Teorías Éticas Fundamentales: De Sócrates a Habermas

Teorías Éticas: Materiales y Formales

Este documento explora diversas teorías éticas fundamentales, abordando sus definiciones, características y ejemplos clave.

1. Definición y Características de las Éticas Materiales y Formales

Las éticas materiales son aquellas teorías éticas que defienden que la bondad o maldad humana depende de una idea de bien. Es decir, que la ética es una ética de contenido, ya que tiene una serie de normas y valores morales que, a su vez, dependen de una idea del bien moral.

Kant es el primer filósofo en establecer una taxonomía o clasificación de las distintas teorías éticas y llamó ética material a aquello en lo que la bondad o maldad de la conducta humana depende de algo que se considera bien supremo para el hombre.

Características de las Éticas Materiales:

  • A posteriori: Son empíricas, es decir, dependen de la experiencia sensible.
  • Hipotéticas: Sus mandatos son un medio para alcanzar un fin determinado.
  • Heterónomas: No dependen de la autonomía de la voluntad, sino de algo externo a esta.

Algunas de las éticas materiales más importantes son: el intelectualismo moral de Sócrates y el eudemonismo de Aristóteles.

Las éticas formales, llamadas también éticas de la justicia o éticas deontológicas, son éticas vacías de contenido moral, que no establecen ninguna idea previa de lo que es el bien. Por lo tanto, la ética formal considera que lo que determina la bondad o maldad de la norma moral es su forma, no su contenido. En este sentido, la máxima o norma de una acción no está determinada por el bien moral, sino por el estricto cumplimiento del deber o de la norma en sí. Esta es la propuesta de ética que hace Kant en su libro “Crítica de la Razón Práctica”.

Características de las Éticas Formales:

  • A priori: Anteriores a la experiencia, ya que se fundamentan en la razón.
  • Categóricas: Son mandatos constrictivos para la voluntad.
  • Autónomas: No dependen de nada externo a ella; la voluntad se da a sí misma su propia ley.

Las teorías éticas formales más conocidas son: la ética formal de Kant y la ética de la justicia de J. Rawls.

2. El Intelectualismo Moral de Sócrates

La teoría ética que defiende Sócrates se llama “intelectualismo moral”. Dicha teoría defiende que virtud, felicidad y sabiduría se identifican. De modo que, nadie obra mal a sabiendas o intencionadamente. Si alguien actúa de manera incorrecta, no lo hace por una maldad inherente a su naturaleza, sino por ignorancia. La virtud consiste en la sabiduría, y se puede enseñar y transmitir. Por lo tanto, para Sócrates, la educación o enseñanza es la base de la buena conducta; la virtud se identifica de este modo con la sabiduría. De ahí la famosa cita socrática: “Una vida sin examen no merece la pena ser vivida”.

Ejemplo de Intelectualismo Moral:

Consideremos una persona que roba porque cree que así podrá obtener felicidad (dinero, poder, prestigio). Según Sócrates, esta persona no conoce verdaderamente el bien, porque si lo conociera, sabría que el bien no se encuentra en lo material o en la riqueza obtenida injustamente, sino en una vida justa y virtuosa. Desde el punto de vista socrático, si esta persona comprendiera profundamente qué es la justicia, actuaría de forma justa y no robaría. No lo hace por maldad, sino por ignorancia. Por tanto, educar en el conocimiento del bien es la clave para una conducta ética.

3. El Empirismo y la Ética del Placer de Epicuro

La corriente helenística de ética epicúrea identifica el bien con el placer catastemático, es decir, un placer bien calculado que tiene en cuenta las consecuencias positivas y negativas de llevar a cabo una acción. Según esta corriente ética, el placer constituye el bien supremo y la meta más importante de la vida tranquila. En este sentido, la felicidad es sinónimo de ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción: hambre, tensión sexual, aburrimiento, enfermedad, miedo, etc. La virtud ética consiste en un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporciona un estado de serenidad o ataraxia.

Epicuro es un filósofo griego del siglo IV a.C. que fundó una escuela llamada el Jardín y cuyas ideas fueron seguidas por otros filósofos, llamados epicúreos. Epicuro afirmó que es bueno todo lo que produce placer, pues el placer es el principio y fin de la vida feliz. Pero para que el placer sea real y duradero, debe ser controlado y racional. Definió el placer como la satisfacción de las necesidades del cuerpo y la tranquilidad del alma. La paz interior puede conseguirse reduciendo las necesidades del cuerpo y acabando con las inquietudes y temores. Para vivir una vida plena y feliz, es muy importante superar el miedo a la muerte.

