La Península Ibérica en la Baja Edad Media: Castilla y Aragón
En la segunda mitad del siglo VIII, surgieron cuatro entidades territoriales principales de las montañas astures: el Reino Astur (precursor del Reino de León), el Reino de Pamplona, el Condado de Aragón y los Condados Catalanes de la Marca Hispánica carolingia.
Durante este periodo, se desarrollaron dos modelos políticos muy distintos: un autoritarismo regio en Castilla y un pactismo federal en Aragón. El siglo XIV estuvo marcado por la crisis demográfica y económica causada por la Peste Negra, mientras que el siglo XV experimentó un notable crecimiento económico por diversos motivos.
La Corona de Castilla
La evolución de Castilla se inició con el Reino de León en el siglo X (910), heredero de la resistencia asturiana. En el siglo XI (1065), se fundó el Reino de Castilla, que había sido un condado desde el año 850. En el siglo XII (1143), Alfonso Enríquez se proclamó rey de Portugal, marcando la independencia de este territorio.
En el siglo XIII (1230), se produjo la unión definitiva de Castilla (heredada de su madre Berenguela) y León (de su padre Alfonso IX) bajo el reinado de Fernando III el Santo. Precedentes importantes en la consolidación del poder real fueron Fernando I (1035-1065) y Alfonso VII (1126-1157).
La guerra fratricida entre Pedro I y Enrique II de Trastámara, conocido como ‘el de las Mercedes’, inició la dinastía Trastámara. La nobleza vio aumentar su poder e influencia con esta guerra y durante las minorías de edad de Enrique III y Juan II, lo que retrasó la consolidación del poder real hasta el reinado de Isabel I.
La Reconquista progresiva de Castilla marcó líneas naturales y zonas de frontera, como los valles del Duero, del Tajo, del Guadalquivir y del Guadiana. Por el este, se logró acceso al Mediterráneo con la capitulación de Murcia (infante Alfonso, 1265). Este acceso al ‘séptimo reino’ (Murcia) se había pactado en 1243 mediante el Tratado de Alcaraz, aunque fue disputado posteriormente por Jaime II de Aragón, cediendo Fernando IV de Castilla el sur de la provincia de Alicante en el Tratado de Elche (1305). En el ámbito militar, Alfonso XI venció en la Batalla del Salado a los benimerines (1340).
Castilla se centró en la conquista de las Islas Canarias en el Atlántico y de plazas en África, en el contexto de la expansión hacia las Indias Orientales y la rivalidad con Portugal.
Sistemas de Repoblación en Castilla
- Concejil: Consistía en la concesión de fueros a villas con alfoz (distrito rural con aldeas y campos). Estas villas se defendían con milicias concejiles y disfrutaban de exenciones fiscales. Ejemplos: Segovia, Soria, Salamanca o Cuenca.
- Órdenes Militares: Predominante en La Mancha y el valle del Guadiana. Eran monjes guerreros de órdenes como la de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa.
- Señorial: Característico del valle del Guadalquivir, donde se cedían grandes extensiones de tierras a los nobles, a menudo con siervos mudéjares, lo que dio origen a los latifundios andaluces.
- Repartimientos: Coexistencia de realengos concejiles (Murcia, Cartagena y Lorca) junto a territorios cedidos a las órdenes militares.
La Corona de Aragón
En 1134, Alfonso I el Batallador murió sin descendencia. Su hermano, Ramiro II el Monje, fue ‘sacado’ del monasterio para asegurar la sucesión. Tuvo una hija, Petronila, quien se casó a los dos años con el conde catalán Ramón Berenguer IV, y Ramiro regresó al monasterio. El hijo de Petronila y Ramón Berenguer IV, Alfonso II, se convirtió en el primer rey de la Corona de Aragón, una unión dinástica.
Al igual que sucedería posteriormente con los Reyes Católicos, esta fue una unión dinástica, donde cada reino mantuvo sus peculiaridades, incluso tras la conquista de Valencia y Mallorca.
