Novecentismo y Vanguardias: Autores y Corrientes en la Literatura Española del Siglo XX
Gabriel Miró: Lirismo y Sensibilidad Descriptiva
Gabriel Miró podría considerarse un continuador del Modernismo por su novela lírica, al margen de la deshumanización. Su estilo recuerda al de Azorín en el predominio de lo descriptivo frente a la acción y la morosidad narrativa. Es contrario a Baroja en la reflexión frente a la acción, y a Unamuno por la poca profundización de sus obras, pues se trata de literatura de sensaciones, no de ideas. El lenguaje es intimista y lírico, con ironía y un sutil humanismo. Emplea la metáfora y la sinestesia, y recrea ambientes y un clima de ensoñación que atrapan al lector en una sucesión de imágenes de gran riqueza. Su obra se nutre de la herencia de la Generación del 98 (con referentes como las Sonatas de Valle-Inclán) y entre sus títulos más destacados se encuentran Nuestro Padre San Daniel, El obispo Leproso, Figuras de la Pasión del Señor y El libro de Sigüenza, protagonizado por Sigüenza, trasunto del autor.
Ramón Pérez de Ayala: Intelectualidad Crítica y Renovación Novelística
La obra de Ramón Pérez de Ayala es de carácter intelectual y crítico. Debido a su enorme erudición, sus novelas tienen una gran dimensión ensayística. Trata temas especulativos y emplea técnicas narrativas innovadoras (perspectivismo) y la ironía. Es similar a Unamuno en la profundización de sus novelas. Su primera etapa se caracteriza por el pesimismo vital y la crítica a la sociedad española; escribe obras de corte autobiográfico protagonizadas por Alberto Díaz de Guzmán, trasunto del autor. Estas obras son Tinieblas en las cumbres, A.M.D.G. (Ad maiorem Dei gloriam – A mayor gloria de Dios), La pata de la raposa y Troteras y danzaderas. En las novelas de madurez aborda temas de carácter filosófico: en Belarmino y Apolonio plantea la dificultad de conocer y expresar la realidad; y en Tigre Juan y su continuación, El curandero de su honra, expone los problemas del amor, el honor y el donjuanismo.
Wenceslao Fernández Flórez: Pesimismo Vital y Sátira Social
Wenceslao Fernández Flórez manifiesta en sus obras un pesimismo vital que, en ocasiones, aproxima sus obras al esperpento de Valle-Inclán. Algunas de sus obras son: Volvoreta, El malvado Carabel y El bosque animado, en la que retrata el espíritu de su tierra gallega.
Benjamín Jarnés: Entre el Novecentismo y la Vanguardia
Benjamín Jarnés se encuentra entre el Novecentismo y la Generación del 27. Su estilo es vanguardista en el sentido conceptual y antisentimental, por lo que se le adscribe a la corriente de la deshumanización del arte, en línea con las ideas de Ortega. Algunas de sus obras son: Locura y muerte de nadie, El convidado de papel y El profesor inútil, cercano a las ideas de Ortega.
El Ensayo Novecentista: La Generación de los Ensayistas
Los novecentistas se sirvieron del ensayo para divulgar sus ideas, aprovechando su capacidad expositiva y analítica, así como su eficacia pedagógica. Por ello, también se la ha denominado la Generación de los Ensayistas.
José Ortega y Gasset: Raciovitalismo y Pensamiento Sistemático
José Ortega y Gasset tiene un pensamiento raciovitalista: la vida solo es posible razonando (esto es la razón vital); la razón es la vida misma, es una razón narrativa. Ortega se centra en el conocimiento de la vida humana y su entorno a través de la historia. Su producción es de índole filosófica y ensayística, y en ella trata una gran variedad de temas (política, amor, arte, etc.). Su estilo se caracteriza por la elegancia verbal y su capacidad para expresar ideas abstractas con imágenes vistosas. Algunas de sus obras son: El Espectador, Meditaciones del Quijote, El tema de nuestro tiempo, La rebelión de las masas y Estudios sobre el amor. Sin embargo, dos de sus obras más influyentes en el ámbito literario y artístico son:
La deshumanización del arte
En esta obra, Ortega y Gasset defiende el vanguardismo frente al arte de épocas anteriores. El arte vanguardista es minoritario e impopular, pues no es comprendido por las masas. Se trata de un juego sin trascendencia; es irónico, intrascendente y joven.
Ideas sobre la novela
Aquí, el filósofo reflexiona sobre la supuesta decadencia del género, cuya trama es un pretexto para exponer ideas. La novela debe caracterizarse por la introspección y la profundización en los personajes.
Otros Ensayistas Relevantes del Novecentismo
Junto a Ortega, otros intelectuales destacaron en el ensayo novecentista:
Gregorio Marañón
Médico y pensador, Marañón estudia personajes históricos y mitos literarios desde sus conocimientos biológicos y médicos, especialmente de endocrinología (por ejemplo, Tiberio, Enrique IV de Castilla, Don Juan).