Ya que, como señala el propio Epicuro: “la muerte no nos concierne, pues mientras existimos, la muerte no está presente y cuando llega la muerte, nosotros ya no existimos”.

Según Epicuro, siguiendo su ética hedonista, los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos. Distingue tres tipos de placeres:

  • Los naturales y necesarios: Alimentarse, abrigarse y sentir seguridad.
  • Los naturales pero no necesarios: Una conversación amena o la gratificación sexual.
  • Los no naturales ni necesarios: La búsqueda del poder, la fama, el prestigio y el dinero.

Epicuro es monista; el alma es material y está compuesta de átomos. Si bien es cierto que hay dos tipos de placeres:

  • Los placeres del cuerpo: Son placeres corporales; no se puede conocer el placer si no se conoce el dolor.
  • Placeres del alma: Es superior al placer meramente corporal. Es más duradero, estable y constante que el corporal.

Ejemplo de Ética Epicúrea:

Un ejemplo es una persona que prefiere quedarse en casa leyendo en vez de salir de fiesta. Esta persona sigue una vida epicúrea porque elige algo sencillo y duradero (leer) evitando las consecuencias negativas (la resaca), buscando la paz y el bienestar sin exceso.

4. La Ética del Deber de Kant

La ética que defiende Kant es una ética formal sin contenidos, que no establece ningún bien o fin al que haya que tender. Tampoco nos dice qué debemos hacer en cada caso, sino que da un procedimiento para saber cómo actuar correctamente. Los seres humanos, a diferencia de los animales, tenemos conciencia moral, es decir, somos conscientes de unos deberes que nos imponemos a nosotros mismos, de forma autónoma, que rigen nuestra vida incondicionalmente y que hacen que guiemos nuestra conducta por principios universales. La dignidad es uno de los fundamentos de la moral y consiste en el respeto a todo ser humano porque es capaz de darse a sí mismo leyes universales. La moral la fundamenta Kant en la autonomía.

Formulaciones del Imperativo Categórico:

El imperativo categórico es el principio supremo de la moralidad. Kant propone varias formulaciones:

  1. Fórmula de la Universalidad: “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal”. Por ejemplo, la máxima de hacer una falsa promesa no puede ser universalizada, ya que si todos mintieran, la promesa misma perdería sentido.
  2. Fórmula de la Humanidad: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio”. Esta formulación enfatiza el valor intrínseco de cada ser racional.

5. La Ética de la Justicia de John Rawls

La teoría ética de la justicia de John Rawls parte de la teoría de juegos desarrollada por John Nash, según la cual la elección más correcta es la cooperación. Rawls aplica esta idea a la justicia, proponiendo que una sociedad justa es aquella que se organiza desde un acuerdo racional y cooperativo entre individuos.

Para garantizar que ese acuerdo sea justo, Rawls introduce el concepto del velo de ignorancia, que consiste en tomar decisiones racionales sin saber qué lugar ocupamos en la sociedad (sin conocer nuestra raza, género ni posición social). Esto garantiza objetividad e imparcialidad.

Desde esta posición, Rawls formula dos principios de justicia:

  1. Principio de Igualdad: Todas las personas deben tener los mismos derechos y oportunidades.
  2. Principio de Diferencia: Se permite la desigualdad solo si beneficia a los más desfavorecidos y menos aventajados.

6. La Ética Procedimental de Apel y Habermas

Son éticas formales, pero que, a diferencia de Kant, entienden que no es una sola persona quien ha de comprobar si una norma es universalizable, sino todos los afectados por ella, incluso generaciones futuras, aplicando procedimientos racionales.

Una de las éticas procedimentales más relevantes ha sido la ética trascendental de Apel, según la cual ciertos problemas de alcance global hacen necesario hallar normas comunes de comportamiento. Apel sostendrá que quien argumenta con pretensiones de verdad, creyendo que lo que dice es objetivamente verdadero, supone siempre que los demás poseen ya la misma racionalidad que a él le ha llevado a defender su propuesta.

En esta línea, de lo que se trata es de establecer aquellas condiciones ideales que han de hacer posible el diálogo y el consenso acerca de valores universales que afectan a toda la sociedad. Según Apel y Habermas, quien argumenta desde una comunidad concreta, presupone en su argumentación una “comunidad ideal de comunicación”; anticipa idealmente aquella en la que, por principio, los hombres estarían en condiciones de comprender adecuadamente el sentido de los argumentos y enjuiciar su verdad.