Teatro Comercial: Comedia Burguesa, Teatro Cómico y Poético
Teatro: espectáculo condicionado por el público burgués, no trata problemas sociales ni ideológicos, teatro de ocio y espectáculo, poco innovador, teatro pobre. Se repiten las mismas fórmulas y hace concesiones al público que pide y paga la distracción y no la reflexión. En Europa, se compromete socialmente y promueve la filosofía existencialista.
Comedia Burguesa: destaca Jacinto Benavente, quien escribe teatro realista pero siguiendo los gustos burgueses del público. Después de una crítica a la sociedad (sin éxito), deja la crítica social. Su primer éxito: La comedia de las fieras. Después de este, repite la estructura para asegurar el éxito. Características: presenta problemas poco conflictivos y predomina el diálogo sobre la acción. Existen 4 tipos de escenarios: interior de casas burguesas (Lo cursi), interior de lugares públicos (La noche del sábado), interiores provincianos (Pepa Doncel) e interiores rurales (Señora Ama). Su éxito se debe a reflejar la actualidad y costumbres burguesas del momento, pero después de un siglo pierde interés. Influye en el drama burgués de posguerra.
Teatro Cómico Costumbrista: refleja el ambiente pintoresco y tópico de algunas regiones españolas, con personajes prototípicos, lenguaje avulgarado y humorístico, e ideología conservadora. Mezcla aspectos de la zarzuela y los sainetes (teatro + música). Carlos Arniches es autor de sainetes sobre costumbres madrileñas, personajes y lenguaje castizos. Inventó la tragicomedia grotesca, donde personajes caricaturescos y trágicos hacen crítica social, como en La señorita de Trévelez. Los Hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín) escriben más de 200 sainetes costumbristas y comedias ambientadas en Andalucía. El humor hace ver la región como un lugar ajeno a la realidad. Obra: El patio. Pedro Muñoz Seca, especialista en Astracán (sainete + género chico y vodevil), prioriza el humor. Obra: La venganza de don Mendo.
Teatro Poético en Verso: trata temas históricos, vinculado con el drama romántico y con ideología conservadora. Autores: Eduardo Marquina (Las hijas del Cid), Francisco Villaespesa (Abén Humeya) y los hermanos Manuel y Antonio Machado (La Lola se va a los puertos).
Teatro Renovador: Tendencias y Federico García Lorca
Buscan un cambio: político, estético o social, pero al público no le interesó y los marginó.
Generación del 98: Unamuno considera que el drama es un subgénero dramático adecuado para simbolizar conflictos humanos. Usa sus obras para tratar temas “unamunianos” (Freda). Características: diálogos abundantes y profundos, innovaciones técnicas y temas más importantes que los personajes. Azorín inicia tarde en el teatro, con obras basadas en diálogo. Su característica es buscar incorporar técnicas cinematográficas al teatro. Jacinto Grau, junto con Ramón Gómez de la Serna, crea teatro vanguardista y simbólico, con temas históricos, bíblicos o de tradición literaria. Obra: El señor de Pigmalión (rebelión de muñecos autómatas creados por Pigmalión que lo acaban matando).
Generación del 27: Intentaron crear un “nuevo público” (sus obras se acercaban al pueblo llano). En este estilo se encuentra la compañía “La Barraca” de Lorca. Su interés es temprano, dedicándose en los últimos años de su vida a temas dominantes como el enfrentamiento individuo contra autoridad, con mayoría de protagonistas femeninas. Su primer intento fallido: El maleficio de la mariposa. Teatro para marionetas: Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita (farsa de guiñol, tema tradicional de mujer joven casada con hombre viejo). Su primer acercamiento al drama lírico es con Mariana Pineda. Giro hacia el surrealismo: teatro imposible con El público (complejidad técnica) y Así que pasen cinco años (sin convenciones de espacio y tiempo). En 1935, inacabada Comedia sin título: une rasgos surrealistas con intención social y didáctica, interpelación directa al público. La trilogía rural: Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba, sus obras más célebres, con rasgos comunes (índole sexual, mujer protagonista, ambientación en campo andaluz, final trágico). La primera trata de amor imposible, la segunda de drama de mujer estéril, y la tercera es la cumbre teatral de Lorca. Alberti crea teatro comprometido social y políticamente: Fermín Galán. Pedro Salinas mezcla realidad y ficción: El director. Miguel Hernández empieza escribiendo auto sacramental, se pasa a drama social: El labrador de más aire. Alejandro Casona crea teatro pedagógico. Max Aub, desde el exilio, hace teatro de crítica social: San Juan. Enrique Jardiel Poncela: Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
Novela en los Años 40: Nacionalista, Existencial y Tremendista
Guerra Civil: exilio de muchos escritores, España peregrina, solo unos pocos con reconocimiento (Ramón J. Sender, Ayala, Max Aub).