Manuel Azaña
Político e intelectual, Azaña escribió crítica literaria; una novela, El jardín de los frailes; y ensayos políticos como Estudios de política francesa: la política militar, El Idearium de Ganivet, y La velada en Benicarló.
Salvador de Madariaga
Diplomático y escritor, Madariaga escribió ensayos sobre caracterología europea (Ingleses, franceses, españoles), Ensayo de psicología colectiva comparada y Bosquejo de Europa.
Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz
Destaca la polémica mantenida por estos dos historiadores sobre los orígenes y la esencia de la nación española, reflejada en sus obras La realidad histórica de España y España, un enigma histórico, respectivamente.
Eugenio D’Ors
Figura clave de la intelectualidad catalana del momento, junto a Josep Carner y Pompeu Fabra. A él se debe el término Novecentisme (novecentismo), con el que designó un proyecto cultural y educativo dirigido al individuo y la sociedad. Su Glosari (o Glosario) es una colección de artículos de corte filosófico y moral, escritos originalmente en catalán y luego también en castellano. La Ben Plantada (La bien plantada) es una de sus obras más conocidas, surgida de sus glosas. También fue crítico de arte, como se aprecia en Tres horas en el Museo del Prado.
Ramón Gómez de la Serna: Vanguardia y la Invención de la Greguería
Ramón Gómez de la Serna, también conocido como Ramón, fue un gran difusor de las vanguardias desde su revista Prometeo. Publicó Ismos, una importante proclama vanguardista. Su obra y su vida son una ruptura continua con lo convencional y una fuente de inspiración permanente. Su arte tiene como eje y base la greguería, género inventado por él mismo, que consiste en una idea o intuición que encierra una pirueta conceptual o una metáfora insólita (humorismo + metáfora = greguería). Son famosas sus Greguerías, su novela El torero Caracho, y su autobiografía y poética Automoribundia.
Juan Ramón Jiménez: Evolución Poética hacia la Poesía Pura y Total
Juan Ramón Jiménez tuvo una trayectoria poética en constante evolución:
Etapa Sensitiva (Modernista)
En su primera etapa modernista (etapa sensitiva), su obra se caracteriza por la búsqueda de la belleza y el ansia de identificación con la naturaleza (Ninfas, Almas de violeta) y por tratar los temas de la muerte presentida, la tristeza, el amor y el paisaje (Jardines lejanos). Tras descubrir a los simbolistas franceses, escribe Rimas de sombra, donde refleja su admiración por Bécquer.
Etapa Intelectual (Poesía Pura)
Su etapa intelectual se caracteriza por la poesía pura: un lenguaje lírico que exprese con exactitud la esencia y el sentido de las cosas, la expresión natural despojada de retórica, el ansia de belleza y verdad, y la poetización de los instantes mágicos. La primera obra de esta época fue Diario de un poeta recién casado, muy influyente en la poesía contemporánea. Introduce varias novedades: mezcla de prosa y verso libre, y un lenguaje preciso, claro y directo. Los temas son trascendentales y subjetivos, relativos a su salida de España, el viaje y la vida estadounidense. Además, en la parte final incluye caricaturas de trazo quevedesco o esperpéntico. Los poemas del mar giran en torno al desasosiego, el temor y la angustia. En Eternidades y Piedra y cielo desea penetrar en el misterio de la belleza y de la eternidad, y concibe la poesía como conocimiento. Poesía y Belleza marcan el retorno al tema de la muerte; sus versos son fríos, con excesiva carga intelectual, y expresan un notable aliento místico. En el exilio, escribe La estación total, donde expresa su voluntad de ir más allá de sí mismo para conseguir la plenitud y armonía interior anheladas.
Etapa Suficiente o Verdadera (Exilio)
La etapa suficiente o verdadera abarca la producción en el exilio americano. Sus versos tienen una nota contemplativa y continúa con la búsqueda personal de la verdad absoluta. En En el otro costado incluye su poema en prosa «Espacio», su obra cumbre, que representa la síntesis definitiva y una visión panteísta de la naturaleza con una gran riqueza rítmica y metafórica. En Dios deseado y deseante, Juan Ramón (el dios deseante) evoca su infancia en Moguer y al dios primero y perdido (el dios deseado), creando y recreado por su conciencia: la poesía. De ríos que se van son poemas en verso y prosa dedicados a Zenobia. La obra de Juan Ramón Jiménez está considerada una de las cumbres de la poesía española contemporánea, pues en ella están representados muchos de los movimientos y estilos poéticos del siglo XX.
Otros Poetas Contemporáneos Relevantes
León Felipe
Contemporáneo de Juan Ramón Jiménez, León Felipe escribió obras como El payaso de las bofetadas, Español del éxodo y del llanto (de contenido social) y El poeta prometeico.
Otros Nombres Destacados
Junto a los mencionados, también destacaron otros poetas contemporáneos de Juan Ramón Jiménez como: Ramón de Basterra, Emilio Carrere, Mauricio Bacarisse y José Moreno Villa.