Panorama Poético Español: 1939-1975

La Poesía Española de 1939 a 1975: Un Viaje a Través de las Décadas

La Guerra Civil (GC) marcó un punto de inflexión decisivo en todos los aspectos de la vida española. Tras el conflicto, el arte experimentó un resurgimiento, aunque intrínsecamente ligado a la compleja situación político-social del país. La llamada Generación del 36 se dividió en dos corrientes principales: la poesía arraigada y la poesía desarraigada, coexistiendo paralelamente con la poesía del exilio.

La Década del ’40: Ruptura y Diversidad Poética

Poesía Arraigada

Este grupo, compuesto por figuras como Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero Luis y Dionisio Ridruejo, se caracterizó por un profundo sentimiento religioso y un deseo de dejar atrás la reciente guerra. Sus temas recurrentes incluían a Dios, la naturaleza, el amor, la familia y el paisaje. Publicaron sus obras principalmente en las revistas Escorial y Garcilaso. Ambas publicaciones, junto con la revista Juventud, sentaron las bases para Garcilaso. La revista Escorial, fundada en 1940, encarnaba la ortodoxia militar y religiosa de los primeros años de posguerra, mientras que Garcilaso, aparecida en mayo de 1942, reunió a fundadores con distintas visiones sobre la poesía.

Poesía Desarraigada

Esta corriente poética adoptó la filosofía existencialista europea, reflejando la soledad del ser humano en un mundo percibido como caótico y carente de sentido. Los temas centrales giraban en torno al vacío personal, la soledad y el desarraigo. La religiosidad también estuvo presente, pero manifestada de forma conflictiva, marcada por la duda e incluso la desesperación. En contraste con el formalismo y esteticismo del grupo de Garcilaso, esta poesía se distinguió por un estilo más crudo, apasionado, directo y desgarrado. La métrica tradicional fue a menudo sustituida por el verso libre y el versículo.

Poesía del Exilio

Un número considerable de autores españoles se vio forzado al exilio. Muchos de ellos continuaron su producción literaria en sus lugares de residencia. Un ejemplo destacado es Juan Ramón Jiménez, quien desde América persistió en su búsqueda de la Belleza.

La Década del ’50: Hacia un Testimonio Crítico de la Realidad

El país experimentó una evolución económica y el inicio de una migración masiva hacia las ciudades y el extranjero. La censura se suavizó, permitiendo una mayor apertura hacia Europa. Las ideas de Sartre ganaron considerable difusión en España. Durante esta década, la poesía se volcó en ofrecer un testimonio crítico de la realidad, consolidándose la primera generación de posguerra. Influenciados por los autores de Espadaña, surgió una poesía comprometida con la realidad social, los problemas humanos, la injusticia y la miseria. Esta poesía, definida como “rehumanizada”, se convirtió en un instrumento de denuncia y compromiso social. El lenguaje se simplificó para ser accesible a un público amplio, los temas se acercaron a las preocupaciones cotidianas de la gente, y los autores priorizaron el mensaje sobre la forma poética. Si bien se empleó frecuentemente el verso libre y el versículo, la elaboración formal de los poemas no se descuidó. Esta fue la era de la poesía social, que concebía la función primordial de la poesía no en la expresión de sentimientos personales, sino en la contribución al cambio social.

La Década del ’60: Consolidación y Nuevos Caminos

La poesía social de los cincuenta mantuvo su influencia durante los sesenta, dada su innegable importancia social, estética e histórica. Sin embargo, se empezó a percibir un cierto agotamiento temático y formal, impulsando a algunos autores a explorar nuevas vías poéticas. La forma del poema comenzó a ganar relevancia frente al contenido, aunque este último seguía siendo fundamental. Un nuevo grupo de poetas, que emergieron a finales de los 50, reaccionó contra la fórmula de la poesía social. Conscientes del prosaísmo de esta corriente, se propusieron como objetivo principal la renovación del lenguaje poético, prestando mayor atención a los valores estéticos y formales. En cuanto a los temas, sin abandonar por completo el sentido cívico y social, predominaron la experiencia personal y cotidiana, a menudo con un tono escéptico e irónico. Defendieron una concepción de la poesía como un acto de autoconocimiento y de comprensión del mundo circundante. Los autores abordaron una amplia gama de temas humanos.

Características Temáticas y Formales de los ’60

  • Retorno a lo íntimo.
  • Atención a lo cotidiano.
  • El amor como tema esencial.
  • Estilo alejado de las tendencias precedentes.
  • Crítica social a través de la ironía y el humor.

Autores Destacados de los ’60

Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Manuel Caballero Bonald, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo.

La Década del ’70: Los Novísimos y la Renovación del Género

La celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977 y la aprobación de la Constitución de 1978 propiciaron las libertades individuales, permitiendo que la lírica evolucionara con total libertad. La poesía ya no necesitaba ser un vehículo de denuncia y crítica de la situación del país. Los novísimos representaron una generación que introdujo una nueva forma de hacer poesía, rompiendo con la anterior e insertándose en la línea de la literatura experimental. Descreían de la poesía como vehículo de comunicación, abandonando el tono intimista y autobiográfico de la década anterior. Llevaron a cabo una renovación total del género, desde su concepción hasta la temática y las técnicas empleadas.

Rasgos Distintivos de los Novísimos

  • Afirmación de la autonomía de la obra de arte.
  • Deseo de experimentación formal.
  • Potenciación de los valores sensoriales y de la imaginación.
  • Cuidado de la lengua y del estilo.
  • Visión lúdica de la creación poética.
  • Búsqueda de nuevas formas de expresión.
  • Exhibicionismo cultural.
  • Inspiración en el cine, la música, el cómic y la cultura de masas.
  • Temática muy variada.
  • Tono inconformista y, en ocasiones, provocador.