Introducción a la Arquitectura Románica
Los lazos de unión fueron las órdenes religiosas de Cluny y Císter, junto con las peregrinaciones a Roma y a Santiago de Compostela, que sirvieron como vehículo para la difusión de tendencias culturales, arquitectónicas y decorativas. Generalmente, los edificios eran sombríos y macizos, aptos para la meditación.
Características Constructivas del Románico
Desde el punto de vista constructivo, la arquitectura románica presenta las siguientes particularidades:
- Casi todo se labraba en piedra, utilizando el sillar y el sillarejo.
- El plan basilical adquirió gran complejidad, fragmentándose los espacios y añadiéndose torres, absidiolos, etc.
- Se empleó la bóveda, inicialmente con el fin práctico de evitar incendios. Posteriormente, todo el templo se cubrió con bóveda de medio cañón.
- Debido a esto, se cerraron ventanas y aumentó el grosor de las paredes con el fin de incrementar la resistencia del edificio.
- Se emplearon arcos perpiaños o fajones para reforzar la bóveda de cañón; estos descansaban su peso en columnas o pilares, mientras que en el exterior el empuje se contrarrestaba mediante contrafuertes.
- La nave central fue reforzada con naves laterales que se elevaban a la misma altura que la principal, dejando a esta última ciega y sin luz. Eran las naves laterales las que proporcionaban iluminación al templo.
- Otra solución importante fue la Tribuna, con la función social de aumentar la capacidad del templo (para acoger al mayor número de fieles) y también con una función tectónica, ya que la bóveda de cañón que la cubría actuaba como un arbotante para traspasar el empuje a los contrafuertes externos. La tendencia en el Gótico se orientaría en este sentido.
- En la intersección de la nave mayor y el crucero se construyeron cúpulas y linternas que contribuían a iluminar el altar, la parte más noble de la Iglesia. En las fachadas principales se abrían portadas, donde se concentraba la decoración.
- Las portadas solían ser de forma abocinada, formadas por diversos arcos concéntricos llamados ARQUIVOLTAS, apoyadas en sus respectivas columnas.
- Entre los motivos decorativos más utilizados se encuentran: medias bolas, puntas de diamante, dientes de sierra y el ajedrezado (que consiste en cuadrados llamados tacos y rectángulos llamados billetes, dispuestos alternativamente de forma saliente y rehundida).
- El edificio se remataba con una cornisa.
- La fisonomía externa del edificio se completaba con torres y campanarios. Estos últimos solían ser de forma cuadrada u octogonal.
- Si el templo albergaba reliquias importantes, estas se custodiaban en una cripta bajo el altar mayor, lo que hacía necesario el empleo de la girola o deambulatorio para que los fieles pudieran desfilar detrás de la cripta, dado que el acceso directo estaba prohibido.
- Otra característica de la arquitectura románica es la gran claridad de formas: los muros se separaban de las bóvedas mediante una línea de impostas que delimitaba perfectamente los elementos.
El Monasterio Románico: Centro de Vida y Arte
La gran creación de este periodo fue el MONASTERIO, una aportación fundamental de la arquitectura románica.
A la derecha de la iglesia se encontraba el claustro, un patio cuadrado o rectangular dividido en pandas, rodeado de galerías cubiertas. Este era el centro de comunicaciones, de paseo y de meditación; los capiteles y pilares esculpidos de sus galerías servían para la difusión de mensajes doctrinales.
Al sur se encontraba el refectorio o comedor colectivo, y al oeste solían hallarse la cocina, la cilla o almacén, las dependencias de los novicios, la enfermería, la botica, la biblioteca y los talleres. El cementerio, por último, solía situarse junto al ábside de la iglesia.
Todo el conjunto solía estar rodeado por jardines y huertos, aislados del exterior por un muro, tras el cual se extendían campos de labranza.
Casi todos se caracterizaban por sus grandes dimensiones, ya que en principio se suponía que debían albergar multitudes y evitar aglomeraciones. Las grandes dimensiones también se debían a que la grandeza era uno de los elementos fundamentales de la belleza en esa época y provocaba al peregrino un estremecimiento ante lo sublime, es decir, la emoción religiosa.
El Románico en España: El Camino de Santiago y sus Monumentos
En España, tenemos que destacar el Camino de Santiago debido al hallazgo de los restos del apóstol Santiago.
Entre estas construcciones cabe destacar: San Isidoro de León, la Catedral de Jaca o San Martín de Frómista.
La Catedral de Santiago de Compostela
Los comienzos de su construcción se sitúan hacia el año 1075, según una inscripción ubicada en el ábside central de la cabecera, que constituye la parte más antigua de la construcción. También intervino Bernardo el Joven.
El sepulcro del apóstol se sitúa en la cripta. Consta de un profundo crucero. Los apoyos son compuestos. Los arcos son peraltados y contribuyen a dar mayor esbeltez, aunque esta se ve frenada por los arcos fajones rebajados que disminuyen su verticalidad. Hay también algunos arcos lobulados que reflejan la influencia mozárabe o musulmana. La Tribuna constituye otro elemento importante.
Del siglo XI data la Portada de las Platerías de esta catedral, realizada por el maestro Esteban y diversos colaboradores.
En el último tercio del siglo XII, la Catedral de Santiago recibió El Pórtico de la Gloria del maestro Mateo. En él, hay que considerar dos partes principales: la arquitectónica y la escultórica, sin olvidar la pictórica, ya que en algunas esculturas aún quedan restos de policromía.
Desde el punto de vista arquitectónico, tiene un carácter pregótico, pues el maestro Mateo ya utiliza el arco ojival. El volumen de la figura se acrecienta de tal manera que la figura se yergue.