La Unidad Dinástica: Los Reyes Católicos
El matrimonio de Isabel de Castilla con Fernando de Aragón supuso la unión de los principales reinos peninsulares, al conseguir que una monarquía gobernara gran parte del territorio peninsular. Este matrimonio fue una unión dinástica, no política, cuyo objetivo era la unidad del Estado español. Castilla adquirió mayor relevancia económica y política. En el interior, establecieron una monarquía autoritaria, rasgo que caracteriza el paso a la Edad Moderna; en el exterior, consiguieron convertir a España en una de las primeras potencias de Europa.
El Estado Moderno y los Reyes Católicos
Los Reyes Católicos representan uno de los mejores exponentes de la monarquía autoritaria. Se denomina autoritaria porque trataron de aumentar su autoridad frente al poder de la nobleza y el clero, poniendo fin a una larga lucha de intereses a lo largo de la Edad Media. Este reforzamiento se manifestó en la centralización del poder. La unidad territorial lograda por los Reyes Católicos comprendió: Granada, el Rosellón, Cerdeña y la incorporación de Navarra.
Los Inicios del Reinado: El Problema Sucesorio
Isabel se convirtió en la reina de Castilla debido a que contrajo matrimonio con Fernando. Ella provocó que Enrique IV la desheredara y proclamara a Juana como sucesora. Pero Isabel supo cómo actuar, ya que, a la muerte de Enrique IV, se proclamó reina de Castilla. Así comenzó el problema de sucesión, que tendría doble carácter:
- Guerra Civil: Juana tuvo el apoyo de una parte de la nobleza, mientras que Isabel contó con el apoyo de un gran número de nobles.
- Guerra Internacional: Al lado de Juana se situaron Portugal y Francia; con Isabel estaba Aragón.
La Batalla de Toro fue decisiva, inclinando la balanza a favor de Isabel. El conflicto finalizó con la firma del Tratado de Alcaçovas, que reconocía a Isabel como reina de Castilla. Paralelamente a esto, en Aragón, falleció Juan II, dando lugar a que Fernando lo sucediera en el gobierno.
La Creación del Estado Moderno
Aunque hubo una unión dinástica, eso no significó la fusión de los dos reinos, ya que cada reino mantuvo sus instituciones, sus leyes… Por su tamaño, población y auge económico, Castilla desempeñó el papel hegemónico. Los reyes Isabel y Fernando, aplicando el título que les concedió el Papa por el éxito en la Reconquista del Reino de Granada, iniciaron un proceso destinado a reforzar la autoridad del Estado y la monarquía. El mérito de los Reyes Católicos estuvo en aplicar las reformas necesarias con habilidad y energía, transformando sus reinos de estados semifeudales con reyes sin autoridad a una monarquía autoritaria, en la cual todas las decisiones importantes eran tomadas por los monarcas. Para que esta monarquía triunfara, era necesario tomar nuevas medidas para restablecer el orden y pacificar el reino. Los nobles fueron sometidos a la autoridad real; perdieron su poder político, aunque continuaron teniendo grandes riquezas. El orden en los campos se consiguió mediante una policía rural: la Santa Hermandad. Esto provocó un favorecimiento económico, basado en un incremento del comercio tanto interior como exterior. Fernando resolvió el problema de los payeses de remensa mediante la Sentencia Arbitral de Guadalupe, que les daba libertad. La monarquía exigió importantes reformas administrativas. Se aumentó la autoridad del Consejo Real o de Castilla, a la vez que se crearon los de Aragón, la Inquisición y las Órdenes Militares. En lo económico, se reorganizó la Hacienda. Para el gobierno de los municipios, incorporaron la figura del corregidor, nombrado por el rey, con la que se pretendía controlarlos. En la justicia, se añadió una nueva sede en Granada, que actuaba como tribunal superior de apelación en Castilla.
La Conquista de Granada
Terminada la Guerra de Sucesión, la conquista de Granada se convirtió en el primer objetivo de los monarcas. Así, los Reyes Católicos ponían fin a la Reconquista y avanzaban hacia la unificación territorial de España. La muerte de Mulay Hacén dejó enfrentados a Boabdil y El Zagal, lo que facilitó la conquista cristiana. La guerra duró 10 años y se inició tras la negativa de los musulmanes a pagar los tributos. En una primera fase, se conquistó la parte central. Solo quedaba Granada, que fue tomada mediante la entrega de llaves por Boabdil, de la ciudad y la Alhambra.
