Diferencias Socioeconómicas entre el Paleolítico y el Neolítico
La etapa más prolongada en la prehistoria fue el Paleolítico. La economía era depredadora, basada en la caza y la recolección, lo que requería como condición necesaria grupos humanos reducidos que pudieran moverse por amplias zonas. En consecuencia, la forma de vida era nómada y se realizaban asentamientos estacionales junto a ríos y en cuevas.
Apenas existían diferencias sociales de importancia, ya que su reducido tamaño y la necesidad de cooperación en la caza reforzarían la cohesión interna y la igualdad entre sus miembros. Las únicas divisiones sociales debían estar causadas por las diferencias de género:
- Hombres dedicados a la caza.
- Mujeres dedicadas a la recolección y cuidado de ancianos y niños.
Los yacimientos más importantes del Paleolítico superior aparecieron en la cornisa cantábrica (Morín, Altamira, Tito Bustillo, etc.) y en el área mediterránea (Parpalló, Mallaetes, L’Arbreda, etcétera).
El Cambio al Neolítico
Posteriormente, en el Neolítico, el crecimiento de la población y la disminución de la caza obligaron a pasar de una economía depredadora a otra de producción, basada en la agricultura y la ganadería. En consecuencia, el hombre dejó de ser nómada para convertirse en sedentario, agrupándose en comunidades y formando poblados. Los grupos fueron adquiriendo una complejidad creciente y la división social del trabajo originó diferencias de riqueza y de poder entre sus miembros.
Desarrollo de las Áreas Celta e Íbera antes de la Conquista Romana
El nivel de desarrollo de los pueblos prerromanos estuvo directamente relacionado con la influencia recibida de los pueblos colonizadores (fenicios y griegos).
Área Ibérica (Sur y Levante)
Los íberos eran descendientes de los indígenas prehistóricos. Al recibir las influencias civilizadoras de griegos y fenicios, aumentaron su grado de civilización:
- Economía: Rica, con un activo comercio y uso frecuente de la moneda.
- Sociedad: Estructura social bastante evolucionada, dividida en grupos diferenciados por su poder o riqueza.
- Política: Organización de tipo estatal, siguiendo el modelo griego o fenicio de la ciudad-estado.
Área Celta (Norte, Centro y Oeste)
Los celtas y celtíberos estaban más alejados de la influencia de los colonizadores orientales. El área celta estaba más atrasada en todos los ámbitos, aunque existían grandes diferencias de desarrollo entre unos pueblos y otros. Cuanto más cerca estaban de los íberos, mayor desarrollo presentaban.
Concepto e Instrumentos de la Romanización en Hispania
Definición de Romanización
Se entiende por romanización el proceso de imposición y/o adaptación de los pueblos hispanos a las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales del Imperio Romano. El proceso de romanización de Hispania tuvo dos fases: la conquista militar y la integración de los pueblos hispanos en el Imperio Romano. Sin embargo, este fenómeno de aculturación no fue homogéneo, sino un proceso discontinuo:
- Área Ibérica (Sur y Levante): Más urbanizada y con formas de organización no muy diferentes de las de Roma, fue más fácil la conquista y su inserción en la civilización romana.
- Centro y Oeste: La romanización fue tanto más difícil cuanto menor era su grado de urbanización y desarrollo.
- Norte: La zona más atrasada y la última en conquistarse. La vida urbana era inexistente y los romanos no consiguieron desarrollarla ni imponer del todo su modelo de vida.
Instrumentos de Romanización
Este proceso se basó en varios pilares fundamentales:
- La extensión de la vida urbana: Se crearon nuevas ciudades, según el modelo romano, para romper las primitivas formas indígenas de organización económica, social y política.
- El papel del ejército: Fue uno de los más importantes en la difusión de la civilización romana, tanto por la presencia de las legiones como por la creación de campamentos estables que se convertían en núcleos urbanos.
- La fundación de colonias: El asentamiento de ciudadanos romanos en colonias de nueva creación o en tierras confiscadas a los indígenas también extendió el modelo de vida romano.
