Exploración del Acto Final de La casa de Bernarda Alba

Acercamiento al Acto Final de La casa de Bernarda Alba

El texto ante el que nos encontramos es un fragmento de la famosa obra teatral “La casa de Bernarda Alba”. Su autor, Federico García Lorca, nació el 5 de junio de 1898 en Granada y perteneció a la Generación del 27. Fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX y como dramaturgo es considerado una de las cimas del teatro español del mismo siglo.

Federico García Lorca: Vida y Obra

En su adolescencia, se interesó más por la música que por la literatura; estudió piano. En 1914 se matriculó en la Universidad de Granada para estudiar las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho. En la Universidad, su profesor llevó a Lorca y a sus compañeros de viaje por distintas partes de España. Estos viajes fueron los que despertaron su vocación como escritor. Fruto de esto surgió su primer libro en prosa, Impresiones y paisajes. El teatro de García Lorca es un teatro poético, en el sentido de que gira en torno a problemas sustanciales del existir.

En 1919, Lorca se instaló en Madrid, lo que sería un punto de inflexión en su vida, ya que aquí conoció a Salvador Dalí, Buñuel y Juan Ramón Jiménez, entre otros, que luego formarían la Generación del 27, una generación que valoraba la perfección de los clásicos y la sencillez de los romances.

En 1928, publicó una obra de gran éxito: Romancero Gitano. Al año siguiente, en 1929, Lorca realizó un viaje a Nueva York que, además de ser la inspiración para Poeta en Nueva York, se convertiría en una etapa de descubrimiento y evolución. Dos años más tarde, fundó “La Barraca”, un grupo teatral que viajó por toda España con la intención de llevar la cultura clásica del Siglo de Oro por toda la Península. En 1933 se estrenó otra de sus obras teatrales más aclamadas por la audiencia, Bodas de Sangre, lo que lo llevó a Buenos Aires para ser representada.

El estallido de la Guerra Civil acabó con el exilio de varios escritores de la Generación del 27, entre ellos, Lorca. El 16 de agosto de 1936, Lorca fue apresado a causa de un chivatazo. La razón fue su postura antifascista. Ese mismo día, a la edad de 38 años, Lorca fue fusilado en el camino que va de Víznar a Alfacar. Luego, su cuerpo fue arrojado a una de las fosas comunes anónimas de las que hoy no se sabe su ubicación exacta.

La casa de Bernarda Alba: Sinopsis y Temas Generales

Lorca escribió La casa de Bernarda Alba unos meses antes de su fallecimiento, pero no fue publicada hasta nueve años después. Fue su última obra teatral y es una tragedia dramática que nos muestra la sociedad de la España de la época.

En la obra nos encontramos ante una familia que guarda luto por la muerte del cabeza de familia, Antonio María Benavides. La madre de la casa, Bernarda, establece un luto que durará ocho años, durante los cuales toda la familia deberá permanecer encerrada. Bernarda tiene cinco hijas; el encierro provocará conflictos entre ellas y con otras integrantes de la casa, como la abuela y dos criadas. Angustias, la mayor de las hijas y heredera de la fortuna de su padre, está comprometida con un muchacho llamado Pepe el Romano, del cual se enamorarán dos de sus hermanas, Martirio y Adela. Esta última, la menor de las hijas, conseguirá llamar la atención del prometido, convirtiéndose así en su amante. La trama gira en torno a la disputa por el amor de Pepe el Romano y la búsqueda de liberación del yugo social impuesto por Bernarda. Finalmente, se descubre que Adela se ve en secreto con Pepe, siendo Martirio la responsable de que las demás se enteren. Bernarda, en busca de cuidar la honra de su familia, apunta al hombre con una escopeta, fallando el disparo. Por culpa de Martirio, Adela piensa que su amado ha muerto, por lo que se suicida, dejando a la familia sumida en un luto aún mayor.

En la obra podemos encontrarnos:

  • El amor frustrado
  • La honra
  • La autoridad
  • La libertad
  • La tradición
  • La tragedia
  • La traición
  • Las apariencias
  • El machismo
  • La reputación
  • El orgullo
  • La muerte
  • El odio
  • La envidia

El Fragmento del Acto III: Contexto y Temas Clave

Este fragmento se sitúa en el Acto III y es de gran importancia en la obra, ya que marca su final. Toda la tensión dramática que se ha gestado en la casa alcanza su punto más alto. Es el desenlace de todo el conflicto con Pepe el Romano, pues se descubre que se ve con Adela en el corral. Bernarda intenta matar al hombre, pero falla y este huye en su jaca. Adela, al creer que el Romano ha muerto, decide suicidarse en su habitación, dando por finalizada la historia.

