidades no se deterioraran rápidamente, debían estar pegadas al cuerpo, impidiendo así que la figura pudiera tener movimientos abiertos.
Y apareció el bronce, la gran aleación entre cobre y estaño, que revolucionaría la escultura en el arte griego. El bronce es un material dúctil que debía ser modelado mediante la técnica de la fundición. A la hora de hacer esculturas, se fabricaban por partes utilizando el método de la cera perdida. Este sistema supuso un avance muy significativo en el arte griego, y los bronces tomaron un papel dominante en la escultura. Con el bronce, escultores como Mirón compondrán figuras de movimiento centrífugo. Con ello, la policromía también variará, añadiendo detalles como dientes de plata, labios de cobre o incrustaciones en los ojos.
Iconografía: Kouros y Korai
El Kouros: El Atleta Idealizado
El Kouros es una escultura de pie que representa la figura de un joven atleta vencedor de los juegos. Cumple con la ley de la frontalidad y su cuerpo, siempre desnudo, presenta una anatomía sumamente esquemática. Es un volumen redondo y lo consideramos de movimiento centrípeto por su rigidez y hieratismo. Se presenta en posición de avanzar y con una expresión hierática.
El rostro del Kouros busca una expresión serena y se caracteriza por su sonrisa arcaica. Tiene una mirada fija, con los ojos almendrados y saltones. El stefanos, una cinta que se adjudicaba a los vencedores de las Olimpiadas, es otro complemento que puede formar parte de los Kouros. Todos lucen un cabello largo y trenzado que cae por encima de los hombros. El tronco y las extremidades del Kouros son rígidos, aunque, como se puede ver en la posición de los pies (con una pierna adelantada), se busca una intención de avance. La mímesis y el naturalismo son dos conceptos que se intentaban plasmar en estas esculturas, aunque irán mejorando considerablemente con el paso de los siglos.
La Koré: La Doncella Vestida
La Koré es una escultura de pie que representa la figura de una doncella que, a diferencia de los Kouros, aparece siempre vestida. Las Korai presentan características muy similares a las de los Kouros. Los vestidos que llevan son un símbolo de pureza, a pesar de que estos trajes, a menudo ceñidos, permitían entrever la anatomía de la mujer. A medida que avanzan los siglos, los trajes se vuelven más complicados. A finales del siglo VI a. C. son decorados con pliegues diagonales, dando una sensación más dinámica, mientras que a principios del siglo V a. C. son más austeros, transmitiendo una sensación más serena con sus pliegues verticales.
Significado y Función de los Kouroi y Korai
- Significado
- Los Kouros representan a jóvenes atletas vencedores en los juegos, mientras que las Korai podrían ser jóvenes y castas sacerdotisas.
- Función
- Dado que estas estatuas se han encontrado en diversos lugares, como santuarios o tumbas, parece que podían tener finalidades diversas:
- Representación de un dios.
- Ofrenda dedicada a las divinidades.
- Homenaje a un atleta que había ganado en las competiciones deportivas.
- Monumento funerario en recuerdo de un difunto.
Es posible que entidades públicas o familias ricas de las polis griegas obsequiaran estas estatuas a los dioses para que intercedieran en su favor. Por lo tanto, encargaban a sus escultores estas figuras, inicialmente de mármol, que destinaban a dicho propósito. Este tipo de ritual se repetía generación tras generación y, por este motivo, las figuras no variaban significativamente ni en su forma ni en su posición. El conservadurismo de la época era visible en la sociedad; por miedo a malos augurios provocados por el cambio, el objeto de la ofrenda no se modificaba.