La Política Religiosa
La vinculación entre la política y la religión fue intensa en la Edad Media. Para ello, Isabel y Fernando consideraron obligación la restauración de la unidad religiosa.
Reforma Intelectual y Moral del Clero
El programa de reformas del clero perseguía un doble objetivo: combatir la relajación moral e intelectual de los eclesiásticos y aumentar el control de la Corona sobre la Iglesia. Para los Reyes Católicos era fundamental nombrar obispos a personas idóneas. Intentaron imponer sus candidatos, lo que les enfrentó con el Papa.
La Nueva Inquisición
Las reformas previstas también pretendían lograr que se profesara una misma fe. Así, se estableció el Consejo de la Santa Inquisición, que fue la única institución que se impuso en todos los reinos. El Tribunal de la Inquisición se organizó valiéndose del permiso del Papa Sixto IV, por lo que los Reyes Católicos nombraban a los inquisidores. Al frente de la organización inquisitorial se encontraba un Inquisidor General. Inicialmente, esta Inquisición solo se ocupaba de los conversos, pero después fue ampliando su campo, reprimiendo otras formas de heterodoxia.
La Expulsión de Minorías Religiosas
Para conseguir una mayor unidad religiosa, los Reyes Católicos decretaron la expulsión de todos los judíos de la Corona de Aragón y Castilla que no accedieron a bautizarse en el plazo dado. Se les permitió vender sus bienes y llevárselos en forma de letra de cambio, pero se les prohibió sacar oro, plata, armas…
La Política Exterior
La unión lograda por los Reyes Católicos reforzó la presencia internacional de España.
La Política Matrimonial
Los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial de sus hijos buscando la unidad peninsular y el aislamiento diplomático de Francia. Se concertó el matrimonio de sus hijas Isabel y María con Manuel I de Portugal (el Afortunado). El segundo objetivo produjo el acercamiento hacia Inglaterra y Austria. El príncipe Juan, único varón de los reyes, y su hermana Juana se casaron con Margarita de Austria y Felipe el Hermoso, respectivamente. La infanta Catalina se casó con Arturo de Inglaterra y, tras la muerte de este, con el rey Enrique VIII. El objetivo de esta política fue la entronización de la dinastía austriaca de los Habsburgo.
Las Islas Canarias
Las Islas Canarias habían comenzado a ser conquistadas bajo el reinado de Enrique III de Castilla.
El Descubrimiento de América
Como consecuencia de los avances técnicos del siglo XV en materia de navegación y la necesidad de expansión, la monarquía protagonizó la expansión atlántica que daría lugar a la formación del Imperio Colonial Americano. El 12 de octubre de 1492 se dio a conocer la noticia de que Colón había llegado a un nuevo continente. En su segundo viaje, descubrió Jamaica; en el tercero, las islas de Trinidad y la desembocadura del Orinoco; y en el cuarto, recorrió las costas de América Central. Las nuevas conquistas se repartieron entre España y Portugal; pero Portugal no se conformó y se firmó el Tratado de Tordesillas para desplazar el meridiano.
En el Norte de África
Los Reyes Católicos, en su afán de extender la fe, se interesaron por el dominio de la costa del Norte de África. La primera fase fue la conquista de Melilla; más adelante, se conquistaron el Peñón de Vélez de la Gomera, Orán, Bugía y Trípoli.
En Italia
Las guerras en Italia comenzaron cuando Carlos VIII de Francia quiso apoderarse de Nápoles. La expedición francesa fue un éxito, pero a Fernando no le interesaba la presencia francesa en Italia. Tras la muerte de Carlos VIII, Luis XII se apoderó de Milán y pactó con Fernando el reparto de Nápoles.
La Época de las Regencias
Tras la muerte de Isabel, esta declaró en un testamento a su hija Juana heredera, hasta que el hijo de Juana y Felipe cumpliera 20 años. Felipe el Hermoso estaba a favor de la política francesa, lo que lo enfrentó con Fernando. Tras la muerte de Felipe y la incapacidad de Juana, Fernando tomó la regencia de nuevo. En Castilla, durante las segundas regencias, se anexionó Navarra y los territorios del Norte de África. Tras la muerte de los Reyes Católicos, Carlos I heredó de sus abuelos.