Historia de una escalera de Buero Vallejo: Teatro, Realismo y Sociedad Española

Antonio Buero Vallejo: Autor y Contexto

El texto que vamos a comentar es un fragmento de la obra Historia de una escalera (1949), cuyo autor es Antonio Buero Vallejo. Nacido en Guadalajara en 1916 y fallecido en Madrid en 2000, fue un destacado dramaturgo español, ganador del Premio Lope de Vega en 1948 y del Premio Cervantes en 1986.

El teatro de Buero Vallejo presenta un marcado carácter ético. Sus obras se basan en la negación de la existencia de un destino ciego y caprichoso. Otro de los grandes rasgos de su teatro es la dialéctica entre contemplación y acción.

Etapas de su Obra Dramática

Se suele dividir la obra de Buero en tres etapas:

  • Primera época: A la que pertenece Historia de una escalera, presenta un teatro esencialmente tradicional, respetuoso con alguna o todas las unidades dramáticas. Se ha calificado como realismo simbólico, de origen ibseniano.
  • Segunda época: Se caracteriza por un teatro histórico, con un tema central: el destino del pueblo en una sociedad injusta. Se vuelve a insistir en la faceta social del ser humano.
  • Tercera época: Desaparecen los intermediarios; el espectador observa la historia desde el punto de vista de un personaje.

Historia de una escalera: Argumento y Temas

En Historia de una escalera se escenifica la vida de unos vecinos de escalera, cuatro familias cuyos destinos se entrecruzan. El paso del tiempo y la constante presencia de los personajes en un mismo lugar (la escalera) dan lugar a una concepción de la vida un tanto asfixiante. Generación tras generación se repiten las mismas costumbres y las mismas necesidades, con lo que se perpetúan los defectos y errores de sus habitantes. La única esperanza posible reside en los jóvenes, aunque el autor ya nos da a entender que no va a ser así.

Personajes Principales

La obra cuenta con tres actos. En la escena comentada intervienen los siguientes personajes:

  • Manolín: En este caso, se trata de un personaje aludido. Poco antes presencia la riña entre ambas familias como consecuencia de las relaciones amorosas entre su hermano Fernando (hijo) y Carmina (hija). Es un niño de doce años, un tanto mimado, que suele pelearse con su hermano mayor.
  • Fernando (hijo): Es el hijo de Elvira y de Fernando (padre). Con este último existen numerosos paralelismos: es apuesto, vago e idealista. En esta escena se muestra sensible, apasionado y valiente, pues se enfrenta a la negativa de ambas familias y ama a Carmina (hija).
  • Carmina (hija): Es la hija del matrimonio entre Urbano y Carmina (madre). Se nos describe con un carácter muy semejante al de su propia madre.
  • Fernando (padre) y Carmina (madre): Tras la pelea entre ambas familias, contemplan desde el silencio de la escalera la escena en que sus hijos se abrazan y plantean emprender una vida mejor, recordando sus propias vidas. No olvidemos que Fernando renunció a Carmina por un amor de conveniencia con Elvira, mientras que Carmina se casó sin amor con Urbano. En ambos casos, su elección fue equivocada y, por lo tanto, comparten la frustración de no haber alcanzado sus sueños juveniles.

Espacio Escénico y Simbolismo

Podemos deducir que la acción dramática se desarrolla en una gran ciudad española de posguerra. En concreto, se selecciona una escalera donde confluyen cuatro pisos y a través de la cual conoceremos las vidas de tres generaciones. La escalera representa simbólicamente lo inalterable, el destino miserable que, a pesar de los años, nunca cambia. En este sentido, la crítica ha querido relacionar metafóricamente dicho lugar con la miseria económica y social de la España de posguerra: la escalera sería España y los inquilinos, los españoles.

Tiempo Dramático

El tiempo en esta obra es lineal, si bien son constantes las alusiones tanto al pasado como al futuro. Cada acto nos muestra cronológicamente a tres generaciones distintas; desde el inicio hasta el final de la obra transcurren 30 años. Los hechos dramatizados en la escena comentada se sitúan en la década de los 40, poco después de la Guerra Civil.

Estilo y Lenguaje

Historia de una escalera es una tragedia que pretende reflexionar sobre el destino de los personajes, con la intención de que el espectador experimente e interiorice el mensaje transmitido. Técnicamente, Buero Vallejo es un dramaturgo que concede un gran valor a las acotaciones, donde podemos hallar la información escénica necesaria para su adecuada representación. No olvidemos su intención realista: el lenguaje utilizado en sus diálogos se caracteriza por la tendencia al registro coloquial (familiar) y, en ocasiones, vulgar. Además de la fluidez, destaca el apasionamiento y emotividad de las intervenciones, especialmente las de Fernando (hijo). En los diálogos de Fernando encontramos un discurso de gran expresividad, donde destacan el léxico valorativo (ej. “Ellos son viejos y torpes”), las modalidades exclamativa y exhortativa (ej. “¡Dime que sí!”) y las repeticiones de palabras (ej. “Tienes que…”). Aunque suele huir del lenguaje retórico, incorpora en escasas ocasiones algunos recursos formales, como epítetos o metáforas.

Conclusión: Un Reflejo de la Sociedad

En conclusión, el primer drama de este autor contrasta vivamente con el tono general del teatro español de la época. No se trata ni de una obra cómica ni de una comedia burguesa de ambientes lujosos o acomodados, sino del retrato de la pobre vida material y espiritual de varias familias trabajadoras en una humilde casa de vecinos, a través de tres generaciones y durante un periodo de treinta años. El tono costumbrista, aunque alejado del tradicional sainete, retrata con eficacia la situación de pobreza y falta de salidas de una colectividad atrapada en un mundo miserable y sin expectativas de futuro. El lenguaje sencillo y directo contribuye a dotar de verosimilitud los ambientes que se recrean en la obra. Desde el punto de vista formal, la pieza sigue los cánones clásicos del drama realista, creando una especie de drama existencial que testimonia la completa frustración de una sociedad.