Temas en el Fragmento

En este fragmento se ven reflejados algunos de los temas principales de La casa de Bernarda Alba.

Entre estos temas podemos destacar el conflicto entre autoridad y libertad, protagonizado principalmente por Bernarda y Adela. En este fragmento se observa cómo Adela se rebela contra su madre, al no soportar más su represión, rompiendo su bastón (símbolo de autoridad) al que llama “vara dominadora”. Al final del fragmento se representa el fin de este conflicto, con la autoridad como ganadora, ya que Adela prefiere suicidarse, pues siente que es la única forma real de liberación para no vivir más en represión, dejando claro cómo la autoridad que la atosiga toda la obra acaba por imponerse. Además, con la muerte de la hija pequeña, la familia se “hundirá en un mar de luto”, dejando claro aún más el dominio de la autoridad en el argumento. Por otro lado, vemos cómo se representa en la obra el papel del hombre por encima de la mujer, pues Adela se rebela y explica que su madre ya no manda sobre ella, ahora manda Pepe el Romano (“¡En mí no manda nadie más que Pepe!”). El último tema presente en el fragmento es la honra y las apariencias, algo que preocupaba mucho a la burguesía de la época. Lo vemos al final con Bernarda, que quiere dejar claro a la gente la virginidad de su hija fallecida a pesar de que eso es falso (“¡Mi hija ha muerto virgen!”).

Personajes en el Desenlace

En este fragmento de La casa de Bernarda Alba se presentan algunos personajes como Bernarda, Adela, Martirio, Magdalena, Angustias y Poncia. Todas son mujeres y en el fragmento quedan reflejados algunos de sus rasgos. Bernarda es una mujer de sesenta años, autoritaria y fría con sus hijas. Se ve su nivel de frialdad en el momento de la muerte de su hija pequeña, mandando a callar a las demás (“¡Silencio!”, “¡A callar he dicho!”), no muestra ni deja que las personas muestren sentimientos (“Y no quiero llantos”). Es una mujer preocupada únicamente por la honra y el qué dirán. Su autoridad se convierte en agresiva en el momento en el que intenta matar a Pepe. Por otro lado, tenemos a Adela, la más joven de la familia y representante de esa búsqueda de libertad. En el fragmento se rebela y muestra una actitud desafiante (“¡Nadie podrá conmigo!”). Ella prefiere suicidarse a seguir viviendo encerrada. Tiene mucha importancia, porque su desenlace trágico marca el final de la obra, centrado en ella. En la obra y el fragmento se refleja a Martirio como una muchacha envidiosa y celosa de su hermana por su enamoramiento con Pepe el Romano (“¡Dichosa ella mil veces que lo pudo tener!”). Es la responsable de que todos se enteren de los encuentros de Pepe y Adela, además de que le hace creer a la pequeña que el Romano ha muerto (“¡Se acabó Pepe el Romano!”), por lo que tiene cierta responsabilidad en la muerte de su hermana. El resto de personajes presentes no tienen gran importancia en el fragmento. Angustias, prometida de Pepe, se entera de lo que ocurre entre él y su hermana. Magdalena se muestra resignada ante la situación, dándole poca importancia a su hermana Adela (“¡Déjala que se vaya donde no la veamos nunca más!”). Poncia en este fragmento es la persona que encuentra el cadáver de Adela. Se ha de destacar el papel de Pepe el Romano. Está en el corral y se sabe porque Adela tiene trigo en las enaguas. Su presencia es indirecta pero importante, ya que se sabe siempre que está ahí. En este fragmento se nombra cómo le disparan, pero sale huyendo. Por último, se observa la aparición fugaz de la Criada.

El Espacio Dramático

Toda la obra de La casa de Bernarda Alba transcurre en un espacio único: la casa de Bernarda y sus hijas, que da título a la obra. Esta casa es símbolo y claro objeto de representación de la opresión que sienten los personajes a causa del encierro causado por el luto, recordando a una cárcel. Con las acotaciones de la obra recibimos información sobre cómo es la casa, sobre todo al inicio de los actos, donde el autor ofrece una información detallada de los escenarios. El fragmento transcurre en el patio de la casa. Además, el corral es un lugar importante, pues es donde se producen los encuentros entre Pepe y Adela (“¡Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!”). Es importante en este fragmento lo que ocurre fuera de escena, como por ejemplo el disparo a Pepe el Romano, el suicidio de Adela o Poncia gritando.