La Evolución Política de Al-Ándalus (711-1031)
La llegada de los musulmanes a la Península se debe a la confluencia de dos procesos simultáneos: la crisis interna de la monarquía visigoda (enfrentamientos entre partidarios de Rodrigo y de Witiza) y el movimiento expansivo del Islam. Así se creará, en palabras de Guichard, “una sociedad islámica en Occidente”.
1. Valiato o Emirato Dependiente (714-756)
Tras la batalla de Guadalete (711) y las campañas de Táriq y Muza, Al-Ándalus se convierte en una dependencia de la provincia de Ifriqiya, que a su vez obedece al califa omeya de Damasco. Durante este periodo hubo una gran inestabilidad a causa de los enfrentamientos entre árabes (aristocracia asentada en las zonas más fértiles) y bereberes (pastores asentados en la Meseta y zonas montañosas), que culmina con la rebelión bereber del 741 y la llegada de tropas sirias que formarán un nuevo grupo en disputa.
2. Emirato Independiente (756-929)
El asesinato en Oriente de la familia Omeya por los Abasíes (750) y la llegada de Abderramán I “El Emigrado” a Al-Ándalus señala el inicio del Emirato Independiente, marcando la independencia política de Al-Ándalus, aunque manteniendo la ficción califal o la dependencia religiosa. En esta etapa se consolida el poder musulmán y aparecen fuertes tensiones sociales y religiosas (como el movimiento de martirio de los mozárabes cordobeses).
3. Califato de Córdoba (929-1031)
El aplastamiento de todas las disidencias y la aparición del califato fatimí en Egipto decide al emir Abderramán III a nombrarse califa, comenzando así el Califato de Córdoba, la época de mayor esplendor cultural de Al-Ándalus, especialmente con Al-Hakam II. Con la llegada de Almanzor (*Al-Mansur*, “El Victorioso”), el Califato andalusí derivó en una dictadura militar, emprendiendo terribles *aceifas* (campañas militares) contra los reinos del norte (saqueo de Barcelona y Santiago). La muerte de Almanzor (1002) abre una etapa de luchas civiles en Al-Ándalus (la *Gran Fitna*) que terminarán con la aparición de los reinos de taifas y la desaparición del último califa (1031).
Etapas y Causas del Mapa Político de la Península Ibérica en el Siglo XIII
Podemos considerar la existencia de tres grandes etapas en este periodo, que abarca desde el año 711, inicios de la ocupación musulmana de casi toda la península, hasta finales del siglo XIII, cuando para finalizar la Reconquista, ya solo quedaba el Reino Nazarí de Granada.
Primera Etapa: Núcleos de Resistencia (Siglos VIII-X)
La conquista musulmana se frenó en torno a las cordilleras Cantábrica y Pirenaica, donde se formaron los siguientes núcleos de resistencia cristiana:
- Reinos y Condados Occidentales: Donde se refugiaron los visigodos. En el año 722, al mando de un noble hispanovisigodo llamado Pelayo, vencieron a los musulmanes, lo que permitió la creación del Reino de Asturias y proclamarse herederos de la legitimidad visigoda.
- Reinos y Condados Orientales: Entre el Ebro y los Pirineos, Carlomagno creará la Marca Hispánica y encomendará la gestión de esos condados pirenaicos a condes. Durante los siglos IX y X, navarros y catalanes progresivamente se van independizando de los reyes francos.
Segunda Etapa: Consolidación y Expansión (Siglos X-XI)
- El Reino Asturleonés: Alfonso III inicia, hacia el año 900, la expansión hasta el Duero. En la frontera oriental de este reino aparece, con el conde Fernán González, Castilla ya como condado independiente.
- El Reino de Navarra: El rey Sancho III une en sus manos Navarra, Castilla, León y Aragón. Pero al morir divide todo su patrimonio, y Navarra se queda constreñida entre los dos futuros grandes reinos: Castilla-León y Aragón.