Pedro III concedió en 1283 el Privilegio General a la Unión Aragonesa, comprometiéndose a respetar los Fueros y a convocar anualmente las Cortes. Así se consolidaba un modelo de monarquía pactista y federal: un equilibrio entre los poderes de los estamentos y el del rey.
Pedro IV ‘el Ceremonioso’ amplió los poderes del Justicia Mayor, figura clave que interpretaba y defendía las leyes, presidía las Cortes y tomaba juramento al rey. A la muerte de Martín I ‘el Humano’, las Cortes conjuntas de Aragón, Cataluña y Valencia, en el Compromiso de Caspe (1412), nombraron rey al castellano Fernando I de Trastámara.
Alfonso V ‘el Magnánimo’ se dedicó a las conquistas exteriores, y su esposa y gobernadora, la reina María, se vio obligada a nuevas concesiones a las Cortes. Con Juan II, se acentuaron los problemas con la nobleza y las oligarquías urbanas catalanas. Estos conflictos culminaron en la Guerra Civil Catalana (1462-1472), que finalizó con las Capitulaciones de Pedralbes.
Expansión Marítima de la Corona de Aragón
La expansión marítima de la Corona de Aragón se intensificó debido a las limitaciones de la Reconquista hacia el sur tras la conquista de Valencia en 1238. Fue impulsada por la contratación de almogávares y el apoyo de la burguesía comercial catalana. Las principales incorporaciones territoriales fueron:
- Cerdeña: Incorporada en 1323.
- Baleares y los condados del Rosellón y la Cerdaña: Incorporados en 1349.
- Córcega: Incorporada en 1372.
- Ducados de Atenas y Neopatria: Incorporados en 1381.
- Sicilia: Incorporada definitivamente en 1409.
- Nápoles: Conquista iniciada por Alfonso V y culminada por Fernando II ‘el Católico’ en 1493.
El Reino de Navarra
El Reino de Navarra fue conocido como Reino de Pamplona hasta el siglo XIII. Sancho III el Mayor dividió sus reinos entre sus hijos a su muerte en 1035, siguiendo un concepto patrimonial del Estado.
Mantuvo una fuerte vinculación con el reino de Francia hasta 1512, cuando Fernando el Católico hizo valer sus derechos y lo incorporó a la Corona de Castilla.
Sus instituciones incluían las Cortes, convocadas periódicamente desde 1329. Destacaron las facciones de los beaumonteses (partidarios de Aragón, a menudo asociados a la agricultura) y los agramonteses (partidarios de Castilla, a menudo asociados a la ganadería).
Instituciones de Gobierno: El Centralismo Castellano
El centralismo castellano se apoyaba en una nueva nobleza de servicio (beneficiada por mercedes reales) y una administración centralizada.
- Alfonso X impulsó la recuperación del Derecho Romano a través de las Siete Partidas.
- Alfonso XI promulgó el Ordenamiento de Alcalá en 1348, buscando la unificación jurídica de todos los reinos, excepto las provincias vascas. Creó la Audiencia o Chancillería con sede en Valladolid, el máximo órgano de justicia.
Principales Instituciones Castellanas
- El Consejo Real: Reunión de los nobles más importantes, con función consultiva.
- Las Cortes: Órgano consultivo, principalmente para el voto de impuestos. Se convocaban a demanda real.
- Los Corregidores: Representantes del rey en las ciudades, con el objetivo de minimizar el poder municipal y nobiliario.
Instituciones de Gobierno: El Federalismo Pactista Aragonés
La Corona de Aragón estaba estructurada como una confederación de Estados independientes, cada uno con sus propias Cortes, fiscalidad y leyes. El único vínculo era el mismo soberano. El rey estaba representado en cada reino (Aragón, Valencia, Mallorca y Principado de Cataluña) por un virrey.
Su carácter era profundamente pactista: el rey juraba los fueros, leyes, libertades, derechos y costumbres de cada reino en su coronación.