El Tiempo en la Obra y el Fragmento

Cada acto de esta obra ocurre en un momento del día concreto, dando la sensación de que la trama sucede en un único día, pero no se sabe cuánto tiempo transcurre en toda la obra. La ausencia de escenas en los actos contribuye a esta sensación de continuidad temporal en la obra. Este fragmento que analizamos se sitúa en la noche y en él se produce el desenlace trágico de la obra. Al final, Bernarda indica que al amanecer tocarán las campanas, como al inicio de la obra, lo que da sensación de que la obra tiene una estructura circular.

Estilo Teatral: Diálogos y Acotaciones

En la obra de Lorca se siguen las convenciones del género teatral, distinguiéndose por un lado los diálogos y por otro las acotaciones. A través de estas acotaciones, Lorca aporta riquísimos matices a la acción. Sitúan a los personajes, remarcando a quién se dirigen al hablar, sonidos (“Suena un disparo”) o cuando entran o salen en la obra, por ejemplo en “Sale Magdalena”. En este fragmento es importante cuando nos indican gestos (“La Criada se santigua”) y el tono de voz de los personajes, pues dan información detallada sobre lo que sucede. En este caso, se observa en Poncia, al encontrar el cadáver de Adela (“Se lleva las manos al cuello”), donde gracias a estas acotaciones sabemos que el motivo de la muerte de la hija de Bernarda es el ahorcamiento, suceso trágico que no sale en escena.

Lenguaje y Estilo Literario

Federico usa en la obra un lenguaje más realista en comparación con otras obras. Pretende mostrar un conflicto entre autoridad y libertad en una ambientación rural desde una perspectiva realista.

Lenguaje Realista y Coloquial

Como resultado, observamos un lenguaje sencillo y realista con el uso ocasional de frases cortas y tajantes con un tono brusco y directo (“¡Atrévete a buscarlo ahora!”, “¡Se acabó Pepe el Romano!”). Además, este lenguaje realista deriva en el uso de un lenguaje coloquial y popular en la obra, con ejemplos como “¡Descolgarla!” y “vestirla”. Además, vemos la abundancia de oraciones exclamativas e imperativas (“¡Nunca tengamos ese fin!”, “¡Trae un martillo!”), ya que se trata de un momento de mucha tensión en la historia y se refleja a través de los gritos y órdenes dadas en el fragmento.

Figuras Literarias y Simbolismo

Por otro lado, se refleja un estilo poético e indirecto con el uso de figuras literarias y una simbología que aporta al fragmento un lenguaje más expresivo. Con respecto a las figuras literarias visibles en este fragmento de la obra de Lorca, vemos una metáfora al inicio: “¡Qué pobreza la mía no poder tener un rayo entre los dedos!”, que se puede relacionar con la imagen del dios Zeus como símbolo de poder y autoridad. Otro ejemplo de esta figura retórica es “Pepe: tú irás corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro día caerás”, haciendo referencia a que el hombre podrá vivir tranquilo, pero un día le ocurrirá alguna desdicha. También contamos con “¡Nos hundiremos en un mar de luto!”, metáfora que significa que el luto de la familia será aún mayor a causa de la muerte de Adela. En este fragmento del Acto III encontramos dos comparaciones: “Llevadla a su cuarto y vestirla como si fuera doncella” y “Ahí fuera está, respirando como un león”. Así pues, se cuenta con la presencia de hipérboles en el fragmento, como “¡Dichosa ella mil veces que lo pudo tener!”, tratándose al mismo tiempo de un hipérbaton. El otro ejemplo es “¡Hubiera volcado un río de sangre sobre su cabeza!”, que se trata a su vez de una metáfora la cual hace referencia a que Adela está dispuesta a hacer cualquier cosa por Pepe el Romano. Por otra parte, figuran dos personificaciones en el fragmento, en las afirmaciones de Bernarda: “No creas que los muros defienden de la vergüenza” y “La muerte hay que mirarla cara a cara”, siendo esta última al mismo tiempo un hipérbaton. En relación con la simbología en el fragmento, solo vemos la presencia del momento en el que Adela rompe el bastón de su progenitora, simbolizando la rebeldía y el intento de imponer la libertad contra la autoridad de la matriarca.