El Frente Popular en España: Origen, Triunfo Electoral y Camino a la Guerra Civil

Este documento explora las causas que llevaron a la formación del Frente Popular en España, sus actuaciones tras el triunfo electoral de febrero de 1936 y los acontecimientos que precedieron al inicio de la Guerra Civil Española.

Antecedentes: La Crisis del Bienio Radical-Cedista y el Escándalo del Estraperlo

Tras la Revolución de Octubre de 1934, la reacción del gobierno radical-cedista fue un endurecimiento de su política. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña y se redactó una nueva Ley de Reforma Agraria, que en la práctica constituía una verdadera contrarreforma.

Sin embargo, las disensiones en el seno del gobierno eran crecientes, lo que aumentó las diferencias entre el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA. Un ejemplo de la orientación de la CEDA fueron los nombramientos realizados por José María Gil Robles al ser designado ministro de Defensa. Militares claramente contrarios a la República y la democracia fueron designados para puestos clave en la estructura del Ejército. Francisco Franco, por ejemplo, fue nombrado jefe del Estado Mayor.

La crisis definitiva llegó con un escándalo de corrupción, el escándalo del Estraperlo (una ruleta inventada por extranjeros), que afectó a altos cargos gubernamentales. Mediante sobornos a políticos, se consiguió el permiso para instalar en el casino de San Sebastián este tipo de ruleta que garantizaba ganancias seguras a sus propietarios. El descubrimiento acabó desprestigiando al Partido Radical y, con él, a la coalición radical-cedista. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936.

Las Elecciones de Febrero de 1936: Dos Bloques Enfrentados

En estas elecciones, se perfilaron dos grandes bloques electorales, las “izquierdas” y las “derechas”, enfrentados y sin posibilidad de entendimiento:

  • El Pacto del Frente Popular

    Fue un pacto electoral firmado en enero de 1936 donde se acordó restablecer toda la legislación del Bienio Reformista, decretar una amnistía, anular las represalias de la Revolución de Octubre y restablecer las garantías constitucionales. A este pacto se unieron: Izquierda Republicana, Esquerra Republicana de Cataluña, Unión Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), y UGT. La CNT no participó, pero tampoco pidió la abstención, lo que favoreció a la izquierda.

  • La Coalición de Derechas

    Formada por el Bloque Nacional y la CEDA. Esta coalición fue confusa e incapaz de elaborar un programa sólido y coherente, pues basó su alianza en la negación de la revolución, el rechazo al marxismo y la amenaza que significaba el triunfo del Frente Popular. La Falange se mantuvo fuera de la coalición y el PNV se presentó por su cuenta.

El Triunfo Electoral del Frente Popular y sus Primeras Medidas

La victoria en las elecciones a Cortes de febrero de 1936 fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte y el interior del país.

Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. El nuevo gobierno fue presidido por Santiago Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado.

El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:

  • Amplia amnistía para todos los represaliados tras la Revolución de Octubre de 1934.
  • Restablecimiento del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  • Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Francisco Franco, Emilio Mola y Manuel Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
  • Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
  • Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia fue aprobado en plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.

La Escalada de Tensión y la Conspiración Militar

Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático.

Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas.

Paralelamente, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, existía una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: José María Gil Robles, José Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera, quienes acusaban al Gobierno de la situación, considerando incluso que la única solución para evitar una revolución socialista era un golpe de Estado.

Por otro lado, crecía el número de generales implicados: Francisco Franco, Manuel Goded, Joaquín Fanjul, Juan Yagüe, Emilio Mola, entre otros. Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el “director” del golpe. Muy pronto se iniciaron los contactos con Benito Mussolini y Adolf Hitler.

El Estallido de la Guerra Civil

El golpe militar se precipitó a raíz del asesinato, el 12 de julio de 1936, de un oficial de la Guardia de Asalto, el teniente José Castillo, a lo que respondieron sus compañeros con el secuestro y asesinato de José Calvo Sotelo. Parece que fue este hecho el que terminó por decidir a Franco, hasta entonces dudoso, a participar en la sublevación.

El gobierno de Santiago Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio cómo el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo parcial del golpe desencadenó la Guerra Civil Española.