La Evolución Literaria de Valle-Inclán: Del Modernismo al Esperpento
La producción de Ramón María del Valle-Inclán es considerable y variada, abarcando novela, poesía y teatro. Su obra experimenta una evolución paralela a su cambio ideológico, transitando de un modernismo elegante y nostálgico a una literatura crítica basada en una feroz distorsión de la realidad. Aunque se suelen distinguir dos etapas principales —la modernista y la esperpéntica—, existe una evolución y una línea ininterrumpida, con elementos de esperpentización presentes incluso antes de la consolidación del esperpento como género. Así pues, podemos identificar tres etapas clave en su trayectoria:
1. De los Comienzos a las Sonatas
Tras haber publicado no pocos cuentos, aparece su primera obra “femeninas”, a la que le siguen Corte de amor y Flor de santidad. En estas obras ya se vislumbra esa Galicia primitiva, tan grata al autor, con su mezcla de lo patriarcal y lo popular, lo legendario y lo realista. La obra cumbre de esta etapa son las Sonatas. Son las supuestas memorias del Marqués de Bradomín, un don Juan feo, católico y sentimental, donde se suceden aventuras y amores, episodios de exquisita elegancia o de un amoralismo provocador. Es la exaltación de un mundo decadente, visto con una mirada entre nostálgica y distanciada. La prosa es rítmica, refinada, rica en efectos sensoriales y de una belleza singular.
2. Entre las Sonatas y los Esperpentos
A esta etapa le sigue el ciclo de las Comedias Bárbaras. De nuevo, el ambiente rural gallego se presenta, ahora con toda su miseria, por donde se mueven personajes extraños, violentos o tarados, figuras de fuerza alucinante y todo presidido por Juan de Montenegro. Con estas obras, Valle-Inclán inicia su “teatro en libertad”, cuya fuerza dramática es incontestable. La evolución estilística se acentúa en la trilogía de novelas La Guerra Carlista, en la que se destaca el heroísmo romántico de las partidas carlistas y la brutalidad de la guerra. Se observa el mismo contraste: junto a los resabios modernistas, un lenguaje desgarrado y bronco, acentuado por un léxico rústico.
3. La Época de los Esperpentos
Llegamos a 1920. En ese año, Valle-Inclán publica cuatro obras dramáticas decisivas, entre ellas Luces de Bohemia. La primera de ellas mezcla la fábula sentimental y la caricatura punzante, con personajes que son marionetas grotescas. La segunda es una deformación muy despiadada de la Corte isabelina, con una significación política evidente. Muy distinta por su tono es Divinas Palabras, un violento drama y una de las cimas del autor, cuyo mundo sórdido recuerda y extrema el de las Comedias Bárbaras, y que corresponde a un lenguaje desgarrado y con frecuencia brutal.
La deformación esperpéntica ya está presente en esas obras, sobre todo en las dos últimas, pero es Luces de Bohemia la primera a la que Valle-Inclán da el nombre de esperpento. Con esta palabra, el autor designa a esas obras suyas en las que lo trágico y lo burlesco se mezclan, con una estética que busca ser una superación del dolor y de la risa. Tres son los esperpentos escritos, recogidos después bajo el título común de Martes de Carnaval. En ellos se agitan figuras marciales, fantoches grotescos. Es una visión ácida y violentamente disconforme con la realidad. El autor se complace en degradarla y en agredir con una carcajada que no perdona a personas, instituciones o mitos.
Las novelas de esta última época son, según Valle-Inclán, “esperpentos acrecidos” y trabajados con elementos que no podían darse en la forma dramática. El estilo es desgarrado, agrio aún en su humor, de incalculable fuerza crítica, y no se detiene ante las notas más repulsivas para acentuar lo deforme o lo absurdo. Es, sin embargo, una prosa de cuidadísima elaboración, auténticamente genial.
Luces de Bohemia: Contexto Histórico y Literario
Los años 20 y 30 del siglo XX fueron tiempos convulsos y dramáticos en España y el mundo. Eventos como la Guerra del Rif, la Semana Trágica de Barcelona, la Primera Guerra Mundial, la huelga de 1917 y la dictadura de Primo de Rivera, sumados al atraso y la pobreza del pueblo español, llevaron a los intelectuales de la Generación del 98 a denunciar esta situación de opresión, belicismo y atraso secular del país. Durante esta época, la postura de Valle-Inclán fue de claro compromiso social y político.
Ante las circunstancias sociopolíticas, Valle-Inclán pretendía mostrar la realidad desde un punto de vista distinto. El autor estaba muy al tanto de las corrientes pictóricas, ya que fue crítico de arte y profesor de Estética en Bellas Artes, entre otras actividades. Este contacto ayudó a Valle-Inclán a dar forma literaria a un nuevo concepto estético que buscaba reflejar la realidad distorsionando y exagerando los rasgos físicos con la finalidad de crear un retrato emocional de la sociedad española de su tiempo.
Características del Esperpento y su Reflejo en Luces de Bohemia
Valle-Inclán logra la estética del esperpento a través de los siguientes procedimientos:
- La deformación y distorsión de la realidad: La sociedad española de principios del siglo XX es retratada aceptando ciegamente el desorden establecido, además de mostrar un total desprecio y desinterés por la cultura y la justicia social.
- La degradación de los personajes: Muchos aparecen como seres ridículos, grotescos; son antihéroes que viven una tragedia. Esta degradación se manifiesta mediante diferentes recursos estilísticos:
- La animalización: los hombres se transforman en pájaros, asnos.
- La cosificación.
- La muñequización.
- La idiotización.
- Los espacios y los ambientes: Se presentan casi siempre malos, sucios y chabacanos. Destaca la falta de luz, un elemento completamente simbólico al que se alude ya en el título. La ausencia de “luces” (tanto físicas como intelectuales) impregna casi todos los ambientes y personajes.
- Utilización del humor, la ironía y la sátira: Elementos clave para la crítica de la realidad del momento de la obra.
- El empleo de contrastes: Especialmente entre lo doloroso y lo grotesco.
- El lenguaje en los diálogos: Asombra su riqueza y la variedad de registros empleados. Esta variedad se utiliza tanto para caracterizar a los personajes como para parodiar o criticar. Podemos destacar un lenguaje pedante y cursi, propio de los modernistas, o, por otro lado, vulgar, propio de las bajas clases sociales. También encontramos referencias históricas y mitológicas, así como gitanismos y expresiones propias del habla madrileña.
- Literaturización: Gran cantidad de citas y referencias literarias, mencionando a diversos autores y obras.
- El humor, la mordacidad, la risa agria: Una risa que, según un personaje, sirve a los españoles de consuelo y es una forma de ataque demoledor.
- Las acotaciones: Valle-Inclán no las utiliza únicamente con el fin de facilitar la representación escénica. Además de hacer alusión a los aspectos más técnicos, como la luz, los decorados y otros aspectos no verbales, tienen un excepcional valor literario.