Aspectos Comunes: rememoración del conflicto bélico y de la España que abandonaron, presencia de nuevos lugares, reflexión sobre la existencia del hombre.
Ramón José Sender: más de 50 novelas de tema diverso, su obra más importante: Réquiem por un campesino español (memoria de mosén Millán).
Rosa Chacel: gran cuidado estético (influida por ideas de Ortega), obra: Memorias de Leticia Valle.
Max Aub: tema principal: hombre como ser social, político y moral. Sus relatos tienen corte tradicional, intenciones experimentales o ciclo narrativo sobre la Guerra Civil, como en Campo cerrado, recogidas en una recopilación (El laberinto mágico).
Francisco Ayala: visión amarga y pesimista, novelas de corte moralista, pretende reflejar los vicios del hombre contemporáneo, abarca la realidad hispanoamericana de dictaduras, pretende dejar constancia del talante opresor de un régimen represivo, como en Muertes de perro.
Novela Nacionalista: afín al régimen, novelas de exaltación patriótica y propaganda ideológica, como La fiel infantería de Rafael García Serrano, Madrid de corte a checa de Agustín de Foxá, y Leoncio Pancorbio de José Mª Alfaro.
Novela de Posguerra: autores de gran renombre (Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Miguel Delibes, Wenceslao Fernández Flórez). Mayor interés en 3 novelas: La familia de Pascual Duarte (Cela), Mariona Rebull (Ignacio Agustí) y Nada (Carmen Laforet). Su importancia se debe a la ruptura con la literatura oficial y a la existencia desoladora y conflictiva. Cela, con su imagen provocadora e inconformista, consigue fama justificada por calidad e innovación, buscando nuevas formas narrativas y expresivas, dentro de la corriente tremendista. Miguel Delibes, en La sombra del ciprés es alargada, presenta tonos existenciales y un estilo sencillo y sobrio que pretende plasmar el mundo rural castellano, observando la realidad y los ambientes rurales y de la caza. Gonzalo Torrente Ballester destaca por la variedad de temas y registros en sus novelas, como en la trilogía realista: Los gozos y las sombras.
Novela de los Años 50: Realismo Social
Los Años 50: renacer de la novela española, aparición de una nueva y fructífera generación, más la generación de posguerra, que da un nuevo tipo de novela. Asumen un compromiso social siguiendo a Sartre, convirtiendo la literatura en un instrumento de denuncia, predominando la intención política.
Características de la Novela Social: denuncia de las injusticias sociales, ambientes cerrados: ambiente urbano (La noria de Luis Romero), ambiente rural (Dos de septiembre de Caballero Bonald y La zanja de Alfonso Grosso), burguesía (Tormenta de verano de García Hortelano y Juegos de manos de Juan Goytisolo), trabajo (Central eléctrica de López Pacheco). Tratamiento formal: objetivismo, predominio del diálogo, protagonista colectivo, lenguaje poco elaborado, estructura fragmentaria. Temas: mundo cotidiano (Ignacio Aldecoa y Jesús Fernández Santos), soledad e incomunicación del individuo (Entre visillos de Carmen Martín Gaite y Los Abel de Ana Mª Mature), visión crítica del pensamiento y la cultura de la época: Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama, variedades de jerga, crítica social a Franco, lenguaje conversacional, protagonista colectivo, personajes individuos muertos, hastío y rutina, estructura narrativa dividida en secuencias).
Autores de la Generación de Medio Año: van a sobresalir, a partir de los años 60 y 70 abandonan la tendencia social y participan en nuevas técnicas narrativas, sobre todo Juan Goytisolo.
Cela: obra más sobresaliente: La colmena, reflejo de la vida cotidiana llena de miserias y penurias, sin apenas argumento. Su intención es presentar la degradación de España de posguerra, donde dinero, hambre y sexo son las únicas preocupaciones de los personajes. Algunas innovaciones: protagonista colectivo, novela abierta, carácter existencial y social, desorden cronológico, objetivismo conductista.