Tercera Etapa: El Gran Avance (Siglos XI-XIII)
A partir del siglo XI, la expansión cristiana se centró en los territorios musulmanes. Este proceso se conoce como Reconquista.
- La Corona de Castilla: Logra dominar toda la cuenca del Duero, más tarde toma Toledo y lleva las fronteras hasta el Tajo. Después, con la decisiva Batalla de las Navas de Tolosa (1212), supuso la conquista del valle del Guadalquivir, tomando también Andalucía, Extremadura y Murcia.
- La Corona de Aragón: Consigue ocupar Zaragoza, Baleares y el Reino de Valencia. La Corona de Aragón pasó a estar formada por: Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares.
El mapa político de los reinos hispano-cristianos en el siglo XIV estaba dividido en tres unidades políticas principales: la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y Navarra, los cuales van a tener una unificación a finales del siglo XV con los Reyes Católicos.
La Unión Dinástica de Castilla y Aragón (Reyes Católicos)
Definición de Unión Dinástica
El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la Edad Moderna en España. Sin embargo, la unión (1469) entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón fue de tipo matrimonial, es decir, una unión dinástica: ambos reinos van a tener desde ahora los mismos monarcas.
En 1475 se formaliza la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón mediante la Concordia de Segovia, acuerdo por el que cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras. No es, pues, una unidad institucional de los dos reinos, es solo una unión personal, y no un estado centralista y unificado. Todos los reinos tendrán idénticos soberanos, pero los distintos reinos no formarán un solo Estado.
Comparativa de los Imperios de Carlos I y Felipe II
Posesiones de Carlos I (Carlos V)
Carlos I heredó un vasto y disperso imperio de cuatro líneas dinásticas:
- De sus abuelos maternos (Reyes Católicos): Las Coronas de Castilla y Aragón, con todas sus pertenencias en Italia, Norte de África y en América.
- De su abuela paterna (María de Borgoña): El Franco Condado, los Países Bajos y Borgoña.
- De su abuelo paterno (Maximiliano de Austria): Sus pertenencias en Alemania y Austria, además de los derechos al título de Emperador del Sacro Imperio Germánico.
Posesiones de Felipe II
Con la Paz de Augsburgo en 1555, y ante el fracaso en contener el protestantismo, Carlos I renunció a su estadía, dividiendo sus pertenencias:
- A su hermano Fernando, le cede los Estados Alemanes y el título imperial.
- A su hijo Felipe, le da la Monarquía Hispánica, sumándole los territorios borgoñones de los Países Bajos.
Felipe II inicia su periodo en 1556, heredando de su padre un gran imperio. Logra expandirse a América y a Filipinas, y en 1580, con la anexión de Portugal, ocasiona la Unión Ibérica.
Problemas Acarreados por los Imperios
La herencia recibida por Carlos I eran territorios heterogéneos que lo único que los unía era un monarca. La dispersión territorial menoscababa lo político y hacía difícil mantener la unidad religiosa bajo el Catolicismo y el ideal de Monarquía Universal.
- Carlos I: Buscó mantener los intereses de la Dinastía de Austria, y no siempre los intereses de los reinos Hispánicos. Su principal problema fue el enfrentamiento con Francia y con Turquía, y la lucha contra la expansión del luteranismo en Alemania.
- Felipe II: Le dio más importancia a los reinos Hispánicos, pero siguieron prevaleciendo los intereses dinásticos sobre los españoles. Se enfrentó contra los otomanos, Holanda y las Provincias Unidas de Inglaterra.
Ambos monarcas fracasaron en mantener la hegemonía en Europa bajo el Catolicismo y en gestionar eficazmente un legado territorial tan disperso, priorizando los intereses de su familia.
La Guerra de Sucesión Española: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Causas
La mayoría de los reinos europeos temían que las monarquías francesa e hispánica contaran con miembros de la misma familia (Borbones), puesto que esto significaba una fractura en el equilibrio internacional, al reforzar la hegemonía de Francia en el continente.