Novela de los 60 y Principios de los 70
La industrialización, el turismo y la flexibilización de la censura, junto con el agotamiento de la novela social anterior y la irrupción de la novela hispanoamericana (Vargas Llosa), llevan a la renovación de tendencias narrativas.
Generación de Medio Siglo: participan en la transformación del género tras la aparición en 1962 de Tiempo de silencio (Luis Martín Santos). El realismo social de los cincuenta evoluciona hasta la novela estructural con la intención de indagar en la personalidad.
Novela: recupera formas tradicionales, la evolución deriva hacia la novela de género y el realismo es la línea más seguida.
Luis Martín Santos: Tiempo de silencio cambia el rumbo de la novela castellana, introduce novedades y una profunda renovación de las técnicas narrativas. Usa ironía y humor para mostrar problemas de la sociedad, señalando que los condicionamientos sociales no son los únicos aspectos que determinan un comportamiento. Su tono es existencial y tiene carga simbólica, reflejando una sociedad y existencia vacías.
Carácter Innovador: lenguaje y procedimientos narrativos empleados, con gran riqueza léxica que tiende al barroquismo dificultoso.
Recursos Narrativos Novedosos: narrador omnisciente (sabe todo de todos los personajes y emite opinión), división del relato en secuencias, ruptura de la secuencia cronológica, afán del autor por comentar sucesos, argumento complementado con tratamiento de la anécdota (influencia de Joyce), personajes en conflicto y monólogo interior.
Línea Renovadora: autores de la primera promoción (Cela, Miguel Delibes) hacen innovaciones en la técnica narrativa. Novelistas de la Generación de Medio Siglo, como Juan Goytisolo, realizan un cambio radical en Juegos de manos, con innovaciones narrativas que incluyen ruptura de espacio y tiempo, narración en segunda persona, artificios tipográficos, recursos estilísticos y narrativos (monólogo interior). Después, escribe con caracteres árabes.
Juan Benet: inicia dentro de las corrientes experimentalistas, en oposición al realismo social. Su primera novela importante: Volverás a Región, con estructura compleja, personajes y acciones introducidas de forma confusa y desordenada, reflejando la decadencia de la condición humana. Utiliza recursos narrativos como largos monólogos interiores, diversos espacios y tiempos, diferentes perspectivas y ausencia de diálogos.
Juan Marsé: su primera obra: Últimas tardes con Teresa, ofrece una visión crítica de la burguesía catalana.
Trayectoria Dramática de Valle-Inclán
Rompe con el teatro convencional y crea el esperpento (visión crítica y deformada de la realidad).
Sus obras son relegadas a ser teatro para leer, y se le considera un autor que supo ver más allá de su tiempo.
Adscripción a la Generación del 98: trae debates sobre la evolución ideológica y estética, que no es común con la Generación del 98, siendo más radical en la crítica de la sociedad, cultura y política.
Empieza con teatro modernista decadente: temas de evasión, estilo brillante y actitud rebelde, con obras convencionales y retóricas (como Cuento de abril).
Ciclo Mítico: Comedias bárbaras es una trilogía que se desarrolla en la Galicia mítica y rural, con personajes gobernados por instintos y pasiones violentas y primitivas (dinero, sexo y poder). Presenta un ritmo vertiginoso, con continuos cambios de escenario y abundancia de personajes, terminando con Divinas palabras, que muestra el interés de Valle-Inclán por la belleza, lo grotesco y la caricatura.
Esperpento: deformación sistemática de personajes y valores, denuncia de la sociedad. Su forma de ver el mundo revela el verdadero rostro de la vida española. Los personajes son seres grotescos, y Valle-Inclán dice que los héroes reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. Utiliza contrastes (cómico-trágico), riqueza del lenguaje literario y estilizado, acotaciones teatrales muy literarias, numerosos personajes, y continuos cambios de espacio y tiempo. No solo en teatro, también en novela (como en Tirano Banderas). Obra teatral: Luces de Bohemia.
Luces de Bohemia: obra maestra del teatro de Valle-Inclán, narra la última noche de Max Estrella.
El valor literario de los esperpentos hay que buscarlo en la ruptura que representan frente a la tradición teatral del momento, en su relación con el expresionismo europeo y su nexo con posteriores reflexiones teatrales del teatro absurdo: Valle-Inclán fue un precursor y un guía del moderno teatro crítico.