Por ello, en septiembre de 1701 se formó en La Haya la Gran Alianza, compuesta por Inglaterra, el Sacro Imperio Romano Germánico y las Provincias Unidas. Más tarde se unieron Saboya, Prusia y Portugal.
Desarrollo de la Guerra
En 1711 tuvo lugar un hecho definitivo para el curso de los acontecimientos: el fallecimiento de José I de Austria, tras el que el archiduque Carlos se convirtió en nuevo emperador. En consecuencia, Inglaterra y las Provincias Unidas temieron una posible hegemonía de la Casa de Habsburgo en Europa y rompieron la Gran Alianza a cambio de que Felipe V renunciara al trono francés.
Consecuencias
La guerra terminó y se negociaron unos acuerdos de paz, los Tratados de Utrecht y Rastadt, con los que España perdió sus últimas posesiones europeas (cedidas a Austria y Saboya) y Gran Bretaña pasó a ser la gran potencia naval.
Los Decretos de Nueva Planta y la Centralización Borbónica
Los Decretos de Nueva Planta
Los Decretos de Nueva Planta son leyes emitidas por Felipe V a medida que fue incorporando los territorios de la Corona de Aragón durante la Guerra de Sucesión. Así, en junio de 1707 se dictó el referido a Valencia y Aragón, en 1715 el de Mallorca y en 1716 el de Cataluña.
Los decretos consisten básicamente en la abolición de los fueros y leyes propias de estos territorios, que a partir de entonces quedan asimilados a las leyes de Castilla. Se suprimieron las Cortes de los diferentes territorios de la Corona de Aragón, así como el Consejo de Aragón y otras instituciones particulares. Los súbditos adquieren los mismos derechos en todo el territorio, de forma que desaparece la discriminación hasta entonces vigente para los castellanos en Aragón, y viceversa.
El Proceso de Centralización
Los Decretos de Nueva Planta constituyen un acontecimiento fundamental en la configuración de España como un estado centralizado y uniforme, con las mismas leyes en todo el territorio, modelo que Felipe V imita del francés. El mantenimiento de los fueros del País Vasco y Navarra, regiones que apoyaron a Felipe en la Guerra de Sucesión, fue la única excepción a este proceso centralizador del primer rey Borbón de España.
El Despotismo Ilustrado de Carlos III: Reformas y Contexto
La Ilustración como Base Ideológica
A lo largo del siglo XVIII, sobre todo durante el reinado de Carlos III, los Borbones llevaron a cabo un programa reformista cuya base intelectual fue la Ilustración. La Ilustración hunde sus raíces en el humanismo renacentista, y sus antecedentes más inmediatos son el racionalismo (Descartes) del siglo XVII y el auge alcanzado por las ciencias de la naturaleza, la investigación y la técnica (método científico con Newton a la cabeza).
La Ilustración se basó en el culto a la razón, ya que esta no solo podía explicar las leyes de la naturaleza, sino también a la sociedad y al hombre. En consecuencia, la sociedad se debía organizar racionalmente, rechazando la tradición y muchas viejas creencias y prácticas sociales. Progreso y felicidad fueron las dos grandes consignas de este siglo XVIII, expansivo y optimista.
Los Ilustrados Españoles y las Medidas Reformadoras
Los partidarios de la Ilustración en España consideraron que los objetivos políticos, económicos y sociales de la Ilustración eran la base adecuada para sacar a España de su decadencia. Estos ilustrados españoles formaban una pequeña minoría donde destacan nombres como: Feijoo, Campomanes, el Conde de Floridablanca, el Conde de Aranda, Jovellanos, etc., pertenecientes en su mayoría a la nobleza, pues España carecía de una burguesía capaz de hacer suyos estos ideales.
La reflexión a la que llegan estos ilustrados es la siguiente: la decadencia de España tiene como causa principal la mala situación económica. Solo dando un nuevo tono a la actividad económica se podrá dar nueva vitalidad al país, impulsando así las medidas reformadoras del Despotismo Ilustrado.